viernes, 27 de diciembre de 2013


RELATOS



LA SEGUNDA JUBILACIÓN.-

Las personas que te jubilan, suelen hacerlo casi siempre por amor a ti y para tu bien, y te lo dicen  en ese banquete que muchas veces dan de despedida, donde entre copa y copa, agradecen todo el bien que has hecho a la empresa, alabando al mismo tiempo tus cualidades, con las cuales te auguran un futuro espléndido. Pero tu no les crees, y lamentas las pérdidas que va tener la empresa al faltarle tu colaboración cada día más valiosa debido, a la experiencia adquirida a su servicio.
Hay una segunda jubilación más dolorosa todavía a la que te somete la familia. Tu esposa e hijos, también por amor, cuando advierten en ti ciertos vestigios de enflaquecimiento corporal, empiezan a prepararla. Y la diferencia con la primera, es que no te jubilan de golpe, sino poco a poco pero de manera sistemática.
Lo primero que te obligan a dejar, es el coche. Deciden que eres un peligro en la carretera y debes dejar de conducirlo. Y si te rebelas, ya ninguno quiere montar contigo y esa falta de confianza en ti, te duele.
Luego vienen otros impedimentos, si eres de las personas, que creyeron en esto del futuro espléndido que te auguraron aquellos compañeros de la empresa, porque tu pareja, sea hombre o mujer, se ha distanciado de ti por diversos motivos, que no es necesario analizar, y se ha vuelto tu contrario. Esto es algo natural, dentro de la humana existencia y tienes que admitirlo. 
No por este motivo, vas a romper con la persona a la que has amado y sigues amando, y para complacerla, tienes que recurrir al fingimiento. Esto te duele, si eres persona amante de la verdad y que odia la mentira. Pero es que además, tú que te amabas y complacías en ese amor propio, empiezas a odiarte, pues no estás de acuerdo con esta conducta que sigues.  
Y lo peor de todo, es que te quedes sin pareja porque se muera antes que tú. Entonces tus hijos, te obligan a recluirte en un asilo de ancianos. Y no puedes desobedecerles, pues tú mismo comprendes, si te quedan facultades para comprender, que estás mejor allí, porque si te mueres solo en tu casa, puede pasar un mes o más, en que no sea descubierto tu cadáver hasta que los vecinos lo descubran por el olor que sale de tu vivienda.
Si vas al asilo de ancianos, te salvará tu capacidad de fingimiento, lo mismo con los cuidadores que con los compañeros... Esto, si sigues siendo persona capaz de pensar, lo cual, aumentará el odio hacia ti mismo; y lamentarás, no haber tenido el cuajo de quedarte solo en tu casa para morir allí abandonado de todos pero en libertad.
Hay la solución del suicidio, pero esto, tu que eres un profundo pensador, sabes que  no soluciona nada y es una mancha innecesaria que has dejado ahí.
¡Ah!, se me olvidaba. Está la solución de la chacha a cambio de la del asilo. Pero no es una la que se necesita, sino tres para trabajar a turnos de ocho horas, lo cual algunos bolsillos no lo resistirían.
¡Ah, los bolsillos!
La única solución es la que prodiga la naturaleza por doquier: La del “olvido”. Pero esta es cruel y niega la existencia de Dios y la salvación. Es mejor que dejes de pensar en él. Crea además un grave problema a los miembros de la familia sumiéndolos en una especie de esclavitud, ahora que empezaban a gozar de cierta libertad. Lo cual, no es justo.

En Madrid, 23-6-2015
Francisco.


LAS DESGRACIAS DEL ÉXITO.-

Cecil Mc´Viri, escritor de fama mundial, es poseedor de varios millones de dólares, que se disputan varias mujeres cazafortunas, las cuales, son poseedoras de una astucia sin límites, tanta que no sólo le han hecho creer con sus lisonjas, que es una especie de privilegiado de los dioses; y que su numen es algo tan especial y fuera de lo común, que se merece todos cuantos placeres ofrece la vida, cual el de tener por compañera a una mujer bella e inteligente.  
Su mujer, con la que se casó en su juventud y le dio varios hijos sanos y fuertes, ya no es ni bella y está gastada por el uso que él ha hecho de ella.  Esto para él es una desgracia cada día más difícil de soportar. Cree que todo el sacrificio de su vida escribiendo sin cesar, el oficio más duro que existe, merece una recompensa. No se conforma con su estado actual, teniendo que soportar esa familia soez, que no es capaz de reconocer sus méritos, que ni si quieran han leído sus libros. Pero eso si, que se benefician de la inmensa fortuna que ha acumulado. 
Siempre ha sido un amante de la justicia, en particular, de la justicia poética que tanto ha defendido en sus amorosas novelas. Y no está dispuesto a terminar sus días injustamente, metido en es especie de nicho mortuorio, terrible metáfora, que acude a su cabeza, al pensar con su situación actual.
Francis O´Neil la famosa diva lituana, le tiene trastornado con sus hechizos. Sabe tanto del amor... Ha estado casada con tres personajes famosos tan importantes, cada uno dentro de su círculo, como lo puede ser Cecil en el de la literatura. Cualquier conversación que entabla con ella, le proporciona gran cantidad de conocimientos, que luego le sirven para inspiración de sus nuevos escritos. Es, según piensa, la mujer ideal, ésa que sólo aparece una vez en la vida y que no se debe perder la ocasión de unirse a ella, de formar un todo uno indivisible, algo que se merece cada ser humano, y, en su caso más aún, por su amor y sacrificio en pro de la humanidad.
Antonia, su mujer, se niega a concederle el divorcio, y le ayudan en esto todos sus hijos. Son sus herederos directos y no están dispuestos a partir la herencia con la intrusa.

En Madrid, a 24-6-2015.
Francisco.









LA DESGRACIA DE LA INFORMÁTICA.


I
El viejo Pencho es un hombre inquieto que siempre le gustó leer y aprender cosas nuevas. Incluso le gustaba escribir sus cosas aunque no había asistido nunca a ninguna escuela donde se aprendiese el oficio de escritor.  Ahora en su vejez, una vez sus hijos ya casados y con nietos a la vez, jubilado, teniendo todo el tiempo del mundo para él, su mayor ilusión era seguir leyendo libros de su amplia biblioteca y también escribir algún poema o sus vivencias, cosa que no necesita de ninguna preparación y se puede hacer por simple inspiración.
Cierto día de Reyes, sus hijos, cansados de verle escribir en su vieja máquina, le regalan un ordenador electrónico, y con mucho gusto, ese día, después de la suculenta comida y entrega de regalos, cada uno complacido con los recibidos que Matilde, la espléndida mujer de Pencho y madre de todos ellos, les había hecho, se sientan con él a enseñarle su manejo.
Aquí empieza la desgracia de este viejo carcamal, que al principio, todo ilusionado por el regalo, más incluso que alguno de sus nietos con los suyos, se aplica al ordenador dejando arrumbada en un rincón su vieja máquina de escribir.

II
Ha pasado un año en que las canas de Pencho han aumentado de manera considerable, por causa del titánico esfuerzo que ha tenido que hacer para ir aprendiendo por sí solo los enrevesados problemas de la informática. En primer lugar, como no sabía del inglés nada más que el yes y el tubí o no tubí, cuando le aparecía algún cartelito de esos, aunque buscaba palabras en el diccionario bilingüe, era incapaz de entenderlo. Y claro, al pinchar con el ratón a tientas, alguna de aquellas endemoniadas palabras, cataplún, problema que te crió. Desgracias como esta y aún más gordas, le vinieron a ocurrir durante este año, cual la de borrarse del ordenador todo el trabajo realizado durante un par de meses, lo cual le produjo tal disgusto, que Matilde por muchos mimos que le hiciera, no era capaz de consolarle. Su nieto Cirilo, que le amaba y era muy servicial, le advirtió que debía tener una memoria auxiliar donde guardar de inmediato cada cosa que escribiese, pues el ordenador, ya se sabe, de vez en cuando te juega esas trastadas. Y además, debía tener una impresora para así ir poniendo las cosas importantes que escribiese sobre el papel. Así no echaría de menos su máquina de escribir, cosa que estaba tentado de volver a coger y mandar al carajo el ordenador. A pesar de los disgustos que este le había producido, se complacía en sus ventajas, cual esa de poder borrar y cambiar las palabras, cuando con la máquina, cada cambio de estos le hacía perder un tiempo considerable y además, quedaban los escritos llenos de borrones y sombras blancas de tip. Así es, que había pedido a los Reyes Magos lo que el nieto le aconsejó y estos, que son la reoca, se lo concedieron. También ese día, su hijo, Camilo, después de la suculenta comida y de disfrutar los regalos recibidos, se complació en montar la impresora nueva y en enseñarle su manejo, a la par que le explicaba cómo guardar los escritos en su LACIE de 120 GB.  Todo iba a andar sobre ruedas. Más aún, que al ser pocos los regalos para el viejo, le trajeron también una bicicleta.

III
Ahora Pencho es feliz, al contemplar sus impolutos escritos que salen del ordenador, sin una sola mancha y da gusto verlos, aunque cuando los repasa, nota que por mucho empeño que ha puesto en corregirlos antes de imprimir, siempre hay algunas erratas que les afean. Y otra cosa importante que observa al compararlos con aquellos que hizo a máquina: Estos de ahora, no sabe porqué causa, son de menor cualidad. Quizá, piensa, esto debe ser, porque algo del infantilismo de los yanquis debe haberse pegado a sus máquinas... Está cansado de leer best seller, cada vez más horrorosos en los que observa que muchos escritores modernos, debido quizá a las facilidades de la informática, cada vez hacen peores novelas que aquellos antiguos que las escribían a mano y como mucho a máquina. Siente cierta nostalgia por aquellos libros antiguos a veces manuscritos, o los salidos de imprenta de manos de aquellos operarios minuciosos que aparte de sus pocas erratas, venían llenos de dibujos o cuadros deliciosos que aumentaba el placer de la lectura. Y siempre le gusta extraer de su biblioteca particular algunos de ellos y volverlos a leer, cual puede ser LA HISTORIA DE LA CIUDAD DE CÁDIZ compuesta por Agustín de Horozco criado del Rey, o RECUERDOS DE UN VIAJE POR ESPAÑA DE Don Francisco de Paula y Mellado. Este año, para su desgracia, le han traído los Reyes solamente tres best seller que tienen tan mala pinta que no los piensa leer. Y un tanto airado, ha dicho a sus hijos que no le regalen más libros y que él se irá comprando los que a él le gusten.

IV
Su hija Matilde, bien casada con Emérito González, ya se sabe este amor especial que las hijas amantes de la literatura sienten por el padre literato, se desvive en hacerle feliz y aparte de regalarle algún libro especial que su esposo conoce, le trae también algún DVD de películas famosas e incluso algún que otro accesorio de informática que también le complace. Pero lo que más le gusta a él, es pedir a Emérito, prestigioso especialista en informática, en esas visitas esporádicas que suelen hacerles dentro del año, que le resuelva alguno de los problemas que tiene con el ordenador, y que no es capaz de resolver por si solo. Y Emérito, que es un sol radiante, se sienta a la mesa y se lo resuelve, quedando todo el mundo satisfecho. Todo lo bueno acaba pronto en este mundo, pues cierto día su hija acude sola a casa de los padres para comunicarles que se separa de su marido. Con ello, el abuelo, ha perdido a su mejor colaborador en aquello de aprender. Entonces es cuando recurre a su nieto Cirilo, que, como todos los adolescentes, es un genio en informática, tanto que tienen una oreja más larga que otra, debido al contacto permanente con su móvil. Y durante algún tiempo, el amoroso nieto le complace.

V
Pencho se ha vuelto un adicto de la informática y está pendiente de todos los adelantos, por lo cual, ha pedido a los Reyes de este año que le traigan un Kindle de la firma AMAZÓN, aparato que es capaz de almacenar más de mil libros. Está ilusionado porque así podrá por este medio aumentar sus conocimientos literarios, adquiriendo ejemplares que aquí cuestan más baratos, hasta el punto que muchos de los cuales son gratuitos. Y este aparatito mágico, para colmo, se puede llevar perfectamente en el bolsillo y así poder leer en cualquier momento y circunstancia. El problema que se presenta ese día, es que para que funcione el aparato, se necesita de un técnico en informática que siguiendo ciertas instrucciones, siempre en el maldito idioma anglosajón, (digo esto, porque Pencho es un fervoroso idealista del esperanto). El hombre está impaciente por usarlo y recurre a Aciscla Pérez, esposa de su hijo Juancho que haciendo la digestión de la opípara comida preparada por la sin par Matilde, se ve obligada a sentarse ante el ordenador para llevar a efecto la petición del picajoso anciano. A los pocos días, Juancho viene llorando a casa, anunciando su separación matrimonial.

VI

Pencho ha dejado de pedir cosas a los Reyes, a no ser algún cartucho de tinta para la impresora. Está desolado. Su yerno querido y su nuera han desaparecido y él piensa que tiene parte de culpa en ello. El nieto tampoco viene por casa ni contesta al móvil. La antigua alegría del día de Reyes, ha sido sustituida por una profunda tristeza que se puede leer en todas las caras de los que van quedando, cada vez menos, porque la vida es así y así, hay que aceptarla. Pero la vieja Matilde no la acepta y culpa al marido de su desgracia. Este a la vez, se culpa de las desgracias de su familia que atribuye a haber obligado a sus miembros a hacer cosas desagradables, cual esa de sentarse en plena digestión en un día de fiesta tan señalado cual el de Reyes, a devanarse los sesos ante el ordenador.  Y llora cual un Boabdil cualquiera al despedirse de Granada.

En Madrid,  a 22-6-2015
Francisco







EL FILÓN.

1
En la pega de la noche efectuada en el frente de exploración de la mina, se han tocado cristales de blenda, galena y pirita y ha quedado al descubierto un filón. No sabemos de momento, si este será grande o pequeño e iremos comprobando su espesor, a medida que en días sucesivos sigamos avanzando en su explotación. Pero es una gran noticia. Me apresuro en bajar a la mina corriendo hasta dicho frente. Allí, entre las enormes piedras de calizas con cristales de cuarzo, brillan, preciosas maclas de mineral que, lleno de emoción, voy recogiendo algunas muestras del montón besándolas cual si fueran el don más preciado. Y en realidad lo es, porque el filón principal ya hacía tiempo que estaba agotado y esta era mi única esperanza para subsistir. 
Hemos tocado en el frente, una capa de láguena a la que está adherido el filón y sus piedras de color violáceo también abundan dentro del montón. El filón aparece allí entre dos capas diferentes de terreno, con un espesor de unos diez centímetros. No es mucho, pero se por experiencia que siguiéndole en cualquier dirección, lo mismo en horizontal, que en vertical en la dirección de los estratos, el filón aparecerá con mayor espesor, y esto será una fuente de riqueza. Es un filón virgen tal y como el que he seguido explotando en los otros frentes de la mina y conozco, lo que son estos filones. Las láguenas deleznables son a veces un problema, pero para mí no lo es pues trabajan para mi, buenos entibadores y pedriceros que saben contenerlas.  
Es un reto apasionante este trabajo que realizo, pues cada día me viene una noticia diferente procedente de cada frente de explotación, casi siempre mala, diciendo que el filón se ha estrechado y que este frente ha dejado de ser rentable por ese motivo, porque la proporción de mineral en relación a la de escombros no aprovechables  que llamamos “EL TODO UNO”, es muy baja. Por tal motivo, hay que llevar varios frentes en explotación dentro de determinado filón para que se compense la pobreza de uno con la riqueza de otro y la LEY del mineral que marcha al lavadero sea constante y este pueda funcionar debidamente.
El lavadero es esa instalación al aire libre adjunta al pozo de la mina por medio de la cual, se obtienen por separado los minerales de galena, blenda y pirita, que luego han de ir a la fábrica metalúrgica que los convierte respectivamente en plomo, zinc, y en el caso de la pirita en ácido sulfúrico y otros productos industriales.
Llevo multitud de años empecinado en esta lucha diaria por la buena Ley del Todo Uno, que me enriquece mágicamente. Estoy ya muy viejo y apenas puedo mover mis cansadas piernas, pero sigo bajando a la Mina y cada vez recorro con más ilusión sus frentes de explotación.

En Madrid, a 22-6-2015
Francisco







Poemas del día


                               “ELEGÍA”

                                                                          Al  Ramón Sijé que no pude encontrar:
                                       Dichoso ¡Oh tú, Miguel Hernández!
                                       que tuviste del alma un compañero.
                                       Hace años que le voy buscando
                                       y a pesar de buscarle no le encuentro.
                                       Y sigo porfiando por las calles,
                                       por palacios y campos le requiero
                                       -que tenemos que hablar de muchas cosas-
                                       antes que caiga con mi cuerpo muerto.
                                       ¿Es que no existen ya almas hermanas?
                                       ¿Hasta ese punto está el mundo desierto?.
                                       A ti, Miguel, Sijé se te murió muy pronto,
                                       mas pudiste hacer con él concierto,
                                       pudiste en momentos de tristeza
                                       encontrar sus palabras de consuelo,
                                       pudiste hablar de soles y planetas
                                       y del Infinito que llevabas dentro;
                                       pudiste reclinar tu noble frente
                                       sobre su fuerte y generoso pecho
                                       Yo sin embargo no tuve esa dicha
                                        ni pude disfrutar ese contento;            
                                        doquiera que resuenan mis palabra         
                                        las cubren espesuras de silencio.
                                       Yo sé que algún juglar, sutil poeta
                                       ha de escuchar mis voces en el tiempo,
                                       ha de captar mis ayes y llamadas,
                                       ha de leer mis prosas y mis versos.
                                       Mas yo quiero encontrarle mientras
                                       y pasar a contarle mis secretos
                                       notando como escucha con ternura
                                       y cómo me asesora en mis proyectos.
                                       Es muy triste no hallar un alma hermana
                                       cuando el pecho rebosa, de amor lleno,
                                       cuando tienes millones de palabras
                                       pugnando por salir cantando al viento,
                                       cuando tienes las brisas de los mares
                                       amarradas por bellos pensamientos,
                                       cuando tienes mil flores perfumadas
                                       esperando un pensil dulce y discreto.
                                       ¡Ay Miguel!, siquiera en un instante
                                       pudiste hallar a tus palabras eco,
                                       pudiste deshacerte en armonías
                                       sobre un oído que escuchaba atento”.




INOCENCIA.

En la noche cerrada
sueña el ánade blanco
en la cara del agua.

Un misterio infinito
invadiendo distancias
se descubre viajero
en la busca del alma.

Un niño pequeñito
de mirada muy larga
me sonríe y cecea
porque allí se quedara.

En medio del silencio
mi voz enamorada
en sonoros arpegios
canta la madrugada.







Esa moneda de oro
del sol anunciando el día
entra en la alcancía
donde tengo mi tesoro.




                                       Acaricié la mañana
                                    con ojos llenos de amor
                                     y sentí el dulce rubor
                                    de la aurora temprana,
                                   mientras la luz soberana
                                   del sol anunciando el día,
                                  dentro del pecho encendía
                                    otras luces verdaderas,
                                   de sueños y de quimeras,
                                        en una vida más pía.



                                                     

Qué maravillosa Primavera
donde todo es andar que andar espera.
Hoy es el día de las flores blancas,
blancas y puras como son las almas.
Hoy es el día de las flores negras,
negras, brillantes, cual las nobles penas.
Hoy es el día de las amarillas,
amarillas y fuertes, cual pura dicha.
Hoy es el día de las hojas verdes,
verdes cual la Esperanza y tan alegres.

Flor blanca de la inocencia con puntitos verdes
Es la flor sin aroma que a mi me pierde.

Mis flores no dan aroma pero tienen ilusión
son silvestres y pequeñas pero te hablan del Creador.

¿Porqué falta de asuntos se perdió la rosa?
Porque adornó a tiranos y vacuas cosas.






Relatos


TALLER DE ESCRITURA, BIBLIOTECA DE VALDEBERNARDO.

LA MUJER Y LA PINTURA.-
En Madrid, a 10-6-2015.

Di mujer: que sabes tanto como yo sobre el arte de la pintura, y que estás poseída por la gracia especial de servir de modelo a los artísticos personajes ejecutores del divino oficio, qué sientes al posar desnuda ante esa masculinidad que se oculta tímidamente detrás de un simple pincel, que a veces ves temblando sobre las manos del artífice, por motivos bastante fáciles de comprender, pues no en balde, el esplendor inusitado de un cuerpo vivo femenino, supera con creces cuanto él, por muy artista que sea, puede plasmar sobre el blanco lienzo. No digamos, del instinto bestial del macho, cuando está frente a la hembra, lo cual, por ser uno de los privilegios de Natura, no es aconsejable  que se ponga en tela de juicio, porque somos sus hijos predilectos, y, como madre nuestra que es, ella sabrá por que somos así, siendo lo más lógico, que tú, oh mujer, sientas también algo parecido al contemplarte por partida doble, libre, sin tapujos, lo mismo en el cuadro que se está formando que en ti misma allí posando; pero todo depende de la condición sexual del artista, que puede ser distinta, no digamos aberrante, pero ello no importa dentro del mundo espléndido del Arte, pues en él reina como dueña y señora la belleza, la cual es tan exuberante y exquisita, que, aún dentro del espanto, del crimen y el horror, tiene un lugar descollante que si no presenta valor dentro del buen sentido, entrarás en el caos.

LA MUJER Y LA PINTURA.
Ejercicio de métrica.

1. Di
2. mujer:
3. que sabes
4. tanto como
5. yo sobre el arte
6. de la pintura, y que
7. estás poseída por
8. la gracia especial de servir
9. de modelo a los artísticos
10. personajes ejecutores del
11. divino oficio, qué sientes al posar
12. desnuda ante esa masculinidad que se
13. oculta tímidamente detrás de un simple
14. pincel, que a veces ves temblando sobre las manos
15. del artífice, por motivos bastante fáciles
16. de comprender, pues no en balde, el esplendor inusitado
17. de un cuerpo vivo femenino, supera con creces cuanto
18. él, por muy artista que sea, puede plasmar sobre el blanco lienzo.
19. No digamos, del instinto bestial del macho, cuando está frente a la
20. hembra, lo cual, por ser uno de los privilegios de Natura, no es
21. aconsejable  que se ponga en tela de juicio, porque somos sus hijos
20. predilectos, y, como madre nuestra que es, ella sabrá por que somos
19. así, siendo lo más lógico, que tú, oh mujer, sientas también
18. algo parecido al contemplarte por partida doble, libre,
17. sin tapujos, lo mismo en el cuadro que se está formando
16. que en ti misma allí posando; pero todo depende de
15. la condición sexual del artista, que puede ser
14. distinta, no digamos aberrante, pero ello
13. no importa dentro del mundo espléndido del
12. Arte, pues en él reina como dueña y
11. señora la belleza, la cual es tan
10. exuberante y exquisita, que,
9. aún dentro del espanto, del
8. crimen y el horror, tiene
7. un lugar descollante
6. que si no presenta
5. valor dentro del
4. buen sentido,
3. entrarás
2. en el
1. caos.


Taller de Escritura Miguel Delibes de Moratalaz.
En Madrid, a 9-6-2015.-
 HACER UN EJERCICIO QUE SE DESTRUYA A SI MISMO.
Hoy tengo que hacer un ejercicio catastrófico que se destruya a si mismo, de tal manera
que no quede ni un resquicio de lo que se ha querido decir, y, me viene a la memoria aquello del buen Erasmo de Rotterdam, de la estulticia que padecemos y nos va llevando a un desastre universal, sin remedio  alguno que podamos aplicar a esta fatal desgracia, la cual nos hemos buscado trabajando siempre en el terreno de la intolerancia, porque somos  inconsecuentes dentro de nuestras acciones perniciosas todas encaminadas en favor de lo maligno, terrible calamidad que nos azota desde aquel lejano día dentro del cual, esclavos de nuestros designios malvados, nos encaminamos hacia el despeñadero, obcecados, en los fanatismos relacionados con nuestra manera de ser, todos unidos en la sinrazón, siempre trabajando en todo aquello que nos perjudica, y, desunidos en aquello que podría beneficiarnos y producirnos placeres extraordinarios, cual ese de la Comunión Universal, coito espiritual que vendría seguido de una pacificación espléndida, esperada por algún que otro loco de remate como este que escribe esta cantidad de insensateces, producto de una cadena de crímenes que fueron dejando profunda huella dentro de algunos cerebros como el que nos ocupa, que prendido en el desierto campo de larga Vida Celestial, se atreve a decir tal número de sinsentidos, y estalla... Criss, Crag, ¡Crasss!.

Ejercicio de métrica

1. Hoy
2. tengo
3. que hacer un
4. ejercicio
5. catastrófico
6. que se destruya a si
7. mismo, de tal manera
8. que no quede ni un resquicio
9. de lo que se ha querido decir,
10. y, me viene a la memoria aquello
11. del buen Erasmo de Rotterdam, de
12. la estulticia que padecemos y nos va
13. llevando a un desastre universal, sin remedio
14. alguno que podamos aplicar a esta fatal
15. desgracia, la cual nos hemos buscado trabajando
16. siempre en el terreno de la intolerancia, porque somos
17. inconsecuentes dentro de nuestras acciones perniciosas
18. todas encaminadas en favor de lo maligno, terrible
19. calamidad que nos azota desde aquel lejano día dentro
20. del cual, esclavos de nuestros designios malvados, nos encaminamos
21. hacia el despeñadero, obcecados, en los fanatismos relacionados
20. con nuestra manera de ser, todos unidos en la sinrazón, siempre
19. trabajando en todo aquello que nos perjudica, y, desunidos
18. en aquello que podría beneficiarnos y producirnos
17. placeres extraordinarios, cual ese de la Comunión
16. Universal, coito espiritual que vendría seguido
15. de una pacificación espléndida, esperada
14. por algún que otro loco de remate como este
13. que escribe esta cantidad de insensateces,
12. producto de una cadena de crímenes
11. que fueron dejando profunda huella
10. dentro de algunos cerebros como el
9. que nos ocupa, que prendido
8. en el desierto campo de
7. larga Vida Celestial,
6. se atreve a proferir
5. tal número de
4. sinsentidos,
3. y estalla...
2. Criss, crag
1. ¡ Crasss!




2-6-2015.-
Biblioteca Miguel Delibes de Moratalaz. Taller de escritura.

Esta es la historia de un llavero, unida a la de una idea que se me ocurrió al ver una niña pegándole a un perro, y un personaje: Hambrino Pérez. La idea fue darle un buen bofetón a la tal cuando la vi pegándole a un perro pachón que, la infeliz no sabiendo el riesgo que corría con tal acción, se había expuesto. Los perros por muy buenos que sean con los amos, cuando se les maltrata excesivamente, se vuelven contra ellos y si no dispones de un buen palo para contenerles, es probable que salgas herido o te maten. Y más en el caso como este que relatamos. No le di el bofetón, pero escribí esta historia para que las niñas malas aprendan a comportarse bien.
No  le di el bofetón que se merecía pensando en las consecuencias que ello me acarrearía, y no tardé más de treinta segundos en comprobarlo, al ver avanzar hacia mi a un tipo malcarado con ojos saltones y nariz afilada que se acercaba con expresión siniestra al verme parado delante de la niña. Era su padre. Es curioso el caso de la mente, que en las situaciones especiales como esta, se distrae con observaciones pueriles que no vienen al caso; y es, que, el hombre traía en las manos un llavero brillante de forma rectangular y me llamó la atención, las seis perforaciones que tenía.  Eran unos cuadraditos de unos seis milímetros de lado hechos seguramente a troquel. Pensé: menos mal que no trae un cuchillo, ni una cadena, o una porra con la que poder agredirme sino este inofensivo manojo de llaves. A pesar de su mala catadura, al mirar sus ojos pensé que aquel mastodonte no deseaba hacerme daño y, que la curiosidad más que otra cosa le acuciaba al dirigirse a mí. Me espetó:
        - ¿Qué hace usted delante de mi hija mirándole tan fijamente?
        - Verá, señor, estaba pegándole al perro.
        - ¡Ah sí! ¿Es verdad lo que dice este señor, Camila?
        - Si papá, Leal es muy malo y no quiere obedecerme.
        - Pero le has pegado hija mía y eso no debe hacerse. La violencia, en sus variadas y sutiles formas que son muchas, es algo que nos convierte en brutos a los seres humanos; algún día comprenderás esto que te digo. Entra en casa y prométeme que no volverás a hacer tal cosa.
        - Si, papá.
        - Y usted, señor, si no es abusar de su tiempo ¿le gustaría acompañarme a probar un buen Rioja que tengo en mi bodega?
Nos encontrábamos en la Moraleja delante de una gran mansión cuya puerta se abría con las llaves que el potentado Hambrino Pérez, padre de la niña, llevaba en las manos. Halagado por las palabras que aquel hombre había dirigido a su hija, más que por su horrible presencia, accedí a entrar en su casa y en su vida. Nos hicimos amigos aquel dichoso día; amigos inseparables que, luego más tarde siendo socios, hemos aprovechado para el bien común. Hemos creado una fundación donde acoger a los escritores fracasados que, obcecados en la noble ocupación de escribir, por circunstancias de la vida, viven peor que los perros. Ah, y el llavero es este que llevo en mi bolsillo. Muchas veces cuando me dispongo a escribir, acaricio largamente sus cuadraditos cual si fueran las cuentas de un rosario. Es mi talismán.

              En Madrid, a 2-6-2015.- 

              Francisco







3-6-2015
Biblioteca Francisco Ayala de Valdebernardo



CERATITIS CAPITATA

                                                                   La mosca mediterránea
                                                                   que los frutos agusana.

Tengo ante mi la foto de una manzana que presenta un circulito marrón de unos ocho milímetros de diámetro, y,  como bien me se, esto significa que dentro de ella hay miles de gusanos que la están pudriendo y haciéndola incomestible. En la Costa de Levante, por mi mano plantado tengo un huerto, donde la ceratitis capitata, la mosca más bella de todas, pero al mismo tiempo la más dañina, apenas llega el mes de junio, y a veces algo antes, empieza a salir del suelo donde durante otoño e invierno ha estado convertida en larva, y va formando colonias de millares de individuos  sobre las hojas más altas e inaccesibles de los árboles. Allí establecen su cuartel general y empiezan su batalla contra los frutos del hombre.    
Los hombres del sur, somos capaces de conocer sus efectos perniciosos, que aún esterilizando a los machos, buscando soluciones para exterminarla, nunca lo conseguimos y vemos con inmenso dolor, como se ha ido adueñando de toda la Costa  del Mediterráneo.
Antes de llegar a mi huerto este insecto, yo era el hombre más feliz del mundo, donde disfrutaba de la dicha suprema de deglutir sabrosos melocotones de un aroma exquisito si los vas llevando del árbol, ya maduros, directamente a la boca. Y quedé horripilado, aquella funesta primavera, cuando el bocado que dí al primer melocotón, encerraba una sustancia pegajosa que rebullía, y que al volver a sacarla de la boca y mirarla, casi me desmayo del asco que me produjo. 
Ese asco, sigue gravitando sobre mí, cual si yo, fuera un ser diminuto, del mismo tamaño de aquellos voraces gusanos y, estuviera a merced de ellos dentro de una superficie esférica de la que no puedo salir. Es la terrible sensación que me atosiga desde aquel triste momento. Me considero una pobre víctima de la manzana podrida, y pienso a menudo, si no soy culpable en parte de esta sucia ola que asola Tierra adentro, a mi querido Mare Nostrum.
Hay algo que se me olvidaba decir, y es, que la foto, según se observa, no contiene solamente a la manzana, sino que ella está encima de un sobre bastante abultado de billetes de quinientos euros... un símbolo más que completa, lo que nos quiere dar a entender el genial fotógrafo.

En Madrid, a 3-6-2015

Francisco.






El cuento de la semana.


BIBLIOTECA MIGUEL DELIBES DE MORATALAZ
LA CASADA INFIEL.-


Cecilia está de pie al borde de la piscina, vestida, resistiendo un viento fortísimo que baila con sus cabellos; tiene los ojos desencajados, como si hubiese perdido el juicio.
Está mirando el cadáver de su marido que después de haberle asestado varias puñaladas, ha caído allí enrojeciendo las aguas con su sangre.  El pensamiento de tirarse y acabar también con su vida, le mantiene en la orilla dando pasos de un lado a otro. Suena el timbre de la puerta de casa, pero debido a su estado síquico y también al silbido del viento, no lo oye. Está asustada por lo que acaba de hacer y piensa que no era su intención hacerlo. Venancio, la tenía sometida a un maltrato sicológico desde el primer día que se casaron. Era escritor, ¿saben? Había conseguido gran éxito con su novela LA CASADA INFIEL. Tantas habían sido las alabanzas del público, tan elocuentes los comentarios de sus amigos de tertulias, los eventos a que había sido invitado, la televisión, la radio, el elogio a su figura, que, inflado como un pavo, se consideraba un eje de los destinos del mundo, un árbitro de la elegancia. Y claro, su mujer era para él muy poca cosa, un algo con lo que había cargado desde un principio, porque siendo rica heredera, le aseguraba un buen porvenir sin necesidad de buscarse la vida por otros conductos distintos  al de la literatura que era el que le gustaba. En fin, el caso típico de muchos desviados mentales que confunden la ficción con la realidad y que cometen el crimen de unirse a una mujer hija de padres pudientes por pura conveniencia social.
Verónica, la madre de Cecilia, que es quien ha llamado al timbre de la mansión, al ver que nadie contesta a su llamada, hace uso de la llave que tiene a su disposición para estos casos, penetra en ella y recorre toda la casa preguntando si hay alguien allí. Y finalmente, al abrir la puerta ve que:
Cecilia está de pie al borde de la piscina, vestida, resistiendo un viento fortísimo que baila con sus cabellos; tiene los ojos desencajados como si hubiese perdido el juicio...
  

En Madrid, a 26-5-2015
Francisco.







BIBLIOTECA FRANCISCO AYALA DE VALDEBERNARDO


ARDE MADRID.

Esta mañana al levantarme y dirigirme al salón, veo a través de la ventana las casas de enfrente envueltas en llamas, y horrorizado, salgo a la terraza y me horrorizo más aún,  al ver una larga línea de fuego que se prolonga de norte a sur abarcando hasta Alcobendas e incluso Algete por el norte, y por la parte sur, hasta Getafe e incluso Parla. Me pongo a sudar ante cosa tan horrible que está sucediendo y no sale ni un grito de mi garganta, que se ha secado. Soy incapaz de articular palabra alguna, pero mi mente trabaja a velocidad de vértigo. Lo extraño del caso es que el fuego no haya llegado a mi casa, que está escasamente a quince metros de las de enfrente. Pero las cosas son así y así debo narrarlas. Es un fuego frío, pues  nada de calor llega ante mí a pesar de estar tan cerca. Entre las llamas, veo ascender formando un espectáculo bellísimo, las almas de mis vecinos, cuyos cuerpos quedan abajo carbonizados, supongo, pues la verdad es que no se lo que ocurre dentro de las casas. Sólo se que Madrid está ardiendo y estas llamas que veo delante de mí son una realidad. Pienso en Nerón contemplando el incendio de Roma y un ramalazo maligno entra dentro de mí al compararme con él. Pero me tranquilizo, porque yo no he sido el culpable de este incendio… ¿No he sido el culpable? ¿Que yo no he sido el culpable?  Esta duda me roe las entrañas. Este pensamiento me pone frenético. Es curioso no ver a nadie corriendo por las calles, ni que en ellas exista el más mínimo alboroto. Y sin embargo el fuego está ahí, delante de mis narices y cada vez se va extendiendo más en dirección este. Le veo llegar hasta la parroquia y hasta la casa donde duerme el cura. Y asombrado, entre las muchas almas que aparecen entre las llamas, veo la de este ascendiendo, y diciendo unas palabras que me gustaría percibir. Pero nada. Sólo veo cómo se pierde en el espacio y nada más. Mis vecinos de enfrente, alguno desde lejos, al verme tan tieso en el balcón, me hacen visajes con las manos, como queriendo decirme algo. ¿Cómo es posible que yo esté vivo y el fuego no haya llegado hasta mi casa? Así son las cosas y así no tengo más remedio que contarlas. No se si alguien leerá mis papeles algún día, y si considerará la verdad de estas cosas que estoy contando. El fuego ha avanzado bastante y ya se están incendiando las casas del barrio de la Estrella. Pronto alcanzará el Barrio del Niño Jesús y llegará al Parque del Retiro. Si tengo un poco de paciencia, y la tendré, pues no tengo otra cosa que hacer más interesante que esta, veré qué ocurre con el parque vacío de gente  a estas horas de la madrugada. ¿Arderán los árboles al igual que están ardiendo las casas? ¡Ay, no! Los árboles han sido perdonados por las llamas...

En Madrid, a 15-4-2015

Francisco.
















EL BESO.-




                                                           Gustav Klimt

Relato construido en el taller de escritura de Natividad Lorenzo. El hilo conductor es un sillón de hospital de color verde cuya lámina nos muestra ella para inspirarnos.

         Faltan dos días para terminar agosto de este año, cuando una terrible colitis me hace entrar en un hospital de la cadena Quirón. De inmediato después de la correspondiente analítica que me hacen en Urgencias, paso a una habitación solitaria donde me instalan en la sola cama que hay en ella.

      Debo decir en honor a la verdad, que se produce un delicioso fenómeno en los hospitales de España, no cantado todavía, que tiene su origen en la belleza de las mujeres médico, que en avalancha, van sustituyendo a los feos y desagradables doctores de antaño. La médico internista que me atiende, es una de ellas, con unos ojos azules, unos labios de fresa, y un cutis de albaricoque, que te elevan al paraíso.   

      Por la noche, una vez que me han abandonado los familiares y amigos, en la semioscuridad, fijo mi vista en el hermoso sillón plegable y con orejeras forrado de verde, que tengo delante de la cama a muy poca distancia. Y no sé si por efecto de la fiebre, o por la debilidad que se ha apoderado de mi, veo que este se va descomponiendo en florecillas de otros verdes distintos salpicadas de otras de color magenta. Y va naciendo sobre ellas hacia arriba, una especie de morcilla de color amarillento salpicada de ventanas, hasta convertirse en ese hermoso lienzo de Gustav Klimt cuyo título es EL BESO.

        De pronto, un portazo espantoso suena en la oscuridad y el sillón ha vuelto a manifestarse completamente con toda su figura; pero no está solo, pues está rodeado de un humo blanco, que se transforma de inmediato en una blanquísima sábana que empieza a perder su color hasta convertirse en un ser de carne y hueso, todo desnudo, tanto que hasta puedo distinguir el color azul de las venas de sus brazos. 

        Y lo más extraño es que al mirar su cara, veo que soy yo, esa persona. Durante un tiempo que me parece infinitamente largo, me quedo contemplando esa cara y ese cuerpo, cual si estuviera ante un espejo. Y me saca de mi ensimismamiento, algo que empieza a moverse en la comisura de mis labios, apareciendo la cabeza de un horrible gusano blanco. Me aterrorizo. Pero completamente fascinado, asisto al espectáculo más espantoso que jamás vieron ojos humanos. Otro gusano de iguales características, empieza a asomar por debajo del ojo izquierdo y junto a la nariz, la cual empieza también a moverse. Noto ruidos extraños, que aterrorizado como estoy, no me atrevo a mirar de donde proceden, y, sin poderlo remediar, veo que salen de mis hombros, de mi vientre… Ah, mi vientre es un asqueroso plantel de blancos gusanos que emergen todos a la vez en alegre algazara. Estoy paralizado, mientras el espectáculo terrible se va desarrollando durante una hora o más, toda una eternidad, donde brazos, piernas, cabeza, tronco, van perdiendo su anterior figura a medida que mi esqueleto va quedando mondo y lirondo.

        Inmensa cantidad de gusanos han caído sobre el fondo verde del sillón,  presentando ante mi un espectáculo bellísimo aunque espantoso: Se van quedando inmóviles, como muertos, semejando esa especie de figuras de marfil que algunos pintores surrealistas dejan como recuerdo imborrable de su arte. Fascinado nuevamente, pero de distinta forma que la anterior, contemplo la bella gusanera que permanece por debajo de mi blanco esqueleto, el cual ya no me asusta.

        Estoy empezando a disfrutar, y más cuando observo, que aquello empieza a moverse y de pronto, surge de la masa, una bellísima mariposa multicolor, que, no sólo complace mi vista, pues exquisita ola de perfume, percibe mi olfato. Y no una, sino miles de mariposas, empiezan a revolotear a mi alrededor, llenándose la habitación con su dulce encanto. Una sinfonía de modulaciones infinitas, empieza a sonar, proveniente del suave aleteo de tan bellas criaturas.

        Finalmente, todas ellas, se van situando sobre el sillón cubriendo totalmente mi esqueleto, y, caso extraño: El cuadro de Gustav Klimt del principio, vuelve a situarse sobre este, conformado por este enjambre de mariposas. Pero es mucho más bello, tiene carácter de algo fuera de este mundo, pues se mueve, tiene vida propia. Mi cabeza, como ya sabemos, remata la parte superior del lienzo, y no está sola. Está unida por los labios en éxtasis supremo, a la bella cabeza de la doctora.

En Madrid, a 13-12-2013.

Francisco









LA HIEL


 Relato construido a partir de la foto de un grupo de hombres cenando bajo un árbol de Navidad, la cual nos presenta para inspirarnos, nuestra genial profesora Natividad Lorenzo, en el Taller de Escritura de la biblioteca de Valdebernardo.

       Estamos en el día 20 de diciembre de 2013.- 
He aquí a varios hombres cenando en una mesa situada bajo un árbol de Navidad. Cualquier persona que les esté observando, pensará que son inocentes criaturas, elegantes ejecutivos de una empresa que están celebrando la Navidad y la despedida de año antes de marcharse honradamente a sus casas a pasarlo con su familia en santa compañía. Y sin embargo, ésa hiel, que Alberto Insúa, citaba en una de sus novelas bajo ese título, esa sustancia vil y pegajosa que induce a los peores crímenes y monstruosidades, ésa, está a punto de reventar dentro de sus hígados y como consecuencia, causar la muerte al presidente de la nación. 


        Uno de los comensales, es  Patricio López de la Espesura, colaborador de la policía,  que me ha dado el soplo.


        No estoy en la foto, porque soy la persona que la acaba de hacer, situado en un extremo del salón, cenando en una mesita aparte, e intentando pasar por persona insignificante. Pero me inquieta la mirada que me está echando uno de esos individuos, que si me descubre, me pueden arrebatar la cámara y me pueden hacer mucho daño, el y esas bestias de terroristas que están con él.

        Hay un libro en Amazón de un tal Iván Lobato Gago, que me recuerda el de Insúa, y me hace sentir, cómo actúan los mecanismos de la mente de estas personas. Alguien cuya fama es de ser un ser puro e incorruptible, les ha vendido la idea, de que esta sociedad corrompida, debe ser combatida y eliminada por medio de la violencia, dando muerte a las personas más representativas de esta sociedad.

        El libro, que se titula LA HIEL DEL MUNDO, en síntesis presenta la siguiente premisa:

        “Una mañana despiertas y descubres que tu vida ha sido un desperdicio, que todo cuanto hagas quedará solapado por el poder de la sociedad, que todo en cuanto creías, se ha perdido  conforme esta  desmorona sus valores. Y entonces emprendes un viaje reflexivo a los cimientos de tu mundo, oponiéndote al consumismo desmedido, al hedonismo televisivo, al lujo y al derroche en general.”

        Mientras estoy pensando en esto, que es la base para soñar en una sociedad más justa, veo cierta contradicción en estos individuos que se pretenden puros, pues al contrario que yo, que estoy tomando mi tortilla de espinacas y un vaso de agua, hasta caviar y champán han llevado a su mesa. Y otra contradicción en la que caen, es en creer que el crimen es la solución, pues la violencia, sólo engendra violencia, la cual se prolonga en cadena sin fin.

        Están terminando de cenar, y alguno de ellos, se levanta para ir a los aseos pasando junto a mi mesa regalándome sus eructos. López al pasar junto a mi, simula parándose, que se está sonando las narices, mientras yo disimuladamente, introduzco en uno de sus bolsillos el gran fajo de billetes, pago de su delación. Y me ha dejado encima de la mesa un papelito, que  escondo inmediatamente, en el que dice el día y la hora exacta en que estallarán un coche bomba al paso del automóvil de Rajoy por determinada calle de la capital.

 En Madrid a 20-12-2013.
Francisco











TALLER DE ESCRITURA DE VALDEBERNARDO.- Ejercicio propuesto por Natividad para este fin de año 2013 a partir de la siguiente frase que nos ha dictado.



Una niña llamada Ilse se desvió una tarde de su camino. De haber sabido lo que iba a ocurrir, no se hubiese alejado del sendero que recorría.






Nota.- El hilo conductor de este relato es la preciosa flor del Buen Sentimiento.

I    


        A un lado y otro de este sendero, crecían las magníficas flores, del  Buen Sentimiento, del Amor, del Desprendimiento, de la Entrega, del Sacrificio, del Trabajo, del Humor y de la Alegría, cuyo padre se había preocupado de regar y cuidar con el mayor de los entusiasmos, lleno de curiosidad por verlas crecer y para que acariciaran durante toda su vida a la dulce Ilse, su hijita adorada. Su buena intención, le había hecho concebir la sana idea, de que su hija, al ir acariciando esas flores tan preciosas, aspirando su exuberante perfume, iba a seguir un recto camino que le iba a llevar a disfrutar directamente al hermoso campo de la Libertad. Él, cuyo nombre es Ambrosio, conocía muy bien ese campo, pues en contra de todas las zancadillas que le habían puesto furiosos animales a través de su vida, el inmisericorde Odio, La  terrible Confusión, la brutal Ignorancia, el horrible Desprecio, la viscosa Envidia, había logrado a base de grandes esfuerzos llegar hasta él, para saborear allí, miles de deliciosas frutas, de recibir la caricia  del sol, y aspirar el aroma de las flores  más espléndidas, que en tal campo hay en gran profusión para que las disfruten cuantos esforzados hombres o mujeres son capaces de llegar allí.


        De cuantas flores allí había, la que más gustaba a la niña, era la flor del Buen Sentimiento, flor comestible de la que ella se alimentaba, de tal manera, que los dulces y  buenos platos que le preparaba María, su querida madre, apenas los probaba. Y siempre volvía a casa cargada con una cesta llena de ellas, que esparcía por todas las habitaciones, e incluso sobraban para regalar a los vecinos del pueblo que la adoraban, no sólo por eso, sino porque ella era preciosa.


        El desvío de Ilse de aquel camino, fue debido a un libro que iba leyendo aquella tarde, donde se decían muy malas cosas sobre los padres; que si la mayor cantidad de traumas que padecemos, proceden del poco cuidado que ellos han puesto en educarnos, que si hay padres que sienten deseos de abusar de las hijas, que si hay madres manipuladoras que quieren más a un hijo que a otro; incluso esas madres, que dan en adopción a sus hijos a otras familias y se olvidan de ellos… 


        Y el tal libro, se lo había dejado para leer, un apuesto galán de nombre Erudito García, que tardes atrás, se la había encontrado en aquel mismo sendero y le había cautivado con sus bellas palabras, con sus conocimientos que según decía, tenía de los padres, tan fatales, que su propio padre, un ser autoritario, le había maltratado desde niño. Y descubriendo su torso, le había mostrado las cicatrices. Pero ahora él  -según decía-, se había liberado de todo eso y se había situado en el enmarañado bosque del Conocimiento, muy cerca de aquel paraje por donde ella y su padre transitaban. De tal bosque contaba maravillas, tantas que le hizo olvidar los dulces relatos que el padre le había contado sobre su disfrute en el bello campo de la Libertad.


        Y he aquí que esa tarde aciaga, en que ella respirando los deliciosos aires de su sendero, se presenta ante ella Erudito, muy bien vestido con el precioso traje de la Sabiduría, que le da un aspecto impresionante de Príncipe de las mil y una noches. Y el pelo impregnado con esa brillantina conocida con el nombre de Dulces Palabras.



                                                                II


        No hace falta decir, que Ilse se alejó del sendero, puesto que ya lo hemos dicho. Y también se habrá supuesto, que se marchó con Erudito al citado bosque.


        Lo que le ocurrió en él es algo tan triste, tan digno de lástima, que su padre, que había quedado abandonado en su casita del pueblo, no paraba de llorar y gemir desde el momento, en que vio que ella no volvía a casa.  Y no sabía qué hacer para recuperarla.       


        Erudito, no resultó ser hombre que ella se había imaginado. Era un ser apático que apenas hablaba, y cuando lo hacía era para achacarle mil defectos. Llegó incluso a maltratarla, abusando de ella porque estaban solos en aquel bosque y ella no podía defenderse.      


        Pero ella le amaba a pesar de todo, o mejor dicho, admiraba su figura, sobre todo cuando alguno de aquellos momentos, que se arrepentía de haberla maltratado, se colocaba su precioso traje de la Sabiduría y se ponía sobre el pelo, la famosa brillantina de las Dulces Palabras de la que conservaba un frasco que se le iba acabando poco a poco. Así vestido, daba gusto mirarle.


        Otro aliciente que Ilse tenía allí, era el contacto con los animalitos, las bellas flores, no tanto como las de su sendero, pero bellas al fin y al cabo, porque la naturaleza es así de prodiga y porque en el bosque del Conocimiento, también hay cosas buenas que se deben apreciar, aunque ocultas la mayoría de las veces. Y ella, que tenía el mismo empuje y tesón que su honrado padre, las descubría y gozaba con ello.  Pero había una flor que allí no aparecía por mucho que buscara. Era la flor del Buen Sentimiento.


        De haber sido Erudito de distinta manera, tal y como ella se lo había imaginado, los dos en aquel bosque, aunque solos y lejos del contacto con las gentes, hubieran sido felices. Pero cuando más tranquila y satisfecha estaba, el hombre movido por una furia que le salía de dentro, o bien le daba una sonora bofetada, o peor aún, le maltrataba sicológicamente, haciéndole ver que no servía para nada, que era una niña mimada que ni siquiera sabía remendarle los pantalones. Que no tenía sentimientos, que era una inculta sin ilustración. Y que no sabía cómo se había podido encaprichar de ella y habérsela llevado allí con él.


        Y lo curioso del caso, es que cuantas cosas malas le achacaba a ella, era él quien las poseía, pues no tenía sentimientos. Y en cuanto a los conocimientos que creía poseer, eran falsos, aprendidos de aquel libro famoso, escrito por un malvado escritor, ignorante e hipócrita.



                                              III

                                     

        Cierto día, el tío de las Dulces Palabras, con la cabeza chorreándole brillantina, le dice que tienen que separarse y seguir cada uno su camino para curarse de ciertos traumas que el tenía de su niñez, por culpa de su malvado padre, y que ella también arrastraba aunque no lo sabía. El muy cuco le había hecho creer, que ella también había sido maltratada por sus padres, mentira odiosa, pero como había seguido leyendo aquel libro diabólico, se lo creía.


        Y, astutamente, le hace concebir la esperanza, de que una vez curados sus traumas, volverán a unirse y ser felices, comiendo pan y perdices.


        Allí se queda sola la infeliz Ilse en contacto con los animalitos de aquel bosque, que hay que decirlo para que se sepa, no es un bosque lleno de fieras, pues los únicos animales terribles que le podían hacer daño, son las muchas serpientes que allí abundan, pero como tienen comida de sobra con conejos, ardillas, pájaros y demás, respetan a la bella niña. Así es el bosque del Conocimiento y así queda relatado.


        Pero ¡Cuidado, lindos pequeñuelos que esto estáis escuchando!, no se os olvide que existe el Campo de la Libertad, y es mucho mejor que este. Y si podéis llegar a el, mejor para vosotros. Porque allí existe la flor del Buen Sentimiento y gracias a ella podríais alimentaros si os llegara a faltar otra clase de comida.


        Pero sigamos con la historia:

        Ilse se encuentra muy sola y enferma al faltarle la comida. Si allí hubiera tenido a mano su flor alimenticia, se habría salvado; pero no.


         Pone de inmediato un meil a su amado Erudito pidiéndole ayuda, porque su enfermedad se ha agravado. Está esperanzada en que este venga a auxiliarle, pero el muy ladino, que en ese tiempo ha encontrado pareja, le envía a otro mozo, bastante más bello que él, y mucho más razonable para que le preste esa ayuda.


        Este joven mozo llamado Rogelio, la lleva al hospital para que la asistan y como buena persona que es, le aconseja que llame a los padres, que los pobres deben de estar sufriendo al no saber nada de ella.  Pero ella se niega a ello, porque  sigue con la falsa idea que Erudito le había inculcado, de que había sido maltratada por los padres cuando era una niña. En su memoria, se habían perdido los dulces recuerdos del tiempo vivido junto a su padre y madre y los sabios consejos que este le había dado para que siguiera el recto camino hacia la Libertad. Ya ni siquiera se acordaba de que existía ese campo. Lo cierto es, que pasados unos días y ya recuperada de su enfermedad, ella y Rogelio volvieron a la cabaña.





                                                                IV


        Por una de esas casualidades del destino, que hace a veces que reneguemos de la vida, Ambrosio, acompañado de María, habían ido a buscarla al bosque que se habían enterado que era donde vivía. Y era precisamente, el mismo día que ella ingresaba en el hospital. Cada uno portaba una enorme cesta de aquella flor que tanto bien hacía a su hija y que pensaban ofrecerle, con la esperanza, de que ante su olor y buena presencia, reaccionara y volviera con ellos a casa. No les importaba que volviera sola o acompañada de Erudito. Estaban creídos que seguía con él y pensaban en su inocente forma de pensar, que si su hija le quería, ellos también, y le acogerían como a un hijo.


        Al encontrar la cabaña cerrada, se volvieron al pueblo compungidos, pensando que ella ya no vivía allí, o que se había ido a pasar unos días de vacaciones, puesto que eran las fiestas de finales de año. Pero no se encerraron en casa hasta dar una vuelta por varios hospitales, en los cuales suponían que ella podía estar.


        Y también, por una de esas aciagas casualidades, el único hospital donde estaba, fue el que habían dejado de visitar.


        Un mes después de estos acontecimientos, volvieron Ambrosio y María nuevamente al bosque; y al ver la cabaña con luces dentro, sintiendo gran emoción dentro de sus corazones, llamaron a la puerta, esperando que Isle saliera a recibirles y salió Rogelio a decirles que su hija no quería verles. María con ese poder que las madres tienen sobre los hijos, logró al fin que saliera, pero, todo fue inútil, porque Isle, más dura que el granito no transigió en nada de lo que ellos pretendían.


        Esta vez, por descuido, no habían llevado la preciosa flor y mientras volvían a casa, María reprochaba a Ambrosio que hubiera tenido ese fatal olvido. Quizá si la hubieran llevado, Ilse habría recordado el pasado y el cariño de los padres y hubiera vuelto con ellos. No les importaba que este nuevo compañero de su hija, estuviera en lugar de Erudito. Le hubieran querido igual que un hijo, ya que era quien ella amaba. Y punto.


        Después de este incidente, María y Ambrosio, se han vuelto antipáticos y gruñones. Ella le reprocha constantemente lo de las flores y él, le reprocha a ella, el que no se lo hubiera recordado. Constantemente están discutiendo y de mal humor, y llega un momento, que se produce su separación matrimonial.



                                               V


        En el pueblo se comenta, este caso insólito, porque era una pareja ejemplar que se amaba profundamente. Pero no es el único caso, que cuando sucede un caso así, la familia se rompa y cada cual marche por un lado. 


        Ambrosio, se va a vivir solo al Campo de la Libertad donde con unos troncos y maderos se construye una cabaña. Y María se queda también sola en la casa del pueblo. Tiene el para alimentarse la flor del Buen Sentimiento, que crece allí en abundancia, y además, hay abundantes peces porque este campo está situado a la orilla del Mar de la Tranquilidad. Pero no se siente feliz. El recuerdo de su pobre hija allí en aquel bosque solitario, le atosiga. Sólo tiene el consuelo de que está acompañada, pues si estuviera sola…


        Y una cosa que le atormenta, es que Rogelio pueda abandonarla, cansado de ella, cosa que le ocurre a muchos hombres generalmente. Y lo peor del caso, es que cuantas cartas y mensajes envía a su hija, pidiéndole noticias, ella nunca le responde. Y cuando en alguna carta le dice que va a ir a visitarla, entonces si obtiene contestación. Pero esta contestación, le amarga más, porque le amenaza con que no sólo no le abrirá la puerta, sino que está dispuesta a que Rogelio le eche de allí a patadas. Menos mal que este está con ella. Pero, un nuevo temor asalta al padre: ¿No la estará maltratando y su hija estará padeciendo un nuevo infierno?


        María ha muerto, allí sola en su casa sin amparo de nadie, llena de inmensa tristeza por haberse visto abandonada de las dos personas que más quería en su vida.



                                                                VI


        Ilse, que sigue esperando a Erudito, no hace caso en principio a Rogelio, porque sigue amando al otro, pero con el tiempo al ver su fidelidad y que no la abandona, le va tomando afecto y al fin se casan.


        El libro diabólico, sigue allí en la repisa de la chimenea de la triste cabaña en que viven y es el único que ella y Rogelio, tienen para solazarse.


        Rogelio, como antiguo discípulo de Erudito, tiene las mismas ideas que sobre los padres tienen este y su querida Ilse, y hasta es probable, que también les abandonara, cual ellos hicieron. Pero no vamos a contar su historia. ¡ Hay tantos jóvenes en estos tiempos que hacen lo mismo!


        Lo que si sabemos, es que en dos meses que han pasado, no se ha separado de ella y que viven felices en aquel bosque disfrutando de las delicias que el Conocimiento ofrece, pues como tiene buenos ordenadores en la cabaña, allí se relacionan con todo el mundo y no echan nada de menos. Es una de las ventajas de la vida moderna, en que auxiliados de Internet, la soledad se hace más llevadera.


        Mas no debéis fiaros, queridos pequeñuelos, que el contacto con los seres humanos, aunque estos a veces nos hieran, es algo fundamental, pues la soledad, aunque estemos acompañados del ordenador, sabedlo: hace enloquecer a las personas. Eso, si esas personas se han olvidado de Dios, pues según consta en documentos dignos de la mayor atención, en la selva o bosque del Conocimiento, a Dios se le tiene bastante olvidado.



                                                               VII


Ambrosio después de la muerte de María, decide ir a buscar a su hija y cargado con enorme cesta de la mágica flor, aparece ante su puerta. Le recibe Rogelio, muy arisco y dispuesto a echarle a patadas si Ilse se lo ordena, pero ésta allí dentro de la habitación donde está sentada ante el ordenador electrónico, de pronto, se ve envuelta por una suave fragancia que, en principio no recuerda bien, pero que poco a poco la embarga de tal manera, que su feliz pasado, vuelve a presentarse ante ella y, sin poderlo remediar, olvidándose de todas las promesas que se hizo de ser dura con los padres, sale corriendo y se abraza al suyo con ímpetu increíble, tan fuerte que el buen Rogelio, se queda asombrado, y no sólo eso, que se siente invadido por los celos, al pensar que nunca su amada Ilse le había abrazado con tal ardor.

       

        Queridos pequeñuelos, tengamos un piadoso recuerdo para María, la única víctima de esta triste historia. Recordad que siempre es sacrificada la Inocencia; y la culpa la tienen la Libertad y el Conocimiento.¡Qué triste!


                                                         FIN


En Madrid, 22-12-2013

Francisco








Los tesoros de la Luna.-

                                                     
        Aquel día del mes de mayo, íbamos caminando mi amigo Vicente y yo por los páramos desiertos de la luna, cuando un hombre de aspecto patibulario con unas orejas puntiagudas de a palmo, que venía corriendo detrás de nosotros, nos para y nos invita a si queríamos seguirle, porque podría enseñarnos una gran cantidad de tesoros que tenía escondidos en una gruta. Y nosotros que somos bastante curiosos, sin fiarnos mucho del aspecto de aquel tipo, le seguimos. Y no tardamos mucho en llegar al sitio en cuestión porque a cada zancada que dábamos avanzábamos veinte metros. Y he aquí, que una vez llegado a la gruta, nos montamos en un tren que estaba a punto de salir, acompañados del tal individuo que nos iba explicando cuanto aparecía ante nuestras asombrados ojos. Lo primero que vemos, es que tal gruta, es un espacio inmenso cuyo límites estaban lejos, muy lejos… algo así como cuando miramos a la bóveda del Cielo en los días claros y soleados. Y lo más extraño todavía es que una luz espléndida alumbraba aquel inmenso recinto, pues un sol amarillo cual topacio, lucía en el centro de aquella inmensa esfera. Resulta, que la Luna está hueca; hueca totalmente cual si fuera una de esas bolas que adornan los árboles de Navidad. Y el tren circulaba por dentro pegado al terreno, cual si estuviéramos montados en un tren en la Tierra. Y lo que veíamos era tan increíble, tan maravilloso, que lo mismo a Vicente que a mí, nos dolía el cuello de tanto mirar a un lado a otro. Allí no existía la noche, pues aquel sol alumbraba de forma permanente. Había enormes lagos, populosas ciudades con infinito número de palacios donde relucían el oro y la plata de sus fachadas. Grandes y frondosos campos, donde según nos contaba nuestro amable guía, se cultivaban toda clase de productos agrícolas.  Las acequias que cruzaban ordenadamente aquellos campos, refulgían de forma extraordinaria, cual si fuera un lienzo de gasa que los cubriera por completo. Yo había perdido el habla y no hacía más que dar codazos a mi amigo, pues estaba totalmente estupefacto. ¿Cómo me iba yo a imaginar, allí en la Tierra, que esto que tan despreciablemente consideramos como un  vulgar pedrusco en el espacio, podía encerrar tales maravillas?  Vicente y yo queríamos bajarnos del tren y empezar a recorrer aquellos campos, visitar aquellas magníficas ciudades, conocer a sus ciudadanos que, no nos cabía la menor duda, debían ser criaturas bellísimas llenas de sabiduría; porque para producir todo aquello… pero nuestro guía, adivinando nuestros pensamientos, nos dice de una manera tajante que no deja la más mínima duda en nuestros cerebros: No puede ser porque no estáis preparados para ello. Contaminaríais este mundo tan hermoso. Así es, que volveros a la Tierra y no volváis por aquí, hasta que halláis cambiado de forma de ser. Y de un aletazo con sus puntiagudas orejas, nos mandó de nuevo a la Tierra poniendo fin a nuestro viaje.

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Poema a mis amigos.- Ahora que estoy algo cansado de tanto escribir y berrear con la pluma, os dedico este poema, un simple pareado con rima asonante, que no se ajusta a una rigurosa métrica, ni tiene ningún detalle que le iguale a un poema, y, sin embargo, esta repleto de buena poesía, porque así lo quieren los dioses que dirigen mi mano. Y digo algo más para que se sepa: Es un plagio que hago del mayor y más importante poeta que ha existido. Dice así: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.


En Madrid, 23-12-2013.
Francisco








“Hambruna”



        Había cumplido yo por entonces los diez años de edad, cuando al terminar la terrible contienda donde se mataban hermanos contra hermanos, empezó un periodo de hambre y miseria difícil de describir y mucho más difícil todavía, de soportar. Pero el ser humano está fabricado con tal clase de materia, que todo lo soporta y los niños más aún todavía que los mayores, que, aunque lloran, gritan y se lamentan más que ellos, con ese humor que les caracteriza, son capaces de vencer todas las dificultades y salir airosos de las peores situaciones. Mis amigos y yo, el Notepeles, el Juanito de la Pichorra, el Titani, Pepe el Calavera, el Gurrumino, los hermanos Chiribines, el Liebre, el Lipeti, el Mami y otros más que el nombrar sería un abuso, todos nos dedicábamos a coger trapos y papeles por los estercoleros y repasábamos los campos en barbecho piedra a piedra buscando trozos de madera y de carbonilla, alambres de cobre,  trozos de tuberías  de plomo y desechos de goma, todo ello para ir finalmente  a la trapería de la calle Honda a entregarles allí a Rafael el trapero, que nos daba unas cuantas pesetas por la mercancía. Allí aparecíamos con nuestros sacos al hombro, vestidos con nuestros harapos, tan alegres y campechanos,  cual lo podían estar los otros niños de la Falange, hijos de padres pudientes, que con su camisa azul, pantalones negros flamantes y boina roja, se pavoneaban por el pueblo a nuestro lado, manifestando su buena suerte de pertenecer a una clase más elevada que la nuestra. A veces, yo y mis amigos, lográbamos de los dueños de los bancales sembrados, que nos dejasen penetrar en ellos una vez que habían recogido las cosechas y que hurgando entre los tormos, buscásemos algún alimento de los allí enterrados y que habían quedado sin recoger, cuales podían ser, rábanos, zanahorias, nabos, y en caso de buena suerte, alguna patata o sabrosísimo boniato. También en los otros bancales donde recogíamos la carbonilla o por las orillas de los caminos por donde transitábamos, aparecían hierbas comestibles, acelgas, camarrojas, cerrajones, borrajas, etc., que guardábamos en una bolsa que siempre llevábamos con nosotros, en previsión de que esto sucediera.  Ello aparte del consabido saco para los otros menesteres. Mis amigos y yo éramos muy alegres y siempre estábamos contentos, tanto, que organizábamos buenos partidos de fútbol donde el balón que utilizábamos estaba construido con trapos y alambres de los que recogíamos por los campos. Éramos inventores. Inventores de muchas cosas. E inventores de palabras incluso. Recuerdo como a mis diez años, inventé un tanque fabricado con unas gomas para el pelo que robé a mi hermana  Julia y un carrete de madera al que hice unas ruedas dentadas para que rodara. También me fabriqué unos patines con los que rodaba montado calle abajo, con gran susto de mi pobre madre y abuela que creían que me iba a estrellar. El mayor invento que realicé entonces, fue el descubrimiento de las galerías de las Cuevas del Molino. Las bocas de estas cuevas y galerías, habían sido  tapadas con tierras y escombros, nada más terminar la guerra, ya que dejaron de cumplir su función característica que era de refugio para librarnos de las bombas. Aquí, mis amigos y yo, corrimos durante varios meses las más fantásticas aventuras que cabe imaginar. Fui el primero de todos, que hurgando entre los escombros logré introducirme en una de aquellas galerías excavadas bajo el monte, y, una vez hecho este descubrimiento, con ayuda del Notepeles, al que llamábamos el Treslabios, porque tenía dos en vez de uno en la parte superior de la boca, fui ensanchando la boca de la cueva y por allí fuimos invitando a entrar a todos mis amigos que, robábamos fósforos de la cocina a nuestras madres y encendíamos antorchas -que también fabricábamos nosotros-, con las que nos alumbrábamos al correr por aquellos pasadizos bajo tierra. Eran aquellos tiempos de las películas de Fú Manchú, y nosotros, como personajes de película, más muertos de hambre que de otra cosa, con la imaginación más ligera que nuestros flácidos estómagos, construimos EL CETRO DEL GRAN KAN, una  dorada pieza de latón a la que dimos brillo inusitado, envolviéndola después con vistosos trapos llenos de falsa pedrería extraídos de entre los escombros. Nos separamos en dos bandos, simulando que unos, los más desarrapados procedentes de la zona de los “Los Cuarticos”, eran los dacois de Fu Manchú. Este inolvidable personaje vino a ser representado por Pepe el Calavera, que para decir de todos, tenía la cara de mayor palidez y miseria de toda la cuadrilla. También con trapos cubiertos de pedrería le fabricamos un precioso gorro para que tapara su asquerosa cabeza llena de lamparones y le diera la majestad correspondiente a tan famoso personaje. Todas las tardes a eso de las seis, empezaban a sonar al pie de aquel pequeño montículo los “tambores de Fú Manchú”, que convocaban a todos los hambrientos protagonistas de esta historia a salir en busca del famoso cetro, que, previamente había sido escondido en algunos de los muchos rincones propicios para ello. Tal era el hambre que padecíamos en aquellos tiempos, que gracias a estos prodigios de la mente, lográbamos sobrevivir, aunque a algunos de aquellos dacois, dejaron su piel y sus huesos en el camino comidos por horrible tuberculosis. Pero eso fue después. Es un detalle curioso digno de dejar consignado aquí, lo que la imaginación del ser humano puede contra todas las hambres y miserias del mundo. En alas de la imaginación, yo y mis amigos sobrevivimos en aquellos tiempos fantásticos, donde el hambre, la sarna, los piojos y la miseria, no podían con nosotros. Esto me hace pensar en los países subdesarrollados donde veo a esos niños escrofulosos de vientres hinchados, cuyos ojos llenos de luz me recuerdan a los de mis primeros amigos de la infancia.
        A los pocos meses de aquello, la vida empezó a organizarse y los colegios empezaron a funcionar como había ocurrido antes de la guerra e incluso durante ella. Y fue, a partir de mi vuelta al colegio, que me vi vestido de falangista con mi flamante pantalón negro, bajo el que sobresalían mis alámbricas  piernecillas, mi flamante camisa azul con bolsillos a ambos lados donde podía guardar muchas cosas. ¡Ah!  Y esa boina roja, que no se quien al poco de estrenarla la capó, quedando para mi uso como gorro cardenalicio. Aprendí a cantar el Cara al Sol. Menos mal que antes, durante la guerra, me habían enseñado a cantar eso de “Arriba parias de la Tierra”. Y también antes, o quizá al mismo tiempo, una profesora de música llamada doña Sulta, me enseñó a cantar aquello de /La otra tarde en la función/ cuando el cura predicaba/ toda la gente lloraba/ menos el pobre Simón./ Porque no lloras Simón/ le pregunta la tía Ustoquia/. Yo no soy de la pirroquia/ como los demás lo son./ Esta canción marcó para siempre el rumbo de mi vida y las otras quedaron olvidadas. Me convirtió en un rebelde y esta, mi rebeldía, me hizo sufrir después muchos sinsabores. Pero no es de ella de lo que estamos hablando. Estamos hablando de la HAMBRUNA Y DE LA MISERIA. Y hasta me atrevería a decir, que dentro del hambre física o de la miseria de los piojos y chinches, hay otra más terrible y que produce más terribles estragos. Es la MISERIA ESPIRITUAL que, muchos la padecemos sin darnos cuenta de ello porque es traicionera. Se mantiene agazapada y en silencio, no manifestándose a nuestra mirada, y, ni siquiera a nuestra imaginación, por muy poderosa que esta sea y muy acostumbrados que estemos a ejercitarla. Y esa miseria, prolifera, se extiende y expansiona, -esto hay que decirlo-, en esos tiempos que vienen después de las guerras, en los periodos que llamamos de Paz, donde la insidia, los malos consejos, los celos, la despreocupación, la falta de amor y sacrificio, la falta de orientación, el miedo a la muerte, los otros miedos a la vida, las zancadillas, los bofetones, todo eso y más: “El Lujo Y el derroche” por ejemplo. Todo ello acaba con nuestro espíritu; y, nuestra imaginación, puesta al servicio del mal, nos convierte en seres corruptos, queramos confesarlo o no. ¡Cuántas y cuántas veces, a lo largo de mi vida he recordados aquellos tiempos llenos de pureza donde mis primeros amigos y yo a pedrada limpia, corriendo por aquellas galerías, Íbamos en busca del CETRO DEL GRAN KAN.
        De ahí nace la idea que he desarrollado después y en la que coincido con Johan Huizinga y otros pensadores, que el juego bien organizado, puesto al servicio de la Humanidad, para ser educados desde nuestra más tierna infancia dentro de un ambiente festivo, sería la piedra de toque, el elixir mágico, que proporcionado de manera correcta, nos podría sacar de nuestra desgraciada existencia, elevándonos a estratos más limpios y puros donde la corrupción, en lugar de ser materia de carácter general, se convirtiera sólo en una entelequia, cual ahora es la que disfrutamos cuando nos ponemos a pensar románticamente en la existencia de un Mundo Mejor.


En Madrid, A 27-11-2007.





                                                          

La cajita de los recuerdos.-


        Cierto día ya lejano, acompañado de mi fiel criado Pancho, penetramos en un undoso valle  donde libré descomunal y feroz combate con el gigante Campomucín el del tronchado pie, al cual una vez puse en tierra bajo el acerado pico de mi adarga electrónica colocada sobre su cuello, le hice confesar que no había suegra como la mía, doña Arcadia Picaflor, en toda la superficie de mi planeta de origen, hecho que ocurrió en la luna Notelopierdas donde estábamos de paso.
        Y recuerdo aún, aunque ya el tiempo que hace de esto se pierde en la noche de los tiempos, que al caer al suelo el potentísimo gigante, dentro del gran estrépito que se produjo, fueron saliendo en todas direcciones grandes partes de su férrea armadura que tintineaban con sonido metálico sobre el que sobresalía el peculiar sonido de una cajita de música que había llevado el buen hombre atada a su cintura.
        Pancho a una orden mía, se puso a recoger algunos de los despojos esparcidos por el campo y entre ellos trajo a mi presencia la tal cajita que seguía sonando con una deliciosa sinfonía tan encantadora, que hacía que las hierbas de aquel undoso valle, ejecutasen todas a una, una especie de danza de lo más alegre y bulliciosa. Y claro, aquel  hombre tendido sobre ellas y desnudo como estaba, empezó a sentir tal cosquilleo, que una risa estentórea asoló la región saliendo de su enorme boca dentro de la cual cabían más de doscientos elefantes.
        No por eso se arredró mi poderoso y fuerte espíritu caballeresco, y ordené a Pancho que abriese la cajita a ver que contenía, mientras el gigante dejando de reír, me suplicaba que tratase con cuidado su contenido pues era la caja de sus recuerdos, tales recuerdos que abarcaban miles de años desde que era un niño de pecho. Al mismo tiempo, me suplicaba que le dejase incorporarse para así poder hablar mejor y de esta manera satisfacer cuantas dudas me asaltasen al ir revisando los objetos allí encerrados. Y me dio palabra de caballero de que no intentaría volverse contra mi en ningún momento para hacerme daño a mi o a mi fiel Pancho.
        El primer objeto que llamó nuestra atención, fue un anillo de oro incrustado de diamantes cada uno de ellos tenía las dimensiones de la cúpula del Vaticano; y eran tantos, que era imposible contar su número. 
        Había también un  dedal de platino tan enorme que cabían en él todas las aguas del Mar Caspio, y que según el gigante nos explicó había pertenecido a su difunta madre que había sido costurera.
        Había también una aguja saquera de un material desconocido que tenía casi un kilómetro de longitud que su madre manejaba antes de ser costurera cuando de jovencita y no habiéndose casado aún, trabajaba en la fábrica de sacos, sacos estos que allí se utilizaban para almacenar trigo, cebada, cemento… incluso para las fiestas donde metidos en ellos corrían grandes y chicos dando saltos para alcanzar la meta.
        El gigante al contar esto lo hacía con tal vozarrón que gran cantidad del campo a nuestro alrededor, se vio libre de hierba, y hasta la hormigas de gran de gran tamaño (imagine el curioso lector) volaban al impulso del huracán.
        Hube de suplicar al buen hombre que bajase un tanto la voz y que fuese lo más breve posible en sus explicaciones.
        Había también una lujosa pitillera adornada de rubíes tan grandes estos como piscinas olímpicas y cuyo brillo era tan potente, que llenaban de rubor aquel undoso valle tan delicioso.
        Pancho, hablanchín como el que más y lleno de curiosidad ante aquella pitillera, al  suponer que es usada por el gigante, le pregunta si todavía la sigue usando, o sea, si en aquel país o mundo, existe el vicio del tabaco, a lo que responde que si y que como todo buen hijo de vecino, hacía años que había dejado el tal vicio y por eso la pitillera estaba en la cajita de los recuerdos.
        En el fondo había un retrato de una bella mujer que según nos dijo, a mi fiel Pancho y a mi, era su amada madre.
        Es tal nuestra curiosidad ante tales y cuales cosas que íbamos descubriendo a cada paso, que empezamos a asediar al buen hombre con toda clase de preguntas, pero como me estoy haciendo un tanto pesado con esta historia, la dejo en suspenso hasta que habiendo descansado el paciente seguidor de esta historia, sea capaz de seguir escuchando con la debida atención…


FIN









Mi canario ve a Dios (parábola)

Cuando me acerco a la jaula de mi canario que hay en la cocina
Veo que empieza a dar saltos y me asombra como me mira
¿Qué verá en mi que le altera tanto?
Me gustaría saber que está pensando.
Miro atentamente sus ojos intentado buscar algún detalle
Dado su tamaño y el mío debe pensar que soy un gigante
Algunas veces me canta intentando llamar mi atención
Y como queriendo decirme algo que él siente muy dentro
¿Será que le causa admiración mi figura?
¿Qué es lo que ve en mi rostro al que mira tan atentamente.?
Pienso a menudo que él ve en mi a un Dios
Que desearía ser como yo,
Poseer mis atributos
Degustar las viandas que me ve comer.
Tener libertad de movimientos como yo tengo
Y que debe sentirse triste encerrado en aquella jaula.
A veces pienso en liberarle y echarle a la calle por la ventana
Pero ¿eso sería un bien para él?
Es probable que Dios se haga la misma pregunta respecto a mi.







Los niños perdidos.
Hay una especie de dolor que no tiene nombre y que atosiga el pecho de algunos pensadores, cuando cruzan su mente los fantasmas de algunos niños que conocieron en su infancia y que por causas que son difíciles de explicar, torcieron sus vidas de tal manera, que se perdieron. Según recuerdan algunos de estos pensadores, aquellos niños, tenían una inteligencia superior a ellos mismos, pues resolvían fácilmente los problemas que ellos no habían podido resolver, y daban clara respuesta a muchos enigmas que eran incapaces de aclarar sus mismos padres y profesores. ¿Por qué se perdieron aquellos niños de tan clara inteligencia? Y los pensadores, intentan resolver este enigma, que no está claro; buscan dentro de sus mentes dedicadas a investigar, las causas de estos desórdenes, y ella les devuelve algunas razones, que podrían ser válidas, si pudieran hallar una teoría que las demostrase; pero esta teoría no aparece nunca ni aún en la mente del pensador más profundo, siendo imposible que estas razones tomen cuerpo y carácter de verdad.
Se rebanan los sesos los pensadores, entregados a estas reflexiones y, como pensadores que son, piensan, en el bien tan grande que recibiría la humanidad, si en lugar de perderse esos niños, hubieran podido desarrollarse e implantar sus ideas, que no cabe duda serían de un orden superior a las que ellos tienen y exponen en su carácter de personas sesudas y llenas de sabiduría. Si ellos aportan tantas cosas buenas al mundo, ¡qué no aportarían aquellos que eran superiores a ellos en inteligencia!…
Una de las razones que alguna vez se ha expuesto a la consideración pública, es que debido a su clara inteligencia, estos niños descubren en tan temprana edad, que la humanidad está destinada al fracaso, dada la condición fatal de todos sus congéneres, y, es tal el desaliento que les atosiga, que abandonan la idea de seguir perteneciendo a esa clase de seres humanos, por cuya razón, no asisten al colegio, van dejando todos los trabajos que se les ofrecen, se entregan a la droga y otros vicios fatales y acaban con su vida anulando poco a poco el foco divino, preciosísimo don, con el que les dotó la naturaleza. Y, como es lógico y natural, privan con ello a la humanidad, de su importantísima ayuda y colaboración.


En Madrid, a 14-12-2014












PRELIMINARES


Inauguro aquí una nueva sección a base de ejercicios, que el nuevo profesor de escritura de las bibliotecas de Valdebernardo y Miguel Delibes de Moratalaz, don José Luís Dacal, nos propone a partir de ciertas frases recopiladas de algunos libros conocidos. O también, ejercicios sobre algún otro tema de inspiración, como recortes de periódicos o partes de algún relato.


En Madrid, a 16-1-2015

Francisco





Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre le llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces…
Mas no es de está mítica ciudad de la que vamos a hablar, sino de lo que sucedió al bueno de Aureliano, nada más recibir sobre su pecho la descarga de la fusilería, pues sintió como si un fuerte muro cayera sobre  él aplastándole y una oscuridad intensa le envolvió por unos momentos. Algo que no era oscuridad, sino cosa así como el brillo de un diamante, llamó su atención de inmediato, ya repuesto del primer susto, y vio ¡oh maravillosa sensación que jamás hubo tenido durante su larga y aperreada vida,! cómo aquel punto luminoso se iba ensanchando hasta convertirse en poderoso foco de luz vibrante, que le envolvía que le penetraba, y que le conducía cual si por un ancho túnel estuviera atravesando, a una anchurosa extensión nívea y refulgente…
El narrador hace aquí un inciso, para expresar la reflexión que se le ocurre referida al caso, digna de ser estudiada a fondo por un buen sicólogo o una buena caterva de ellos: ¿No será que aquel último recuerdo del hielo de Macondo, por uno de esos misterios de la mente, le trajo la ilusión de esta impoluta extensión nevada, que nada tiene que ver con la nieve llena de basura y excrementos de la otra?  ¡Ah! En la frontera de la muerte ocurren cosas inauditas muy difíciles de explicar.
Lo cierto es que nada más tomar contacto con aquel inconmensurable silencio blanco, se tropieza nada menos que con él mismo, como si estuviera viéndose ante un espejo; pero es una imagen difusa, de una albura resplandeciente que se esfuma y vuelve a tomar cuerpo ante él una y otra vez incitándole a entablar conversación.
- Quien eres tu a quien encuentro cierta semejanza conmigo?  -le pregunta tímidamente.
- No te asustes muchacho, al verme así en este estado. Soy tu verdadero yo, que una vez fuiste engendrado dentro de este planeta desgraciado donde todos los elementos están siempre en descomposición; fuiste perdiéndome con el tiempo y quedaste reducido al estado en que ahora te encuentras. Poco a poco me irás recuperando y te irás identificando conmigo, pero debes tener paciencia, pues tienes toda la eternidad por delante. Para ello cuenta con la inmensa cantidad de amigos de verdad que tuviste durante tu vida terrena y a los que apenas intentaste conocer y aprender de sus enseñanzas y están aquí para acompañarte.
Y Aureliano mirando en derredor, ve a Jack London que allí le estaba esperando acompañado de su perro “Colmillo Blanco”, que viene junto a Gaspar Ruiz, ese honrado gigante, que no otro, sino el bueno de Joseph Conrad nos cantó; Homero de la mano de Aquiles y Patroclo ahora inseparables; Cervantes, si Cervantes, conversando con Shakespeare como si se conocieran de toda la vida, y Víctor Hugo hablando amigablemente con su paisana Santa Teresita de Lixieus, que le decía estas palabras que el otro no comprendía. “Si no hubiera sido por Maxence Van Der Meersch, que me presentó al mundo, qué hubiera sido de mi. – Y añade-,  El cura de Ars y yo, le debemos ese gran favor.” Como quién no ve la cosa, también por aquella soledad blanca se acercaban Virgilio, Dante, Tomás Moro, San Agustín y no sé cuantos más, pues en numeroso número numerado habitaban aquellos parajes, que, el bueno de Aureliano, no sabía si era de broma o que era pura y blanca realidad lo que estaban viendo sus ojos.
- ¿Qué es esto?  -pregunta totalmente asombrado.
- Se debe –le dice suavemente el norteamericano-, a una cosa muy simple y a la vez de la mayor importancia para ti: TU SALVACIÓN.  Gracias a nosotros y cuanto de nosotros aprendiste, ese, grano de sabiduría que allí alcanzaste, es lo que te salva. Aquí tranquilamente en nuestra fiel compañía, te salvarás…

CONTINUARÁ…






Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada…

Este es el caso de la familia García. El abuelo Emidio fue un soñador de nacimiento y eso le trajo muchos sinsabores y calamidades que fueron la causa del siniestro fin de aquella familia. Y es, que como bien decía Aristóteles y nos recuerda Haruki Murakami en su buen libro KAFKA EN LA ORILLA, “La tragedia no surge de los defectos del protagonista, sino de sus virtudes…”
El gran pecado de Emidio, fue creer firmemente, que el mundo podría encontrar su cauce de salvación, si se apoyaba en los dos pilares básicos: ORGANIZACIÓN Y TRABAJO. Y se dedicó toda su vida a trabajar al tiempo que soñaba, con una buena organización donde todas las criaturas del globo disfrutaran de los mismos goces y privilegios. Se levantaba todos los días a las seis de la mañana, lo mismo en invierno que en verano y en su larga jornada de trabajo tenía tiempo para todo, lo mismo para cumplir fielmente con la faena de la empresa en que prestaba sus servicios, como para jugar y divertirse con sus responsables y atrevidos sueños. Pues el arte de soñar despierto lo practicaba a la perfección. Los hombres así, siempre encuentran trabajo en las empresas, porque les son necesarios para funcionar debidamente, y porque además, se avienen a todas las imposiciones de la superioridad y son fácilmente explotados.  
Decíamos que esta familia fue desgraciada, porque aparte del abuelo Emidio que tuvo una vida más o menos feliz, su hijo Abilio murió de cáncer de cerebro en una equivocada operación que le hicieron en un hospital de Barcelona. Su hija Amalia, se casó con un mal hombre que después de quince años nefastos de matrimonio, la asesinó lleno de odio a ella en particular y a las mujeres en general.  Su hijo Obdulio que no quiso estudiar, se dedicó a la construcción, y a los veintitrés años, se cayó de un andamio y se quedó para siempre en una silla de ruedas. Y su mujer, la buena de Basilisa, después de una larga y regalada vida, lo cual también es una desgracia, se murió antes que él, no llegando a disfrutar de los honores que Emidio recibió en los dos últimos años de su vida al resultar poeta laureado.  
De los nietos puedo decir, que Antonio, primer hijo de Abilio con Marisa, murió de una sobredosis de cocaína a los dieciocho años. Juana, hija de la segunda mujer de Abilio, llamada Juana, fue asesinada por su marido un polaco de malas pulgas.
Sucedieron muchas desgracias a otros miembros de los García, que no quiero seguir contando porque este sería EL CUENTO DE NUNCA ACABAR. Me basta decir, que a pesar de la virtud de Emidio, del ejemplo que dio durante toda su vida, de buen trabajador,  de buen padre, de buen esposo, de buen padrino incluso, de alguna que otra sobrina o sobrino, este ejemplo no sirvió de nada a sus descendientes. Y si alguno como Abilio, el hijo mayor, quiso seguir su ejemplo, también acabó mal pues su tercera mujer, amargó los últimos años de su vida, liándose con uno más joven.

                                               FIN

En Madrid, a 16-1-2015







Ejercicio para los talleres de escritura de José Luis Dacal para los días 27 y 28 de enero 2015.


UN HOMBRE IGUANA DE MIL COLORES.-

Ayer, en un abrir y cerrar de ojos, al pasar por la puerta del gran Circo Mundial emplazado en la calle Silvano 108, me tropecé sin querer con el hombre Iguana, que causalmente había salido a comprar tabaco. De momento, no hice mucho caso de aquel encuentro, pero al volver a casa y sentarme ante el ordenador, emprendí en su compañía uno de esos viajes intersolares, que tanto me gusta hacer y nos llegamos en menos que canta un gallo, al mundo del cual partió para venir aquí a mezclase entre nosotros. No vean los que quieran seguirnos en este viaje, lo que pude disfrutar ante el espectáculo de su piel que ante los distintos soles que atravesábamos en nuestro camino, adoptaba miles de  variados colores y tonalidades que me causaron plena fascinación. Agradecí a la Providencia este hecho, pues aquí hubiera tenido que pagar la entrada al circo para verlo. Y se puede comprender que no es lo mismo, verlo aquí rodeado de esos focos paupérrimos de nuestra paupérrima tecnología, que allí, en la inmensidad del Espacio, donde todo milagro tiene una realidad aplastante, hasta el punto, que tú mismo, tu misma esencia, pasa a formar parte de ese milagro.  Durante el camino entre los astros, hablábamos de cosas normales que ocurren en la Vía Láctea, pues de ella era su mundo al que estábamos llegando a una velocidad tremenda, ya se sabe lo rápidos que somos cuando queremos. Menos mal, que habíamos dejado atrás la atmósfera podrida de la Tierra, y no había aire en nuestro camino que nos impidiese el paso.       
Al llegar, pisamos el freno para bajar… pues allí también hay aire, pero no tan contaminado como el nuestro. Los gases que se producen en Lus, el mundo del hombre Iguana, son totalmente controlados a base de filtros y mecanismos creados para su aprovechamiento. No sólo los gases, sino las basuras, los desperdicios, pero…
No voy a precipitarme en esta descripción, pues Hostios que así se llama mi compañero que baja detrás de mi, me da un tirón de los zapatos que casi me descalza y me dice que ya tendré tiempo de contar las maravillas de este mundo de ensueño.

CONTINUARÁ…

En Madrid, a 22-1-2015.-
Francisco







ANTE LA LEY. (F. Kafka).

Comentarios a este penetrante relato de Kafka.-

Al nacer, se nos abre a cada uno de nosotros una puerta ante La Ley, y la Luz de la Verdad se haya detrás de ella, pero nadie se atreve a traspasarla. Hay infinitos guardianes ante ella que se arrogan el derecho a custodiarla y ponerla en solfa: Do, Re, Mi; Fa, Sol, La, Si. Pero ninguno tiene potestad suficiente para impedir el paso a aquel que decididamente se atreve a cruzar al otro lado de ella. Ahí están los diferentes guardianes, cual de ellos más temibles: El padre, la madre, la cariñosa abuela, toda la familia, incluso el hijo por ti engendrado… Y hay más: Están los vecinos, los allegados, los amigos, el prójimo en general. Todos tienen algo que decirte respecto a la Ley. Hasta los que no te dicen nada y que tu por miedo a la Luz, rechazas. ¿Por qué ese miedo a la Luz? La Claridad está ahí, la estás viendo con tus propios ojos, pero no te atreves a traspasar esa puerta. Sólo algunos privilegiados la traspasaron, y sus nombres y figuras están ahí resplandeciendo como potentes faros que sería necesario seguir. Pero, alguien, algunos ignorantes los embadurnaron y cubrieron de negra pez, y no sabes a ciencia cierta lo que dicen o dijeron en realidad y que te podría servir de ejemplo para atravesarla. El último guardián, la temida y obstinada Muerte, llegado el momento, te cierra esa puerta al tiempo que te dice con voz atronadora que: solamente esa entrada era para ti
Esta es la más terrible metáfora de cuantas Kafka dejó en el aire.
Hay algo que me queda en duda: ¿Quién es el tercer guardián que según dice el último, no puedes ni mirarlo siquiera, tal es el miedo que te produce?

En Madrid, a 28-1-2015
Francisco.








ESTO NO ES MIO.
                                                  En honor a Patricio Pron por su buen relato el CERCO.
1
Es enero, es miércoles, es el año 2015, es el día 28. Estamos en el Lhider del mercado de Moratalaz y hay bastante gente comprando porque los jubilados ya han cobrado su paga de la Seguridad Social. Emiliana Buendía, la cajera, no ha dormido bien esta noche y cuando llego ante el mostrador con mis tres artículos, nueces, dátiles, y naranjas, no se si está pensando en las musarañas, que sigue pasándome cosas del cliente que viene detrás de mi. Yo que tampoco he dormido esta noche pensando en los ejercicios encomendados por José Luís Dacal para la próxima semana, no me doy cuenta que tengo una piña delante de mis narices y un paquete de galletas que no me pertenecen. El cliente que va detrás de mi, tampoco se ha dado cuenta que me están pasando sus artículos, por lo que pienso con esa rapidez que tiene el pensamiento, que tampoco ha dormido o que es un tarado mental. Protesto de inmediato para deshacer el error y la buena de Emiliana, tiene que deshacer los dos apuntes de caja para pasarme la cuenta. Y, a todo, esto, ¿porqué la llamo Emiliana, si nunca he hablado con ella ni la conozco de nada?  ¡Ah, ya sé!, Debe ser porque gravita sobre mi mente Aureliano Buendía sobre el que también hice ayer un ejercicio para leer en el taller de Dacal. 
2
Detrás del despistado de la piña y las galletas, viene una mujer que se ha puesto a ojear una revista de decoración y que se ha echado a llorar, y veo que la cajera, que acaba de soplarse un mechón de cabello que le cae sobre el rostro, se le cae de las manos el paquete de queso de oveja que iba a pasar por la caja. 
3
A todo esto, no hago más qué pensar en que conozco de algo a la cajera, que debo de haberla visto en alguna parte. Estoy seguro que he hablado con ella en distinto sitio y distinta ocasión, pero no logro que acuda a mi mente la idea salvadora que me descubra esto.
4
Estoy un tanto apartado del mostrador, mirando a la Caja y pensando en los tres personajes que han llamado mi atención y me hago las siguientes reflexiones: ¿Qué cosa ha motivado que se le caiga a la cajera el paquete al ver llorando a la mujer que ojeaba la revista de decoración?  ¿por qué  esa mujer se ha puesto a llorar ante una cosa tan simple? ¿será que la han desahuciado y ha perdido los muebles que ve allí, o los ha tenido que vender para pagar la hipoteca? Y, ¿asunto de qué viene la sorpresa de la cajera? ¿Y el despistado que está allí plantado como un guardacantón de carretera y que ni protesta ni ha dicho ni pío a pesar de las cosas que están sucediéndole?
5
Miro la hora en el móvil, y veo que es miércoles, que es enero, que estamos en el 2015, que hace frío y que tengo que tengo que volver a casa a escribir un ejercicio para llevar al Taller de José Luis. Y que todo buen ejercicio debe estar sujeto a un buen conflicto y una sorpresa final. Bueno, pues ya pensaré en algo.
6
Voy andando por la calle y sigo con mis reflexiones, cuando de pronto me doy cuenta de un hecho singular, y es, que nadie ha pronunciado una sola palabra, excepto yo cuando dije a la cajera “esto no es mío”

                                                   FIN
En Madrid, a 28-1-2015
Francisco







                           
                                  
EL PASTOR. (parábola).
        En honor a Patricio Pron por su relato EL CERCO
1
Es martes, es febrero, es el año 2015, es el día 3. El pastor  de aquel rebaño, que se ha dormido junto al tronco de aquella encina, tiene una pesadilla enorme. En sus manos tiene un libro titulado Blade Runner que ha estado leyendo antes de dormirse, y que probablemente, es el que le ha provocado el sueño. Y corre perseguido por multitud de fieros androides que cada vez son más numerosos intentando darle caza. 
2
Un cordero blanco como la nieve, despistado del rebaño, se ha metido imprudentemente en un zarzal y empieza a sangrar por numerosas heridas que le producen las espinas que se van clavando en su carne. El perro guardián del rebaño, está mirándole fijamente, y dando vueltas alrededor  sin atinar a qué puede hacer para sacarle de allí. Y viendo con horror, cómo sus limpios vellones se van tiñendo de colorado.
3
De pronto, mientras corre alocadamente de acá para allá, huyendo de aquellos seres inteligentes, pero sin conciencia, ve cómo, su oveja Lucera, la más preciada del rebaño, acompañada de la Pinta y la Coralina, de la Encarnación y la Pebeta, de la Fúlgida y la Rápida, de la Entendida y la Sabia, todas ellas, hijas de su amor, están fabricando con sus propias pezuñas a aquellos seres infames que le persiguen con saña.

En Madrid, a 4 de febrero de 2015.
Francisco.






LA SAGA. (parábola)
1
Pedro es hijo de un escritor antiguo, y toda su vida, ha estado metido entre libros y papelotes que su padre ha ido dejando sobre todos los rincones de la casa. La madre, doña Adoración, tiene tal hartazgo de papeles, que más de una vez prendería una cerilla y acabaría con todo esto; y no lo hace, porque eso sería perder el bienestar que disfruta junto a su amado esposo.
2
Pedro al llegar a la adolescencia, siente la misma inclinación del padre y decide ser escritor, lo cual este no ve con buenos ojos, porque ha seguido paso a paso la vida de su hijo y no ve en él cualidades suficientes para dedicarse a la ardua y penosa labor de la literatura, que necesita de dolor y sufrimiento, y de una tenacidad poco común entre la mayoría de los mortales.
3
No obstante, Pedro sigue adelante en su empeño y enfrentándose a su progenitor, empieza en la Universidad la carrera de Filosofía y letras. No es que pretenda llegar a la altura de su buen padre, si no, que quisiera superarle; y para ello, es necesario adquirir cultura y aprender ciertas técnicas que son imprescindibles, para llegar a ser un buen novelista de fama mundial. 
4
Doña Adoración a todo esto, como buena madre que es, se empeña en ayudar a su hijo y aunque conoce los reveses que la literatura produce, a quienes confían en ella de verdad, no le desengaña e influye ante el padre, para que este también le ayude a cumplir el propósito que se ha impuesto. Pedro acaba siendo escritor de fama mundial a la vez que lo fue su padre.
5
El padre, pasada su época, ya no es leído por la mayoría de las gentes que, se han volcado en la lectura de las novelas del hijo, más en consonancia con la época actual, y este inflado por los gases perniciosos de la fama, nada en la abundancia de bienes y beneplácitos. Pero el tiempo, pone las cosas en su sitio, y el padre un siglo más tarde, ha vuelto a resplandecer.











EL BUEN ALUMNO. (parábola)


El profesor don Basilio Pereira, tiene una manera especial de tratar a sus alumnos, los cuales se muestran sorprendidos cuando ven que al más torpe de la clase, le pone en consideración por encima de los demás y le trata con gran cariño y deferencia. Incluso, obrando como José Knecht en la novela EL JUEGO DE LOS ABALORIOS de Hermann Hesse, se convierte en su mentor y amigo.

En Madrid, a 11-2-2015
Francisco







NOTA.-
Los siguientes “hechos”, están concebidos a partir de unos fragmentos de novelas que nuestro profesor de “Escritura” D. José Luis Dacal tuvo el gusto de ofrecernos.





HECHOS HISTÓRICOS ( I )


LOS DOS GRITOS

                                                                     Puerto de Cádiz
                                                                   7 de enero de 1748

En el momento de poner el pie en el puerto de Cádiz, Caridad dudó.

Estaba sentada en un banco de la Caleta leyendo un libro que le traía reminiscencias del pasado escrito por  el famoso historiador Aguirre de Sosa. Leía en él algo tan interesante, que le atañía a ella directamente. Nada menos que se trataba de un ascendiente suyo, Bernat Etanyol, casado con Caridad la mesonera… la causa de su profundo asombro y consternación era esto que sigue, que nada más leerlo, se levantó del banco y abriendo los brazos en forma de cruz,  lanzó un profundo grito que resonó en todo el Mediterráneo, cuya repercusión alcanzó desde La Tacita de Plata, hasta el Golfo de Rosas.
                                                                                                                                                                                                                                                                               Año 1320
                                                        Masía de Bernat Estanyol
                                              Navarcles, Principado de Cataluña

En un momento en que nadie parecía prestarle atención, Bernat levantó la vista hacia el nítido cielo azul.

Y abriendo los brazos en forma de cruz, resonó en la ancha extensión del Mediterráneo, este grito estentóreo que a pecho descubierto lanzaba a plena voz:
                                 “S     A    L    V    A    D    O”…
En un buque fletado por orden real de María de Molina, tutora de Alfonso XI, desde su Corte en Talavera, había huido desde Ancona a orillas del Adriático hasta este pueblo de Manresa a orillas del Llobregat,  a tiempo de salvar su vida. Había estado al servicio de Eight Ghibbeline Señor de Recanti, aliado de Federico de Montefeltro (Conde de Urbino). Este personaje histórico fue juzgado por el Papa Juan XXII como idólatra, hereje e invocador. Dicho Papa, en aquel año canonizó a Santo Tomás de Aquino al tiempo que Dante, moría el catorce de septiembre, perdiendo así la esperanza de que  la fama de su Comedia, le abriera las puertas de Florencia.
Pero dejemos la historia universal, y vayamos a la del bueno de Bernat, el cual, como buen cristiano que era, compró un borriquillo y al año siguiente, se encaminó desde su Masía a la Corte de Talavera, con la esperanza de dar las gracias personalmente a su bienhechora, la Reina, por haberle salvado. Pero no pudo llevar a cabo su propósito porque estando alojado en un mesón de Toledo, le llegó la triste noticia de su muerte. Y como no hay mal que por bien no venga, se enamoró de Caridad, la mesonera, y se quedó en Toledo para siempre olvidándose de su masía de Cataluña. Años después, la misteriosa muerte de Caridad la mesonera conmovió a toda Castilla…


                                                 FIN
En Madrid, a 17-2-2015.
Francisco.










HECHOS HISTÓRICOS ( II )


OCURRIÓ EN LA MATA.


Hace seis días un hombre voló en pedazos al borde una carretera en el norte de Wisconsin. No hubo testigos, pero al parecer estaba sentado en la hierba junto a su coche aparcado cuando la bomba que estaba fabricando estalló accidentalmente.

Un hecho parecido ocurrió también hace unos años, en el pueblo de la Mata donde yo resido en verano, a una joven activista de ETA, cuya cabeza apareció en la piscina de la Urbanización, bastante tiempo después del estallido de la bomba. Su cómplice o compañero no se encontraba allí, en aquel momento y pudo salvarse. La policía no pudo dar con él.
Era domingo por la tarde. Habían venido a casa de visita, el secretario del Colegio de Minas de Madrid, José Montesinos y su mujer. Estábamos conversando tranquilamente con ellos después de la comida, sentados en el balcón frente al mar, cuando oímos un fuerte estallido, que, acostumbrados a la parafernalia de esta zona levantina, en esto de tirar cohetes al aire, por cualquier cosa insignificante, no le dimos importancia, y así se lo manifestamos a nuestros amigos para tranquilizarles. Montesinos no estaba seguro de las explicaciones que les dábamos mi mujer y yo, pues el estallido, le había parecido más bien el de una bomba. Vimos correr algunas gentes bajo el balcón y también intentamos tranquilizarles, comentándoles que en este pueblo son así, porque gustan mucho de las fiestas. Pero acabó nuestra tranquilidad cuando pasados unos minutos, empezaron a pasar  varios coches de la policía tocando sus sirenas. Algo gordo acababa de suceder.
Me pregunto en qué estaría pensando esta desgraciada activista en aquellos momentos para caer en una distracción tan fatal. Y me pregunto, porqué todos estos asesinos cuando están preparando bombas para matar a la gente, no tienen todos ellos una distracción parecida y así se acabaría el terrorismo en poco tiempo. Claro está que si esto ocurre, que sea como el de esta joven, que estaba alejada de otras gentes y sólo ella fue la víctima.


En Madrid, a 17-2-2015
Francisco.










HECHOS HISTÓRICOS ( III )

CUMPLÍA ÓRDENES.-

Desde un agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que le llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar. Berreos como jaras calcinadas. Tumbado sobre un costado, su cuerpo en forma de zeta se encajaba en el hoyo sin dejarle apenas espacio para moverse.

Casi le pisa con sus fuertes botas de clavos un soldado que se había separado del pelotón para ir a orinar junto al tronco de uno de aquellos árboles centenarios. De haberle descubierto, hubiera sido apresado y ejecutado, como le estaba ocurriendo al resto de sus compañeros, que no habían encontrado un hoyo propicio para esconderse. Este soldado, de nombre Rolando Lafarge, era un hombre de suerte. Ocurre este hecho, el 11-5-1940, cuando el ejército alemán atravesando las Ardenas, eludiendo las fortificaciones de la Linea Maginot,  en su ataque en dirección norte se dirige directamente hacia París. Debiera haber dado gracias a Dios por haberse librado de esa matanza. Y sin embargo, más tarde, el 13-7-1942 es uno de los gendarmes que arresta a la eximia escritora Iréne Némerovski, la cual, víctima de su inocencia, permaneció en Francia defendiendo la justicia y la razón hasta ese momento terrible en que fue apresada. Para colmo de la injusticia, ella, una de las más puras criaturas que han existido, muere en Auschwitz, un mes después de su apresamiento. Del final de Rolando, no puedo hablar, porque no se qué fue de su vida después de aquel terrible acontecimiento, pero es muy probable, que se haya casado felizmente, que haya tenido buenos hijos, a los que ha podido dar espléndidas carreras, e incluso, debido a sus méritos, esté condecorado como ciudadano ejemplar digno de ser recordado en la gloriosa Historia de Francia. Así es la vida. Es seguro, que si alguien descubre aquel hecho en que intervino en el vergonzoso arresto, responderá serenamente como excusa, que CUMPLÍA ÓRDENES.




POEMAS DE IDA Y VUELTA ( I )


AQUELLOS OJOS VERDES

Aquellos ojos verdes, eran dos profundos lagos donde Ambrosio el buceador, se sumergía a diario buscando extraños pececillos y rarezas que había en tal delicioso fondo abisal. No se cansaba jamás de aquel magno ejercicio, el cual practicaba con suma delicadeza, intentando que su intrusión, no alterara para nada aquellos parajes de increíble hermosura. Y veía allí tales prodigios, disfrutaba de tan bellas experiencias, que debido a su pobre léxico, al pírrico poder de su palabra, era incapaz de describir cuando una vez de vuelta a tierra firme y ya sentado ante su mesa, cogía papel y pluma intentado contar lo que allí visto y oído, incluso lo que sus manos habían sentido el placer de acariciar. Ora se habían abierto ante él las blancas ostras de la Inocencia, o diversos pececillos de colores, bajo el nombre de Imaginación, le habían descubierto secretos, que ninguno de sus paisanos de tierra firme conocían.
Bajo aquel fondo submarino, disfrutaba día a día tales sensaciones de plácida alegría, que jamás pensó que aquellos ojos verdes, aquellos lagos inmensos, algún día desaparecerían de su vista, lo cual así sucedió en realidad, pues la poseedora de tal prodigio de la naturaleza, se escapó cierto día de su presencia y durante mucho tiempo no volvió a saber de ella. 
Si imposible le era al pobre Ambrosio, describir la belleza de aquellos fondos abisales, menos aún la de dejar plasmado en sus escritos, el terrible dolor que le causó tan sensible pérdida. Estuvo muchos años como loco sufriendo terribles alucinaciones, pues en sueños, aquellos fondos le seguían iluminando desde lejos como preciosos focos que no sabía distinguir de donde procedían.
Y caminó en distintas direcciones, siguiendo las distintas pistas engañosas de verde color, hasta que finalmente llegó a una que era verdadera; y allí, estaba la muchacha que le había abandonado… 
Y, de cabeza, desde gran altura, se lanzó alocadamente intentando sumergirse en aquellos lagos, los cuales, si, seguían siendo verdes, pero ya no eran lagos. Seguían conservando la misma belleza de antaño, e incluso más.  Se habían convertido en dos durísimos bloques de malaquita.
Antes de morir, con la cabeza partida en mil pedazos, tuvo la oportunidad de disfrutar del concreto, la inconmensurable belleza de la roca.
En Madrid, a 24- 2-2015.
Francisco.


Explicación.- Las palabras finales de este poema, tienen una explicación en otro de título NOVIAZGO CRÁSTICO,  publicado con fecha 13-11-2014 en la entrada “julio ( 1 )”, que se puede pinchar a la derecha del encabezamiento. Está situado algo más abajo de la mitad, inmediatamente después de la “Crónica de un paseo por Madrid” y antes de mis comentarios al libro “LA LEY de Fréderic Bastiat.”






POEMAS DE IDA Y VUELTA ( II )

AQUELLOS OJOS NEGROS.

Aquellos ojos negros eran dos carbunclos encendidos, dos planetas gemelos en llamas, que iluminaban el pecho de Ambrosio, el pescador de los paraísos celestiales. A ellos solía acercarse con cierto recelo, intentado conocer las bellezas que encerraban. Sabía, que aún dentro del fuego, hay seres vivos, preciosas criaturas llenas de luz, que saben de muchas cosas, que otras ignorantes criaturas de mundos más fríos, convertidos en simples bloques, son incapaces de conocer por completo. Pueden imaginárselas si quieren, pero no. Todavía no se ha abierto ese campo para esa clase de criaturas.
Ambrosio, cierto día que deambulaba por los espacios no etéreos, un tanto distraído, pensando en cómo conseguir el amor de la preciosa muchacha poseedora de tales prodigios de la naturaleza, se encuentra con Perico, un amigo suyo de la infancia y compañero de juegos y aventuras. El cual le dice desvergonzadamente, que la tal, se ha unido a él en matrimonio; y, que debe desechar cualquier idea que se le ocurra en conquistarla, porque las cosas son así, y así han tenido que suceder. 
El bueno de Ambrosio, lleno de una ira inmensa, enloquecido por la fatal noticia, no sabe de qué manera vengarse de aquel mal amigo. Durante años vaga por la Tierra, intentando olvidarse de aquellos carbunclos, de esos misterios insondables que se ocultaban a sus propios ojos y que había estado dispuesto a descubrir; lamentando profundamente, más que su propio dolor, el propio de la muchacha que había preferido casarse con aquel patán, aquel miserable Perico,  que había sido capaz de realizar el tan despreciable acto de traicionar la amistad, ese sentimiento sublime que debe ir siempre por encima del amor, y que nunca, jamás ningún ser humano debe permitirse ultrajar.
Perico  habrá de sufrir las consecuencias de tan nefando crimen, pero, él,  Ambrosio, el pescador de los paraísos celestiales, vagará eternamente sobre la Tierra, ese planeta lleno de basuras, teniendo que soportar sus estrecheces; aunque, eso sí, en éste existen inmensos depósitos de belleza, de ternura, de cosas buenas y apetitosas, que, con sus buenos ojos de buscador celeste, también, si quiere, tendrá el gusto de disfrutar.
Cierto día, pasados muchos, muchísimos años, Ambrosio, se entera de que  la muchacha de los ojos negros, ya varios años viuda, ha preguntado por él. Pero es tarde, aquellos ojos negros, como carbunclos encendidos dejaron de dar llamas.  Son dos mundos apagados.

En Madrid, a 24-2-2015.
Francisco








HECHOS HISTÓRICOS ( IV ).-

Don Humanís y doña Experim.

En el Renacimiento nacieron dos hermanos,  que con el tiempo se convirtieron uno en un gigante y otro en un enano. Y claro, ahora el pequeño y el grande no se entienden, porque además, nacieron en distintos lugares e hijos de padres distintos. El gigante tiene nombre femenino, pues en realidad se trata de la giganta de nombre: Experimentación Científica. (Experim) El enano responde al nombre de Humanismo. (Humanís). Todos sabemos cómo ha crecido ella, hasta el punto, que hemos podido llegar hasta la Luna y otros fenómenos de considerable importancia. En cambio, el otro, el Humanismo, no es que sea un enano, pues en este caso tendría identidad propia, es que es un cadáver viviente, que está ahí desahuciado, esperado que alguien le levante y le introduzca en la médula de la Sociedad. Hay por tanto, un desequilibrio en la familia humana, que hasta que no se corrija, esta irá navegando a la deriva.
Humanís cree en Dios, a pesar de ser él, una simple presencia, un don nadie; menos que un enano, como bien se ha dicho. Y ocurre, que además de tener contacto con la Omnipotencia Celestial, viene de gloriosa estirpe. Pertrechado con tan excelentes armas, sabe que vencerá a la giganta…

NOVÍSIMO TESTAMENTO. Libro de Francis 
  
IV). Metáfora de la Ciencia.- La giganta Experim, es tan alta, tan temible su presencia, que su cabeza, toca con la Luna.
XXIV). Metáfora de los Hijos de Dios.- El terror entre los Hijos de Dios aumenta cada día que pasa ante una giganta que les ataca con furia visigoda.
XXXIX). Metáfora del buen Pastor.- Humanís libra su cuerpo de toda carga pesada.
XL). Metáfora del buen humanista.- Humanís domina el arte de jugar con las piedras del cielo y con una de ellas y su  honda mágica, hiere de muerte  a la giganta. Tiene buen corazón y le perdona la vida ayudándole a recomponerse, pero tendrá que seguir sus pasos de ahora en adelante.



En Madrid, a 3-3-2015
Francisco.







HECHOS HISTÓRICOS ( V ).-

EL PASTOR ANTOÑÍN

El pastor Antoñín, un escuálido chiquillo, el menor de cuatro hermanos, posee una virtud extraordinaria, pues maneja la honda con tal acierto y tino, que no necesita perro para controlar su rebaño. Cada vez que una oveja se desvía y quiere alejarse, coge una piedra del suelo, y zas, pedrada en todo el lomo, que la hace volver  acongojada. (esto es una metáfora difícil de entender, a no ser que el autor la explique).
Otra cosa son sus compañeros del colegio, entre los que se encuentra el terrible Garcilando, hijo de Talparacual, un traperico de alta estima en aquel suburbio en que los trapos sucios y otros desperdicios, son empaquetados en grandes bloques para enviar a las fábricas de reacondicionamiento. (otra matáfora).
Talparacual es riquísimo y el gigantesco Garcilando que ha crecido mucho, porque en su casa no se pasa hambre, anda por aquellos predios suburbanos, atropellando gentes con su coche todoterreno de la última generación, causando el terror de los menos favorecidos por la fortuna, como es el caso de estos cuatro hermanos de la familia Isaí.
Hay seres, que desde la altura alcanzada por la suerte, o la destreza en abusar de los demás, no conformes con ello, odian a los poseedores de alguna virtud o habilidad especial, porque por muchas cosas que alcancen, la virtud, esa esencia divina, no la  alcanzarán jamás. Es el caso de Garcilando y su papá.
Garcilando encuentra cierto día la horma para su zapato, cuando entrando a campo abierto, con su máquina infernal, se lleva por delante a varias ovejas del rebaño del paciente Antoñin, pues este, lleno de ira por primera vez en su vida, usando de su virtud, le lanza tal pedrada, que le deja patitieso en el suelo y sin ganas de más aventuras suburbanas. (Estupenda metáfora).


En Madrid, a 3-3-2015.
Francisco






Taller de Valdebernardo dirigido por Don José Luis Dacal.

HECHOS HISTÓRICOS ( VI ).-

LA VERÍDICA HISTORIA DE DON PACO DE MADRID Y DE LA COSTA.

TERCERA PARTE

CAPITULO 3º.- Cosas de la postguerra.

    Cuando acabó la guerra, al ser ocupado el cuartel de la guardia civil otra vez por sus anteriores dueños, la familia hubo de buscarse una nueva casa donde vivir y gracias a la amistad con Paca Victoria, antigua amiga y discípula de Remedios, pudieron irse a vivir a la zona de los “Cuarticos” a una casa propiedad de ésta y donde se alojaron por un módico alquiler que apenas podían pagar por ser muy pobres.
     El sueldo del padre en la Empresa Nacional Bazán que así vino a llamarse el Arsenal al acabar la guerra, era tan paupérrimo que no daba ni para comprar patatas y hubieron de transcurrir cuatro largos años hasta que pudieron probarlas y aún recuerda nuestro héroe sobreviviente de tantas catástrofes el sabor tan exquisito de aquella bandeja sacada del horno de Pagán que se comieron de ellas cierto día que el regresó del campamento de “Sierra Espuña”. Mas no adelantemos los acontecimientos.
    La zona de los “Cuarticos” estaba situada al oeste del pueblo de San Antón y lindaba con varias huertas que lindaban a su vez con la rambla de Benipila,  mal llamada del Asilo, porque al otro lado había una gran edificación construida para asilo de ancianos y donde regían unas monjitas. Más allá seguían las huertas hasta las estribaciones del denominado Coto de Dorda, que forma parte de la cadena montañosa que rodea a Cartagena y que se prolonga después hacia norte y sur de la Costa de Levante.
    De esta “Costa” le viene el segundo apellido a nuestro ilustre héroe que a los diez años de edad y odiando la violencia se vio metido en la más violenta aventura que ahora contaremos.
    Los “Cuarticos” eran una zona dentro de la calle Recoletos que limitaba todo el barrio de norte a sur desde las escuelas del “Cuco” hasta la Cárcel, y estaba constituida fundamentalmente por una sola fila de casas con la fachada orientada al poniente y enfrente de ella estaban las huertas que hemos dicho, habiendo incluso un escalón de dos metros para bajar a ellas desde una acequia de agua de donde se abastecían. Esta acequia discurría al otro lado de la calzada y al mismo nivel del suelo de la calle. Las casas eran bajas y de muy mala calidad con techo de láguena, y a veces eran una sola habitación a la calle con una rústica puerta de madera donde vivían hacinados padres, hijos y abuelos. Gracias a la acequia que lavaba muchas cosas, aquellas personas gozaban de un cierto aseo dentro de aquella miseria.
    Separando los “Cuarticos” del resto de la calle Recoletos en medio de la zona estaban las llamadas Cuevas del Molino Ribao en un montecillo todo de amarillas areniscas del cuaternario, y precisamente al pie mismo de estas cuevas, en el número setenta y ocho de la calle, es donde estaba la casa donde fue a vivir la familia; de manera, que hacia poniente, tenían delante de la consabida puerta de madera, la huerta del “tío Perico”; a la izquierda un vecino pared por medio; y a la derecha que era el norte geográfico, las referidas cuevas. En realidad si alguna vez fueron cuevas ahora no lo eran, porque en la guerra, para librarse de los bombardeos y dado lo fácil de perforar que es esta clase de arenisca, practicaron largas galerías que se entrecruzaban unas con otras y donde cabía mucha gente. Ahora las bocas de entrada estaban cegadas por tierra y cantos que desprendieron de la misma montaña para taparlas al no tener ya utilidad.
    Cuando la familia apareció, despertó la curiosidad de los que allí vivían poco más cerca o lejos. Paco tenía a la sazón diez años, Juan ocho y Pedro seis. Eran niños espigados por el hambre y despiertos por la guerra. Allí vivían el Notepeles, la Pijorra y sus hijos, la Monta, la Gallita, el Mami, los Liebres, los Chiribines, Antonia la gitana y su hermana Josefa, Rosario, Antonio y Felipe y su hermana María y como distinguiéndose sobre aquella elite, Ginés y Pepe Victoria con su madre Benita, y cuyo padre que había sido director del Arsenal con los “rojos” estaba ahora huido en Francia del furor de Franco y los suyos.
    El primer contacto fue con el temible Notepeles y su banda de chiquillos que, situándose debajo del escalón, en la huerta del tío Perico, y escondidos en el maizal que en aquel momento tenía plantado, cogiendo todos ellos sendas piedras las lanzaban con gran destreza contra la puerta de la casa donde los tres hermanos con su madre estaban metidos. En los intervalos en que cesaban de apedrear, el arriesgado héroe entreabría la puerta un poco para observar a los apedreantes y entonces estos, afinando la puntería, lograban que alguna piedra penetrara dentro de la casa y rozara a alguno de los asustados chiquillos.
    Habían transcurrido unas dos horas y los asaltantes no se cansaban, cuando Paco, cogiendo una de las piedras que allí penetraban, abrió la puerta y la lanzó hacia el grupo, de tal suerte, y guiada tal vez por algún espíritu justiciero, que vino a dar en un ojo del Notepeles, que, lanzando un grito estentóreo se desplomó al suelo.
Allí acabó la singular contienda. Los asaltantes se alejaron lentamente conduciendo al líder herido hacia su casa. Más tarde la madre y el padre de Paco hubieron de oír las quejas de los padres del Notepeles, pero como ellos en realidad eran las víctimas del asalto, las quejas no procedían y fueron solo para cubrir el expediente. Además el padre de Paco sabía hablar tan bien y tenía tal personalidad, que el del Notepeles hubo de retirarse pensativo y con la cabeza baja. Después de esta aventura, el campo quedó libre para los tres hermanos y empezaron a bajar hasta la rambla a jugar entre los cantos rodados y en alguna pequeña playa de arena que las aguas al pasar habían respetado y que no había sido arrastrada al mar.


En Madrid, a 4-3-2015.
Francisco







Taller de Valdebernardo dirigido por don José Luís Dacal.-

HISTORIAS DE AMOR Y ODIO ( I ).

Inspiradas a partir de fragmentos de algunas novelas aportados por el profesor.


                                Sócrates y Jantipa

XV        Antonio Orejudo   "Ventajas de viajar en tren"
Imaginemos a una mujer que al volver a casa sorprende a su marido inspeccionando con un palito su propia mierda. Imaginemos que  este hombre no regresa jamás de su ensimismamiento, y que ella tiene que internarlo en una clínica para enfermos mentales al norte del país.

Este es mi caso, el de Nietzsche y el de otros muchos filósofos, soñadores y pensadores. El caso de todos y cuanto hemos pensado en reformar la condición del género humano, de todos cuantos hemos profundizado en nuestros yos hediondos y llenos de suciedad, todos cuantos, asqueados de cuanto nos rodea y lo que somos nosotros mismos, hemos enloquecido.  Y nuestras respectivas mujeres, cansadas de soportarnos, enloquecidas a la vez por lo injusta que ha sido la vida al unirla a un hombre así, se han visto obligadas, en unos casos a repudiarle, en otros a engañarle con otro u otros, o simplemente enviarle a un manicomio, aportando las fehacientes pruebas de que está loco. Sin ir más lejos, ahí tenemos al propio Sócrates, el ejemplo paradigmático del bueno y grande filósofo, ante su mujer la irascible Jantipa. Menos mal que estaba allí, su discípulo Platón, para reivindicar su nombre a través de sus escritos.

En Madrid, a 10-3-2015
Francisco







HISTORIAS DE AMOR Y ODIO ( II ).

XVII       Luis Martín Santos Tiempo de silencio.
Sonaba el teléfono y he oído el timbre. He cogido el aparato. No me he enterado bien. He dejado el teléfono. He dicho: “Amador”. Ha venido con sus gruesos labios y ha cogido el teléfono. Yo miraba por el binocular y la conversación no podía ser entendida.

Encima de la cama junto a mi, ha dejado el preservativo que se estaba quitando en esos momentos y yo al volver a acostarme, he sentido una humedad asquerosa que invadía mi costado. Pero le perdono. ¡Es tan despistado!
Nuestros nueve hijos, han ido naciendo a base de esos despistes que tiene a menudo y que le hacen olvidarse de lo que está haciendo. Y es lo que yo digo: ¿Por qué me casaría con él si era narigudo a la par que bocazas y no le quería?  ¡Ahí está!, ¡Míralo! Parece que se quiere comer el teléfono. Y, ahora que lo pienso: ¿Cómo es que le ha llamado su secretaria a estas horas tan intempestivas de la noche?  ¿O no es su secretaria? ¿No será algún lío que tiene con otra y esta no es su secretaria? A sus cincuenta años todavía está de buen ver y es probable que alguna lagarta, le quiera enganchar. Lo que no le perdono es que quiera acostarse con otra. ¡Cómo si no tuviera bastante conmigo! Últimamente va estando bastante flojo y no entiendo cómo si no puede conmigo, cómo se va a meter en otras aventuras amorosas. ¡Ay, Amador, Amador! Que hasta el nombre tienes bonito. ¿Qué estarán hablando? ¿Qué le estará diciendo a esa asquerosa a estas horas de la noche? Cuando vuelva a la cama se va a acordar de mi. Seguro que me viene diciendo que han perdido algún expediente importante y que ello es la causa de su llamada. ¿No será que la ha dejado preñada y le viene con reclamaciones? ¡Míralo! ¿Y qué hace ahora que se está riendo y trata de sofocar las carcajadas? Amador… ¡¡! Deja ya de hablar y ven a la cama, que me estoy enfriando! Como me levante, vas a ver donde vas a ir a parar tu y el maldito teléfono…
Amador regresa a la cama sonriendo. Noches como esta no se presentan todos los días.

En Madrid,  4-3-2015
Francisco





HISTORIAS DE AMOR Y ODIO ( III ).

LA BRECHA.- Estudio metafórico de la vida en la pareja.

XVIII       Marcel Proust   "Por el camino de Swan"
Mucho tiempo he estado acostándome temprano. A veces, apenas había apagado la bujía. Cerrábanse mis ojos tan presto, que ni tiempo tenía para decirme: “Ya me duermo”.

Y lo peor de todo, es que a las cuatro de la mañana ya estoy despierto, y aunque sigo cansado, ya no logro volver a dormir. Muchas noches me asalta la terrible pesadilla producto de aquel trauma que arrastro desde mi juventud cuando trabajaba en las minas. Aquellas galerías practicadas bajo estratos de tierras deleznables cuyo inmenso peso sobre el techo las iba empequeñeciendo poco a poco… En un principio, su altura de metro y medio, no producía considerable angustia, pues aunque había que inclinarse, se podía hasta incluso correr por ellas así inclinado. En más de una ocasión, en estas correrías, me vi de pronto sentado en el suelo porque había topado con algún saliente del techo, y, menos mal que llevaba siempre el casco sobre la cabeza y esto evitaba el correspondiente chichón que se produce en estos casos. Pero ahí están mis posaderas, que pueden dar testimonio de estas caídas.
Vamos a lo de la brecha: Hubo galerías de aquellas tan empequeñecidas, que se habían convertido en una simple “brecha” por la que apenas cabía el cuerpo arrastrándote con los codos todo tendido como si fueras una serpiente. Esta angustia sufrida en varias ocasiones, se depositó en mi subconsciente y es la que algunas noches me despierta. Cuando esto me ocurre, lucho por no volver a dormirme para evitar que siga la pesadilla; y entonces, sueño despierto con la primera brecha que visité en la mina Victoria por complacencia de un viejo minero, Miguel el Cúchares, la cual permitía entrar acostado boca arriba para contemplar un maravilloso techo de estalactitas del que arranqué algunas concreciones para mi colección.  Ello me consuela.

En Madrid, a 3-3-2015
Francisco.









Poema de Mr Lapith en “Los escándalos de Crome”

                                                                   Aldous Huxley.

En tiempos remotos, cuando el mundo era todavía joven,
antes de que Abraham apacentara sus rebaños y Homero cantara,
cuando Túbal el forjador dominó la llama creadora
y Jabal habitaba en tiendas y Jubal tocaba la lira,
la carne corrompida tuvo un parto monstruoso
y los obscenos gigantes hallaron la Tierra estremecida,
hasta que Dios, cansado de aquella progenie encantadora,
dio rienda suelta a su cólera y les ahogó con su Diluvio.
De nuevo fecunda, la repoblada Tierra produjo
el Héroe grosero y el Hombre de Guerra;
torres inmensas de músculos rematadas por un cráneo vacío,
temerarios neciamente, heroicamente imbéciles.
Pasaron largos periodos y el hombre se hizo más refinado,
más débil de músculos, pero de Espíritu más vasto,
sonrió ante los espadones, las flechas y las picas de sus abuelos,
y aprendió a manejar el Lápiz y el Cálamo.
El lienzo resplandeciente y la página escrita
inmortalizaron su nombre a través de las edades,
su nombre se halló blasonado en las paredes del Templo de la Fama;
porque el Arte se hacía grande a medida que la Humanidad se hacía pequeña.
De este modo podemos trazar el dilatado progreso del hombre, paso a paso;
el Gigante muere, el Héroe le sustituye;
el gigante vil, la estúpida Mole heroica:
ante el uno temblamos, ante el otro nos reímos.
El hombre aparece por fin. En él la pura llama del Espíritu
arde más brillante en ya ordenada estructura.
Antiguamente, cuando los Héroes luchaban y los gigantes pululaban,
los hombres eran enormes montones de materia apenas formada;
abrumado por la fermentación de una masa tan vasta,
el espíritu dormitaba y la inteligencia se entorpecía.
La armazón más pequeña de los tiempos más próximos
se ha modelado rápidamente; el Ama descargada juega
y como un faro lanza a lo lejos sus rayos espirituales.
Pero, ¿podremos pensar que la Providencia detendrá
los pasos del hombre en su marcha ascendente?
La Humanidad, en inteligencia y en gracia,
¿no se alejará más todavía de la raza de los gigantes?
¡Impío pensamiento! Guiada por la propia Mano de Dios,
la Humanidad seguirá avanzando hacia la Tierra Prometida.
Tiempos vendrán (proféticamente columbro
auroras remotas en el cielo sombrío),
en que los felices mortales de una Edad de Oro
volverán la página lóbrega de la Historia,
y en nuestra jactanciosa raza de Hombres verán
una forma tan grosera, un espíritu tan muerto y frío,
como vemos nosotros en los gigantes, en los guerreros primitivos.
 Tiempos vendrán en que el alma se verá libre
completamente de toda materia superflua;
en que el cuerpo, ligero, ágil como el de un cervatillo,
retozará con gracia en el aterciopelado césped.
Último parto y el más exquisito de la Naturaleza,
la Humanidad perfeccionada poseerá la Tierra.
¡Ah!, ¡pero no todavía! Porque aún la raz de los Gigantes
enorme, débil de inteligencia, pisa la hermosa faz de la Tierra;
groseros y repulsivos, perversamente orgullosos,
los hombres se jactan a grandes voces de sus imperfecciones.
Vanidosos de su corpulencia, conservan todavía
la absurda jactancia de la fealdad de los gigantes;
dirigen su estúpido menosprecio hacia todas las cosas pequeñas
y monstruos, considéranse nacidos divinamente.
El hado se entristece al verlos, ¡ay!, mas también se entristecen
los raros precursores de la raza más noble
que vienen a anunciar la dorada gloria de los hombres,
pero que, mientras señalan al Cielo, viven por su parte en el infierno.


En Madrid, a 9-3-2015-
Francisco.

NOTA.- He copiado textualmente este poema durante la lectura del citado libro, el cual nos descubre al Aldous Huxley utópico en su juventud, aunque más tarde, más en consonancia con la realidad, se dedicara a la distopía con su libro UN MUNDO FELIZ. Este poema, a mi modo de ver es magnífico. Huxley es magnífico.





Las tres reinas buenas



       Voy a contar algo que va a causar una gran sorpresa a muchas personas, que no se esperaban esta noticia; y es que La bella Durmiente, Cenicienta y Blancanieves, se han hecho muy amigas por medio de estos sistemas informáticos modernos que tantos prodigios están produciendo. Y no vean la cantidad tan grande de cosas que les suceden y que según creo, van a interesar a mucha gente. 


        Primero se comunicaron la Bella Durmiente y Cenicienta, pues la primera, estaba un tanto intrigada de la vida que la otra llevaba en su palacio con el príncipe, desde que sucedió aquel hecho del zapato perdido en el baile, la boda  y demás.


        - Ay Durmi, qué quieres que te diga. Hace ya veinte años que nos casamos y nos han nacido nueve hijos varones,  que andan por el mundo sembrando la virtud y el amor al trabajo, cosa que aunque está mal el decirlo, han heredado de mi menda.


        - Ay Ceni, ¡qué alegría tan grande me das!. Yo en cambio también he tenido varios hijos varones con mi príncipe amado, y lo malo es que han heredado también mis hábitos y no hacen más que dormir, esperando que algún día les descubra una hermosa princesa y puedan así casarse y tener hijos nobles y principescos como nosotros. Pero las cosas andan muy mal: figúrate que muchos príncipes de ahora, al estar tan escasas las princesas verdaderas de sangre real, tienen que casarse con plebeyas.


        - ¿Y qué tienes tú que decir de las plebeyas?, dice la Cenicienta un tanto ofendida.


        Viene a ocurrir, que esta conversación es detectada por Blancanieves, que como sabemos también tiene Internet en su palacio, y viendo el mal cariz que va tomando la cosa, que no ha hecho nada más empezar, para calmar los ánimos, se presenta toda llena de sabiduría y les dice:


        - Queridas, Ceni y Durmi: no es momento para echaros en cara nada, y menos para empezar a discutir, cosa,  que nunca ha acabado bien. Las discusiones son odiosas y hay que evitarlas. Tan noble y virtuosa puede ser una princesa de sangre azul como otra de sangre colorada.


        Las dos reinas quedan sorprendidas ante la irrupción de aquella otra, de la cual no habían tenido noticias en mucho tiempo, y le contestan diciendo al unísono, confundidas en unas mismas palabras, lo que sigue:


        - ¡Ay, Blanca, no sabes que placer me causa el oírte y verte aparecer! Dime que ha sido de ti y del hermoso Príncipe con quien finalmente te casaste. ¿Te hablas con tu madrastra? ¿Qué ha sido de los siete enanitos?. Tengo mucha curiosidad por saber de tu vida.


        Y debido a la coincidencia de producirse este dúo tan gracioso, las tres sueltan una alegre carcajada que resuena en todas las naciones del mundo, pues como sabemos, Internet se oye en todas partes.


        A partir de aquí, unidas por la risa y la alegría de vivir, las tres se hacen amigas incondicionales y es curioso saber, la cantidad tan enorme de confidencias que se van haciendo, y que todo el mundo que pincha el Google y pone estos tres nombres, tiene el gustazo de conocer.



        Blanca no ha sido tan feliz como sus compañeras, no porque le faltara el amor del príncipe, sino más bien por los traumas que, como sabemos arrastra cada ser humano que ha sido maltratado por una madrastra. No ha podido quitarse de encima esa lacra, y para ella el mundo es siempre de dos colores: blanco o negro. No existe para ella el “gris” que es más bien el color de la realidad, ése color que tenemos que aceptar concienzudamente, si queremos seguir disfrutando un tanto de la vida. Lo peor de todo es que ella y el príncipe, no han tenido hijos que les hubieran alegrado la vida con su inocencia. Eso sí, tiene todavía a los siete enanitos que la colman de bendiciones, pero no es suficiente.

En Madrid, a 11-3-2015
Francisco




PINOCHO, PULGARCITO Y EL GATO CON BOTAS.

Los milagros de la vida moderna.

Por uno de esos milagros de la vida moderna, que se producen debido al avance de la Tecnología, estos tres personajes entrañables se han unido,  y no vean los que quieran verlo, la de prodigios que están haciendo y que son de mucho asombro para aquellos que quieran asombrarse.  
PIN, PUL, y GAT, les vamos a llamar para abreviar. 
Pues es el caso que pul y gat, con sus botas de siete suelas, se dedican a visitar todas las Cortes de Europa y van casando con sus argucias, a las princesas de sangre real con sus amos que como sabemos, son plebeyos. No vean la de conflictos que se están armando con estas uniones irracionales, que traen como consecuencia, tales casos de corrupción, que el juez Ruz que parece un hombre de acero, es incapaz, de resolver pese a su buen temple.
El bueno de pin, también se ve envuelto en la ola de corrupción, pero de manera diferente porque  debido a su naturaleza vegetal, se ha dedicado a los “bancos” creyendo que estos son de madera. Y está un tanto equivocado, porque estos son de cemento muy duro. Y los que mangonean en ellos, curiosamente, también tienen una cara del mismo material. Cada día que pasa le crece más la nariz a nuestro héroe intentando husmear en estos medios de corrupción, y aunque lo hace graciosamente bailando entre marionetas, nada consigue. 
Eso si, los tres amigos, tres héroes hechos a la antigua usanza, para consolarse, se reúnen de vez en cuando, y para solazarse, se dedican a soñar. Y se ven acompañados en sus sueños por inmensa cantidad de duendes y hadas que pululan por esos centros culturales llamados Talleres, los cuales, revoltosillos como son, se dedican a escribir cosas que parecen disparatadas, pero que son de mucha enjundia. Pero ni los nobles ni los  banqueros, les tienen en consideración. Menos aún los empresarios, jueces, sindicalistas y políticos… 
¡Ay!, estos últimos, aunque los tres amigos se han unido en denodado esfuerzo para hacerles cambiar  y que entren en razón, su esfuerzo es vano, son incorruptibles...


En Madrid, a 18-3-2015
Francisco







Comentario al relato de Cortázar “Las babas del diablo”

Cortázar prepara en este relato, un batido delicioso cuyos ingredientes son el fotógrafo Michel, su alter ego que, está incapacitado para aparecer físicamente, debido a lo cual dice que está muerto; pero si puede hacer cosas prodigiosas, cual observar al tiempo que narra, el paso de las nubes, viajar en el tiempo bajando por esa escalera del más allá y retroceder hasta ese domingo anterior, contar lo que ve y lo que supone sobre ello al mismo tiempo, y la historia que se inventa sobre el hombre del sombrero gris y la mujer rubia, a la que da el título de las “babas del diablo”, historia que no cuenta pero que insinúa con una pocas palabras; su actividad como traductor de ciertas recusaciones y recursos del un profesor de Chile de apellido Allende. También insinúa y deja sin concretar la historia del chico y la mujer rubia, que al parecer, según observa en la foto convertida en posters de gran tamaño dentro de su habitación, están en combinación para atrapar al chico, y hacerle una propuesta de dinero o engaño.  
Hay varios planos distintos en este relato, con situaciones distintas. La endiablada técnica de Cortazar, consiste en mezclar varias acciones a la vez, movimientos, percepciones y pensamientos de personas, e incluso juega con el tiempo mezclando presente, pasado y futuro. Se divierte y nos divierte.
La única realidad, es esa máquina Rémington ante la que está escribiendo estas cosas que se está inventando, y él sentado ante ella, que, si no escribe, no puede quitarse esa cosquilla molesta del estómago.  Estas son sus verdaderas “babas del diablo”: la necesidad de escribir, de contar cosas. Y estas cosas acuden a la imaginación en tropel, mezclándose todo, presente, pasado, futuro, su otro yo, aquel domingo siete de noviembre, cuyas personas vio en la isleta del Sena, las traducciones que tiene que hacer para ganarse la vida como escritor. Lo del posters en su habitación, es mentira, no existe, es otro producto de su imaginación, la cual aumenta aquello que vio. Hay otra cosa que pudo ser realidad, fue ese paseo por el Sena y que viera a los tres personajes del relato. Incluso que el niño, pudiera salir corriendo al ver llegar al hombre del sombrero gris. Pero nada más. Ni él, Cortázar, usa cámaras de foto, ni es fotógrafo. La citada foto, el posters y demás son mentira. En cuanto al nombre de Allende, es probable que le venga del subconsciente sobre el que pesa aquella tragedia de Chile, dándole aquí el nombre de José Norberto, en lugar del de Salvador. Y que al citar este apellido, pretenda que nosotros los lectores, no olvidemos esta tragedia citando la palabra recusación.
Hay un detalle importante aquí, que creo necesario señalar, y es, que esta mezcolanza que hace, es la que poco más o menos, hacemos todos y cada uno de los seres humanos con nuestra mente, en todo momento en nuestro quehacer diario. No nos damos cuenta de ello y Cortázar con su genio, quiere hacérnoslo notar. Todos, lo escribamos o no, somos productores de esas babas. Y a ello se refiere cuando empieza diciendo que nunca se sabrá cómo hay que contar esto, si en primera en el segunda persona.
Nuestra mente es un torbellino de ideas y cavilaciones que, sólo se para cuando realizamos alguna de esas disciplinas que vienen de Oriente, cual el yoga y la meditación. También se suaviza esta actividad, cuando fijamos nuestra atención en algún trabajo que estamos realizando. Por eso, el Trabajo, es un factor tan importante, que muchos economistas célebres, cual Adam Smith, Bastiac, Proudhon, J.B. Say, Ricardo, Senior, Sterch, Friedman, Hayex, Mises, o Hazlitt, han estudiado a fondo. Y que, curiosamente, su Valor, tiene un aspecto diferente para cada uno de ellos.


En Madrid, a 3-4-2015. VIERNES SANTO.
Francisco.





 LA VERÍDICA HISTORIA DE DON PACO DE MADRID Y DE LA COSTA

Capítulo 9º.-

SÁBADO DE GLORIA. 4-4-2015.- Me levanto a las seis. Tomo los zumos de naranja, limón y pomelo y sentado ante el ordenador me dispongo a escribir.
 Anoche quedé impresionado ante el documental emitido por el canal de televisión EL GATO AL AGUA, de título ECCE HOMO, donde dos eminentes profesores de la universidad de Tierra Santa, van examinando paso a paso la vida de Jesús, al tiempo, que todos los lugares por donde pasó van siendo mostrados en preciosas imágenes. En ellas se observa la actividad actual de estos Santos Lugares y es curioso ver, no sólo la inmensa cantidad de gente que los visita, sino los monumentos, las iglesias y catedrales, que se han ido edificando por el culto cristiano. Aquellas tierras secas y estériles, aquellos páramos desiertos, cual pudo ser el monte Calvario, están cubiertos hoy por  preciosas moles arquitectónicas, dos mil años después, de su Divina Presencia. Genesaret, el lago de Galilea, el monte Tabor La cumbre del monte Tabor a 6oo metros de altitud, donde en 1924, los franciscanos, hicieron una hermosa edificación. Allí donde sus discípulos fueron testigos de su Divina Transfiguración…
¡Ay Jesús, que poder tan inmenso alcanzaste con la poderosísima fuerza de tu Fe! ¡Qué prodigio de gracia alcanzó tu alma, que refulgiste pleno de hermosura!
La ruinas de Sáforis a cuatro kilómetros de Nazaret, gran ciudad que fue del pueblo judío y que Herodes Antipas mando reconstruir para su Sede. Se dice que allí debiste ir a trabajar, a trabajar…
¿A trabajar de carpintero, oficio de tu padre José, o cargando piedras, cincelando? Supongo que no te gustaría el trabajo entre aquellas ruinas y por eso te fuiste a Cafarnaún a cincuenta kilómetros de Nazaret a construir barcas de pesca. ¡¡!
Tenías veinte años, un cuerpo musculoso no excesivo, bien proporcionado, eras deseado por las mujeres. Y andabas, vaya que si andabas, cincuenta kilómetros eran para ti  poca cosa, el lago Tiberiades, y la desembocadura del Jordán, Magdala en el Valle de las Palomas y junto al acantilado de Marbel, Cana, el monte Tabor, La vía Maris hacia Mesopotamia, Anatolia y Siria. ¡Amabas tanto la tierra, disfrutabas tanto con sus productos! Alimento no te faltaba, dátiles, higos, nueces, raíces, cómo Juan, otro ser puro como tu, que por aquellos páramos también transitaba.  Tuviste un divino encuentro con él. Ya lo sabemos.
También te encontraste Con Judas el Zelote,  fundador de un movimiento político nacionalista poco después de nacer tú, los cuales despreciaban el dinero, que combatían a los tiránicos poderes de Judea residente en Jerusalén. Eras enemigo de la violencia, amigo de los pobres, (bienaventurados los pobres de espíritu), nada de política, pertenecías a la clase obrera… Algunos zelotes te siguieron después embargados por el dulce, singular acento de tu doctrina. 
¡Ay Jesús, qué pensamientos tan sublimes surgirían en tu mente, en contacto con tus hermanos de raza, la clase obrera, en la cual residía y reside todavía el filón inagotable de sabiduría dentro los pechos de aquéllos que, siendo de humilde cuna, no se resignan a danzar bajo el engañoso alegato de la tiranía.!
Betsaida a cuatro kilómetros de  Cafarnaún, A la orilla del mar de Galilea. Tu refugio entre una facción de los zelotes, sabios pescadores, los únicos quizá entre aquellos pobladores capaces de entender tus valiosísimas parábolas, de intuir, ya que no comprenderlos, tus mensajes divinos.
La Casa de Pedro en Cafarnaún, donde Constantino hizo edificar majestuosa Iglesia, sobre antigua sinagoga edificada a su vez sobre el humilde aposento donde guardaba sus útiles de pesca, Pedro, discípulo de Juan el Bautista, que no vaciló en seguirte.
El monte de las Bienaventuranzas en Cafarnaún, donde hiciste ante las gentes el más maravilloso ejercicio de sabiduría que ha de permanecer intacto hasta el fin de los tiempos. Allí también se ha edificado  preciosa iglesia para conmemorar tan Divinos hechos.
¡Ay Jesús, cómo admiro tu maravillosa forma de expresión, cómo debiste sufrir y con qué  paciencia entre tus hermanos, cómo debiste porfiar, para alcanzarla, tu, a quien ningún poeta, literato, santo, místico, ha sido capaz de alcanzar con su verbo a pesar de haber existido hombres de prodigioso numen, de bondadosísimo corazón intentado imitarte!
Y tus mensajes de vida sana…
… Boanerges, tu primo, el Hijo del Trueno, que caía rendido a los pies de María de Magdala. Es tan bonita la historia de Galilea, todavía pendiente de ser escrita como se merece…
Tu traslado a Jerusalén, donde sabías que ibas a jugarte el todo por el todo. El Templo de Salomón, su Atrio donde los mercaderes, como ahora también, cambiaban monedas y robaban y donde sabiendo a lo que te exponías arrojaste valerosamente de allí…
¡Qué símbolo, Jesús, qué símbolo tan importante dejaste allí para ejemplo de los grandes economistas, para los preclaros hombres de todas las generaciones, sobre el Valor del dinero y sus fatales consecuencias! Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Muchos hombres humildes, poseedores de espíritu preclaro han de venir todavía a través de los tiempos a aclarar este mensaje, que aún nadie ha comprendido del todo.
¡Ay Jesús!, Betania, Lázaro, Getsemaní, el monte Sión, el valle del Cedrón, La Torre Antonia, Tiberio paranoico, Pilatos miserable, Herodes sádico e incestuoso. El monte Sión, la Última Cena donde tu entereza, te permitió deglutir los alimentos mientras la copa Amarga de la Muerte invadía todo tu Ser. Las mazmorras de Caifás donde estuviste encerrado antes de llevarte a la Torre Antonia ante Pilatos.  El Palacio de Herodes. La Vía Dolorosa. La Iglesia del Santo Sepulcro que acoge los cinco últimos pasos de tu Pasión y Muerte. ¿Cabe Muerte más Gloriosa?  Tu entereza, Jesús, tu entereza, ese símbolo de la Suprema Dignidad. Unas desnudas losas de un monte, regadas por tu sangre preciosísima, han pasado a ser, lugar de culto del mundo entero.
La noche de Getsemaní: toda entera dedicada reflexionar sobre el sacrificio que ibas a hacer por el ser humano. Uniendo en ella presente, pasado y futuro. Deseabas un mundo mejor para tus congéneres, no se merecían estas formas de vida siempre esclavos de la tiranía, de la de nuestros hermanos y de la propia, de la de nuestros instintos. ¡Qué hermosos pensamientos dentro de tu inmenso dolor que te hizo sudar sangre! Recordaste la sangrienta historia de la Macabeos, de todos tus ancestros. Viste con inmensa lástima, la situación actual bajo el Imperio Romano, y, pensante en los siglos venideros donde oleadas de roja sangre se iban a seguir vertiendo… Pero, ¡Ah!, allá en la distancia del Tiempo y el Espacio, estaba EL PUEBLO DE DIOS. Por ellos, por los hijos de ese pueblo, tenías que dar tu vida en holocausto. Nada significaba un poco de sangre más, dentro de terribles ríos de sangre vertida. Todo por ese pueblo magnífico, real y verdadero, al que por derecho propio te habías hecho acreedor. Al que volverás un día en calidad de padre de todos cuantos lo soñaron que allí estarán contigo. Tu Espíritu, Jesús, tu Espíritu es lo que cuenta. El espíritu de cuantos lo soñaron, que permanecerá vivo en espera de la llegada de ese día glorioso.



                                            




TRES BESOS

TEXTO.-A partir de lo que se observa en la foto.

La atención del niño está fijada en un lujoso carruaje que avanza hacia ellos, del que tiran dos caballos enjaezados; y donde lucen sus galas una pareja de novios, cuya particularidad, es que son hombres los dos. Pero eso al niño no le parece extraño. Otra cosa sucede cuando al pasar por delante, su madre y el gendarme se vuelven hacia ellos simultáneamente, lo que le da ocasión de decir a este dirigiéndose a la señora:  
       - Le fumée m`a irrité les yeux.
Y es que los dos mancebos van fumándose sendos puros habanos, al tiempo que se pasan el humo de boca a boca. Y la señora que ha comprendido al gendarme, le contesta:
        -Tiene usted razón señor agente. Daña la vista ver tanta desvergüenza. Mire también a esos dos que hay allá abajo. Para cualquier lado que se mire siempre encontramos el mismo espectáculo.
El gendarme que es hijo de padres españoles nacidos en Baracaldo, se alegra al oírla y aprovecha para decirle ahora en buen castellano.
        - Lo que tenemos que aguantar señora. Al menos estos de aquí son hombre y mujer, y además están ocultos allá abajo, pero esos dos en medio de la calle con tal descaro… 
El niño a todo esto se ha bajado del banco y corre junto a la mamá diciéndole:
        - Mamá, mamá, ¿Por qué no besas tu a este señor que parece tan simpático?
Ante las palabras del niño, el agente se echa a reír a carcajada batiente y es digno de ver como se descompone un tanto su figura sujetándose el vientre que le baila como si fuera un acordeón. Y la madre toda encendida, le dice:
        - Cállate Tintín y no digas tonterías. Este señor y yo acabamos de conocernos y estas cosas se hacen cuando ya las personas se han visto muchas veces. 
        - No crea señora, que esto es así, -le interrumpe el agente serenándose-, que hoy en día ocurren estas cosas con mucha frecuencia y no es necesario que pase el tiempo para que dos personas que se gustan se acerquen y se den un beso. Se ve que usted está hecha a lo antiguo.
La señora ofendida por las últimas palabras del hombre, se acerca rápidamente a él y le estampa un beso en los labios, que nada desdice de los besos dados por las otras parejas ya citadas. El niño se pone a aplaudir.
        - Bravo, mamá, así me gusta.
El agente:
        - Bueno señora, no he querido ofenderla. 
Y silenciosamente, todo avergonzado, se aleja de allí poco a poco dejando a la mujer y al niño, ambos de pie y en una actitud tan patética, que parecen dos estatuas colocadas a la orilla del río para distracción y regocijo de los muchos viandantes que por allí pululan.
Hay una segunda parte que no vamos a contar, donde los tres personajes se vuelven a encontrar en este mismo lugar y a una hora aproximada, no sólo un día, si no otros muchos. Y basta decir que el gendarme y la mujer, se casan y hasta tienen varios hijos que vienen a hacer compañía hermanatoria al bueno de Tintín. Pero esto pertenece a futuro y por eso no lo contamos. ¿O sí lo hemos contado?


En Madrid, a 7-4-2015
Francisco




Ejercicio propuesto por Don José Luis Dacal en su taller de Valdebernado para el día 7-4-2015.-

A partir de una foto en una orilla del Sena donde a la izquierda aparece un niño de pie sobre un banco de hierro y a la derecha una mujer sentada en otro banco mirando a una pareja que se está besando a la orilla del muelle más abajo y de la que se ven solamente las cabezas y parte del cuerpo. Un gendarme entre los dos bancos, la mira vuelto hacia ella y según parece, callado en ese momento. El niño mira en sentido contrario a ellos.

LA LÓGICA PANZA ARRIBA
                                                 
De repente, un ruido espantoso sobre sus cabezas, les hace levantarlas, como así mismo a la pareja que está abajo sobre el muelle besándose.  Se trata de un avión a reacción que vuela casi a la altura de los edificios y que está en un tris que no deje a la Torre Eiffel despuntada.
Ha empezado la TERCERA GUERRA MUNDIAL y la lógica ha quedado panza arriba. A partir de este momento, todo el mundo va a estar en equilibrio inestable. Todo será distinto a partir de ahora, pues las guerras, tienen la propiedad característica, de volverlo todo al revés.  
Lo lógico en este caso, hubiera sido, que la mujer y el agente de la autoridad, entablasen una conversación tranquila y sosegada, mientras el niño, un tanto abandonado de los cuidados de la madre, se pusiera a realizar alguna diablura. Y ocurre, que las sirenas de aviso de que van a llegar los bombarderos, empiezan a sonar estrepitosamente. Era algo que se esperaba, y París como las demás ciudades del mundo, ya tenían previstos, unos refugios subterráneos para librarse de las bombas.
Los de abajo, saltan ágilmente por la barandilla al paseo, estando a punto de arrollar a los tres de arriba, y corren que se las pelan cada uno por su lado, en busca del más cercano de estos refugios.
Poco después, el agente del orden, entra en trompa detrás de ellos en el mismo refugio, llevando al niño cogido de una mano y a la señora abrazada con el otro.
Ya se ha dicho, que la guerra acaba con la lógica. Los dos jóvenes que no conocían sus efectos, aterrorizados allá abajo, tiemblan en rincón ajenos a las caricias que se prodigaban anteriormente, lo cual no es lógico. En cambio, el agente, consuela a la buena señora abrazado a ella, y el niño, permanece callado y pensativo, sin poder explicarse el porqué de todo esto.
En las calles, se ha producido un caos inmenso. Incluso en el río, donde algunas barcazas, intentan alcanzar la orilla rápidamente para desembarcar a sus pasajeros, alguno de los cuales, impacientes se lanzan al agua intentando  llegar antes. Los autobuses se han parado y sus pasajeros corren impetuosamente arrollándolo todo para refugiarse. El metro ha dejado de funcionar. En su carrera, muchos viejos y niños arrollados por los más ágiles, quedan abandonados y tirados en medio de la calle.
Yo he dejado de escribir y me he lanzado también a la calle, por miedo a que una bomba caiga encima de mi vivienda. Tengo veinticinco años, estoy casado recientemente con Amelia la joven del pelo negro que conocí hace meses deambulando por la rue Madeleine. No se donde se encuentra en estos momentos. Y no puedo llamarla porque con la precipitación me he dejado el móvil en casa. También me he metido en el refugio donde están el agente, la madre y el niño, y la pareja de enamorados. Aquí me encuentro junto a ellos y no se qué decirles. ¿Les explico que ellos son los personajes de una foto que nos enseñó nuestro profesor de literatura para que compusiésemos un relato a partir de ella? ¿Sería esto lógico? ¿Es lógico que haya saltado del relato en tercera persona a la redacción en primera?  ¿Qué lógica hay en todo esto? ¡Ay! Nada más que el pensamiento de la guerra lo ha trastocado todo. Y sin embargo, un pensamiento filosófico, que un día recibí de Aldous Huxley viene a mi cabeza para tranquilizarme. Dice algo así como que CON LA GUERRA TODOS  EMPEZAMOS A DISFRUTAR DE VERDADERAS VACACIONES.  Al fin se ha acabado la rutina. Ahora vamos a disfrutar libremente de verdad… ¿Es esto lógico? ¿No parece esto un relato de Cortázar?

En Madrid, a 7-4-2015
Francisco


Nuevo Taller de Natividad Lorenzo en la biblioteca Francisco Ayala de Valdebernardo



Recuerdos de la guerra

Levántate Bastián que ya es la hora. Hoy tenemos mucha faena por delante. Y tu Cuchitin, que no te va yo que te duermes en el suelo del metro una vez que entremos al vagón. El otro día no pude remolcarte y nos pasamos de estación con lo que tuvimos un serio problema para regresar a la nuestra. ¿No ves Bastián que te estás haciendo viejo y que ya no puedes casi andar con tus cansadas piernas?  ¡Qué días aquellos de tu juventud gloriosa que andabas a salto de mata. ¿Verdad Cuchitín? ¡Ah, pero tu eres muy joven y no estabas entonces! ¿Y mi infancia? Qué decir de mi infancia. Estábamos disfrutando de lo lindo, comiendo pan y chocolate y unos bollos riquísimos que nos traía papá de una confitería. De pronto… Un bombazo. ¡La guerra! ¿Sabes querido amigo lo que es la guerra?  Pues mira: se acabó el pan y el chocolate y también los bollos. Vinieron los nabos y las zanahorias cocidas o fritas con grasas infames, porque tampoco había aceite. Si hubieras estado entonces… Había quién se comía a tus hermanos de raza e incluso los gatos y los caballos andaban mal parados. ¿Sabes que puede venir otra guerra? No es que yo la desee, ¡Vive Dios! ¡La odio! Sólo los que la hemos vivido sabemos odiarla a la manera que yo la odio, tanto que después de ochenta años que la padecí, sigo buscando remedios contra ella, para que no se vuelva a producir. Pero ocurre que nadie escucha mis palabras. Sólo tu las comprendes. Por eso jadeas y me lames las manos con el buen de deseo de darme aliento. Por eso me miras tan afectuosamente. ¡Ay Bastián! ¿Qué estás diciendo? ¿es que has perdido el seso? ¿No tienes otro ser con quién hablar que con este pobre animalucho?  ¡Anda y ponte la chaqueta y vámonos a la calle! ¿Qué me dices Cuchitin? ¿Qué no hay prisa y que te gustaría que te hablase más de la guerra? Pues mira, yo era un niño inocente lleno de sabiduría porque venía de una familia muy sabia. Pero mis tíos y primos se habían vuelto locos. Debes comprender, que el genio y la locura son primos hermanos. (no sé si vas a entender esto, pero es así). Mis tíos y sus amigos, se habían vuelto locos, llevados por esa especie de locura de desear vivir en un mundo mejor donde todo el mundo se comportara buenamente y no hubiera caciques y gentes así que les mangonearan. Y los mangoneadores, a su vez, estaban irritados contra mis tíos y tías, que también las había, y que se habían vuelto díscolas y caprichosas. Cantábamos una canción: Esto es España, señores, este es aquel gran país de tantos timbres de gloria y del chocolate Ortíz. Es una canción que me gustaba mucho porque olía a chocolate. También cantábamos otras canciones que yo no entendía tanto, pero las cantaba junto con las personas mayores… ¿Y sabes que?, Que también me contagié de la idea de desear un mundo mejor. Claro que esta idea, me vino algo después y ya declarada la guerra cuando teníamos que correr a los refugios para librarnos de las bombas… Bueno Cuchitín, vámonos ya al metro, que ya está bien de tanta cháchara.          

En Madrid, a 22-4-2015
Francisco





Preámbulo a "Un Mito moderno"

El Capitalismo va dando coletazos de bestia herida. Es un animal milenario que nació a raíz de ser inventada la moneda en sustitución del arcaico sistema del Trueque. Aquel sistema sencillo donde el hombre hacía un servicio a otro, el cual le correspondía con otro servicio, evolucionó a partir de entonces y con el tiempo ha llegado al estado actual de las finanzas. Este estado es insostenible porque degrada al ser humano. No obstante, se le irán aplicando ungüentos como el de este mito, siendo probable que la hora de su muerte se prolongue por algún tiempo todavía.



Talleres de las bibliotecas de Valdebernardo y Miguel Delibes de Moratalaz, dirigidos por Jósé Luis Dacal

UN MITO MODERNO, La historia económica de Chile,

Por extraño que parezca, el régimen de Salvador Allende dejó vacías las arcas del Estado. En libros de economía que he leído recientemente y que también he colgado mis comentarios y recopilación de ideas en mi blog, la dictadura de Pinochet se encontró ante la bancarrota; y hubo de suceder el hecho, he aquí el MITO, de la visita providencial del prestigioso economista de la Universidad de Chicago, Milton Friedman, que durante una semana estuvo desarrollando sus ideas sobre economía ante un Foro de numeroso público, partiendo de la conferencia dada precisamente el 26-3-1975. Y con fecha veintiuno de abril, una vez de vuelta a Chicago, Friedman escribió larga carta al dictador donde se reflejaban todas las ideas sobre la recuperación económica de Chile que preconizaba. 
Ya en el año 1956 varios estudiantes de economía chilenos habían asistido a las clases de Friedman en la Universidad de Chicago, los que fueron conocidos por los “Chicago Boys” y entre ellos se encontraba el que fue Ministro de Hacienda de Pinochet, Sergio Castro. A este se le nombra como “el arquitecto de la economía chilena”.
Las ideas de Friedman  se apoyaban fundamentalmente en estos dos principios.
           - El libre mercado es la mejor forma de resolver los problemas.
          -  Oposición al aumento excesivo de las intervenciones del Estado.
Hay dos ejemplos parecidos tomando como base a Alemania y Japón después de la segunda Guerra Mundial que dejó exhaustos a estos dos países.
En Alemania Ludwig Erhard un domingo por la tarde suspendió los controles de precios y salarios y anunció una política de reforma fiscal diseñada para que los gastos del gobierno fueran iguales a los ingresos tributarios y eliminó el financiamiento del gasto del gobierno a través de la impresión de dinero.
En Japón sucedió algo parecido a partir del “informe Dodge” preparado, curiosamente por un banquero de Detroit de ese nombre.
Friedman aconsejó:
      - En la empresa privada, no poner obstáculos ni dar subsidios.
      - Reducir el tamaño del Gobierno.
      - Fortalecer el mercado libre.
Todo esto basado en las siguientes ideas:
Es falsa la idea de que si hay algún problema el Gobierno lo resolverá.
La gran falacia está en la creencia de que uno puede hacer el bien con el dinero de los demás.
Todo propósito de ayudar a los pobres, ha terminado siempre dañándoles y ayudando a la gente de los niveles medio y alto. Los mecanismos colectivos pueden crear una fuerte tiranía.
Una sociedad que antepone a la igualdad frente a la libertad, no obtendrá ninguna de ambas. Una sociedad que antepone la libertad antes de la igualdad, obtendrá un buen grado de ambas.

Ahora, luego de largo tiempo, Chile tiene las tres cosas: Libertad política, libertad humana y libertad económica. Fenómeno muy digno de ser estudiado a fondo sin caer en el pozo de las ideologías. Su boyante economía y estabilidad se diferencian en mucho de las paupérrimas economías de otros varios países del Continente americano, incluyendo a los Estados Unidos, que no han seguido las directrices de sus buenos economistas.



En Madrid, a 14-4-2015
Francisco







El Gran Dictador.

Confesiones de mi otro yo.

Cuando fui nombrado Presidente de Uranía, este mundo estaba tan pobre y mísero, que no había manera de levantarlo, a no ser que se produjese algún milagro de esos que según dicen, el Cielo prodiga de vez en cuando.
Acompañado siempre de mi buen perro Chis, un inocente animalito que me ama sobremanera, establecí las normas de mi gobierno y nombré ministros a otros doce perros galgos cuyos nombres sería muy largo reseñar. Y basta decir que ellos, son fieles servidores de la causa que yo he defendido siempre y que es mi lema y mi divisa. 
He de decir que Uranía, es un planeta de la constelación de Casiopea, al que nadie conoce por no estar inscripto en los anales del Cielo.
Vine aquí procedente de un planeta de nombre la Tierra, que no debemos confundir con otro del mismo nombre, pero más pequeño, donde los seres humanos tienen apenas dos metros de estatura. Comparado con ellos yo tengo veinte metros y los galgos que son los más altos de aquí, no llegan a metro y medio.  A nadie debe extrañar que haya dos planetas del mismo nombre dentro del Infinito, aunque de diferente tamaño. Incluso podría haber dos del mismo tamaño. ¿Porqué no?
Pero vamos a lo que íbamos:
Cuando aparecí por aquí, encontré una fauna diferente a la de mi mundo, pues los únicos seres inteligentes eran estos canes con los que se puede hablar y explayarse una vez que aprendes su idioma.
Si queremos hablar de alimentación, la de ellos y la mía, por supuesto, es que somos vegetarianos. Aquí la vida vegetal se desarrolla de tal forma, que para comer, no hay que trabajar, por lo que Dios se ahorró con nosotros esa frase tan famosa de “ganarás el pan con el sudor de tu frente.” Sus cinco mil millones de seres pensantes, se dedican por tanto a divertirse…
Y ¿Qué mayor diversión puede haber que la de bendecir y admirar la Obra de la Naturaleza?
Los canes y yo, aunque no tenemos que trabajar, nos divertimos trabajando, pues consideramos el Trabajo cosa sagrada, ya que Dios así, lo implantó en numerosos mundos. Aunque, en este, nuestro trabajo es de orden intelectual. Se comprenderá fácilmente que no tenemos opción para otra cosa, pues los perros, como sabemos, no tienen manos. El único ser aquí que tiene manos soy yo, por ser un hombre, pero no las uso para nada y casi siempre estoy cruzado de brazos. Ellos con su infinita sabiduría, vienen a consultarme sobre cosas que puedo contarles de mi mundo de origen y sobre ideas que les puedo aportar para ir evolucionando e ir siendo mejores cada vez. Su curiosidad es insaciable. Como hombre que soy tengo ciertas ventajas sobre ellos, siendo una de ellas el que puedo ir escribiendo estas memorias autobiográficas.  Pero ellos me aventajan en muchas cosas, de naturaleza divina, pues ya sabemos cómo son los perros.


En Madrid, a 14-4-2015
Francisco.







TALLER DE ESCRITURA BIBLIOTECA FRANCISCO AYALA DE VALDEBERNARDO. A 22-4-2015.

Para la próxima sesión nos ha encargado Natividad, el ejercicio sobre una foto donde aparecen tres mujeres en una especie de sótano, una en la parte de abajo tendida a lo largo en los escalones de piedra, al parecer muerta o dormida. Otra de pie con los brazos caídos junto a los pies de ella. Y la tercera, sentada sobre otro tramo de escalones por encima de las otras dos. Esta es la única que tiene los ojos abiertos. Los vestidos son una especie de levita recamada de encajes de un color crema, la que está tendida; un traje chaqueta la que está de pie; y una capa roja la que está sentada.

Otilia

El viaje a la India.


Otilia, desde arriba, está reflexionando ante sus dos amigas las cuales están entregadas a sus actividades de origen oriental; Jerundia, tendida a lo largo de los escalones haciendo sus asanas intentado en vano esfuerzo alcanzar el nirvana; y Octavina haciendo también allí de pie una especie de chi-cung. Conoció a ambas en las orillas del Ganges en un viaje que hizo a la India y allí se hicieron muy amigas. Ahora vueltas a la civilización occidental, es la única que conserva la cabeza sana, pues las otras dentro de este ambiente tan distinto a aquel, intentan reconstruir los hechos que allí, en compañía de miles de creyentes, sumergidas hasta la cintura dentro de las tranquilas aguas de aquel río, practicaron. Allí sola se está aburriendo más que una ostra, y le dan intenciones de marcharse y dejarlas solas  con sus manías.
Ella hizo aquel viaje influida por una novela que había leído de un tal Hermann Hesse, de título Siddhartha, el cual personaje en tiempos de Buda, intenta alcanzar el nirvana, al que llaman pomposamente en la India: el “Camino de los caminos”. Un algo, que según se dice, es convertirse en Dios mismo y participar de su Esencia. La verdad es que estas prácticas, no perjudican a nadie y es bueno realizarlas, a cambio de otras, cual el sexo, la droga o el alcohol, que si perjudican, pues sus adictos acaban mal. Es lo que piensa Otilia. Pero, añade, que bien podían sus amigas haberse puesto a realizar aquellos ejercicios, cuando estuvieran solas en su casa y sin tener a alguien esperando, como es este caso. Ocurre, que no son ejercicios de pocos minutos. Es que ya llevan en esta misma posición más de diez horas... Bueno, esto no es así, que Octavina cada media hora o así, deja lo del chi-cung y elevando los brazos y cruzando las piernas, hace los correspondientes giros de tai-chi, otra práctica que combina con esta. Y cuando ella, Otilia, intenta decirle algo, en esos momentos, le hace callar con un chiss, porque ya le ha dicho muchas veces, que está “concentrada” y no debe ser distraída de esa concentración.   
Llega un momento que, cansada de esperar a que sus amigas terminen, se envuelve en su roja capa y se tiende sobre los escalones, intentando despuntar un buen sueñecito. Y mientras se duerme o no, evoca a aquel novelista que tanto influyó para que hiciera aquel viaje y cuyo credo, es que la guerra, el capitalismo y el nacionalismo son malos, y, en cuanto a los ídolos de cualquiera de las religiones, se debe prescindir de ellos. Y para no ser menos que las otras dos se queda durmiendo mientras recita el poema de este escritor, El DEDO LEVANTADO, que se sabe de memoria:  

El maestro Djü-dchi, según nos relatan,
Era callado, dulce y tan modesto,
Que renunció a palabras y enseñanza,
Pues la palabra es ficticia, y el maestro
Quería evitar la ficción a toda costa.
Muchos monjes, novicios y discípulos
Solían hablar con ingenio y elocuencia
Del bien supremo y el sentido del mundo,
Mientras él estaba en guardia silenciosa,
Vigilante de cualquier exceso.
Cuando tanto los fatuos como los graves
Le preguntaban sobre el sentido
De las Escrituras, del nombre de Buda,
De la revelación, del comienzo del mundo
Y de su fin, el permanecía callado,
Señalando hacia arriba con un dedo.
Y la seña de este dedo silencioso
Era más íntima y clara cada día:
Hablaba, elogiaba, instruía y daba
Tan clara imagen del mundo y la verdad,
Que los discípulos, al verlo en alto,
Comprendían, temblaban y despertaban.

                          &&&

En Madrid, 22-4-2015.
Francisco.




TALLER DE ESCRITURA MIGUEL DELIBES DE MORATALAZ  para el 28-4-2015

En el metro


Esta mañana al coger el metro para ir al trabajo, un niño de ocho años que iba sentado junto a sus padres leyendo en su Kindle, se levanta rápidamente de su asiento y lo cede amablemente a un señor bastante mayor que acaba de entrar, y ellos, los padres le han besado alabando tal gesto. A continuación, el señor, bastante halagado, le ha preguntado que libro estaba leyendo y le dice que CORAZÓN de Edmundo de Amicis. La cara del anciano se transfigura al oír estás palabras y veo asombrado que dos gruesas lágrimas ruedan por sus mejillas. Al poco se repone y veo cómo muestra cierta simpatía al niño y los padres sonriéndoles respetuosamente. Se ha establecido una conversación entre los cuatro, la cual he escuchado con gran interés, por parecerme poco usual. Máxime que por la vestimenta y los gestos del anciano, parecía persona de clase media-alta, mientras que los otros llevan un ropaje humilde, y por sus facciones, denotaban ser emigrantes procedentes de algún país sudamericano. Por lo intempestivo de la hora, pensé que iban con el niño a la consulta de algún médico, y eso mismo debió pensar el anciano, pues la conversación versó en principio sobre medicina. Y no sobre la que se practica generalmente, sino sobre “Medicina Natural”  El matrimonio se extrañaba de la longevidad de aquel hombre. Según les contaba,  su secreto para llegar tan bien a alcanzar los noventa años, conservarse ágil y en buen estado de lucidez mental, fue que al llegar a los cuarenta, cambió los hábitos normales de alimentación y demás, dedicándose durante muchos años al cuidado de su cuerpo, sin olvidar tampoco el de su espíritu, práctica que se refuerza considerablemente con la lectura. Por eso se ha sentido atraído, cuando se ha enterado por el propio niño, que el libro que leía tan atentamente era aquel; pues él también cuando niño, la lectura de tal libro, era tema obligado en todos los colegios del país. Ello aparte de haberle brindado el asiento, cosa que un niño acompañado de los padres, nunca hace en el metro. En cuanto a alimentación, les dice que había seguido un régimen lacto-ovo-vegetariano, y que también había tomado con prodigalidad baños de sol aire y agua. Que le gustaba mucho andar y nunca había abandonado esa práctica, hasta el punto que sólo cogía el metro si tenía que ir a una estación lejana, como era el caso de este día, que cuando sólo había dos o tres estaciones  por medio y no tenía prisa, lo hacía andando por las calles. He sentido mucho tener que bajarme en la estación de Colombia y tener que suspender mi escucha. Me hubiera gustado conocer la historia de aquellos emigrantes tan bien educados que, según les había oído, iban a la estación de Paco de Lucía, final del trayecto. Ocurren a veces cosas que parecen increíbles.


En Madrid, a 28-4-2015
Francisco.
Homenaje a mis manos.

LA MINA

      (Recuerdos del tiempo perdido...)

Tengo un libro publicado en Bubok entre otros, bajo el título REPORTAJE DE LA MINA y el seudónimo de franmar, donde describo mis actividades a partir de noviembre de 1989, año este en que me jubilé, donde fui rellenando las paredes de la galería que se ve en la foto con numerosos fragmentos de escritos de mis autores preferidos; y también, de escritos míos que consideré interesante dejar allí, bien sobre el mortero de hormigón fresco con que iba cubriendo sus paredes, o bien escritos a máquina y pegados a esos marcos también de hormigón, que se distinguen bajo la bóveda. En la cara de esta bóveda, el letrero de entrada a la Mina es una frase de Sri Aurobindo según se puede ver en la foto:
 “LA MUERTE ES LA PREGUNTA QUE LA NATURALEZA PLANTEA SIN CESAR A LA VIDA PARA RECORDARLE QUE TODAVÍA NO SE HA ENCONTRADO A SI MISMA. Sri Aurobindo
También en mi blog, en la entrada de julio ( 1 ), aparece una pared de nueve metros, cubierta con multitud de figuras fabricadas con mortero de cemento y arena, que corresponde al otro libro LA PARCELA MÁGICA que se complementa con el anterior. Y esta pared pertenece al cuarto de aperos dentro de esta parcela donde en el otro extremo está LA MINA. Comento allí, que el año pasado hubimos de denunciar a la guardia civil a unos intrusos que se aposentaron sin nuestro permiso. Y cuando llegamos en el verano, me encontré con el desastre que me habían hecho con mi trabajo de tantos años hundiendo parte de esta mina. Si queremos hablar de metáforas, el título corresponde a la riqueza literaria allí encerrada. Pegado a la entrada de esta bóveda había un monolito de hormigón que ya no existe, donde también grabado en el hormigón fresco había lo siguiente:
“ESTA ES LA MINA. QUIEN ENTRE A ELLA SIN EGOÍSMO, ENCONTRARÁ RICOS TESOROS.”
Hace unos seis años que dejé de realizar estos trabajos y hasta los callos producidos han desaparecido.


                                DÍA DEL TRABAJADOR


En Madrid, a 1-5-2015
Francisco







BIBLIOTECA FRANCISCO AYALA






Me tapo los oídos por miedo a escuchar esa canción, pero el insomnio de la noche está poblado de rumores.

I
La luz de la linterna se ha agotado y me he parado en medio de la espesa oscuridad que me envuelve. Esta galería que voy atravesando tiene un piso regular, pero el agua que chorrean las paredes, no deja de fluir con su ruido característico. El fango ha rebasado mis altas botas de goma y he sentido cómo se empapaban mis calcetines con esa materia cuyo hedor me va resultando insoportable. Pronto llegará a mis rodillas y seguirá subiendo. Siento cómo mis botas se han quedado clavadas en el suelo que se ha convertido en una especie de ventosa que me atrae. Aquí estoy sin poder moverme y lo peor del caso, es que a nadie se le ha ocurrido bajar a las cloacas para librarse de los efectos del  terremoto. ¡Estoy solo, acompañado de esa horrible canción compuesta por los gemidos de millares de seres atrapados bajo los escombros que van muriendo lentamente! Yo he tenido la suerte de librarme de momento. Los rumores de gentes que intentan rescatar vidas han cesado al caer la tarde. El insomnio de la noche está poblado de rumores. Siento cómo me asedian los vivos y los muertos. Y lo peor de todo son las ratas: Vienen de todas partes, huyendo asustadas y cuando tropiezan conmigo, intentan trepar por mi cuerpo habiendo alguna de ellas que ha logrado llegar a mis labios, a mis ojos, a mis orejas. Sus chillidos son más espantosos aún que los de los seres humanos moribundos...


II
¡Kumari, matai,! Es el grito que se oye por doquier. Todos piden a la diosa viviente que les salve, que no les abandone. Ella, Talegu, la niña de siete años, ha sobrevivido al terremoto, cuya casa ha sido respetada, no se sabe si por fuerzas superiores a las de la naturaleza. Plazas y templos milenarios han sido arrasados. Entre las gentes corre la noticia que el terremoto ha sido un castigo divino. Un castigo a la maldad de un mundo que camina irremediablemente hacia la perdición.         


III
Es inútil que golpee las paredes con mi piqueta para que venga alguien en mi ayuda. Tengo que armarme de paciencia hasta que al rayar el nuevo día se reanuden las labores de salvamento. El fango sigue su carrera ascendente. Ya está cubriendo mis caderas a la altura del ombligo, y, ¡esta noche eterna! ¡Ay,! ¿que es esa masa negra que avanza hacia aquí precedida de un ruido espantoso? 

En el Nepal, sábado 25-4-2015.-
Día del terremoto.







TERTULIA SEMANAL DEL CEPA.

Ejercicios de métrica.

Un
caso
que viene
a demostrar
nuestra insensatez
es el de que engreídos,
siempre damos por hecho
llenos de falso orgullo
que hemos sido
los mejores
campeones
de la
fe.



Un
día
hermoso
me dijiste
estas palabras
que me ilusionaron:
Jamás te abandonaré.
Ahora me encuentro
desencantado
solitario
perdido
y sin
ti.




Lo
cierto
es que tu
me pusiste
la gran escusa
de que te ibas
de compras,
pero
no.




La
vida
tiene la
dificultad
bastante dura
de presentarse con
terribles realidades
las cuales pesan bastante.
Deseadme suerte en este viaje,
decimos antes de morir
marchándonos vacíos
sin la pertenencia
de las virtudes
que sedientos
perdimos
una
vez.

En Madrid, a 7-5-2015
Francisco



BIBLIOTECA MIGUEL DELIBES


TALLER DE ESCRITURA DE LA BIBLIOTECA MIGUEL DELIBES DE MORATALAZ, dirigido por el nuevo profesor Alejandro Gil Redondo.

Nos encarga para el 12-5-2015 un ejercicio que empiece por esta frase: La marquesa salió a las cinco. Y debe terminar con esta otra: Mi arco iris sólo tenía dos colores.

FELIZ DESCUBRIMIENTO.

- La marquesa salió a las cinco... –me dijo el mayordomo nada más llegar a palacio, y, acompañándose con una bella sonrisa, que me hablaba de su catadura moral, añadió:     
- Pase al salón, padre Anselmo, y espere unos momentos que no tardará en llegar. Me ha dicho que la espere.
Me entretuve contemplando aquellas paredes cubiertas de lucientes joyas y diversos cuadros que debían tener un valor incalculable. Sentía ciertas molestias en el costado causadas por los cilicios aplicados durante la noche anterior ante el Santísimo, pero lo que más me dolía, era el pensar en aquello que estaba viendo, bien utilizado, podría remediar cantidad de desgracias. 
Pasado un tiempo, el mayordomo acudió comunicándome que la señora ya había llegado, y me condujo directamente a su dormitorio donde me estaba esperando.
Estaba allí bajo la ventana, de pie, mirando al mar, a manera del famoso cuadro de Dalí, pero este era más vivo y vibrante, pues la suave brisa marina movía el sutil velo de gasa que acariciaba su hermoso cuerpo desnudo.
Aquella criatura, al oír mis pasos, permaneció durante un tiempo en la misma postura dejándose contemplar. Finalmente, se volvió hacia mí suplicándome:
- Confiéseme, padre, porque he pecado.
- Arrodíllate aquí, hija mía, -le dije con el hilillo de voz que surgía de las tinieblas de mi alma, mientras un furioso mar rugía dentro de mi pecho y un monstruoso leviatán pugnaba por aparecer entre las espumas a través de mi recién estrenada sotana.  
Durante la confesión, el alma de aquella mujer, se mostraba cual un arco iris de múltiples colores, donde se conjugaban, el placer, la alegría de vivir, el amor al prójimo, a la vida, a la naturaleza; su gran consciencia de mujer y madre, el respeto a sí misma, su ansia de redención, su sacrificio y desprendimiento, la entrega a los demás, su buen humor, su gran energía para superar las dificultades, la buena intención, su ardoroso entusiasmo, la santa curiosidad... alma que se abrió ante mí, con más esplendor que su propio castillo con todas sus riquezas.
El mar que antes azotaba la mía, se fue calmando a medida que escuchaba sus palabras. El Marquesado de la Mieles del Futuro Lejano, del que era propietaria Adelaida, ese es su nombre, abrió sus puertas a mi imaginación y recorriendo sus inmensos territorios, comprendí muchas cosas que permanecían ocultas.
Lloré de emoción por el feliz descubrimiento y sentí con gran pesar, que aquella mujer no estaba hecha para mí. Por ella hubiera colgado mis hábitos. Su alma poseía los infinitos colores de la gracia plena,  pero mi arco iris sólo tenía dos colores.

En Madrid, a 12-5-2015.
Francisco.






BIBLIOTECA FRANCISCO AYALA




Mancaperro (Eryngium campestre L.):
Para purificar la sangre, para tratar los granos y para los nervios.
Procedimiento: Se hace una infusión que se toma por las mañanas y que también se puede aplicar sobre los granos con un algodón.

En aquel tiempo, todos o casi todos, en mi pueblo, estábamos escrofulosos y llenos de granos, lo cual debía ser por falta de alimento, o también por falta de higiene, pues lo más esencial, que existe aparte de la comida es el agua, y esta, también faltaba. Para lavarnos la cara por las mañanas al levantarnos, echábamos un chorrito de una botella sobre un paño y lo aplicábamos primero a los ojos, siguiendo el recorrido por las orejas y acabando en el cuello. Si alguna otra parte del cuerpo, olía mal, con el mismo paño, lo aplicábamos allí y, todo quedaba en orden de marcha. A continuación, nos lanzábamos a la calle a buscar el pan de cada día. A veces, solo se ofrecía a nuestro paladar, alguna escuálida lechuga que robábamos de un huerto cercano, teniendo que madrugar mucho para que no nos viera el dueño. Quien peor lo pasaba, era mi hermana Julie que en paz descanse, que al estar paralítica, no podía salir de casa y yo y alguno de mis otros hermanos, cuando cazábamos algo sólido, volvíamos a casa a llevárselo para que no se muriera de hambre. Nuestro buen padre, se levantaba más temprano que nosotros, y nos preparaba una tacita de mancaperro como desayuno, lo que nos venía muy bien y nos calentaba un tanto del frío de la noche. Dormíamos juntos los seis hermanos mayores en la habitación común y nuestros padres con el bebé, debajo del poyete de la cocina donde parecía que hacía menos frío. Mi padre siempre se levantaba temblando y frotándose las manos, gesto característico, que ahora recuerdo a menudo cuando veo a alguno de esos banqueros o políticos modernos salir de un restaurante haciendo lo mismo. Pero hay diferencia: la cara de mi padre resplandecía, y la de estos, es hosca y no resplandece. Poco después, se levantaba nuestra madre a lavarnos la cara a los más pequeños. Se me partía el corazón al verla dar la teta a Joséi, que se aferraba a ella como un demonio emplumao salido de los propios infiernos. Le habían brotado unas pústulas infames sobre sus negros pechos; yo asistía todas las mañanas al lavatorio que se hacía aplicándose mancaperro. Un día nos reímos mucho mis hermanos y yo, al ver a nuestro padre despistado beberse el agua del vaso que había utilizado nuestra madre para lavarse los granos. Era raro el día que no veíamos algún animal muerto por las calles, y a veces hasta algún hombre o mujer. De una manera u otra, a la mañana siguiente ya no estaban allí, y, cuando preguntábamos por curiosidad a los mayores qué había sido de ellos, nunca nos explicaban ese misterio.              


En Madrid, a 13-5-2015.   
Francisco. 


TERTULIA SEMANAL DEL CEPA.

Ejercicios de métrica.


Ve,
mira,
observa,
considera
debemos estar
siempre atentos a la
despierta primavera,
que constantemente
nos acaricia
con efluvios
divinos
y su
luz





Ven
pasa
camina
acércate
Vuelve conmigo
esperando
alcanzar
mi ser
hoy




Qué
triste
ceguera
que padeces
cuando me dices
todas las mañanas
A la vejez viruelas
sin darte ni cuenta
que soy un joven
muy apuesto
príncipe
azul,
si.


Es
una
lástima
que no llames
al usurero
para que te entregue
lo que dejaste en prenda
cuando te desposeíste.
Aquellos objetos perdidos
deben ser recuperados
porque te pertenecen
por derecho propio
y porque fueron
un regalo
personal
para
ti.

En Madrid, a 14-5-2015










BLIOTECA MIGUEL DELIBES DE MORATALAZ
La dulzura de la noche.

De repente aparece en Nueva York , descalza, en bragas, sin dinero, sin móvil, sin pasaporte y en la mano derecha unas llaves ensangrentadas.
       Es una noche lluviosa donde un viento fortísimo, impide el paso por las calles y, Amalia, buscando refugio, y por encontrarse sin dinero, se mete en un edificio a medio construir, de esos que debido a la Crisis mundial, aún estando en Estados Unidos, país al parecer, menos afectado por ella, también como en todas partes del mundo, se ha quedado en esqueleto como uno más de ellos. Se sitúa bajo el hueco de la escalera sin barandilla del piso bajo, cuando ve salir del sótano una enorme rata que le mira con ojos llameantes dispuesta a atacarle. Dando un tremendo salto, empieza a escapar por la escalera hacía arriba, mientras oye cómo el animal corre detrás de ella intentando darle alcance. El corazón le parece que va a saltarle del pecho y su respiración es muy agitada, hasta el punto, que cree que le va a faltar aire de un momento a otro y va a caer desvanecida. Piensa que la ferocidad de la rata es debido en particular, por el olor de la sangre del condenado llavero, y en un arranque, intentando hacerle frente, se para, mira hacía atrás y, debido a la oscuridad, de la rata sólo divisa unos ojos feroces brillando allí, y cuyo movimiento le aterroriza, pues se van acercando peligrosamente hacia sus piernas. Su grito de angustia y su jadeo, se oyen en todo el edificio y, al parecer, ha creído oír cierto ruido o voces en los pisos de arriba. Por lo que intentado defenderse del animal que la persigue, lanza las llaves en dirección a aquellos ojos llameantes, y oye algo así como un chillido, pero los ojos, siguen allí e incluso, después de esto se acercan más y con más furia. Esto le da fuerzas para seguir subiendo por aquella escalera herrumbrosa, resbalando constantemente y a punto de caer al vacío, pero llega finalmente al punto donde había creído oír las voces. ¡menos mal, que allí hay gente y estará a salvo! Y sin llamar a la primera puerta que encuentra, se cuela por ella al sentir que cede a su empuje, y, allí en una habitación de unos ochenta metros cuadrados cuyo único apoyo del techo, están los desnudos pilares de hormigón de la edificación. Ve unidos a estos, y también sobre las paredes,  multitud de ataúdes puestos de pie, la mayoría con cadáveres dentro y, algún que otro vacío.  Siente cómo le falta la respiración y la boca está tan seca, que parece que se le ha vuelto de cartón. ¡Menos mal que la rata ha desaparecido! Una voz dulcísima saliendo de un ataúd, le invita a que se acerque a él, pues alguien que está allí quiere hablarle. El vestido hecho jirones, deja ver su cuerpo en todo su esplendor, máxime que como sabemos, las bragas habían desaparecido, no sabía donde ni en que momento. Hay que decir que Amalia es una joven bellísima, capaz de hacer resucitar a un muerto con sólo mirarla, y más estando desnuda como está. No se atreve a cruzar la sala, porque al estar descalza, puede haber allí entre los desnudos ladrillos y el yeso algún cristal o clavo con el que puede herirse. Está viendo brillar sobre el mismo algunas cosas al tiempo que sus pies han tocado una especie de papeles o trapos grasientos. No le cabe duda, que aquel edificio abandonado en plena construcción, es de esos que los “ocupas” utilizan para resguardarse y que están llenos de basuras, cristales rotos y demás. Pero la voz dulcísima, cada vez más afilada y con lánguido acento, le pide que cruce la sala y se acerque… le está diciendo, que no tiene nada que temer y que él, José Iliturri Garvía, está allí para protegerle, si bien, no puede salir de aquel ataúd donde le han colocado unos malandrines. Da unos pasos hacia el centro de la habitación guiada por la luz de la calle que penetra entre los ladrillos, y de pronto, un coro de voces de armoniosas modulaciones, empieza a salir de todos aquellos ataúdes, alabando su hermoso cuerpo de diosa y bendiciendo la hora en que se está produciendo este fenómeno, que según dice alguno de aquellos seres, no es muy frecuente dentro de aquella mansión. Amalia cuyos ojos se han ido acostumbrando a aquella semioscuridad, empieza a divisar las figuras de las personas encerradas en las cajas, y ve que indistintamente hay hombres y mujeres y que algunas de ellas, le miran con más ansías de que se acerque que cualquiera de los varones. Pero el santo José, tiene preferencia por haber sido el primero en solicitar su presencia, y allí se dirige en primer lugar. El grito que lanza esta vez, es superior en resonancia al que lanzó cuando la rata, porque la cara de aquel hombre aparece cubierta totalmente de sangre fresca y que además se la ve manar de su frente inundando todo su cuerpo que está desnudo y putrefacto. Y, multitud de gusanos asomando sus cabecitas por agujeros abiertos en la piel, chupaban ansiosamente de aquella sangre. Nada más tenerla delante, aquel cadáver, sale de la caja avanzando en dirección a ella que, lanzando un nuevo chillido superior al anterior, de pronto se siente cogida por los hombros y zarandeada enérgicamente por los cadáveres que han ido acercándose desde sus respectivas oquedades. Totalmente descompuesta empieza patalear, siendo entonces que oye la voz, de Carlos, su marido, que le está diciendo mientras la zarandea: “Amalia despierta, mira cómo estás sudando. Son las tres de la mañana. Anda tápate que estás completamente desnuda y te vas a resfriar. Y, deja ya de patalear que me has despertado y me estás haciendo daño”.

                                        
En Madrid, a 19-5-2015.
Francisco


 BIBLIOTECA FRANCISCO AYALA DE VALDEBERNARDO



                        CURSOS DE FORMACIÓN





 - Queridos jóvenes, - empieza a decir el  señor que está en el centro. –Os he reunido aquí para hablaros de vuestros   deberes cívicos como personas. Y me acompañan, la prestigiosa sicóloga Aniata  Viesnan, aquí a mi derecha, y la sindicalista  Acongoja Suárez, especialista en siquiatría aquí a mi izquierda, para que nos hagáis  cuantas preguntas consideréis necesarias.

Verónica, la chica que está a la derecha  delante de Acongoja, le increpa de golpe diciendo:      
        - ¿A estas alturas, viene usted don Calixto, a meternos el rollo ese de los deberes cínicos?
Y antes de que el profesor reaccione, Bertoldo, el chico del niqui a rallas horizontales lanza una risotada y suelta a continuación:                
        - Calixto, que te han visto.
Los folios que este les está mostrando, donde se observan unos gráficos con coordenadas cartesianas, que probablemente demuestran, que la enseñanza de los deberes cívicos, produce un pingüe beneficio, se le caen de las manos, y, la chica de amplia cabellera, Magnolia, por nombre, se lanza inmediatamente al suelo y los recoge. Pero no se los entrega. Con gran descaro, vuelta a sentar,  los coloca sobre su falda y se pone a examinarlos, sin prisa y dando muestras de un sosiego extraordinario.  A todo esto, el chico que está también de espadas a su derecha de esta, Meridiano es su nombre, levantando el brazo, hace la siguiente pregunta: 
        - ¿Quien le ha dicho señor profesor, que a nosotros nos interesan los deberes cirílicos?
Aniata, se pone de pie, dando unas palmadas para hacerles callar, siendo entonces que la chica que está detrás, le lanza un avión de papel escondiendo los brazos. El avión aterriza sobre el pecho de la sicóloga y se lo sacude llena de ira. Y ante la risotada general, se queda allí de pie, todo corrida.
Bertoldo se ha levantado de improviso señalando a Acongoja con un dedo acusador, y diciendo a grito pelado:
        - Ella, ella es quien tiene la culpa de todo esto.
Don Calixto se levanta acto seguido y con voz atronadora, grita:
        - ¡Callarse!
        - Si; Señor. –Gritan todos a una.
Entonces se van quitando los zapatos y calcetines, y se tienden en el suelo boca arriba poniendo las piernas en posición vertical, en el centro del círculo que han formado, y entre dichos y carcajadas, van frotándose unos con otros los callos de los pies.
Esto hace que la sindicalista, se levante de un salto, y diga a sus compañeros:
        -¡Vámonos de aquí, esto es UN CASTIGO DIVINO!

En Madrid, a 20-5-2015
Francisco.





La Voz de la Inocencia.-



Un bebé de un año más o menos, ha muerto y está en el suelo sobre la caja donde le van a enterrar. Varias personas y algunos niños le rodean formando nutrido grupo. Le contemplan entregado cada cual a los pensamientos y sensaciones que le produce el espectáculo de la muerte, que, como sabemos, y hasta los niños saben, es el más doloroso de todos.  
La primera en hablar es la mujer que tiene en brazos a otro niño con chupete, el cual  tiene  los ojos muy abiertos.
        -¡Qué lastima! –dice estrechando al rorro entre sus brazos.
        -De lástima nada, buena señora. -Le replica la otra que está a la derecha con un libro de misa que aprieta sobre el pecho; y añade:
        -Lástima de usted y de todos nosotros, que esta criatura inocente es un bienaventurado que se ha marchado pronto al cielo.
        -Nos ha fastidiao la beata... -empieza a decir la del chupete, pero la interrumpe el  hombretón que está un poco más a izquierda y que al parecer es un guardia,  que dice:
        -Calma señoras. Este no es momento para pelearse, sino para reflexionar.
Toma la palabra un hombre que está a la izquierda medio tapado por el niño de los tirantes, y dice dirigiéndose a la beata:
        -Estoy de acuerdo con usted, digna señora; este niño al que vemos aquí tan insignificante, es un alma de inmensas dimensiones que ha emprendido su viaje al infinito.
        -Perdone, señor, -dice el de las gafas que está en el centro. -Este niño, según creo, es una víctima más de este mundo cruel y despiadado. Y la verdad, está en estos tres niños que le acompañan. Mírelos. Y todos se apartan dejando en el centro a una niña de unos doce años con dos hermanitos de menos de cuatro. Y,  alzando la voz para que todos le oigan, exclama:
        -Estos niños se quedaron huérfanos hace un mes, cuando sus padres fueron a cenar a un restaurante, dejándoles a cuidado de su hermana mayor aquí presente; se estrellaron con el coche contra una farola. Están acogidos a la caridad social desde ese día fatal. La niña convertida en mujer bruscamente debido a las circunstancias, no ha podido cuidar debidamente al bebé y allí está muerto  a sus pies. ¿Se enteran?
El joven alto que está completamente a la izquierda, dice tímidamente:
        -¿ Se puede saber quienes eran los padres?     
        -Unos sinvergüenzas. –Salta la mujer que está detrás de la del niño, tapada en parte.
El guardia agitando el sombrero que lleva en las manos, la mira y dice:
        -Modere esa lengua señora, que no es lugar este ni es el momento para lanzar insultos.
El niño que está delante del mayor con tirantes, empieza a llorar.
        -Ahora este, -dice el guardia.
Y el señor de antes:
        -Señor guardia, sepa usted y sepan todos ustedes, - dice dirigiéndose a la multitud en plan evangélico-, que este niño llora por todos nosotros: este bendito llanto es la voz de la inocencia que en casos extremos, cual este que estamos viviendo, nos viene a decir que alguna vez tendremos que abandonar los malvados roles que defendemos, para dejarle a ella, LA INOCENCIA, que ocupe el lugar que le corresponde y que le fue robado al principio de los tiempos...


        -Corta el rollo, rebollo. -Se oye decir a varios a la vez, capitaneados por la del rorro. Y menos mal que a todo esto llega el coche fúnebre, recogen al niño y sus tres hermanos y salen de allí pitando, mientras el grupo se dispersa. Sólo quedan en la acera conversando, el joven tímido y el improvisado evangelista.  
En Madrid, a 20-5-2015 




TERTULIA SEMANAL DEL CEPA.

Ejercicios de métrica.

Mi
dulce
amada
te lo pido
ansiosamente
6. Llévame contigo
No puedo seguir
esperando
que cese
tanto
son





si
puedes
llevarme
a tu lado
mi dulce amada,
hazlo pronto porque
quiero que conozcas que
8. Hoy cumplo la edad idónea
para convertirme en el
amante servidor
de tu graciosa
hermosura
presente
para
mi





1. Y
2. paso a
3. decirte
4. sin ambages
5. ni subterfugios
6. que grandes deseos hay
7. dentro de mi ardoroso afán
8. por conseguir todos cuantos
9. atributos te conciernen por
10. esa omnipotencia celestial, que
11.- Ahora ya no tengo ninguna duda
10. posees en grado sumo por ser la
9. madre de todo lo creado, alma
8. esposa del Creador tu Dios
7. espíritu fiel de la
6. materia que por hoy
5. tenemos fuera
4. apartada
3. sin poder
2. ver la
1. luz.





hay
una
realidad
aparente.
La otra realidad
existente
pervive
vibra
es.





1. soy
2. una
3. ínfima
4. partícula
5. en el espacio;
6. pero tengo la idea
7. de que soy algo de luz.
8. Cuando la luz me abandone
7. me gustaría que alguien,
6. alguna que otra de
5. las partículas
4. igual que yo
3. prosigan
2. con mi
1. fin



En Madrid, a 21-5-2015

Francisco
PRELIMINARES



Nací en Cartagena en abril de mil novecientos veinte y nueve y cuando tenía dieciséis años murió mi padre de cuarenta y seis dejándome solo con mi madre y cuatro hermanos menores. De los catorce a los veinte y dos años trabajé de mecánico en la Bazán, y de aquí a los treinta y dos, en las minas como jefe minero. Todo esto en Cartagena. Vine a partir de entonces a Madrid con mi mujer y dos niños, donde trabajé en varias empresas hasta los sesenta y un años en que me jubilé. Llevo jubilado veinticinco años, y he tenido muchísimo tiempo para pensar, leer, escribir, y dedicarme a multitud de cosas que el nombrar sería prolijo e incluso podría resultar fastidioso. Algunas de ellas se irán conociendo oportunamente a lo largo de la lectura de este blog.    




Me gusta la mujer en el columpio, columpiándose




Queridos amigos, para empezar, reproduzco aquí el siguiente poema de una tal Julie Sopetrán de la que me enamoré anteayer al encontrarme con ella en interrnet. Hemos coincidido en la misma tumba y, eso, es señal de que estamos vivos y podemos rescatar algún poema del olvido.

Gracias Estefanía por tu mediación.







Photo: Sarolta


  He muerto de abandono total. Nadie quiso leerme.
  Y cuando me leían sólo me dedicaban peros, feos, cribas,
  zarandeos y mortificaciones.
  Es muy tarde para enmiendas y remiendos.
  Crecí entre palabras pero me daba corte crecer.
  Nunca me han gustado los retoques o las justificaciones
  por eso me he quedado entre medias tintas y sin zapatos.
  Os confieso que aspiré a ser un buen poema
  pero por más que me sacrificaba contando las sílabas...
  Siempre se me quedaban cortas o largas, no tenía medida
  y decidí desmelenarme.
  Nunca me importaron las normas ni las reformas.
  Me enamoré de los ripios
  así que me azotaron los críticos.
  Y decidí ser yo mismo sin alteraciones
  Fui de rima en rima, de corrosión en corrosión, de costumbre en costumbre
  y se apoderó de mi el vicio.
  Terminé hablando en romance descuidado
  y me convertí en un poema supersticioso.
  Me dio por escribir a oscuras y bajo palio
  por eso no me ha leído nadie
  quise llegar a la cumbre desde la picota 
  quise ser sabio y me quedé en zoquete muy al borde del vértigo.
  He muerto de soledad
  porque las manos de mi poeta me abandonaron.
  Y ni siquiera hizo el amor conmigo.
  Recuerdo que me escribió con la mano izquierda 
  así que me quedé para vestir santos
  entre los lugares comunes
  pues ni siquiera una "décima" se enamoró de mi.
  Nunca descansaré en paz.
  Y a pesar de mi muerte, desde el más allá aspiro todavía a ser un buen soneto.
  Me quedé en antipoema con muletas,
  porque tuve una terrible caída subiendo escaleras hacia la fama.
  El golpe fue tan fuerte
  que al oírlo, Los Beatles, crearon "Yesterday"
  Os diré que gracias a mí,
  la lógica es venerada por todas las musas del Olimpo.
  Y claro como nunca tuve mucho que decir 
  me dejaron muerto entre musarañas libres y contrahechas.
  Aquí descansan mis palabras
  hasta la próxima reencarnación.
  Este antipoema que aún soy
  ha dejado escrito en su testamento a los poetas compasivos:
  que la vida sigue
  y aunque escribir sea hacer el amor con la nada
  y además de eso, quedarte arruinado y sin palabras,
  que es lo peor que le puede pasar a un poema como yo,
  además de no tener lectores...
  Pues eso, que después de muerto,
  busco poeta, lo espero, que se acerque a mis tinieblas,
  y me saque de la tumba lo antes posible.
  Tal vez, todavía tenga arreglo.



Hola Julie: Soy Francisco, intento acercarme a tus tinieblas, ¿quieres? 
Domingo, 19-4-2015





NOTA.- Confieso que  he robado este poema del blog siguiente y ruego a su dueño que me perdone.  

Crónica de un viaje estelar


Amas sin que te amen,
Buscas una mano y se retira en la oscuridad,
Las palabras de aliento nunca llegan,
Trabajo y más trabajo,
Poca recompensa a final de mes,
Amigos que te buscan cuando cobras y
Que se esconden cuando necesitas dinero,
Quiero pasear por la galaxia,
Quiero encontrar un agujero negro
Quiero perderme en el,
Un agujero negro que me saque de este absurdo lugar,
Que me trasporte a un lugar donde valoren mi amor,
Donde mi mano se pueda entrelazar con otra mano,
Donde no hagan falta palabras de aliento,
Donde no haya principio ni final de mes,
Donde los amigos sean simple amigos,
Donde la vida no me deje mirarme los pies,
Un agujero negro que me transporte
A un lugar donde tal vez pueda volar




Para los compañeros del taller de lectura de Valdebernardo, día de San Isidro



Liberación

Me libero
de la danza giratoria
de mi mente
y me suspendo
en el Espíritu libre del silencio.
Criatura más allá
del tiempo
y de la muerte
de mi propia eternidad
vislumbro el centro.
Me he escapado
y el pequeño ego está muerto,
soy perpetuo,
solo e inefable.
He salido del universo que cree,
he crecido sin nombre y sin mesura.
Calla mi mente
en la luz infinita
y se deleita en paz
mi solitario corazón.
Mis sentidos sin lazos por el tacto,
los sonidos,
la Visión;
mi cuerpo
es un punto
entre blancos infinitos.
Soy la Gracia pura e inmóvil
en el Uno:
Nadie Soy, Aquél que Todo Es. 
"


                                        Sri Aurobindo













TERTULIA SEMANAL DEL CEPA.

Ejercicios de métrica.

1. La
2. vi por
3. primera
4. vez un día
5. que caminaba
6. distraído por la
7. calle de la Princesa.
8. Jamás la volveré a ver
7. pero su imagen bella
6. bailotea dentro de
5. mi todo el tiempo
4. con tal dulce
3. sentido
2. que la
1. veo.



1. No
2. voy a
3. contaros
4. porque todo
5. se sabe, lo que
6. Me contaron ayer.
5. Y es que tenemos
4. el pescado
3. podrido
2. y huele
1. mal.



1. El
2. día
3. que te vi
4. andando por
5. la Puerta del Sol
6. enseguida aprendí
7. sin decírmelo nadie
8. El valor de la sonrisa
7. que sin merecérmelo
6. me lanzaste toda
5. encendida por
4. esa luz que
3. salía
2. de tu
1. ser.



1. Hoy
2. que estoy
3. perdido
4. entre el poder
5. y el gran esfuerzo
6. por combatirlo sin
7. otras armas que las que
8. por derecho propio me da
9. la naturaleza, no tengo
10. más remedio que decir que todos
11. Vivimos entre el miedo y el sufrimiento
10. Y que si el sufrimiento es imposible
9. eliminarlo, al miedo si podríamos
8. acabar con él, si unidos
7. le atacáramos con gran
6. furia, todos juntos
5. en tarea común
4. empezando
3. por nuestra
2. parte
1. vil.

 En Madrid, a 28-5-2015
Francisco











 POEMAS GIRATORIOS.
Ejercicios de métrica

1. Tus
2. buenos
3.escritos
4.manan suaves
5.Alice Munro
6. cual un venero de
7. agua clara que tiene
8. esa facultad especial
9, de superior  envergadura
10. como puede tenerla la mano
9. del sabio matemático que
8. traza sobre negro tablero
7. sus complicadas cifras
6. demostrando una
5. inteligencia
4. superior que
3. a la par
2. nos da
1.luz.



1. Al
2. poner
3. en marcha
4. su talento
5. omnisciente
6. es Alice Munro
7. el sublime motor que
8.”la vista desde Castle Rock”
7. nos dispone a disfrutar
6. presentándonos un
5. cuadro familiar
4. conmovedor
3.sincero
2. a la
1. vez.

En Madrid, a 11-5-2015
Francisco