viernes, 6 de abril de 2018


POEMAS NOCTURNOS

Fin de temporada
20-6-2019


La Divina Realidad.

Incomprensión, ¡maldita seas!,
Serpiente del abismo
Productora de todo el mal que rodea al ser humano
Furia del averno.
¡Aléjate de aquí!
¡Vete a otro planeta donde apenas haya vida inteligente y
enróscate entre las rocas!
¡Muérete!
¡Que se alejen de aquí junto contigo
“las terribles Excusas”
Esas mal nacidas hijas de tu negro vientre.

¡Oh, hijo mío, nieto mío, descendiente mío,
que muerto en vida, no eres capaz de desprenderte de la infernal familia de la Incomprensión y sus malditas hijas.
Existe un Camino mágico, increíblemente bello,
lleno de armoniosas realidades
donde las Coincidencias se producen a cada paso que dan sus viandantes.
Solamente hay que dar el primer paso para entrar en él. Y
Una vez dado este primer paso, todo lo maldito
desaparece, se esfuma, se olvida,
es como si nunca hubiese existido.
En él, ya no hay Excusas que valgan, todo es placidez, sana alegría,
Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza,
COMPRENSIÓN.

¡Ah, Comprensión! ¡Bendita seas!
Bella mujer con cuerpo de hombre.
¡Quédate, descansa aquí!
Bendita seas por siempre y alabada.
La verdadera compañera del amor puro y verdadero.
Nunca te sacias de traer venturas al pecho enamorado.
La Divina Realidad es tu única hija.
El producto exquisito de tu vientre sacrosanto…

No sigo.
Con lo dicho, ya es bastante para reflexionar y sacar consecuencias.
Quien no lo haga
¡Allá él!.
¡0 ella!.





15-6-2019

UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 22º.-

-¿Quién es esa mujer, Jesús, tu la conoces?
-Si, la conozco, es Herodías, la prometida del rey Filipo.
-¿Qué me dices, esa mujer Herodías, la que pidió la cabeza de tu primo Juan en un plato y que estuvo taladrando su lengua con un punzón, porque la había ofendido?
-No se que me estás diciendo, Pacucho. Yo sólo se que piensan casarla con Filipo y que este ha visto con buenos ojos esa unión.
-Vamos, Jesús, date prisa, vamos a seguirla.
-¡Ay, Paco, parece mentira que a los noventa años te estés dejando llevar por la líbido! ¡Como nos pierde a los humanos la pasión por el sexo!
-¿Tu no Jesús, tu no sientes alguna atracción ante una mujer desnuda a pesar de que sólo tienes diez años?
-Pues sí, pero me contengo, el sexo es algo irracional que debemos tener bien controlado, pues de lo contrario trae fatales consecuencias.



-Mira por donde ha penetrado en la ciudad. ¿No le importa que la vean así desnuda?
-Herodías es una mujer adelantada en su tiempo dos mil años. Me dice Jesús.
Y yo que pertenezco a ese tiempo, veo tal veracidad en sus palabras, que no me atrevo a contradecirle. Se que en la historia hay muchas mujeres impúdicas como ella, todas famosas. Traspasamos esa puerta que tenemos delante y no hay ni rastro de ella. Ha desaparecido. Mas su figura sigue ardiendo en mi mente con un fuego especial, sus redondos pechos, sus amplias caderas, su blonda cabellera de un color rojizo, deslumbrante, la redondez de sus hombros, la perfección de sus piernas. Sus andares, ¡Ah, sus andares! Mis ojos se han quedado fijos en sus andares. No se donde se ha podido meter, pero yo la sigo viendo. Seguiré viendo esa imagen exquisita  hasta el resto de mis días. Y yo que se mejor que el niño que está a mi lado, sobre la perfidia de esa mujer, su lujuria, su traición al marido, su adulterio uniéndose a su cuñado Antipas, su crimen nefando cortando la cabeza del Bautista, mi mente se llena de negros pensamientos uno de los cuales es, eso de cómo la belleza, puede estar emparentada con la inmundicia, con la mayor de las desidias de la humanidad, que  suelen ser el crimen y el horror. Han desaparecido mis ansias de visitar la ciudad. Estoy anonadado. Noto como Jesús, espíritu puro, enemigo de la impureza, experto conocedor del alma de las personas, aunque sólo tiene diez años de edad, conmovido ante mis negros pensamientos, de pronto se crece, se convierte en una especie de rey Og de cuatro metros de estatura y cogiéndome en sus poderosos brazos,  empezamos a navegar a gran altura, río abajo, siguiendo el cauce en dirección al lago Jule que dejamos atrás. Y pasamos por encima en nuestro vuelo, todo el cuerpo de Jesús cubierto de blancos ropajes que ondean al viento.
Ya estamos ante el río Jordán, sobre aquel paraje en que nos detuvimos a descansar y contemplar, cuando llegamos siguiendo el cauce del río Hazor. Pero no se para. Ahora volamos entre tortuosos barrancos donde el Jordán corre saltando de peña en peña, allá abajo, en una hendidura profunda, los terrenos con profundos precipicios que horadan la corteza terrestre llegando a niveles bajo el nivel del mar. He aquí, que volamos sobre Cafarnaún, tenemos veinte kilómetros de lago por delante, el Mar de Galilea. ¡Adiós Magdala, te he reconocido desde el aire!. Estamos volando hacia el Mar Muerto.
-¿Qué es esto, Jesús, a dónde me llevas?
Seguimos descendiendo, la enorme grieta del Jordán bajo nosotros, entre enormes desfiladeros como si un descomunal cuchillo de más de quinientos kilómetros de largo hubiera caído del cielo alguna vez intentando causar profunda herida a nuestro planeta. Nuestros ojos se pierden entre meandros siguiendo el cauce del río que da vueltas y más vueltas en su recorrido hasta el Mar Muerto. Lo estamos viendo brillar allá en lontananza.
-Mira, Paquito, me dice Jesús acunándome cariñosamente, ese pueblo que ves allá abajo, es Aín, donde vive o vivía, Isabel la prima de mi madre, a quien se presentó el ángel Gabriel para anunciarle mi nacimiento glorioso y el de mi primo Juan. Descendamos, posémonos en esta parte del río que me es muy querida.
-Si descendamos Jesús, que estoy mareado ante la vista de tantos meandros que hemos ido atravesando desde el espacio. Y menos mal que no lo hemos hecho a pie, lo que hubiera resultado muy penoso.



Jesús ha vuelto a recobrar su figura normal de niño de diez años y ha desaparecido el terror que me causaba al verle hecho un gigante. Me ha invitado a sentarme con él a la sombra de un cambalache a la orilla del río. Me asusta pensar que estamos a casi cuatrocientos metros bajo el nivel del mar, pues no estamos lejos del Mar Muerto que lo está a -393.  No dejo de pensar en esa especie de hachazo o cuchillada sideral que recibió el planeta formando esta formidable depresión, aunque como no soy fanático y tengo algo de ciencia dentro de mi caletre, sé que se trata de la falla que naciendo del Mediterráneo acaba en Mozambique. Luego se trata de un simple accidente geográfico de los muchos que ha sufrido y sigue sufriendo nuestro planeta. Lo importante ahora es seguir a Jesús, y conocer de su propia mano, la historia de su nacimiento y el de su primo Juan acaecidos con pocos meses de diferencia. Y Jesús que ha adivinado mi pensamiento, toma la palabra y va contando que:
-Según mi han contado mis padres, el Ángel Gabriel se presentó a mi madre al tiempo que a su prima Isabel, anunciándoles que iba a nacer yo y que mi primo Juan también iba a ser un apóstol con dones especiales. Mi madre emprendió sola el viaje a estas tierras de Judea montada en un borriquillo, durando varios días en el camino. Pero es una mujer tan animosa, con un carácter tan especial, que no dudó en hacerlo pues algo le decía que de ese desplazamiento iban a producirse consecuencias extraordinarias para el bien de la raza humana. Y ella, la más amorosa de cuantas mujeres han existido y existirán, no porque sea madre mía, sino porque lo es, en su gran deseo de bien de la especie humana emprendió ese camino sin temor a cruzar los peligrosos terrenos de Samaria que, como sabemos, estaban y están plagados de bandidos que se esconden en el monte Arbel y otros montes como ese. Alguien del pueblo, el seduceo quizás, que tan mal nos quiere, le habló del terrible Dimas, que anda por estos predios asaltando caravanas, pero ella no se arredró, porque precisamente, según me cuenta a menudo, el tal bandido se portó muy bien con nosotros facilitando nuestro viaje a Egipto cuando el malvado Herodes intentó matarme. También lo intentó con mi primo Juan y también fue burlado porque su madre Isabel huyó con él a los montes de Samaria, donde era muy difícil encontrarles porque se escondieron en alguna de las muchas cuevas que hay por estas montañas.
Aunque esta historia es bastante conocida, oída de su propia boca tiene un encanto especial, y más en este momento, en que me está dando noticias sobre el Bautista, cosa bastante oscura en los evangelios que sólo hablan de su asesinato por medio de Salomé, hija de Herodías, embaucando al pudibundo Herodes Antipas, hermano de Filipo. Le interrumpo para preguntarle:
-¿Qué fue, Jesús mío, del sacerdote Zacarías, padre de Juan y esposo de Isabel? Pues poco habla la historia de ello. Incluso esto que me acabas de contar que Isabel huyó con el niño en brazos, lo sabe poca gente.
-Fue un episodio sangriento a la par que una terrible profanación, porque Herodes al sentirse burlado por la desaparición de Isabel y el niño, eso unido a mi propia desaparición y la de mis padres, terriblemente irritado, ordenó la muerte de Zacarías que estaba celebrando sus oficios dentro del Sagrado Templo de Sión. 
-¿Y qué fue de Herodes? ¿No recibió algún castigo divino por tan execrable conducta?
-Si, murió poco después víctima de grandes dolores por un cáncer de estómago que los médicos no lograban curar.
-¿Y qué ha sido de tu primo y su madre a partir de entonces?
-Nada de ello saben mi madre ni mi padre al respecto. Parece ser que anda escondida todavía por esos montes y también mi primo Juan. En verdad te digo que uno de mis mayores deseos es encontrarles alguna vez, pues estoy seguro que mi primo es personaje extraordinario, quizá más que yo, porque al ser su vida más cruel y dolorosa que la mía, su alma debe tener un temple más duro que el diamante. Por eso se me ha ocurrido bajar a este lugar que presiento debe ser uno de sus lugares favoritos.
-A propósito, Jesús, ¿cómo fue eso de vuestro viaje a Egipto? -Se me ha ocurrido preguntarle, y el niño me responde:
-No me acuerdo de ello, pero me han contado mis padres que lograron llegar gracias a una caravana que nos facilitó el bandido Dimas, a una pequeña aldea llamada algo así como Metarieh, situada a pocos kilómetros de la populosa Heliopolis. Pero pasados pocos meses regresamos a Nazareth por mar vía Cesárea marítima, al haberse enterado de la muerte del tirano Herodes. Mis padres, profundamente religiosos, no pintaban nada entre aquellos paganos. Figúrate un descendiente de David mendigando entre aquellos seres sin Dios. Estaba además la llamada de la tierra, la existencia en Seforis de mi abuela Ana y mi abuelo Joaquín, cosa que mi madre –buena hija-, no podía soportar estar lejos de ellos, ni del resto de nuestros parientes y amigos.
Hace una breve pausa y continúa:
-Tenían la sagrada obligación de educarme bajo el cielo de Palestina, para que se cumpliera la profecía del Ángel, que viviera yo paso a paso toda la adversidad que pesa sobre nuestro amado pueblo, cuna de la humanidad, que sufriera ante todos los atavismos de mis propios paisanos, embeberme en su terrible historia. Todo ello para que de una manera lógica y normal, yo llegue a ser en el momento oportuno, el redentor del mundo, paso importantísimo en el camino del hombre hacia la Perfección.
-¡Para, para, Jesús! Has dicho una palabra con la que no estoy de acuerdo. Perdóname que te contradiga. Pero la Perfección no existe.
-¿Cómo que no existe, Frascuelo? La perfección existe allí donde la Suprema Majestad de Dios tiene su asiento.
-Eso si, pero no aquí en este planeta.
-¿Y qué importa si nunca la alcanzamos? Tampoco existe en esos mundos superiores al nuestro. ¿Tu que te has creído? Nunca podremos alcanzar la majestad del Altísimo ni en este mundo, ni otros más perfectos, pero basta con estar EN CAMINO DE PERFECCIÓN. Eso es lo importante. Y este CAMINO, dicho sea con mayúsculas, es infinito, esta lleno de sugestivas realidades  que, a medida que se avanza por él, se van produciendo satisfacciones infinitas, lo cual es algo que alienta el ansia de vivir, de comprender, de amar, y, como consecuencia la expansión, el crecimientos de las razas a un estado superior; en definitiva, el advenimiento de la Gloria.
Jesús se ha callado y yo también.



CONTINUARÁ




14-6-2019


Poema donde copio los tres primeros versos y bastantes más, del poema de Bernardo López García DOS DE MAYO, destrozándolo para así construir este mío tan espantoso. Espero que el buen Bernardo no baje del Parnasso a destrozarme a mi en justa venganza. Y si no es mucho pedir, le ruego  que perdone mi osadía, pues lo hago por el bien de la Patria..




¡Catorce de Junio del 2019!



Oigo, patria, tu aflicción
y escucho el triste concierto
que forman, tocando a muerto,
el mastuerzo y el soplón.
Sobre tu invicto peñón
veo tremendos felones
y gentes estrafalarias
con palabras funerarias
celebrando sus traiciones.

Lloras porque te insultaron
las lenguas vituperinas
hozando en las letrinas
de la triste incomprensión
llenas de cruel ambición
con caras de bien hablados
que suben a los estrados
alegres y sonrientes
para engañar a las gentes
y sembrar gran confusión.

Doquiera la mente mía
sus alas rápidas lleva
la voz del necio se eleva
en terrible algarabía
y aquella filosofía
de los buenos pensadores
se pierde entre estertores
que profieren los listillos
los cuales en sus bolsillos
se meten a los mejores.

Siempre en lucha desigual
cae el pobre bajo el rico
que le trata de borrico
y de fétido animal
mientras que él magistral
de la furia y sinrazón
hiere en pleno corazón
a todo bicho viviente
haciéndole que reviente
blandiendo el patrio pendón.

¡Mártires de la Lealtad!
víctimas del buen deseo,
vuestra opción al pataleo
es la única heredad
que la hermosa libertad
os ofrece por ahora
mientras que la encantadora
era de un mejor vivir
no llegue un día a existir
en esta patria que llora.

En reposo descansad
que el hermano caballero
jura con rostro altanero
que hasta que España sucumba
no pisará vuestra tumba
la planta del puñetero.


  &&&





13-6-2019




Estaba la noche clara,
la luna resplandecía
y el rubor de tu cara
era luz que me encendía.
Así, al llegar el día
sentí en mi pecho nacer
grande ansia de sorber
entre tus brazos dormidos
los prodigiosos latidos
que exhalaba tu ser.

&&&




12-6-2019


No pierdo la esperanza


Un raro especimen
es el ser humano
ese vil gusano
amante del crímen
contra su hermano

Y  cual  mariposa
libando la rosa
del amor en pos
llegará hasta Dios
en Era gloriosa.


&&&




11-6-2019


ADORACIÓN


Gracias mi Dios, estoy entretenido
en adorarte pues me corresponde;
que pueda llegar yo,  donde Tu, Donde
entre efluvios de amor andas metido.

Por todos los espacios repartido
quisiera yo llegar donde se esconde
la Esencia de tu Ser, deja que ahonde
en tu Divino Cáliz, enfervorecido.

Yo quisiera mi Dios, pues eres Justo
acertar con mi dardo vocinglero,
¡Tu gloria mi Señor, Tu Gloria quiero!

Dime Señor las cosas de Tu Gusto
que pueda ejecutar mi ser entero.
Si de Tu Mano voy, ya no me asusto.


&&&




10-6-2019
Ámbito rural  ultramoderno

Utopía
representada en mi libro Viaje a Galípodes..

Canción de amor y de esperanza cierta
se oye en todo el ámbito huertano
cuando Juan va camino de la huerta.

Hombre procedente del predio urbano,
tiene extraños sueños respecto al campo,
poseedor de un intelecto bueno y sano.

Se le ve rodeado de maravilloso ampo
que ilumina la vega en toda su extensión.
Y yo, que esto escribo, lo firmo y estampo.

Tiene la muy sagrada y firme intención
de trasladar allí la cultura de la ciudad
con la muy preciada y rica organización,

dentro de una respetuosa promiscuidad
donde la agricultura y sus tintes de gloria
tendrán una muy deliciosa actualidad.

Una Ciudad Lineal cual soñó Arturo Soria
donde a un lado y otro de la red viaria
vibrará todo el campo con ferviente euforia.

Y donde provisto de fuerza extraordinaria
para manejar la pluma y la noble azada,
el buen hortelano de mente incendiaria,

se levantará de la cama cada madrugada
para ir a ejercitar sus robustos brazos
junto al bien considerado camarada.

Y, será un mundo donde los rechazos,
la perniciosa maldita hipocondría
serán sustituidos por los bellos lazos,

de unos hombres que en armonía,
su tarea común perfectamente definida,
unidos para siempre trabajo y poesía,


habrán creado la mejor forma de vida.

&&&



9-6-2019

Soneto a partir de los dos primeros versos de otro de Alfonsina Storni.



Estoy cansado


Señor, Señor, hace ya tiempo un día
soñé un amor como jamás pudiera
abarcando con él la triste esfera
donde mi pobre hermano languidecía.

Aún permanezco en la misma porfía
soñando para él la solución certera
y muero cada día en esta espera
cansado más y más de esta algarabía.

No consigo saber si llegará a buen puerto
Y al fin encontrará el paraíso soñado,
más lo que si se y ello es muy cierto,

 que estoy cansado, muy cansado…
tan cansado estoy que voy estando muerto
aunque parezca vivo, feliz y enamorado.


&&&






8-6-2019


Manifiesto comunitario universal.

El abajo firmante manifiesta
estar descontento
con esta sociedad, o suciedad
dentro de la que vive.
O mejor dicho, dentro de la que
intenta desenvolverse y vivir.
Y digo:
¡Arriba mujeres de la Tierra
Ya
         que
                    el
                         hombre
                                      no
                                           ha
                                                sabido
                                                     comportarse
                                                                       como
                                                                               debía.!
No puedo retrasarlo por más tiempo:
Canto con el mayor ardor y entusiasmo
a la MUJER REDENTORA.
Tú, mujer,
Que llena de impulsos tiernos
Y poseedora de una gran sensibilidad,
Guiada por tu astucia femenina,
Conseguirás triunfos superiores a los jamás ningún hombre obtuvo.
Tú, que de forma inteligente, forjándote paso a paso,
Alcanzarás estratos jamás alcanzados.
Tú, armada de gran paciencia,
Luchando calladamente con la sonrisa en los labios…
La gran sonrisa…
LA GRAN SONRISA DE LA REDENCIÓN.
¡Oh, mujer!
Ya es hora de que ocupes el puesto importante
Que te corresponde en este Carrusel de la Vida.
A ti, la que fuiste prostituida,
A ti, la que estás abandonada,
A ti, la que permaneces callada y ofendida,
A ti, la agasajada con fines obscenos,
A ti, la golpeada,
A ti la confundida, a ti la vendida y sacrificada.
A
     ti
         te
             digo
                     mujer
Coge la Antorcha de la Redención y canta.
Canta y que tu melodía mil veces superior a la de cualquier hombre,
Se levante por encima de este lodazal infecto
De este estercolero nauseabundo
Canta a la armonía, a la unión de criterios y esperanzas
Canta al amor y sácalo del fango.
Canta contra tanta mente encenegada.
Levántate mujer, suda y trabaja.
Sacúdete los dogmas sacrosantos.
Sacúdete las guerras y revoluciones,
las hambres y miserias que no corresponden
a la suprema esplendidez de la naturaleza.
Usa tu corazón por estandarte
Tu placenta de madre verdadera, expulse monstruos de mentira odiosos.
Mujer madre, hija y esposa,
Haz que sea realidad este fecundo milagro de la REDENCIÓN.
¡ Levantaros mujeres de la Tierra y uniros!
Hay una obra inmensa por realizar
Una obra que apenas fue iniciada
Una obra magnífica y maravillosa que colmará vuestras vidas de gozo y satisfacción
LA REDENCIÓN.
Aprended a trabajar, A organizar, A planificar.
Asumid y difundid la hermosa doctrina de la Organización.
La Luz de Dios brilla en aquel que no se cierra a su hermano.
Seguid el hermoso mandato de amar al prójimo como a uno mismo.
Revolucionad,
Revolucionad y moderad,
Moderad y organizad:
Las sedes de los movimientos feministas,
Los cargos políticos, los sillones de alcaldesas,
Los Consejos de administración,
Todos los puestos y sitiales de los hombres.
Mas no caigáis en su misma trampa,
¿Tantos siglos de dolor y llanto, postergación y abandono,
muerte y desolación, destrucciones inútiles,
Para que ahora caigáis en su misma trampa?
No abandonéis jamás el CAMPO DEL HOGAR
Desde él tenéis que dar al mundo HIJOS REDENTORES,
Hijos sanos que asuman totalmente la bella Idea de la REDENCIÓN…
De la redención de esta sociedad humana que permanece siempre
irredenta.
  

Francisco.




7-6-2019



ANSIA

Quiero adquirir un pedazo
de cielo de otro planeta
donde construir mi casa
bajo la luz de otra estrella.

Allí, mi humilde aposento
bien lejos de la miseria
que padecí en este mundo
que tiembla bajo la guerra.

Allí, libre de estas luchas
de estos gritos y estas penas,
libre ya, cantaré a Dios
que es mi ansia suprema.


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6-6-2019



Cruza el mar...

Cruza el mar con tu velero

internauta moralista

y quedarás finalista

si tu mensaje es sincero.

Con un afán verdadero

que pase de lo normal

lucha siempre contra el mal

y con el pecho encendido

saca el mejor partido

de tu vida terrenal.

         &&&







5-6-2019


CANTO AL DOLOR


El Dolor te modela

y a la vez te expansiona.

El Dolor es la esencia

que te hace persona.

Quiero sufrir,
pues sufriendo
es como voy aprendiendo
poco a poco a buen morir.

Quiero hacer del sufrimiento
mi amigo inseparable
y trabar conocimiento
con la esencia inalterable.

Que como lobos feroces
mil sufrimientos atroces
acorralen mi razón
y resurgir esplendente
del negro caos profundo
viendo el valor del mundo
como es en realidad
sin disfraces ni colores
que trastornen la verdad.

Saber, dó reside la justicia
Donde están Vida y Amor
Y mantener con pericia
mi alma unida al Dolor.

            &&&







4-6-2019

Brindis

Morir. ¿Quién dice morir?
No; morir, nunca. ¡Vivir!
Luchar, gozar, trabajar; 
y padecer y vencer,
y algunas veces reír,
y algunas veces llorar…

Dice González Castell
y yo digo como él
esas cosas y otras más                                            
Cual la que hay que crecer
y la salud conservar.
Cual la que hay que beber
y en todas partes brindar.
Brindar por todos los seres
que sus vidas entregaron
buscando sanos placeres
y que a la Vida amaron.
Brindar por la vida misma
Que produce sinsabores
y que a la vez nos abisma
en el cáliz de las flores.
Y va mi brindis glorioso
para el que no codicioso
de los bienes materiales
en asuntos espirituales
emplea su tiempo ocioso.
             
              &&&



NOTA.- El poeta Rafael González Castell escribió el poema Brindis para su mujer y sus tres hijitas, del cual son estos seis inmejorables primeros versos que he seguido.







3-6-2019



Haz como Walt Whitman

No te detengas, y sigue tu camino, siempre adelante,
en busca de una lejana meta que un cierto día fuiste capaz de trazarte.
Emite como Walt Whitman tus alaridos por los techos del mundo.
Y como él, pase lo que pase, tu esplendorosa esencia quede intacta.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, y levanta,
esa cerviz que muchos y muchas intentan que hacia el suelo baje.
Cómo bien dice ese gran poeta, no podemos remar en contra de nosotros mismos,
ni olvidar jamás que no debes abandonar las ansias de hacer de tu vida algo
                                                                                                    extraordinario.
Se puede hacer buena poesía sobre pequeñas cosas, como bien dice el maestro.
Y piensa que en ti está el futuro y que deber encarar la tarea con orgullo y sin
                                                                                                                Miedo.
Aunque el viento sople en contra, no dejes de creer que la poesía es tu madre,
la que siempre te conducirá por grandes caminos para realizar algo grande.
Sueña con una ciudad maravillosa enclavada en este mundo o en otro, y que sea
como aquella que él soñó: la bella ciudad de los “amigos” donde se practican
toda cantidad de juegos y diversiones, actuando siempre bajo el famoso signo
de la honestidad y el respeto mutuo. La ciudad del amor robusto, la que él soñó.
Y canta como él cantó: tus días, los grandes hechos del presente, navegar…
Navega como él: por los sencillos campos de las cosas sencillas, que son las
que te obligarán a ser persona sencilla y abnegada, las que te harán vibrar.
Navega, crece, y que nazcan flores de tu ser, cual si fueres frondoso árbol.

                                                         &&&





2-6-2019


La niebla


Niebla sobre España
Que viene de Italia
Que atraviesa Francia
Niebla sucia, consagrada
La vida social parada
Parada la buena mirada
Orejas sordas y tapadas
La nariz desnarizada
La boca abierta ¡vaya!
Parado el que trabajaba
Parada la buena enseñanza
La juventud desconcertada
¿Qué pasa, qué pasa, qué pasa?

                     &&&



1-6-2019




Un chispazo de gloria.


Tu recuerdo me acompaña
Y tus poemas…
que corren por mis venas
regenerando la sangre negra
que la vida me puso
en su deambular.
¡Qué triste que te hayas ido
sin dejarme
decirte
los secretos de mi corazón
atormentado!
Difícil ahora seguir diciendo
esas verdades que pugnan por salir de mis labios
Más me hubiera valido
pensar dos veces que alguna de mis voces
clamando contra lo injusto

podría herirte en lo más hondo.




31-5-2019




Una estrella fugaz

Apareciste
Rápida, inopinada
en el firmamento
Poseías todos los colores
que alegraron el rojo de mi corazón
Fui feliz por unos instantes
pese a mis dificultes por vivir.
Tuve la sensación de dicha plena
dentro de mi pecho dormido
Y, sentí que volvía a
mis años jóvenes
Como si el tiempo
nunca hubiera pasado
Tus bellos ojos
volvieron a brillar dentro de mi
Y disfruté del cálido sentimiento
De una vida nueva,
Recuperada.
¡Ay, volví a meter la pata
por algo que dije
que no correspondía a tus ideas!.
Y quedaste muda.
Desapareciste.
Mi herida volvió a sangrar
tal vez para siempre.

                            &&&



30-5-2019

UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 21º.-

Hemos andado cosa de seis kilómetros hacia el sureste, siguiendo el cauce del río, y de pronto nos encontramos con una extensión de agua mucho más grande. ¡El río Panias o Banias, -según se diga-,  donde desemboca el Dan! ¡Qué hermosura de agua!
-Puedes estar contento, Pancho, amigo, pues te estás dando un atracón de agua que tanto te gusta.
-Tienes razón, Jesús mío, rey de mi alma y de mi corazón. Ante el gozo infinito, de tu gratísima compañía, viene el complemento inaudito de la contemplación de estas aguas que bañan esta zona privilegiada del planeta.  Soy en estos momentos, el ser más dichoso del universo.
-¿Por qué te crees que te he traído hasta aquí, para ver sólo ruinas?
-Estoy asombrado, pero ¿Qué es eso que estoy viendo ahí arriba?


-Eso es lo que venías buscando, la Cesárea de Filipo. 
-Pero si son sólo ruinas.
-No te lo creas. Al pie de esa quebrada que ves, está situada la ciudad y ya verás sus prodigios apenas lleguemos a ella.
-Estoy deseándolo.
-Pues debes tener paciencia, que todo se andará. Ahora, como venimos haciendo a partir de nuestro primer encuentro, tenemos que pararnos a descansar y a contemplar el espectáculo sublime de estas aguas. ¿No te dicen nada?
-Si, me dicen muchas cosas agradables, sublimes; cosas importantes que por muchos años que siga viviendo, me será imposible olvidar. Y todo gracias a ti, Jesús mío.
-Da gracias a este sueño en que estamos embarcados, a este feliz viaje que estamos realizando juntos por Tierra Santa.
-Hay una cosa que me inquieta Jesús mío.
-Dime cual es.
-¿No estarán preocupados tus padres por el tiempo que estás tardando en volver a casa?
-Ya te dije que no te preocuparas de eso, porque están acostumbrados. Saben que nada malo va a ocurrirme, y si, mucho bueno y provechoso. Saben que son necesarias estas experiencias en las cuales estoy forjando mi alma para la prueba suprema, la de dar mi vida por los demás, para marcar un hito en la Historia del Tiempo, para que mi sueño, el de mis padres y parientes, y otros miles de seres humanos, de conseguir llegar a un MUNDO MEJOR, algún día se conviertan en espléndida realidad. Dar mi vida por los demás, esa vida que a medida que voy disfrutando de divinas experiencias, se ensancha, se eleva, haciendo que la ame más y más, día a día que pasa. Quizá no exista en el mundo persona que ame más la vida que yo, y, sin embargo, algo tan valioso para mí, estoy dispuesto a darla para bien de la humanidad, para que esta encuentre el camino verdadero, para que la feroz mentira que se retuerce como monstruo multiforme, sea anegada dentro de un caudaloso río de verdades. Y como bien sabes, estas verdades están ahí, en la naturaleza, dentro del cauce de cuantos ríos bañan este mundo. Por eso estamos aquí hoy.
-Es muy doloroso este camino que te has señalado. Inmensamente dificultoso. Quizá no haya un solo hombre sobre la Tierra capaz de recorrerlo cual tu pretendes, niño mío.
-Si, lo sé, tengo plena conciencia de ello. Pero no debo detenerme ni entrar en vacilaciones. Es un deber sagrado que me he impuesto y en ello estoy. Un mundo mejor, un mundo donde los seres nos amemos de verdad, donde nuestras pasiones sean debidamente controladas, en particular, esa pasión funesta de matar. O la otra que, al estar oculta, no la consideramos dañina y es la causa de todas las calamidades…
Ha quedado parado un momento y yo que estoy con la boca abierta escuchándole, he sentido la necesidad de preguntarle:
¿Cuál es esa pasión oculta tan nefasta?
-La pasión por prolongar la vida.
-Pero Jesús, -le digo, -eso es algo lógico. La vida es el don más precioso que tenemos. 
-No lo es si esta vida está vacía y sin sentido. Menos aún si está llena de impulsos criminales.
-Si, de acuerdo, pero ¿qué debemos de hacer?
-Pues sencillamente, llenarla de impulsos santos y beneficiosos, dándole un sentido positivo.
-¿Cómo realizar ese milagro?
-Pues empezando por recuperar la espontaneidad, eso de lo que ya hemos estado hablando. No dejar de ser niños, pero niños grandes cuyo juego principal sea ese que realizan toda clase de animales y que en el principio de los tiempos realizaron nuestros padres: EL JUEGO DE LA MUERTE. No importando morir si la causa que defendemos es justa. No intentando prolongar la vida si esta no está llena de sugestivas ideas, de magníficas realizaciones.
Vuelve a quedarse callado mirando al cielo esta vez y como buscando en él la inspiración. No quiero interrumpirle. Para mi es completamente necesario escuchar lo que piensa, lo que siente, algo de lo que como estoy viendo, no dicen de él los evangelios. Este Jesús que tengo el privilegio de tener a mi lado, no es la figura que me han presentado la tradición, un ser omnisciente, Dios.  Sin embargo es una personalidad ejemplar, irrepetible por lo perfecta, un ser que se está forjando paso a paso, día a día, para dar su vida por los demás, y, que no hará esto hasta que no esté completamente convencido, que este enorme sacrificio, no será en vano, que será personaje recordado eternamente, hasta que el último ser humano exista sobre la Tierra. Y vuelve a hablar:
-Mi tarea consiste, en forjar mi alma empleando los mejores materiales que existen para darle el temple necesario.
-¿Y esos son? –le pregunto.
-Esos son la meditación, la contemplación, la paciencia, el ayuno…
Se interrumpe y me dice jocosamente:
-¿No ves Pascasio, que eso es lo que estamos haciendo tu y yo precisamente durante este recorrido en que andamos hermanados un viejo de noventa años y un niño de diez? ¿No ves que eso es lo que deberían hacer todos los niños del planeta desde que nacen si tuvieran la suerte de tener a la mano un viejo como tú?
Otra nueva pausa y prosigue:
-Claro está que esto hoy por hoy y durante miles de años esto es imposible: Conseguir una humanidad de viejos sabios. Y digo más: Nunca llegaremos a eso, ni nuestro Padre que está en los cielos lo permita. Basta con que ese papel del viejo sabio, sea ejecutado por un estado en esas mismas condiciones, dentro del cual se practique la RELIGIÓN NATURAL, donde el niño desde que nace, aprenda el arte de pensar, donde goce de plena libertad en contacto con la naturaleza, y donde la verdad no sea tapada, taponada, con mentiras odiosas. Donde el bullicio de la buena inteligencia corra de mente en mente como estas bulliciosas aguas de los arroyos, incontaminadas, donde las ideologías sean cosas muertas del pasado y ni un vestigio de ellas quede en la mente de las criaturas; donde el bien común, sea lo mismo que el bien individual, y donde exentos de egoísmo, comprendamos, que el único egoísmo posible, será el dirigido hacia el bien de los demás. La comprensión, querido Paco, la comprensión. Se que tu has pensado sobre ella y la has situado poéticamente junto al amor verdadero a las plantas del Altísimo. La comprensión, que según decías en uno de tus poemas, está vibrando en cada hoja, en cada brizna de hierba, llenando el aire, impregnando el suelo y, sin embargo, no la acogemos, no somos capaces de hacerla nuestra y, compañera del Amor, dulce compañera suya, como es, dejamos a este desamparado, caído y muerto, desangrándose sobre el muladar de las pasiones, de la envidia, la ira, la soberbia, y otra muchas aberraciones que padecemos.
Jesús se ha detenido. Yo no encuentro palabras con las que seguirle. Ambos nos quedamos en silenciosa contemplación sentados sobre una peña.
De pronto, la imagen de una mujer maravillosa, toda desnuda aparece ante nosotros, saliendo de entre las aguas y dirigiéndose hacia la ciudad que tenemos delante…
¿Qué esto, tan increíble, tan inusitado?



CONTINUARÁ



29-5-2019

“RARA AVIS”



Con un planeta verde comprometí mi vida,
mundo de sutilezas y mágico esplendor
donde las mudas piedras hablaban y reían
y todas sus criaturas amaban al Creador.
Allí un ave hermosa de plumas diamantinas
de suave transparencia y un ligero blancor
entretiene mis ocios y sana mis heridas
acariciando mi alma con su íntimo rubor.
En el planeta verde todas las cosas brillan
y están iluminadas por su luz interior,
el ave tiene un alma tan pura y tan sencilla
que en el cielo esmeralda refulge como un sol.
Estas imágenes místicas de un ave tan divina
se mezclan a la Idea de un bondadoso Dios,
entonces mi alma canta preciosas melodías
que suben hacia el Cielo en forma de oración

&&&







28-5-2019

PUENTE

Es la fe de mis mayores
la que me ayuda en la lucha,
y en la de mis sucesores
también tengo gran ayuda.


Yo tengo un puente tendido entre el ayer y el mañana
por donde cruzo cantando mis coplillas de esperanza.
En ese puente bendito calzando espuelas de plata,
caballero de una nube voy hacia la luz del alba.

Allá abajo el ancho río de tumultuosas aguas
lanza cadáveres fríos de hombres bajo mis plantas.
Hay un rumor de oraciones y de músicas profanas
que se mezclan y entrecruzan en una niebla rosada
de corpúsculos sangrientos y de gritos de alarma.

Sobre caballos hambrientos, la guerra sucia cabalga.

Caballero a la jineta, voy defensor de mi casta,
lanzando dardos de amor que se pierden en la masa.
La gente piensa en la guerra y mi lucha es ignorada.

La lucha por el amor es una lucha sagrada
y las gentes de la Tierra ante ella se acobardan,
porque ignoran, ¡pobrecillas! ¡tan mala es la ignorancia!,
que podrían vencer la muerte, si por el amor lucharan.

En el puente del amor se unen ayer y mañana,
el hombre se hace inmortal y la Luz del Cielo gana;
al fin por ella alumbrado en la Eternidad descansa.

Si esto se comprendiera ¡Se evitarían tantas lágrimas!...



                                         &&&







27-5-2019
  

VINI, VIDI, VINCI

Las falanges del César llegan al Rubicón
movidas por deseos de conquista y poder;
lo mismo está ocurriendo en cada corazón,
lo mismo emprende el hombre apenas al nacer.

Dentro de cada hombre hay un imperialista
que lucha ardientemente por puro placer
aunque luego de nada le sirva su conquista
y sea un pobre esclavo de su propio quehacer.

Está ocurriendo ahora que muchos creen llegar
a un Rubicón de estrellas, divino Rubicón
y creyéndose fuertes su voz quieren alzar
y buscan sin saberlo su propia perdición.

Yo vine, vi y vencí, mi propia condición,
pero eso no es bastante, hay que continuar,
no debo de endiosarme y tullirme de ilusión
pensando que soy el César de la Divinidad.

¡Alerta, compañeros! ¡No caigáis en la trampa!
trampa que  el mundo fiero le pone al luchador.
Huid de ser figura, huid de ser estampa,
permaneced ocultos en vuestra estimación.

La lucha hay que ganarla contra nosotros mismos,
-allí está el enemigo más cruento y feroz-,
dejaos de vanas frases y vanos altruismos,
hay que ganar la lucha en colaboración.

Existe, y es muy cierto, un Rubicón de estrellas
que se abre ante nosotros con mágico esplendor;
para alcanzarlo hay, que huir de las querellas,
deshacer nuestro orgullo y entrar en la Creación.

La Gran Puerta del Cielo se abre ante nosotros.
Entremos todos a una como una gran nación.
Sin detener la marcha espolead los potros:
esos potros salvajes de la imaginación.


Está la Puerta abierta. Detrás de ella: DIOS.





26-5-2019



El mueble más importante


Soy el mueble más importante de mi casa.
En mi descansan
Los más sólidos principios, las ilusiones más claras.
Desde mi cama
Veo una inmensa cara
 De dolor difundirse en los espacios infinitos de la Nada.
Luego en mi despacho sentado en mi butaca,
Apenas he dejado las sábanas,
Ante el ordenador, ordeno mis palabras…
Palabras toscas, sin sentido, vanas.
¿Porqué tanto dolor, tanta desgracia?
¿Porqué este mundo donde la vida de mil formas es ultrajada?
¿Porqué vivir esclavos de la negra asechanza?
Siempre en guardia
Porque el enemigo de la impura estampa
O el otro más fuerte de tu propia máscara,
Pueden lastimarte, pueden llevarte a la estacada.
Ante la mesa del desayuno mi fe ya recobrada,
Me dedico a saborear la mermelada
Que pongo sobre el pan cada mañana.
La vida pasa.
¿Qué hacer hoy?
¿voy
a quedarme nuevamente en casa?
Miro al televisor como mi única esperanza
El matará mi aburrimiento oyendo sus noticias
de muertes y desastres,  de huelgas y algaradas
Introducirá basura de turbia propaganda
Y más basura aún de gentes cuya alma
Venden por la fama.
La vida pasa
Y sin saber qué hacer, ¿Volver a escribir otra mamarrachada?
Suena el teléfono, alguien llama…
Pero no es para mi, aunque de hecho
soy,  el mueble más importante de mi casa.

                   

        


25-5-2019

El gusano de la vida

El gusano de la vida
se me está comiendo el alma
porque mi mente madura
es su fruta más preciada.

Tengo en el centro del pecho
una poderosa llama
que me quema el corazón
y que la sangre me inflama.

Al llegar aquí el gusano
en este fuego se abrasa
y huye despavorido
con la vida a sus espaldas.

El gusano de la vida
tiene muy negra la cara
porque unos malhechores
no hacen más que ensuciarla.

El pobre está consumido
y ya las fuerzas le faltan,
la podredumbre del hombre
ha quemado sus entrañas.

Está cubierto de sangre.
Está pálido de rabia.
¡Que lástima de gusano!
¿Dónde está su cara blanca?

¿Dónde sus alas de oro?
¿Dónde su belleza innata?
¿Dónde su haz de ilusiones?
¿Y dónde sus esperanzas?

El gusano de la vida
quisiera recuperarla;
mas no puede, está sumido
en una apestosa charca.
  

&&&





24-5-2019

EL AMOR MÚLTIPLE

XII

Plena mujer, manzana carnal, luna caliente, Neruda
del Deseo, en la que piensa todo hombre
con esa virilidad de furia y desescombre
que le hace ser en demasía valiente.

A ti me declaro como pretendiente
de que hagas algo que al mundo asombre:
Algo por encima de lo natural y cuyo nombre
es iniciar el amor múltiple y resplandeciente.

Ese amor con el que soñó Jesús en su agonía
Amor a todo lo creado y por crear
Amor al padre, al hijo, al esposo, al abuelo...

Amor a la oscuridad, a la luz, al día,
A todo aquello en que se puede pensar,
Al prójimo, a la flor, a la vida, al cielo...

&&&






23-5-2019


Una rana recita a la orilla del río


Con su voz estentórea
una rana recita a la orilla del río
Mientras la incorpórea
presencia de un sombrío
poeta, se pierde en la noche y el frío.

Corta ella con su voz
la suavísima del tímido poeta
cual segada por una hoz
mientras este interpreta
su dulce melodía bella y secreta.

El poeta y la rana
Los dos entonan la misma canción
Pero ella le gana
con su vozarrón
haciendo que este pierda la ocasión.

Dentro del estruendo
producido por el sapo asqueroso
Del ruido tremendo
refulge lo hermoso
que guarda el poeta en su pecho honroso.

Al rallar el nuevo día
la rana se calla y se mete en el cieno.
La verdadera poesía
con su verbo ameno
se esparce  inundando todo aquel terreno.

El poeta entonces canta 
de todo el suelo, poderoso dueño,
mientras se levanta
entre alegre y risueño
pensando en la rana que fue un mal sueño.


                       &&&



22-5-2019


Hablan las montañas.

Hablan las montañas
roncamente con su voz tremante.
Entre sus marañas  
halla el caminante
un algo que parece alucinante.

Tesoros escondidos
que relucen entre las secas tierras
Que fueron perdidos
en muy crueles guerras.
Perdido tu también por esas sierras.

Ponte a escucharlas
Y verás cuantas verdades cuentan.
Nada más mirarlas
ellas alegres te comentan
grandes historias que te alientan.

Dicen de hadas, duendes,
de multitud de cosas encantadoras
De cosas que comprendes
llenando de luz, tus horas
Contemplando tras ellas las auroras.

Dicen de siglos, edades,
multitud de cosas grandes y bellas
De muchas variedades
hermosas como aquellas
cuando miras al cielo encima de ellas.

Dicen de milagrosas
hierbas que remedian los males
De cosas preciosas
De ricos minerales
Y de extraños, preciosos animales.

Dicen de diferentes
fenómenos atmosféricos, gratos
De nubes ardientes
De buenos aparatos
donde sueles pasar muy buenos ratos.

Son como esos gigantes
que llenos de sabiduría y hermosura
Sus ecos resonantes
te llenan de dulzura
haciendo que desees  una vida más pura.

                         FIN





21-5-2019

Habla un poeta a la madrugá.


Habla un poeta
a la madrugá.
La noche amarga
huyendo, se va.
El día ya viene
y va a empezar
El poeta dice:
Que calamidad
esta de no vernos
en la oscuridad.
Y sigue diciendo
¿veremos ahora
con la claridad?
¿no es peor el día
con el despertar
de esa jauría
que de la maldad
hace un buen uso
con temeridad?
El poeta canta
a la soledad.
Siente que la noche
huyendo se va.
Al menos en ella
se pudo ocultar
del horror del mundo.
De día ¿Qué hará?





20-5-2019
A mi querida hija Gele
Cuyo espíritu me reclama
Under the Moonglade
Al claro de luna, al jardín salió
              y en sus ojos claros vi, la llama de amor.

      Bote que lanzado al mar contra las olas bogando vas en busca de otra orilla hacia un país ignorado, bordeando las corrientes y sorteando peñascos, soportando tempestades y vientos huracanados. Para moverte, la fuerza de mis temblorosos brazos; para guiarte, mi esposa en el timón vigilando. Hace tiempo que vivimos sobre el mar alborotado una vida de peligros y vivir es un milagro. Aquí nacieron los hijos, hermosos, fuertes y sanos; aquí en las horas de calma con ilusión nos besamos. Aquí, la ayuda del cielo nuestras almas imploraron y la ayuda nos llegó: pues fuerzas no nos faltaron. Luchando contra corriente vimos a muchos ahogados, cadáveres malolientes sobre las aguas flotando. Y vimos muchos despojos producto de los naufragios, y recogimos algunos para reforzar el barco. Vimos muchos pescadores volviendo de su trabajo y vimos muchas barquillas como la nuestra, bogando. Pensamos: no estamos solos orilla del mar amargo, y lloramos de emoción cuando hicimos el hallazgo. Oímos a las sirenas con sus cánticos profanos tratando de confundirnos intentando separarnos, y desoímos sus voces fieles a nuestro contrato. Oímos muchas canciones que salían de otros barcos, bateleros de ilusiones hacia el verídico Faro. Y cantamos con ardor, con ardor inusitado; y eran nuestras canciones para las heridas, bálsamo. ¡La vida es maravillosa! a menudo exclamábamos, y venía la tempestad y a la tempestad vencíamos. Nuestra barquilla cruzaba por mares buenos y malos; ora florecía la dicha, ora dolores y llantos. Nunca tocamos la playa en donde poder quedarnos; nunca tuvimos la suerte de conocer puerto franco. La dulce paz y la calma debemos tener vedado. No importa, tenemos mundos, mágicos mundos soñados. Al ritmo de suaves olas en épocas de verano vivimos días felices íntimamente abrazados, y cuando llega el invierno, entregados al trabajo, a duro golpe de remo vamos hacia lo lejano. ¡Ay pobre barquilla mía! ¡Cuántos dolores pasados! ¡Cuántas penas y alegrías! Por este mar tan sagrado.




19-5-2019

 
White Rocks Beach
Playa de la Isleta del Moro (Cabo de Gata)

Envío

Hacia ti van mis canciones,
para impregnarse de tu dulce encanto;
para que algún día en el silencio de la larga noche de los tiempos
una realidad sublime las recupere
y entonces
se sabrá de mi
y tu estarás conmigo.





18-5-2019


Night-on-Earth


Una lucha perenne cruenta y fratricida
azotaba el planeta en toda su extensión.
Los grandes no querían perder su hegemonía.
Los pequeños  querían su reivindicación
En este maremagnun ninguno se entendía
y nadie encontraba la buena solución
La sangre por las calles a raudales corría
¡Qué lástima señores! ¡Que triste situación!
La muerte agazapada, enhiesta la cuchilla
No perdonaba a baja ni alta posición
Y la criatura humana estaba convertida
En mísero despojo de vicio y perdición.
Así durante siglos sin encontrar salida
Durante miles de años en esta lucha atroz
Traicionando los frutos preciados de la Vida
Huyendo del amparo poderoso de Dios.
Así, cobardemente, reos de vil mentira
Nada sobre la tierra, perdida la ocasión

FIN





17-5-2019
Din Night thriving
Noche tenue, próspera


Golpea la lluvia las ramas de un árbol
Mientras que mirando tras de mi ventana
Mi espíritu, perro fiel, triste divaga
En claroscuros lo que estoy pensando.

Y es que esta primavera a veces verano
Se está mostrando bastante extraña
Unos días extendiendo blanca nevada
Otros con un calor demasiado elevado.

Debe ser por estas variaciones del clima
Que se están produciendo últimamente
Es lo que pienso sentado en mi silla…

Y el árbol que mojado está más verde
Me dice con su voz dulce y tranquila

Que el clima es el mismo de siempre

FIN




16-5-2019

Galopada

Galopa la noche herida de sombras
Galopa tu mente herida de miedos
Todo está basado en los falsos credos
Que atemorizado tu apenas nombras.

Galopa el silencio debajo de alfombras
Donde te solazas en tristes remedos
Y donde entregado a sollozos quedos
Tu mismo de penas azules te escombras.

Un viento furioso azota tus sienes
Y pone de punta todos tus cabellos
Sin saber donde vas ni de donde vienes.

Aquellos sabores benditos, aquellos
Que cuando de niño creaban tus bienes
Se han esfumado y tu vas con ellos.

FIN




15-5-2019



UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 20º.-

Mientras caminamos por la falda del monte Hermón, saltan a nuestro paso de la maleza, infinidad de conejos o perdices y otras clases de animales o pájaros, lo cual produce nuestra alegría, pero…
-¿Has pensado alguna vez, Paconcio, porqué huyen de nosotros estas indefensas criaturas de la naturaleza?
-Si, Jesús mío, huyen porque desde que existimos los seres humanos, les damos alcance para que nos sirvan de alimento o peor aún sirviéndonos de diversión.
-También les sirven de alimentos a otros animales o a otras aves de rapiña.
-Si, pero no es como con nosotros. Lo nuestro es mucho peor, porque debido a nuestra crueldad o nuestra astucia, nos servimos de armas para alcanzarles. Contra los otros cazadores, tiene miles de trucos de evasión o camuflaje, y este juego para ellas suele ser divertido, pero en el caso nuestro el juego es imposible. ¿No se te ha ocurrido alguna vez pensar en el terror que sienten estos seres vivos ante nosotros? Algunos como las serpientes o alacranes, si tienen ocasión nos plantan cara y nos clavan sus aguijones, pero estos inocentes conejos o perdices…
Esos inocentes animales son más felices que tu y que  el resto de los humanos.
-¿Cómo dices?
-Si, para ellos la vida es el juego cuyo premio final es la muerte; y a él se entregan plácidamente día a día desde que salen a la luz del mundo.
Y añade:
-¿Has pensado alguna vez que nuestros primeros padres, los arbóreos o los cavernícolas, dentro de su vida llena de peligros  eran seres felices?
-No, no lo había pensado.
-Pues piénsatelo bien, y verás las consecuencias que extraes. Piensa además, si no es necesario y conveniente en recrearnos en sus formas de vida.
-Incluso, -interrumpo yo-, llegar hasta las playas cenagosas del océano primordial donde se fue desarrollando el gusano en lenta marcha hacia el mono.
-Eso no es tuyo, Pacurrín.
-No, no lo es, que se lo debo a Jack London, uno de mis escritores favoritos.
-Bueno, veo que estás en línea conmigo. Pero no dejes en este caso que los pensamientos ajenos te influyan, si no que debes cebarte en tus propios pensamientos.
Y añade:
-¿Por qué crees que realizo yo este trabajo este ejercicio de la piqueta?  Es un ejercicio de retrospección que ejecuto paso a paso intentando no dejar suelto ni el más mínimo episodio desde este momento que vivimos hasta ese punto en que nos subíamos a los árboles para huir de la fieras.  Y, como tú bien dices, puedo añadir más: llegar a ese punto en que éramos una  especie de renacuajos que, emergiendo del mar y los pantanos, empezamos a poblar la Tierra.
Se ha parado en su disertación, y acercándose a la orilla del arroyo que estamos atravesando, ha bebido agua extrayéndola sobre el hueco de una de sus manos. Cuando yo creía que había agotado el tema y no iba a decir más, añade sentándose nuevamente a mi lado:
-Que sepas querido interlocutor, que solamente seremos capaces de encontrar la felicidad, cuando hallamos encontrado ese eslabón perdido de la humanidad en la noche de los Tiempos. Y reflexionando profundamente, descubramos cuándo y dónde empezó la causa de nuestra desgracia. Tendremos que reconocer que esta empezó cuando inventamos la propiedad privada, y se inició una lucha a muerte entre nosotros. El caso de Caín y Abel es el paradigma. Somos la única especie de animales, que cometemos la aberración de matarnos entre nosotros. Algo que va en contra de las leyes que existen en este planeta y en cualquier otro mundo civilizado. Piensa en esto, Paquito,  y empieza a obrar en consecuencia. Con esto me callo.
Hemos andando varios kilómetros en esta plácida mañana y he aquí que nos encontramos ante las fuentes que forman el nacimiento del río Dan.



Es un paisaje parecido al del nacimiento del Hasbani, pero más bravo, más tumultuoso. Afluyen aquí las aguas de varios regueros, todos naciendo o descendiendo del Monte Hermón. ¡Qué alegría tan inmensa sentimos ante el flujo de estas aguas! Ellas nos traen cadencias del Cielo, ellas alimentan nuestras mentes con una luz celestial. Es el milagro de las aguas. Quizá esto ocurra debido a su estado de pureza. Es casi seguro, que si estamos contemplando las aguas turbias llenas de basura o inmundicias de un río, lago o mar de nuestra época, no se sienta la misma sensación de dicha, de plenitud. 
-¡Ay, Jesús, que suerte tan enorme la nuestra, qué dicha tan grande la de contemplar esta aguas!  Corrientes, aguas puras, cristalinas, que para nuestro bien estáis fluyendo; vosotras penetráis en nuestras mentes llenas de frescor, pletóricas de sustancias infinitas que bajan de los cielos para completar nuestra dicha, con vosotras viene aparejada la luz del Creador, que viaja, se deslíe e infiltra en nuestros huesos, en nuestra carne. ¡Qué dicha al recibir estas divinas sensaciones!
Jesús se ha quedado mirándome atentamente con una sonrisa en los labios, y sin decir palabra. Y yo, enardecido, he continuado con mi oración:
-¡Altísimo Señor Omnipotente, sean para ti todo honor y toda gloria! Tú que recoges en tu Santo Seno a la infinita legión de ángeles y arcángeles, sabios y profetas, toda clase de criaturas celestiales que como niño glorioso que me acompaña, llenan con su Gracia los espacios siderales, danos la paz, pero no esa paz muerta y sin sentido que nos anula, que nos sacrifica y nos convierte, en fatales residuos, que manchan la purísima sede de tu Gloria, sino esa paz guerrera, esa paz tumultuosa como el fluir de esta agua bautismales, dentro de la cual fluimos plenamente, rebosando ideas gloriosas, entrando en infinidad de actividades provechosas, cada una producto consecuente de un pecho enamorado! ¡Danos, Oh Dios Eterno, fuente de sabiduría e inteligencia infinita, una pizca, un chispazo de esa gracia que adorna a tus criaturas celestiales! Amen.
-¡Amén! -Ha respondido el niño dando un salto de campana de manera que sus piernas han quedado mirando al cielo y su frente ha quedado mirando al suelo a la altura de mis labios, los cuales han acudido solícitos a darle un fuerte beso. Después colocado en postura normal sobre la peña en que estoy sentado, hombro con hombro conmigo, ha dicho:
-¡Gloria a Dios en la Alturas, y paz en la Tierra a los hombres de buena Voluntad!
Y yo he remachado a continuación:
-¡A los hombres de buena Voluntad, apoyados en una buena Intención, una buena Curiosidad y un grande y buen Entusiasmo, para que llenos de ardor, consigan al fín una buena y feliz Convivencia!
-De acuerdo. Ha dicho Jesús. Y a continuación: -¿Sabes, Paco, que me lo estoy pasando muy bien contigo que me gusta mucho que se haya propiciado nuestro encuentro dentro de la diferencia de tiempo que nos separa?
A lo que he respondido:
-No seas cuco, que yo se de buena tinta, que tu has tenido encuentros dentro de la diferencia del tiempo que existe entre tú y otros seres que han habitado la Tierra. Y si no, ¿que es eso que todos conocemos a través de los evangelios, de tus encuentros con Elías y otros profetas algunos de ellos mil o dos mil años antes que tú? ¿Y no es lícito pensar que también respecto al futuro has tenido encuentros con otros hombres superiores a mi de mi tiempo, o esos santos y sabios que todavía no han nacido y que está ahí como hitos señalándonos un futuro espléndido?
Ambos nos hemos quedando en silencio meditando. Oigo a Jesús que está susurrando:

Jacob dijo: “Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel. Resulte ser Dan serpiente a la orilla del camino, culebra cornuda a la orilla del sendero, que muerde los talones del caballo de modo que su jinete cae hacia atrás. Verdaderamente esperaré salvación de parte tuya, oh Jehová”. (Gé 49:16-18.)

_¿Que haces , Jesús? ¿Estás repitiendo otro versículo de la Biblia?
-Si, Pacoso. Deja de mirar el agua y mira hacia arriba. ¿Qué ves?
-Pues estoy viendo un montículo con una especie de ruinas encima. Imagino que se trata de las ruinas de la ciudad de Dan.
-Así es efectivamente. Dice el buen Jesús.
Y en un periquete estamos ante ellas, o mejor dicho: ante el muro o pequeña muralla que queda de ella. Y digo:



-Otro motivo para que no les falte trabajo a los arqueólogos de mi tiempo. 
-Así es en efecto, -me dice el niño, que juguetón como el que más, le gusta hacer pareados con la última palabra de las frases que pronuncio. Y añade:
-Aquí, bajo nuestros pies, está la historia de este pueblo que se remonta al Neolítico hace 4500 años. El rey Jeroboán fabricó aquí el becerro de oro. La historia es larga y no te la voy a contar, pues tú tendrás más datos que yo consultando Internet y la extensa bibliografía que hay sobre esto; más no lo hagas, que tenemos mucho camino por delante, si es que quieres completar este viaje que hemos emprendido.



CONTINUARA





14-5-2019


Un niño, su madre y la luna.-

Pepito apenas contaba cuatro días después de nacer, fue sacado por su madre a la calle para que las vecinas del barrio le conocieran y le dieran las felicitaciones oportunas por haber concebido un niño tan hermoso. Era una noche de verano, de ese verano que en pleno agosto se muestra con todo su esplendor y que después del día caluroso, el frescor, que como un manto de vaporosa niebla se extiende sobre las calles, hace que te sitúes en ellas junto a los tuyos para disfrutar este beneficio de la naturaleza. Pepito sonreía con esa tierna sonrisa que sólo los angelitos buenos son capaces de mostrar, y la madre le contemplaba sentada al lado del cochecito donde estaba depositado. La luna allá arriba, según cuenta esta madre privilegiada, sonreía al tierno bebé, de tal manera, que parecía que estaba leyendo sus pensamientos… ¿qué dulces y amorosos pensamientos tan imposibles de conocer todavía, porque no lo hemos investigado lo suficiente, son los que esta alma virgen, apenas asomada a los misterios del cielo, no tendría Pepito? Lo cierto es que miraba casi sin pestañear a la luna, y que la madre con esa sensibilidad tan profunda que sólo ellas tienen, a las buenas madres me refiero, creía sentir unas sensaciones divinas, unas músicas celestiales que su tierno bebé en misteriosa combinación con ella, la luna, creaban y difundían en la tibia noche.

FIN







13-5-2019



NOCHE CLÁSICA DE WALPURGIS

                                                     a Goethe

Noche clásica de Walpurgis, noche sabática
Noche para practicar el Bien, lejos de la furia demoníaca.
Fausto ya liberado de todas sus pasiones humanas
después de haber vivido con las Ideas Madres y María Egipciaca,
después de haber cubierto la terrenal escala, ve la Nada.
Entonces se entra en una fase celestial y angélica de la que Goethe nada dice,
Mas sigamos con la Noche Clásica:
Noche del Cielo, noche incomprendida de la mística santa.
Fausto ascendiendo por la escala del Bien, haya el Alma
y se arrodilla ante su hermosura, inmensa, impensada.
Queda trastornado ante tanta dicha, ante la belleza desnudada.
Allí, durante miles de años vive la noche larga.
Al final de la noche, descubre la Mañana:
Una Mañana luminosa y seria, llena de resonancias.
Fausto despliega sobre el mundo sus magníficas alas
que le han nacido por la noche mientras se enamoraba.

En éxtasis de amor santo y profundo, asciende por la Escala,

la Escala Infinita e inacabable de la Gracia. 





12-5 2019


En la noche cerrada
sueña el ánade blanco
en la cara del agua.

Un misterio infinito
invadiendo distancias
se descubre viajero
en la busca del alma.

Un niño pequeñito
de mirada muy larga
me sonríe y cecea
porque allí se quedara.

En medio del silencio
mi voz enamorada
en sonoros arpegios
canta la madrugada.
Ni el eco me responde
Aún es noche cerrada

FIN






11-5-2019


LA VERDAD IGNORADA


                                                       Soneto construido a partir de los dos primeros versos tomados del poema de Cernuda, 
                                                      “SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR”.

Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,         PLAGIO
Es la persona mejor entre los seres humanos
Y  a quien yo proclamo mi amigo y camarada.

Y me sumo a él con una crepitante llamarada
En intento sutil de resolver muchos arcanos
Pues la verdad, amigos, está muy adulterada
Y necesita que la salven intelectos sanos.

No es que me considere esa clase de persona
Ni que me crea salvador de todo lo decente
Ni siquiera un buen ser que bien razona.

Pero considero de todo punto procedente
Que la verdad ignorada penetre en esa zona
Oscura y tenebrosa, de nuestra pobre mente.


                              FIN





10-5-2019



 DESOLACIÓN

Qué horrible trabajar en una empresa
pensando sin cesar en la jubilación,
huyendo en todo instante del animal de presa
terrible compañero podrido de ambición.

Estar constantemente por todos vigilado
sufriendo humillaciones del criminal patrón;
ver como tu trabajo ha sido aprovechado
para elevar algunos su indigna situación.

Y más horrible ver, como todos a una
se van despedazando sin fe ni caridad.
Cómo y de qué manera cada cual se importuna
y cómo se manejan y ocultan su crueldad.

Las dulces claridades de la bondad divina
ya no tienen asiento dentro de esta oquedad,
negras oscuridades reinan en la Oficina
donde los ciegos hombres practican la maldad.

Qué horrible vivir siempre sintiendo que la vida
que fue maravillosa apenas al nacer,
por un cruel destino la vemos destruida
y nadie aunque lo quiera lo puede resolver.

Los juegos seculares de las bellas criaturas
que tantas ilusiones hicieron florecer,
ya no son practicados y fuertes ligaduras
aprisionan las almas prontas a perecer.

Ya no canta el poeta a la verde enramada
porque cortado ha sido el bosque encantador,
en su lugar existe una ciudad malvada
llena de emanaciones, insensatez y horror.

Ya no son escuchados los trinos verdaderos
de angélicas criaturas saturadas de paz,
sólo se oyen voces de tristes agoreros
que actúan amparados por un sucio disfraz.

Dentro de cada rostro que miras, reflejado,
ves el infierno horrible de la renunciación,
observas como finge el pobre desgraciado
por mantenerse en eso que llama “posición”.

El alma encenegada, perdido ya el orgullo,
entra en el terreno de la bestialidad;
allí todo se mezcla, lo mío es también tuyo,
pero cuidado amigo: ¡No digas la Verdad!


Con tintas claridades un sol anaranjado
arroja un feo crepúsculo sobre la vil ciudad.
Hay un vacío absoluto, ¡Dios nos ha abandonado!
¡Clamad, clamad, señores, por vuestra ancianidad!

                               FIN






Jueves, 9-5-2019

La siembra


Hay que aprender a sembrar
esparciendo la semilla poco a poco
procurando que caiga entre surcos
para que luego sea espiga de oro.

Antes de sembrar hay que hacer preparación
quemando totalmente los rastrojos
escardar la tierra y rastrillarla
limpiar las malas hierbas con arrobo
quitar las piedras y las asperezas
deshacer uno a uno todos los tormos.

Una vez el campo bien preparado
hay que proceder a echarle abonos
labrar y remover la tierra a fondo.
Y cuando ya esté todo dispuesto
esparcir las semillas, eso es todo.

Cuando un día recojas la cosecha
-sonríe sembrador y no seas bobo-
Verás que todo lo que hiciste bien
Dio en recompensa un fruto precioso.


    FIN


Miércoles, 8-5-2019


AMOR VERDADERO
                                                        

                                                         
Era un canto de amor irrepetible
Era un canto de amor irrealizable
pero el canto de amor se hizo poema
y cuajado de versos salió al aire.

El cálido cantor que lo compuso
hace ya siglos que tuvo el alarde
de darle a conocer al mundo entero
aunque por ello le crucificasen.

Y el cántico de amor irrepetible
se hizo doctrina y fundió metales
y creó nuevas fórmulas de vida
y valientes hizo a los cobardes.

Por montes y collados su eco se oía
y resonaba en el fondo de los valles
pero las gentes no le comprendían
y si lo comprendían era ya tarde.

El cántico decía cosas muy bellas
cual la que somos hijos de Dios Padre
o que dejando todas nuestras prendas
tendremos un poder considerable;
que nos amemos los unos a los otros
como a nosotros mismos, sin cansarse.

La doctrina en si era perfecta
como perfecto Jesús inmaculable,
por ello su simiente verdadera,
crece, fructifica y se esparce.

Por ello más allá de las estrellas
-dentro de la Nada insondable-
hay una muy divina cuerda
atada a nuestro mundo miserable,
cuerda que tira con tremenda fuerza
con sus fibras de amor eternizantes.


                       FIN




Martes, 7-5-2019



LA NUEVA SODOMA

Ha vuelto a ser feliz el viejo pederasta
Los jóvenes imberbes abusan de su tiempo
Que tiran por doquier.
Mujeres incipientes manejan los oficios de viejas cortesanas
Y los hombres pudientes se pueden divorciar.
Coronando las olas la barca se columpia en ejercicio
Breve donde ha de sucumbir
Dentro de un Mar Muerto donde el pobre salario
No da para comer.
Y las gentes alegres que todo lo seducen
Que van dentro de ella
Apenas lo advierten.
Allí en las oficinas el aire se enrarece
Las gentes se solazan en la depravación
Y un patrón horrible de recia envergadura
Maneja con su verga su poder repugnante.
No digamos del clero que sigue bendiciendo,
Esos actos impunes de silencio absoluto
Donde atroces políticos se enfrentan por ganar.
Infinidad de naufragios suceden cada día en un mar espumoso
De sangre acaramelada.
Y
El becerro de oro, junto al chivo concupiscente
Se adoran por todas partes
Como si fuera lo único digno de ser adorado.
He dicho.

                                 FIN



Lunes 6-5-2019


ABRAHÁM

Dáme oh Dios, la paz que necesito
para parar la ola de mi autodestrucción.
Dáme calma y paciencia y ánimo tranquilo
y haz que alegre lata mi pobre corazón.
No quiero alteraciones ni cambio de sentido
porque no estoy dispuesto a la renunciación.
Me hice ya muy viejo luchando a tu servicio
y quiero morir siendo Tu humilde servidor.
No dejes que mi mente se suma en el olvido
ni dejes que mis nervios me maten a traición.
No dejes que me venzan horribles paroxismos
y que el tedio y la abulia arrasen mi razón.
Yo quiero vivir siempre en santo compromiso
aunque con ello tenga que ir a la prisión
aunque no tenga nunca camaradas y amigos
aunque me den la muerte como compensación.
En mi perseverancia quisiera Dios Bendito
que no me desampares pues soy débil Señor.
Dáme la gran templanza que le diste a Cristo
y que al llegar las pruebas tenga el mismo valor.
Yo quiero para el hombre un mágico destino
lejos de la codicia, la insidia y la ambición,
pues bien se lo merece porque mucho ha sufrido
y porque aún tiene el Alma rebosando candor.
Con esta idea fija mi vida sacrifico
soñando a cada paso con un Mundo Mejor.
Por ello persevero y por ello te suplico
que no nos abandones ¡Dános tu Luz oh Dios!


  FIN






5-5-2019





Estoy llorando a grito abierto
       por la sangre inútilmente derramada
    por la criatura vilmente vulnerada
         por todo lo que anda estando muerto.
        Por todos los que pisotean ese huerto
              donde podría crecer su alma enamorada
  Por el nunca aceptado camarada
          Por ese porvenir que avanza incierto.
          
       Estoy llorando y nada me consuela
      y mis gritos se vuelven estridentes
           dejando en los espacios blanca estela.
          Con uñas arañando y con los diente
mi grito desgarrado se troquela
                                      como una interrogante entre las gentes.                               
¿






4-5-2019

NOCHE CERRADA

El Día no ha nacido.
Es la noche cerrada.
Brillan los corazones
cubiertos por la escarcha.
Están los campos llenos
De trozos de metralla.

Aunque mucho le llames,
no está tu camarada.
Aullando están los lobos
muy cerca de tu casa
Un capuchón siniestro
cubre la flor del Alma.

Pajarracos nocturnos
te acucian con sus alas.
El búho te vigila.
El mochuelo te espanta.
Vienen los alacranes
y sus pinzas te clavan.

Un resplandor de sangre
pide turbia venganza.
En horribles saraos
bailas con falsas damas.
Terribles criminales
con puñales re asaltan.

La consigna maldita
dice: calla, calla, calla…
Un súcubo infamante
se ha metido en tu cama.
No hay un solo resquicio
que anuncie la alborada.

El mundo está dormido.
¡Qué lástima! ¡Qué lástima!.





3-5-2019

EL ANTRO.


He salido de casa huyendo de la furia de mi mujer que me amenaza con separarse de mi, y estoy en la ventana de un edificio mirando a la fachada del edificio de enfrente donde corriendo la vista por las ventanas, veo cinco o seis de ellas más atrás, la silueta de un antiguo amigo y compañero con el que me llevé muy bien. Y grito su nombre: 
-Juan Vélez, -le digo.
Y él me contesta:
-¿Quién eres?
-Soy Pedro Gutiérrez, tu antiguo compañero de allá en las minas.
-¡Ah!, ¿si? ¿Cómo estás?   
-Yo bien. ¿Y tú?
-Bueno…
Seguimos hablando un poco más y me veo andando por las calles rumiando mi tragedia. Algo más tarde, en una nueva secuencia, entro en el edificio donde vi a mi amigo,  Ando por un pasillo con las paredes desconchadas, lleno de suciedad y telarañas, por cuyo suelo escapan algunos roedores especie de conejos. Tras cada una de las puertas de las viviendas por las que voy pasando, oigo gritos y fuertes golpes, los cuales indican que la gente que hay dentro se pelea, y me paro a la llamar en la puerta nº 5 donde he calculado que está Juan. Sale un mozo medio en cueros que no es Juan y que brutalmente me pregunta qué quiero. Yo voy bien vestido y peinado con la raya en medio, lo que según supongo, provoca la rabia del fulano. No puede negar que allí dentro está mi amigo, porque este desde dentro al oír que pregunto por él, sale a la puerta. ¡Qué horrible! Si siniestra es la cara del primero, la suya más que siniestra es pálida cual la luna, y su boca con dos o tres dientes sueltos muestra unas encías negras que dan asco. Está entablillado con largo travesaño horizontal sobre la espalda y su cuerpo está tan delgado, que a través del mismo parece que se ve la puerta por donde ha salido. Un ataque de pánico sacude mi cuerpo, pero no puedo escapar. Yo mismo he provocado este encuentro y no tengo otro remedio que hacer de tripas corazón y apencar con lo que hay.
-¡Qué bien, viejo amigo! –me dice dándome fuerte abrazo incrustando el tablón en mis costillas al dar al mismo tiempo un giro de noventa grados para decirme:
-Pasa y siéntate. Estoy deseoso que me cuentes que ha sido de tu vida en todos estos años que no nos vemos. La mía ya ves. Tardé bastante más que tu en salir de las minas que se fueron agotando poco a poco, y sufriendo los rigores del patrón que en los últimos meses dejó de pagarme el sueldo a mi y los otros, y nos comíamos hasta las ratas. Después me casé. No veas con quién, con una viuda que tenía dos hijas a quienes maltrataban sus maridos y aquello era un infierno. Aquella bruja me maltrataba a mi, de manera que tuve que ejercer las peores faenas, ya que no encontraba un trabajo decente como aquél de las minas. Ella me mantenía con su dinero, cosa que me echaba en cara a menudo profiriendo los peores insultos, de haragán, hijo de mala madre, y soltándome grandes bofetones, que ya ves,  me quedan sólo cuatro dientes. Luego vino lo del camión que me pasó por encima dejándome paralítico. Y esto del tablón, que los médicos muy mañosos, por mucho que lo intentaron no pudieron separarlo de mi cuerpo, tal y como lo dejó el camión, pues no hubieran podido salvarme. Y ¿para qué? .
-Ya ves de lo que me encuentro rodeado…
Y dicho, esto, me hace pasar a una habitación donde sentadas a una mesa camilla hay cuatro mujeres viejas con los huesos al descubierto y apenas vestidas, que si dientes no tiene Juan, ellas si tienen algunos  como rocas quebrantadas dentro de unas bocas, que si negra es la de mi amigo por dentro, las suyas son rojas y con hilachas, de algún animal vivo que acaban de devorar. Y lo peor de todo es que están jugando al mus mientras se hace extrañas muecas, tan horribles, que yo, hombre garrido, de pelo en pecho, siento que mis piernas flaquean y tengo que sentarme en un escabel allí cercano. Pero nada más hacerlo, un horrible bicho que está allí antes que yo, me hace saltar. Esto sirve de risa a mi amigo que con una mueca que deja en ridículo a las de las viejas, me dice:-¡Mira dónde te sientas, animal, que has hecho daño a mi mascota!
Ante estas maneras, el lazo que me unía a aquel ser se ha roto y siento enormes deseos de salir de allí cuanto antes, pero las viejas que se han levantado y el fornido mozo del principio me rodean intentando morderme. Entonces, no pudiendo aguantar más la situación, me despierto.

FIN







2-5-2019



CONTUBERNIO


Hay un contubernio secreto de todos los pueblos y naciones                                
y de todos los hombres de Tierra levantado contra Dios.
Todas las bocas están selladas y nadie se pronuncia en su defensa.
Si bien es sabido que el Todopoderoso no necesita defensores,
no es menos cierto que le gusta que le alaben y le glorifiquen
porque para ello –y solamente para ello- nos ha creado a todos.
En contubernio se vuelve contra nosotros mismos y nos destroza
porque, siendo como somos una parte de Dios, quedamos destruidos
por nuestra propia traición y criminal complicidad en el Asunto.
Habemos muchos millones de personas complicados y, por ello,
creemos ser fuertes y nos atrevemos incluso a opinar que Dios no existe.
Si alguien se atreve a levantar la voz contra esta situación y clamar,
que Dios existe y que es el principio y fin de todas las cosas,
nadie le hace caso, y si insiste mucho, le eliminan o le matan.
Entendámonos: El contubernio se produjo por falta de planificación:
El hombre había sido creado y  se le había dotado de raciocinio,
para que usado de manera correcta, se hubiera llegado a la conclusión,
de que todos unidos y llenos de grandes deseos de colaborar en paz,
hubieran llegado a soluciones lógicas de común entendimiento,
pero, movidos por un falso espíritu  de conservación, e impulsados
a unos deseos de posesión infinitos, había que destruir a los demás
para así, ir sobreviviendo las personalidades más feroces por cierto…

Y, he aquí, la funesta necesidad del contubernio tan desastroso.


                                           FIN






    1-5-2019

    XLII

El bandido
PLAGIANDO EL PRIMER VERSO DEL POEMA XLII DE NERUDA



Brillantes días balanceados por el agua marina,
y los peces raros que aparecen cerca de la playa
donde todo aquel que te recrimina y encanalla
se muestra cual figura de la forma más divina.

Y donde el amor yace perdido dentro de cochina
despensa en la cual se aprovisiona y avitualla
ese  ladino hombre que desde muy niño ensaya
sobre cómo mentir y engañar, y que encalabrina

a toda aquella criatura que ignorantemente
no se percata de que la están engañando, e inocente
se pone a trabajar en la misma causa del bandido.

Bandido si, aunque muchos le traten de excelencia
Bandido porque tiene una muy mala conciencia
Y que por su culpa el bueno siempre está perdido.

FIN





30-4-2019


El tiempo se me escapa
como gacela herida
Hago grandes esfuerzos
para poderle asir.

Y veo cómo se marchan
los días de mi vida
sin poder detenerlos
ni pararlos en mi.

Es una suerte aciaga
esta penosa huída
contra la que no puedo
apenas combatir.

Es una gran hazaña
estar queriendo asirla
con furia y con denuedo
para no sucumbir.

La muerte se abalanza
cruel y vengativa
y cada día muero
con algo que no fui.

Mis libros y mis cartas
mis notas y mis cifras
quedan como recuerdo
y testimonio vil.

Vivir con la esperanza
consigo algunos días
y otros me desvelo
con ansiedad febril.

Mi gran amor a España
me alienta y tonifica
y me produce anhelos
y ganas de sufrir.

Y cada día que pasa
es como una sonrisa
ante la que renuevo
mis ganas de vivir.

Mas veo cómo gana
la muerte su partida
y a cada paso siento
más próximo mi fin.

         FIN





29-4-2019 En mi noventa cumpleaños

El demonio en Walpurgis

He de deciros mis queridos congéneres
Que nací bajo el signo de Tauro
en mil novecientos veinte y nueve, cuando
aquella crisis mundial de la bolsa…
y siete años después, en el treinta y seis
la sangre corría a raudales como producto
de una cruenta guerra entre hermanos
Asistí a la muerte de mis tíos angelicales
de bellos ideales
minados por la tuberculosis.
Sufrí el ruido y la metralla de los bombardeos.
Y hambre espantosa.
Eso cuando niño
Más tarde vi cómo las riquezas,
las mejores minas de España
eran dadas al poder de Francia, de Inglaterra, de Alemania,
para que se lucraran.
Éramos cinco hermanos
Cinco míseros héroes que parió la patria.
Yo el mayor de todos cuando en el cuarenta y cinco
la muerte del padre
precisamente cuando la guerra mundial segunda dejaba
cien millones de muertos…
Mas no pasa nada.
Todo está tranquilo, serenas las aguas.
Me caso, tengo hijos, mi mujer me ama.
Mas viene otra crisis…
Las minas se paran
Me encuentro en la calle sin trabajo y sin casa
con una familia, mi mujer me ama.
Encuentro trabajo en otra tierra donde en las empresas el diablo trabaja
rompiendo bondades, llenando de cieno las más claras almas.
Unos hombres malos de ambición nefasta
postergan a otros de muy claras inteligencias…
Mas no pasa nada.
Yacen como muertos los que podrían salvar a España.
Noche negra de Walpurgis, noche sabática
donde las conciencias perdieron su vital fragancia.
Vienen los emigrados de Alemania.
Se engrosa la Patria.
Ha muerto el tirano
Viva la democracia.
Que Dios te proteja si una mala persona entra en tu casa.
Han crecido los hijos y algunos amigos al Hades se marchan
Te quedas muy solo
Apenas ya te quedan lágrimas
Pero con los hijos mayores te vienen desgracias:
Que si están en el paro
Que si con una mala persona se casan
Que si se separan y vienen de nuevo a vivir a casa
Mas no pasa nada
Tu sigues viviendo y aunque estás muy viejo fuerzas no te faltan
Pero estás muy triste, se desmiembra España
Unos inconscientes quieren desmembrarla
Otros desde fuera con furia la atacan
Como ya no hay minas que vender a la ambición extranjera
se vende la tierra, se vende la casa
El hospital la Princesa
El mejor de Madrid y honra de la patria
lo quieren desmantelar.
Dicen malas lenguas
pero lenguas claras
que van a venderlo a gentes extrañas.
La única riqueza que nos quedaba:
Los hospitales, lo mejor que tenemos y que tienen fama
El último golpe a mi cabeza cana.
La crisis aguda al mundo aplasta
Señor, Señor, líbranos de tanta desgracia…
El demonio en Walpurgis se ríe dichoso escondiendo la cara

                                    FIN



28-4-2019


La euforia destructiva colgaba de los árboles
Cuyas podridas ramas tenían cierto verdor
Criaturas ignorantes calzaban sus sandalias
En un circo de fieras amantes del soponcio

Los hijos ignorados del Padre Celestial
Tenían ciegos los ojos de santa excelsitud
Y nadie les miraba por estar ocupados
En horribles faenas de vicio amarillento

Una niña pequeña de apenas treinta años
Vestida con un traje de terciopelo azul
Cantaba entretenida en parcas sensaciones
De sueños estuprados y tétrico impulso

En un bancal de acelgas labriegos vegetales
Tocaban seca flauta sin sonido apenas
Y unos ruiseñores alegres, divertidos
Volaban corruptos en franca corruptela

Había entre las flores serpientes inauditas
Cuya ponzoña oculta tenía dulce sabor
Y dentro de sus casas las niñas soñolientas
Sentían derretirse su frasco almibarado

Juan soñador golondrina cercado por la alegría
no hacía ninguna otra cosa que se pueda decir 
sin ambages ni rodeos, como si nada ocurre
He dicho.


  FIN






27-4-2019

En la noche estrellada donde hace trampas horrible silencio
Mi espíritu pisoteado emerge sobre las ruinas de mi cuerpo
Trepa por los divinos escalones de la Nada, y ascendiendo
Llega a los espléndidos mundos habitados por seres angélicos
Con los cuáles entabla místicas conversaciones, por ejemplo:
Hablan  de Dios, del Alma, del Espacio y el Tiempo.







24-4-2019


UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 19º.-




Tenemos que descender hasta Cesárea que está a 350 metros sobre el nivel del mar. Esta es la imagen que yo tengo sobre ella, porque son sus ruinas actuales, pero las que vamos a ver, son otra cosa. Es una ciudad viva construida por grandes arquitectos nacidos bajo el Imperio romano, arquitectos israelitas que no tiene nada que envidiar a los del César Tiberio. Filipo es un digno hijo de Herodes el Grande que, si fue grande su crueldad,  también fue grande  en la construcción de monumentos.
Jesús y yo, estamos unidos por el vínculo del agua. Los dos somos fanáticos de ella, los dos somos amantes obsesivos en meditar y rezar allí donde un río nace.
Estamos sentados ante el nacimiento del río Hasbani. No sé porqué prodigio hemos llegado hasta aquí, pues según leo en mi móvil está situado en el Líbano al pie de una Aldea de nombre Hasbaya. Leo:

El río Hasbani nace cerca del pueblo libanés de Hasbaya, a una altitud de 550 metros,2​ y recorre unos 22 km hasta el pueblo de Ghajar donde su caudal aumenta significativamente al recibir aguas del río Wazzani (en hebreo: וזאני) a los pies del Monte Hermón. Su curso coincide entonces sobre 3 km con la línea de separación entre Líbano y el territorio de las Granjas de Shebaa, antes de confluir con el río Banias en Israel. Recibe también, en su tramo libanés, aguas del arroyo estacional Shebaani y de otros arroyos alimentados por las nieves y las aguas superficiales del monte Hermón, así como aguas del río Ayún en Israel. Sucuenca hidrográfica cubre una extensión de 670 km², 6% de la superficie del Líbano, donde viven unas 135.000 personas (según datos de 2007).3

Es probable que no hayamos desplazado hasta aquí a través del aire a gran velocidad y sin medios humanos. Un milagro.  No me lo explico, pero no es momento de buscar explicaciones. El caso es que estamos aquí, Yo sentado sobre una peña mirando las aguas cual lo estuvo durante días el conde Volney meditando ante las ruinas de Palmira, y, Jesús a pocos pasos está de rodillas, extático antes estas mismas aguas, rezando, contemplando, en comunicación directa con el Altísimo. No me cabe duda. Yo en cambio, a un nivel espiritual más bajo que el suyo, me limito a meditar. ¿A meditar? ¿No será una forma de orar, esto que estoy haciendo en estos momentos? Yo también estoy con la mente puesta en el Altísimo, yo también veo a través de estas aguas puras, incontaminadas, los mundos de la Gloria, y sus habitantes, esos ángeles que según dice la Biblia, pululan por aquí en estos momentos, por todas partes, ayudando a sobrevivir con su gracia divina a aquellos seres, inferiores a ellos, que aman el Bien, la Belleza, el Amor y el Entendimiento. Estoy observando esos troncos, esas maderas en medio de la corriente. Esos cantos rodados. Esas piedra de las cuales viene a mi en forma de palabras el significado de la vida. Han sufrido durante miles de años, el tiempo no importa, para adquirir su pureza, para ir limando sus arrugas, sus partes hirientes, para convertirse en superficies lisas, convexas, símbolo perfecto del resultado final de todo esfuerzo. ¡El esfuerzo del agua! Su persistencia, su enorme paciencia buscando un resultado final. Ahí están esos cantos rodados símbolo del sacrificio. Todos pueden contar infinidad de hechos heroicos de los que fueron testigos a través del tiempo.  Los animales que han cruzado por esta aguas, las batallas cruentas entre los hombres para hacerse dueños de las mismas, y así conseguir su poder, para seguir matando, para seguir asesinando, la sangre que debe haber manchado esas piedras durante siglos, y cuya voz, la voz de la sangre, está llegando a mi en estos momentos. ¡Ah, las piedras hablan, las piedra lanzan sus mensajes sublimes para quien sabe escucharlas! ¡Cuántos y cuantos sufrimientos han pasado a través de esos cantos, hasta que han llegado a alcanzar esa redondez exquisita, esa textura suave y acariciante! En ellos está el mensaje para aquellos capaces de comprenderlo, del Bien que espera a la humanidad, cuando cansados de la mentira, limados por la sabiduría que emana de todos elementos creados, seamos como esos cantos rodados. Todos distintos, pero formando un todo uno dentro de un estado de placidez extraordinaria, lamidos suavemente por las aguas puras de la buena conciencia.




Jesús se ha levantado y viene junto a mí. Su rostro refleja esa misma placidez que yo atribuyo a los hombres y mujeres del futuro, Esa fuerza interior que posee cada uno de esos cantos rodados. Ya hemos hablado mucho sobre el yo individual y el yo social y no es caso de volver sobre el asunto, pero ahí queda un símbolo, en el nacimiento de un río. Ese puede y debe ser el nacimiento de una humanidad más sabia y sosegada para que al fin sea una realidad latente la utopía del Paraíso Terrenal. Y digo:
-Jesús mío, ¿estás de acuerdo en que algún día será una realidad esto del paraíso terrenal?
Y me responde:
-Si, estoy de acuerdo, pero antes, será preciso que el ser humano, nuestros descendientes, admitan la presencia de los ángeles, esos tronos, esas potestades, esos emporios celestiales llenos de criaturas excelsas, que, como esas piedras redondas que tenemos ante nuestra vista, se hayan purificado, se hayan conformado, hallan pulido su figura, a base de sufrir día a día y durante años, milenios quizá, los rigores de la ADVERSIDAD.
Al decir esta palabra, el niño se ha callado, en el intento, de que yo la asuma y la grabe en mi mente. Pero es el caso que yo también pienso desde hace tiempo en los rigores de la adversidad, porque he reflexionado a menudo sobre el hecho que se produce en nuestro planeta, cuando esta se presenta en forma de cataclismos, bien sean naturales, terremotos,  erupciones volcánicas, fenómenos atmosféricos y otros casos de las fuerzas naturales; o accidentes desgraciados, como el caso de las guerras, o simplemente el del crimen pasional que tan a menudo viene como noticia en los medios de comunicación.
-¡Ah, el crimen pasional! Dime, Jesús, ¿qué opinas sobre ello?
Y el niño me contesta:
-Has tocado el tema de las pasiones. Es un tema muy delicado que debe ser tratado con la debida altura de miras para conseguir no equivocarnos en su interpretación. La pasiones, en lo general, engendran violencia. Y nuestro deber es controlarlas, para que esta no se produzca. La violencia como bien sabemos tu y yo, empieza a partir de una simple palabra, de un simple pensamiento equivocado. Existimos o existen personas, cuya existencia interior es precaria, y que, para subsistir, obedecen ciegamente las palabras o ideas de otros que, debido a su buena labia les convencen de mentiras odiosas por ellos mismos fabricadas. Tú y yo sabemos, porque ya lo hemos hablado de la volubilidad de la palabra, que hace volubles e insensatas a la mayoría de las gentes. Nuestro deber es avisar a estas gentes, del peligro que corren, pues quien se hace adicto a la mentira, acaba desintegrándose y convirtiéndose en un autómata bajo el manejo del nefasto líder.
Hace un pequeño descanso para reflexionar si está correcto lo que ha manifestado y prosigue diciendo:
-Todo ser humano debe convertirse en líder de si mismo, sin tener que depender de otro líder exterior, que salvo en unas pocas ocasiones, siempre es un ser equivocado que arrastra a sus seguidores a la perdición.
-Basta, Jesús, no sigas, veo que has estado pensando en lo mismo que yo mientras estabas ahí de rodillas ante esas aguas bulliciosas y llenas de encanto.
-Si, Paco. Ya es hora que vayamos en busca del nacimiento de otro río para que nos inspire nuevas ideas cual estas que aquí han surgido en nuestras mentes.




CONTINUARÁ




15-4-2019






UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 18º.-

Vamos ascendiendo poco a poco y sin prisas por este lugar paradisiaco, impregnándonos de ese aire tan puro que respiramos a pleno pulmón. En las planicies, hay dólmenes como aquel en que estuvimos guarecidos durante la lluvia. Y también vemos vacas pastando, muy parecidas a aquellos toros salvajes que vimos en los llanos de Hazor. Una nube de zancudos vuela sobre nuestras cabezas en dirección a un castillo que vemos más arriba empequeñecido por la gran distancia. Jesús me dice que se trata del Castillo de Nimrod.  Esto me impulsa a sacar nuevamente el móvil y leo lo siguiente:

Fortaleza de Nimrod

Conocida en árabe como Subebe (del nombre cruzado L’Asibebe). Su nombre en inglés erróneamente se asocia con Nimrod, una figura antigua de gran fuerza mencionada en Gn 10:8-9. Este es uno de los castillos construidos por los musulmanes, pero ha cambiado dueños varias veces durante el siglo XII. La fortaleza fue reforzada en el siglo XIII y la mayoría de los restos hoy visibles, son de ese periodo. La montaña tiene más de 400 m (1,300 ft) de largo, y en ciertos lugares su ancho alcanza los 150 m (490 ft). La cima tiene una elevación de 800 m (2,600 ft) sobre el nivel del mar. El castillo es conocido también como la Ciudadela de los Zancudos debido a que nubes de estos se elevan a veces y cubren el área entera.
Vemos, efectivamente, volando sobre nuestras cabezas, la nube de zancudos que son  lo más probable, aquella nube que nos envolvió poco antes en el río Hazor.
Me preocupa eso de la casas militares que hemos leído momentos antes, que según se dice abundan todavía en Siria. Yo no veo ninguna y se lo digo a Jesús. Me responde.
-No las ves porque no están por estos parajes que atravesamos. Pertenecen casi todas ella a la Via Maris que una esta Césarea de Filipo, con el pueblo de Cafarnaúm y más adelante atravesando Samaria, llega hasta la Cesárea Marítima donde ejerce su poder el cónsul romano. La vía Maris tiene otras  ramificaciones.
-Háblame de ellas Jesús. Le digo deseando oír su precisa voz, ya que tengo la suerte de estar con él dentro de esta aventura maravillosa que me gustaría que no se acabara nunca.
-Pues la Vía Maris, Paquirriño, naciendo en la Cesárea que vamos a visitar,  tiene una primera rama hacia Damasco, una segunda es la que ya te he explicado, que en su ruta hacia el Mediterráneo, baja desde Cafarnaún a Magdala pasando por Betsaida y se dirige hacia mi pueblo, donde en unos seis kilómetros antes se bifurca en dirección Este a la Tolemaida ya en el Mediterráneo. Allí, bordeando este mar, se dirige hacia el Norte en dirección a Tiro, y otra hacia sur hasta la Cesárea Marítima. En esta se une con el ramal que parte de mi pueblo a través de la llanura de Dorr, tocando en Megido. Otro ramal también desde mi pueblo, atraviesa por el valle de Jezreel hacia la Decápolis, camino que he recorrido con mi padre alguna que otra vez uniéndonos a alguna de las caravanas que por esa vía circulan. Para unirse con el ramal que va a Tolemaida, ya citado, en otro pequeño de unos ocho kilómetros, mi pueblo está unido con Séforis y por él, poco transitable por cierto, es por donde diariamente nos dirigimos mi padre y yo a la cantera de cuya piedra Herodes Antipas se está construyendo el palacio. Con esto, creo que ya tienes bastante información. 
Y yo pregunto:
-¿Cómo se las arregla tu padre José para transportar la madera de Monte Carmelo que usa en la carpintería?
-La traemos en burros por sendas y caminos a los que estamos acostumbrados.  No solo traemos madera de allí, que aprovechando la Vía Maris y el paso de las caravanas, la traemos de otros lugares más lejanos, cual pueden ser los cedros que se crían por esta zona. El problema está con los soldados romanos o los herodianos, cuya saciedad por el oro no tiene límites. Siempre están al acecho de las caravanas, para exigir dinero. Y ya que me nombras al Carmelo, aprovecho para decirte que es uno de mis lugares favoritos. Ya verás cuando lo visitemos. Pero ahora estamos aquí.
A medida que avanzamos hacia arriba, el camino se va haciendo más escabroso. Llega un momento que nos encontramos ante una pared rocosa, tal es la inclinación del terreno, que yo, a no ser por la ayuda del niño, sería incapaz de trepar. Pero salta de peña en peña como un gamo y con una seguridad y firmeza admirable, va superando los obstáculos avanzando siempre hacia arriba. En más de una ocasión se baja a cogerme del brazo o a darme la mano para seguir trepando. Al verle tan animoso, mi confianza en él va en aumento y me siento alegre y despreocupado a pasar de que si miramos hacia abajo, la realidad es que estamos subiendo por un precipicio terrorífico.
En un último esfuerzo, al ayudarme a saltar una roca, me encuentro ente una meseta inmensa, un tanto inclinada…



Jesús me dice en su tono cariñoso de siempre:
-Panchito, estamos a unos ochocientos metros sobre el nivel del mar y estas son las tierras del Basán, que tu conoces bajo ese nombre de los altos del Golan. Esta pared rocosa sobre la que hemos trepado, sin otra ayuda que la de nuestro espíritu, tiene unos quinientos metros de altura. Este inmenso llano que ves tiene una superficie de unos 1800 kilómetros cuadrados.
-Ya lo estoy viendo, niño mío. ¡qué esplendor!
Extensos pastizales que se pierden en la distancia, dólmenes a diestro y siniestro, aves acuáticas y aves arbóreas por todas partes, grandes losas de basalto como lunares en el bello conjunto, robledales inmensos, multitud de hilos de agua corriendo por el suelo y que va a unirse allá abajo al río Panias aumentando su caudal, cabras monteses que saltan por los riscos y vacas, sí vacas enormes con enormes panzas…  Hemos avanzado cosa de unos cien metros dentro de un pastizal y, Jesús que me lleva de la mano, se ha soltado; y tendido todo lo largo que es, dejando su saco abandonado ha salido rodando hacia abajo durante varios metros. Yo no he querido ser menos que él, y también me tiendo y ruedo. Los dos reímos alegremente después de la aventura. Y me pregunta:
-¿Sabes Panchoto, por qué hemos hecho esto?
-Creo que por divertirnos.
-Y por algo más, por relajar nuestros músculos que estaban bastante tensos después de nuestra ascensión.
-Es verdad, niño mío, esto y la risa hacen que me sienta tan descansado que parece que acaba de levantarme de la cama.
-Para que veas, lo importante que es esto de combinar los ejercicios físicos. Y si se acompañan de los mentales, como es esto de la risa y la alegría, los efectos son mucho mayores.


- ¡Jesús, Jesús, mira esa vaca que se va acercando! ¡que viene hacia nosotros!
-No tengas miedo Paquirri, que no te va a hacer nada, son amigas… ¡las vacas del Basán!
Y se aleja de mi dejándome solo ante el enorme animal. Y va recitando:

¡Alejen de Mí el ruido de sus cantos!
¡No quiero oír el sonido de sus arpas!
Pero que fluya como agua la justicia,
y la honradez como un manantial inagotable.

La vaca ha llegado junto a mi y me está mirando de un modo extraño cual preguntándose ¿este quién será?, pero no hace otra cosa que pueda inquietarme y Jesús que ha vuelto a mi lado acariciando sus belfos, me pregunta:
-¿ Sabes tú que has leído tanto la Biblia de quien  es este versículo que acabo de recitar?
- Pues no.
-Pues se trata del salmo del profeta  Amós 5 23-24
Y me sigue explicando que Amós fue un pastor del reino de Judá, al sur de Samaria y que fue inspirado por  nuestro Padre celestial a profetizar al reino del norte de Israel. Este lugar que precisamente nos encontramos. Israel estaba invadido por una religión vacía y una riqueza desmesurada. Los ricos en sus actos de alabanza pagaban sus diezmos pero ello no hacía cambiar la opresión que ejercían sobre los más pobres. 
Amós decía refiriéndose a las mujeres, gordas como esas vacas:
Oíd esta palabra, vacas de Basán, las que oprimís a los pobres, quebrantáis a los menesterosos, y decís a vuestros maridos: Traed ahora, para que bebamos.…
Interrumpo a Jesús, pues la historia esta ya la conozco al repetirse historias parecidas una y otra vez, así cientos de veces en todos los pueblos y ciudades desde que el mundo es mundo. Y le pregunto:
-Dime Jesús, ¿Dónde está la fortaleza de Nimrod que veíamos desde allá abajo y que ahora no la veo?
-En estos momentos sólo quedan algunas piedras sobre esa colina que se alza ahí delante, y que al mirar desde abajo, te pareció algo más importante. Eso que has leído, es lo que pertenece a tus tiempos y que yo en cierto modo desconozco. Pero ya que estamos descansados sigamos más adelante, que nos queda mucho camino por recorrer.
Emprendemos nuestra marcha hacia el oeste siempre en dirección al nacimiento del río Panias donde está asentada la ciudad de Cesárea. Mientras caminamos le pregunto a Jesús:
-Dime, Jesús mío, quien fue Nimrod y háblame también del Rey Og, que según noticias que tengo fue rey del Basán.
Y Jesús responde generosamente con una sonrisa en los labios:
-Nimrod gobernaba Asiria y Babilonia y se dice que construyó muchas fortalezas en los lugares donde ejerció su poder, siendo entre ellas la famosa torre de Babel. Muchos le confunden con un dios, pero fue solamente un ser perverso cuyo enemigo principal fue Abraham a quien no pudo vencer. En lo tocante a Og, enemigo de Moisés, pertenecía a la raza de gigantes refaim, que según se cuenta, tenía cuatro metros de estatura y unas fuerzas descomunales. Este fue Rey del Basan donde esta raza tenía asiento, entre la que se encontraba también el famoso Goliat a quien derrotó David, rey de quien yo desciendo. Poco a poco esa raza de gigantes fue desapareciendo y ya no existe.
-¿Gigantes, Jesús?
-Si, gigantes. No te extrañe. Con una buena alimentación, una naturaleza feraz y abundante, un poderoso espíritu de superación, el hombre puede alcanzar estaturas de tres y cuatro metros. Eso en lo físico, que en lo espiritual, a veces con medio metro o poco más, puede alcanzar grandes niveles. ¿estás de acuerdo?
-Si, niño mío.


 CONTINUARÁ








             
10-4-2019

Chispazo”



                                        Mira todas las caras y observa las miradas.

                                        En una cualquiera, puede surgir

                                        el chispazo del Mágico Presente.
                                        Mira y observa, porque te conviene.

                                        La persona por “dentro iluminada”

                                       todo lo ve y todo lo comprende.
                                      Y de vez en cuando, ese chispazo,
                                       aunque quiera ocultarlo,
                                       de ella se  desprende.

                                       No abandones nunca ningún

                                       acto de convivencia humana
                                        por insulso y aburrido que te parezca este;
                                        el chispazo surge de una manera rara
                                        y cuando menos te lo esperes.
                                       Ya conoces el maravilloso
                                       milagro del Mágico Presente.
                                       En él, se funden Ayer y Mañana.
                                       El Espacio y el Tiempo en él se aprehenden.
                                       Todos los valores allí se barajan
                                        y se aprende a luchar contra la Muerte.
                                       Dentro de los horrores de la vida vana,
                                       este chispazo, que del cielo viene,
                                        transformará tu vida y te dará nuevas ansias
                                        y te hará inmortal en tus quehaceres.
                                       Te traerá la fúlgida esperanza
                                        y te dará el amor y místicos placeres.
                                       Te hará de los espacios astronauta
                                       y del Tiempo señor, manejarás edenes.
                                       Vivirás en lejanas lontananzas
                                       y al retornar encontrarás los seres
                                       que pueblan los espacios de la Nada
                                       en todo tiempo: ayer, hoy, mañana, siempre...
                                       Sentirás cómo tu pecho se inflama
                                       y el tedio y el rencor quedan inermes.
                                        Y tu vida será larga, muy larga,
                                        rodeada de cariño y de parabienes.
                                        Notarás unas fecundas y amorosas Patrias
                                        que te levantarán en sus amaneceres
                                        y que todos los días estarán en tu garganta
                                        pugnando por salir cantando entre los dientes.
                                       Verás legiones de criaturas sagradas
                                       que acudirán de todas partes para embellecerte.
                                       Serás el “summun”, la belleza santa,
                                       que vive, fructifica y permanece.
                                       Rodeado estarás de bellas azafatas
                                       celadoras del aire y del ámbito celeste
                                       y que fecundarán pletóricas de Gracia
                                       toda nueva creación de tu fecunda Mente.
                                       Atento siempre, camarada, has de estar
                                       al Milagro del mágico Presente.


                                                             &&&&&&









Dedicado a la poetisa María Pilar Pueyo Casaus a quien admiro, por su libro LATIR DE MEDIODÍA, poema de amor y desamor que dejó grande huella en mi corazón.

EVIDENCIA



Cuando el sol enumera los jazmines
para tener en orden la Belleza,                                 
sé que estás esperando mi mirada
y vuelvo a sonreir…
                                                            María Pilar Pueyo Casaus


Siendo mi deseo ardiente, que tu boca
no deje de evocar mi sonrisa,
pues con ella mantenemos esa relación extraordinaria
donde no cabe el rencor,
ni tampoco las malas interpretaciones de conciencia;
donde la ley sólo es una y
la equívoca  palabra  queda reducida a cero
perdiendo sus aristas punzantes.

¡Oh amor!,
El verdadero
El que se profesa en el silencio de los jazmines
Prodigando su aroma por doquier
El que se da sin pararse a pensar
en esto o aquello que pueda herirnos:
El amor, uno y múltiple,
Ése que según tú, María Pilar,
es ya como una fuente inagotable
y donde el rumor de las hojas en blanco
es como un batir de alas.


En Madrid, a 7-4-2019
Francisco



                          
XLV
La Idea del Paraíso


No estés lejos de mi un solo día, porque cómo,..
… te alejes de mí, oh dulce idea del Paraíso,
me veré tristemente desposeído, y es preciso
que esto no ocurra mientras viva ni por asomo.

Soy tan grande como gigante o como ñomo
Soy de pequeño al expresarme, llano y liso
hablando en un tono simple y conciso
cual si fuera un libro abierto de tomo y lomo.

Quiero dejar mi Idea brillando de forma clara
Pues es la misma idea que muchos han tenido
Antes de que yo la tuviera y la desarrollara.

No tiene mérito alguno el haberla sostenido
Mas lo que quiero hacer saber a quien la hallara
Es que gracias a ella fui feliz y he sobrevivido.

En Madrid, a 6-4-2019
Francisco



No vuelvas más a la cárcel

                                         ...para verme compañera.

                                         Para lo que quiero hablarte

                                         ¡están tan lejos las rejas!.          (plagio a Miguel Hernández)


                                         Ellas no impiden que mire
                                         por las noche las estrellas
                                         y que me sienta hombre libre
                                         aun dentro de mi miseria,
                                         por ser tan bello y hermoso
                                         lo que contemplo en ellas...

                                         No vuelvas más a la cárcel;
                                         piensa en mis palabras, piensa
                                         que todos aquí sufrimos
                                         una terrible condena,
                                         pues la condición humana
                                         tiene una historia muy negra,
                                         historia que se repite
                                         desde que habita la Tierra.

                                         Nadie mira en su interior
                                         buscando humana grandeza
                                         y todos nos alejamos
                                         de nuestra divina esencia
                                         por efecto de unos miedos,
                                         unos terrores y penas,
                                        que, de no saber vencerlos
                                        forjan la propia cadena
                                        con la que nos rodeamos,
                                        cabeza, brazos y piernas.

                                        No vuelvas más a la cárcel.
                                        No vuelvas jamás, ¡no vuelvas!.
                                        Piensa en la que estás metida,
                                        de la que eres prisionera.
                                        Dale a tu imaginación
                                        alas fuertes y ligeras
                                        y ponlas en movimiento
                                        para atravesar la puerta
                                        de tu humana condición
                                        saliendo a la descubierta.

                                        Si esto haces, te aseguro,
                                        me verás cerca, muy cerca.

                                                       &&&




Para quien quiera entenderlo…

        Cosa grata, la guerra... ¡Se quieren tanto unos a otros en la guerra! Cuando se considera justa la propia causa y se ve combatir bravamente a la propia raza, las lágrimas vienen a los ojos. El corazón leal y piadoso siente la dulzura de ver al amigo que expone valientemente su cuerpo para ejecutar y cumplir el mandato de nuestro Creador. Y después se hace el propósito de morir o vivir con él y por amor de no abandonarle. En todo esto siéntese un deleite que quien lo haya experimentado no sabe decir qué bien representa. ¿Creéis que quien hace esto teme la muerte?. En modo alguno; porque está tan confortado, está tan entusiasmado, que no sabe donde está. Verdaderamente, no tiene miedo de nada.

        Este texto del Jouvencel, biografía del héroe francés Jean de Bueil, escrita por tres de sus seguidores según Huizinga, refleja muy bien algunos de los beneficios que producen las guerras. Así pues, si pretendemos crear un Mundo Mejor, habremos de crear un sistema de simulación de guerra permanente, para que, amparados en el mismo, recibamos por igual estos beneficios.


Ibn Jaldún 1332-1406.- Precursor de la ciencia sociológica cuyo centenario se celebra en los Reales Alcázares de Sevilla este año.

        Dice que la agresividad del hombre, necesita del Estado que, le controla, frena y reprime. Sin el Estado vendrá el caos. Estoy de acuerdo con él, siempre que el tal Estado esté regido por el pueblo y abarque todo el planeta.

        Habla de la cohesión de los grupos. “La Asabiyya”. También estoy de acuerdo con él.

        Dice que la civilización trae consigo el “lujo” y que éste la corrompe y aniquila. Estoy de acuerdo: El lujo y el derroche.

        Habla del “estado teocrático”. También estoy de acuerdo. Sin la idea de Dios por delante, no puede conseguirse ningún fin honesto y estable. Esto no es óbice para que condene el autoritarismo del cual dice esto tan bien logrado:

“La severidad para con el niño es harto nociva. La educación con la violencia deja una huella amarga en el alma del educando: pone límite a su ímpetu, disminuye sus energías mentales y le conduce a la pereza, a la mentira, al fraude y a la hipocresía, convirtiendo estos vicios en una segunda naturaleza, que corrompe el sentido de la humanidad... Y de esta manera pierde el alma su fin.” 

                                                                                                 ¡OLÉ! Digo yo.


En Madrid, a 1-4-2019






26-3-2019


UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 17º.-

A eso le llamo “contemplación”. Quizá no sea muy adecuado este título que también podría dársele el de “improvisación”, “creatividad”, intuición, -no me atrevo a decir revelación-, porque esta pertenece al orden de las palabras mayores, pero en cierto modo, es una especie de revelación la que recibo al realizar este ejercicio.
Esta actividad u operación, es parecida a la de la MEDITACIÓN TRASCENDENTAL, que como sabemos, se suele hacer sentado en el suelo, en silencio, con las piernas cruzadas, intentado captar todos los sonidos y vibraciones que vienen de fuera. En este  caso mío, además de la hoja de papel en blanco y el lápiz o bolígrafo, hago uso de otras dos herramientas para estar cómodo y que son, una mesa y una silla sobre las que apoyarme. También se diferencia este ejercicio del otro de la meditación, en que no es necesario estas siguiendo el ritmo de la respiración, pues aquí, a veces esta es agitada y el corazón late violentamente, cuando alguna idea gloriosa está siendo plasmada sobre el papel. Esa yo no se me va a escapar. No realizo esta operación a tontas ni a locas, sino poniéndome en manos del Ser Supremo, la Fuente de Energía Suprema, como yo le llamo, dirigiéndolo una especie de oración, mostrándole mi alma que, pretendo en esos momento que no esté contaminada por deseos perniciosos, sino por ideas, altas, sublimes, deseando ser un vivo representante del Bien sobre la Tierra.
Jesús que ha escuchado sonrientes mis fogosas palabras, continuación de las expresadas en el capítulo anterior, me dice:
-Paco, veo bien que realices este ejercicio, si no tienes otra forma mejor para captar la realidad absoluta, o parte de ella, pero en verdad te digo, que no hace falta esa hoja de papel en blanco, ni pluma alguna para escribir. Cuando la fe es firme y actuamos llenos de buena intención, la memoria no falla y, mantenemos dentro de ella todo lo que emitimos o recibimos en forma de pensamientos.  
-Ya se, Jesús mío, que tu no necesitas ni pluma ni papel y que tu alma preciosa, es dueña absoluta de todos tus pensamientos y acciones. También de tus sentimientos, que están ahí presentes y limpios, claros como el agua de estos manantiales de la Alta Galilea y, que se van purificando más y más a medida que creces, siendo tu verbo divino, carne de tu carne.
-Bueno, -me interrumpe Jesús-, quizá tengas algo de razón en eso.
-Claro que sí, –insisto-, mi problema y el de mi generación es distinto. Nos debatimos dentro de un sunami inmenso de palabrería inútil y sin sentido. Nuestras mentes son sometidas a un trabajo absurdo, apenas cuando niños, empezamos a recibir e interpretar las primeras palabras que nos llegan, y se oscurecen. Es como si penetráramos en un túnel cerrado por un fondo de saco, como esos que yo practicaba en la minas. Allí la oscuridad es absoluta. Y lo peor de todo, es que no sabemos abandonar ese túnel y nos quedamos encerrados hasta el fin de nuestros días. Apenas nacemos, ya estamos muertos, negados a la claridad de las IDEAS. No es que dejemos de tenerlas, pues la ideas surgen a cada paso, pero son irracionales. A ese túnel negro le llamo EL DE LA SOLEDAD.  Nuestros padres, huyendo de ella se aferran a cualquier placer que se les ofrece, y el primero de ellos es el de la MENTIRA.  Se mienten entre ellos, se mienten a sí mismos, y mienten al hijo que acaba de nacer. Es un juego siniestro que podríamos afirmar, viene desde nuestros primeros padres, y que en unas épocas, toma carácter de prioritario. Sobre todo en esta época que yo vivo. Engañados como estamos, no vemos su carácter siniestro, que a veces, como esto del Día de Reyes, lo consideramos muy conveniente y divertido. Sabemos que cuanto celebramos este día es totalmente ficticio, pero lo consideramos hasta útil y necesario. No hablemos de las fiestas de los días anteriores, Navidad y Fin de Año, que no quiero herir tus sentimientos…
El niño, distraído en echar una última mirada a las paredes del dolmen, no ha escuchado mis últimas palabras, cosa de la que me alegro mucho, pues se hubiera creado entre él y yo una situación engorrosa. Ha dejado de llover y salimos de nuevo al campo. Estamos sobre un terreno esponjoso que ha absorbido rápidamente la lluvia. Y podemos seguir caminando. Jesús se ha quedado reflexionando sobre algunas de mis palabras. No me lo dice, pero adivino lo que está pensando. Piensa que también existe EL JUEGO DE LA VERDAD y, que es este el juego que él practica incansable. Un juego nutriente, sugestivo, que llena el alma de cadencias infinitas y la hace florecer, germinar al mismo tiempo. Un juego que viene también desde nuestros primeros Padres y que si se practica poco es por pereza, por fatalismo, por cobardía, por escasez de sensibilidad. Y sobre todo por no estar debidamente informados sobre su verdadera esencia. Si fuésemos capaces de entender que la Verdad es el único alimento que nuestra alma necesita, procuraríamos buscarla, perseguirla, hacerla nuestra. Y no pararíamos en sacrificios aplicándonos todos a ese juego.
-Si Paco, dice Jesús que ha adivinado lo que estoy pensando. La Verdad es el alimento del alma; y la mentira, es el veneno que la corrompe, y como no puede destruirla porque ella es inmortal, la deja paralítica e inmóvil, como muerta, incapaz de resolver ningún asunto serio. Y tu sabes tan  bien como lo se yo, que la Verdad se encuentra en la naturaleza, y sin ir más lejos dentro de nuestro cuerpo, al igual que dentro de todos los seres vivos. ¿Qué opinas sobre ello?
Hemos andado cosa así de cinco kilómetros y estamos llegando a la orilla del lago muy cerca de la desembocadura al mismo del río Panias.
-¡Qué hermosura de aguas! exclamo sin poderme contener y con la mirada siempre hacia las altas montañas y sus alegres y bulliciosas cascadas.
-Sí,  -dice Jesús-. Estamos en uno de los lugares de esta tierra mía que más me gustan. Aquí, aprendo a admirar la opulencia de la naturaleza, aquí vienen a mi los pensamientos más sublimes, las ideas más elevadas sobre las maravillas de la Creación. Aquí, mi Padre de los Cielos, tu Padre también, el Intangible, el Inviolable,  el Todopoderoso, se me muestra con todo su esplendor y Gloria. Aquí esa contemplación de que antes me hablabas que practicas con pluma y papel, sin necesidad de esos dos elementos,  me  muestra, paraísos tan inusitados, regiones celestes tan excelsas, que mi mente se llena de cadencias infinitas.
-¡Niño mío! –exclamo lleno de gozo, -tus palabras me elevan; a través de ellas yo también empiezo a vislumbrar esos paraísos que dices. No son lugares inocuos y carentes de sentido. Son lugares de suma inteligencia, fuentes de creatividad infinita que, están ahí. Esta majestuosidad que aquí y ahora disfrutamos, se multiplica miles de veces por esos mundos superiores al nuestro, esos emporios celestiales que nuestra pobre imaginación, por mucho que la esforcemos, nunca podemos alcanzar; pero un simple chispazo de esa Gloria como el que ahora disfrutamos dentro de esta exuberancia que nos rodea, es suficiente, basta para llenar toda una vida.
-Tú los has dicho Pascodio, me dice Jesús con esa graciosa ironía que viene usando conmigo desde el primer momento que nos encontramos. Y dando un tremendo salto, impropio de un niño de su edad y pequeña talla, se sitúa sobre una alta roca muy arriba que según mis cálculos está a la altitud cien metros sobre el nivel del mar, y me dice:
-Ven, sube.
Y yo lo hago en un periquete sin entender bien, cómo mis cansadas piernas me han permitido esta ascensión repentina. Desde el lugar donde estamos situados dentro de la cabecera del Jordán, vemos a nuestros pies el lago Jule que acabamos de bordear y, un cierto remanso del río poco más abajo, donde habíamos llegado procedentes del Meron.
A partir de este remanso de unos dos kilómetros, las aguas se precipitan de tal manera durante otros trece o catorce, entre barrancos tremendos, inaccesibles, que poco más abajo, se precipitan al Mar de Galilea que alcanza allí una altitud negativa bajo el nivel del mar de 213 metros. El espectáculo es de una belleza inenarrable, de una majestuosidad indecible. Recurro a mis lecciones de Geología que daba en la escuela:
El Jordán a partir del Lago Jule, es el producto de un accidente geológico que se produjo hace millones de años, hundiéndose el suelo comprendido entre dos fallas. Esto se conoce con el nombre de  LA GRAN GRIETA que empieza en la costa Nordeste del Mediterráneo y se extiende hacia abajo del río hasta el golfo de Aqaba, incluyendo el Mar Muerto a 393 metros bajo el nivel del mar y, seguido del Mar Rojo. La misma Grieta continúa profundamente en África oriental hasta Mozambique. 
Jesús entregado a sus cosas, me ha dejado solo con mi meditación y la evocación de mis memorias de cuando era estudiante. Los accidentes geográficos.
En todo el tiempo que llevo al lado de este niño prodigioso, no se me había ocurrido volver a sacar mi móvil, y viéndole quieto, de rodillas contemplando en silencio la Creación, respetándole cual se merece, lo saco de mi bolsillo y busco información actual sobre el lugar donde estamos. Y es la siguiente:

Quién domina este territorio, domina la región. Son los Altos del Golán: una tierra que confiere a quien la posee una gran prevalencia estratégica. Esta región, que se extiende entre Israel, Siria, Jordania y el Líbano, no ha conocido la paz en los últimos tiempos. Sobre todo en las décadas finales del siglo XX. Además de su ventajosa ubicación, la zona acoge una fuente inapreciable de riqueza: su abundante agua potable.
"El agua es la principal razón para que se establezca la paz o para que se desate una guerra", comenta Rami Bar Lev, director ejecutivo de una compañía que administra los recursos hídricos de la zona.

En 1967 Israel se anexó los Altos del Golán (pertenecientes a Siria), un paso que hasta ahora no se ha reconocido oficialmente, aunque han sido integrados al sistema administrativo israelí. Pese a la falta de un registro oficial, el 30% del agua potable del Estado hebreo procede de esta región.
En estos terrenos fronterizos, es difícil no pensar en su pasado, dada la presencia de viejas casas militares de Siria. Ahora, observando la inestabilidad que sacude a ese país árabe, la población del Golán tiene presente que son vigilados muy de cerca desde ambos lados. Y es que el espíritu de la guerra cada vez se siente más por estas latitudes. En este caso tanto el agua, como la posición geoestratégica serían las claves para que volvieran a adquirir peso específico.

En los últimos tiempos, Israel y Siria han tratado pacíficamente la cuestión de los Altos del Golán. Pero nadie sabe cómo puede cambiar esa situación, si Bashar al Assad resulta derrocado y su cargo lo ocupa uno de sus opositores.

"Será como cambiar al 'Estrangulador de Boston' por 'Jack el Destripador' o al revés. Ninguna nación querría entregar el 35% de sus recursos de agua", opina el experto en Medio Oriente, Yoram Ettinger.

En marzo, las autoridades de cuatro aldeas drusas (una población que habita los Altos del Golán) pidieron a Tel Aviv incluirlas en el foro de las localidades drusas de Israel. ¿Una medida de precaución excesiva? Por ahora la respuesta queda abierta, ya que nadie puede predecir las consecuencias que conllevaría el cambio del gobierno en Siria.

Hay muchísima más información sobre este punto, pero no quiero ni deseo extenderme sobre ella. Una vez que el niño ha salido de su éxtasis y ha vuelto a mi lado, le muestro el móvil con esta información, que una vez termina de leer, le hace exclamar:
-Si, Paco, el agua, ese don del cielo que abunda en nuestro planeta, cuerpo celeste privilegiado entre otros, creadora de todo germen de vida, es siempre lugar conflictivo para los humanos, cuando debería ser todo lo contrario, un lugar de amor y concordia.  Estoy de acuerdo con las palabras de ese Rami Bar Lev, paisano tuyo. Es horrible esa situación que estáis viviendo. Pero estamos en mis tiempos, donde debido a la dominación del Imperio Romano, este lugar, es tranquilo, y debemos disfrutar del momento presente. El rey Filipo a quien vamos a visitar allí arriba, en la ciudad de Cesárea mantiene muy buenas relaciones con el cónsul romano y este paraíso, lo podemos disfrutar tranquilamente. Disfrutémoslo. Lo que no me cuadra y me hace pensar mucho sobre lo bueno que podéis extraer de los tiempos que vivís, es eso de Jack el Destripador, o ése otro que al parecer estrangula a las gentes en Boston. ¿Hasta ese punto de barbarie habéis llegado?
-Si, Jesús, si. Aunque todos no somos destripadores ni estranguladores.
-Pero si sois otras cosas que podemos denominar como siniestras.
-¿Cuáles?
-El culto a la mentira, por ejemplo.
-¡Ahí me duele!


CONTINUARÁ










(Sin comentarios)


NOTICIAS DE ACTUALIDAD


El presidente de EE UU, Donald Trump, ha reconocido este lunes formalmente la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, un territorio sirio ocupado por el Estado judío desde 1967. La decisión ya fue anticipada por el mandatario de la primera potencia mundial el pasado jueves, cuando en pleno festival del Purim (carnaval judío) anunció que Washington rompería el statu quo en este territorio. Trump, que ha justificado su decisión por las "agresivas acciones" de Irán y por "grupos terroristas" que actúan contra Israel, ha dado este lunes el paso definitivo al firmar el decreto por el que se reconoce oficialmente ese territorio como parte de Israel. "Esto es algo que debería haberse hecho hace muchas décadas", ha dicho en la Casa Blanca, acompañado del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
                                                                                                                  Diario el País.













I Have a Dream
Tengo Un Sueño 1963
Martin Luther King, Jr.

…dulce tierra de libertad a ti yo canto. Martín Luther King

Con la voz más aguda que mi alma puede
Dentro de un mundo que todavía hiede
Inmundo lodazal de muerte y de quebranto.

Y mis ojos anegados en amargo llanto
Siguen viendo que aún nadie puede
Conseguir que el nudo fatal se desenrede
Y podamos  alcanzar algún buen adelanto

Como Martín, yo siempre tuve el dulce sueño
Donde todos cuantos somos seres humanos
Nos comportemos cono buenos hermanos

Ayudando al ser que nace débil y pequeño
Y, fervoroso, lanzo a los espacios fuerte grito:
Tierra de la Libertad, deja ya de ser un mito.


En Madrid a 24-3-2019.
Francisco





EL BANQUETE

 Nos encontrábamos en un lujoso restaurante a orillas de una playa. Todos vestidos de gala. Mis dos hijas y mi mujer; mi hijo y yo con chaquet. Allí estaba lo más refinado de la clase rica, banqueros, políticos, escritores de fama y artistas célebres. Y por otra parte los subordinados: peones de albañil con sus esposas, cocineros, camareros, todos con los mejores vestidos dispuestos a participar en la gran fiesta. El objetivo era que no hubiese la menor diferencia entre pobres y ricos. Era una de las grandes conquistas de la democracia. Todos allí nos tuteábamos y todos hacíamos gala de las mejores maneras y de nuestro ingenio. Las verduleras, luciendo preciosas prendas, rivalizaban con las grandes vedettes de la radio y el cine, aunque cierto tufillo desagradable, que no podía mantenerse oculto, las diferenciaba. Condesas, marquesas e incluso príncipes y princesas, estaban sentados codo con codo, con mecánicos, oficinistas, caldereros, marineros, mineros, cajeras de supermercado y demás gente vulgar y corriente.
El banquete anunciado empezaba a demorarse, no se sabe si por dar tiempo a que la empatía, creciese entre aquellos grupos de gente dispar, o por algún defecto en la organización. Los cierto es que los estómagos hambrientos empezaron a exigir comida, y, lo mismo pobres y ricos, que amos y vasallos, caían en esa especie de locura que siempre acomete cuando estamos faltos de alimentos.
Hubo dos excepciones que no quiero pasar por alto: no me explico de que manera, lo habían conseguido, pues siendo ya entre las tres y cuatro de la tarde, cuando descubrí, a mi cuñado, el sagaz Pepe, con un enorme bocadillo de salchichón donde las rodajas aparecían por fuera del pan de una manera, que yo, devorado por el hambre, me parecía el más sustancioso de cuantos platos agradables al paladar se han inventado. También, deambulando entre aquellas gentes, descubrí en un rincón al honorable juez Chacón, devorando rica tortilla de patatas, que chorreando aceite agarraba con ambas manos. Los más listos, esos que siempre encuentran solución a sus problemas.
Pero ahí estábamos los demás: pobres y ricos unidos por el mismo deseo, todos esperando que se abrieran las puertas del comedor, para ir a sentarnos cada uno en su silla dentro de la mesa señalada donde, podríamos hincharnos a comida, y algo más: A departir los de la clase elevada mezclados con los de la clase pobre, pues ese era el signo de los tiempos. Allí, pensaba yo, podría tomar el pelo al banquero o político de turno, hablándole de Aristóteles o de Ovidio, y observando cómo dada su ignorancia, los manjares que iban llegando a su estómago, empezaban a convertirse en veneno como producto de la ira que les iba a embargar al verse en ridículo y tener que reconocer su falta de cultura.
Mas de momento, las puertas al comedor permanecían cerradas y las gentes se habían ido recluyendo en los salones de fuera en distintos grupos, procurando los ricos, identificarse entre sí, y dejando a los pobres, que se organizaran en grupos aparte. 
Andando solitario entre aquella multitud, me causó cierto dolor, ver a mis dos hijas sentadas aparte, aburridas, con sus trajes rosa y perifollos en el pelo, mirando a un lado y otro, sin hablarse, cansadas de esperar.
Mi hijo, sin embargo, se entendía perfectamente entre un grupo de empresarios norteamericanos que reían sus gracias, aunque algunos impacientes, le asediaban con la pregunta que todos nos hacíamos, y era: ¿Cuándo iba a empezar el maldito banquete?
Mi mujer también, entre un grupo de amigas, criticaba a otro grupo cercano donde el conde Lequio departía con un grupo de mujeres de alta cuna y buena cama, y, según pensé, eran las únicas que debido al uso que hacían de la lengua, no se acordaban de las exigencias del estómago.
Empecé a observar señales de tragedia en el ambiente y, de pronto, sin saber cómo y de qué manera, un individuo malcarado, sacando un enorme cuchillo, lo hundía en el vientre de uno de los capitostes de la banca.
Una consigna empezó a circular entre los de la clase pobre, que se fue trasmitiendo de boca en boca: ¡Vamos a acabar con todos estos ricos asquerosos! Y pude observar como 
muchas de aquellas caras, se iban encendiendo por la ira, y algún que otro individuo, empezaban a sacar de sus bolsillos, navajas, y herramientas metálicas, dispuestos a herir con ellas. Vi a algún que otro, quitándose el pañuelo de seda con el que adornaba su cuello, retorciéndolo, dispuestos todos, claro está, a estrangular a aquel pez gordo que cayese en sus manos.
Sigilosamente me acerqué a las puertas de entrada al restaurante, con la idea de recoger rápidamente a mi familia y salir de allí, y tropecé con un grupo de mujeres gordinflonas, probablemente verduleras, que se estaban encargando de sellar puertas y ventanas para que nadie pudiera abrirlas y escapar por ellas. Y logré oír algún que otro comentario como este: ¡De aquí no va escapar ni uno con vida!
Huí de allí aterrorizado y me dediqué a buscar a mis hijas en el lugar donde estaban sentadas, pero allí no estaban. Mi mujer tampoco y menos mi hijo. ¿Dónde se habrían metido? y, oí una voz por casualidad, que decía que, don Emilio, (debe ser algún capitoste de los nuestros), se les había llevado a todos al mar, y que todos se habían tirado a él ocultándose allí entre las olas  para evitar el peligro de ser asesinados.


En Madrid,  22-3-2019
Francisco






LIII


El Espíritu del Bien


Aquí está el pan, el vino, la mesa, la morada, Neruda
Está la vida feliz y llena de dulces encantos
Están los músicos, los poetas y los santos
Viviendo todos unidos por la amistad sagrada.

Donde el siempre bienquisto  fiel camarada
Logrará numerosísimos premios y adelantos
Dentro de un mundo donde tantos y tantos
Disfrutarán de una vida alegre y sosegada.

Entrará en ellos desde el día de su nacimiento
El espíritu del bien que, bien aposentado
Les hará poseer la luz del buen conocimiento.

Y, olvidadas las miserias del tan triste pasado
Vivirán felices y con gran contentamiento
En un presente vivo, pujante, bien organizado.

En Madrid a 9-3-2019
Francisco






78.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
               280 páginas.

            TITULO: EL MISMO MAR

             Autor.- Amos Oz

Recogido a la BIB el día 25-2- 2019 para leer y comentar en quince días
Se trata de un libro en verso libre traducido del hebreo por Raquel García Lozano. Hay poemas de dos páginas y otros muchos de pocas líneas ocupando una página. Es muy difícil comentarlo debido a las dificultades que tiene la poesía, por lo que me limito a hacer un comentario general. La mayoría de estos poemas son más bien prosa versificada a favor de la trama, sin valor alguno, siendo los más cortos los verdaderos poemas a veces con tres o cuatro versos solamente. 
Índice.- Son aproximadamente 180 poemas, cada uno con su título correspondiente, que están repartidos en seis páginas del índice.

COMENTARIOS.- Este es un rollo magnífico donde todo amante de la lectura, y, sobre todo, todo amante del mar y de las noches silenciosas de luna cuajadas de estrellas, puede deleitarse día a día, sin prisas, intentando sorber toda la esencia que contiene. Existe una tendencia cada vez más fuerte, en crear nuevas formas literarias, cual vimos en el libro anterior LA MUERTE DE UNA HEROÍNA ROJA, donde el autor hace una amalgama de cuestiones convirtiendo, una novela negra, en algo exquisito en que poder deleitarse olvidándose un tanto de la trama, la cual en la mayoría de los casos, sólo sirve para hacernos perder el tiempo, pues nada sustancioso digno de conservar ha quedado dentro de nuestra mente –o mejor dicho-,  “dentro de nuestro corazón”. Me refiero a esos best seller modernos, esas tremendas trilogías de más de mil páginas, que hay que estar en un estado de idiotez desmesurado para poder tragárselas sin sentir asco. En EL MISMO MAR, el poeta y escritor Amos Oz  mezclando la poesía con la prosa prepara un plato exquisito a saborear por el intelecto. Muchos escritores de la actualidad siguen esta tendencia que a los amantes de la literatura, nos complace sobremanera. La buena poesía tiene la divina propiedad de captar universos unitarios distintos, y ofrecérnoslos en un tamaño apropiado para poderlos entender. Esto es una gran cosa, un acercamiento a la Verdad Suprema que, aunque imposible de alcanzar, su simple contacto nos colma de energías. Un libro que está en esa línea y que me permito citar, es AL FILO DEL AGUA del escritor mexicano Agustín Yañez que ofrece una especie de canicas, al estilo de los poemas de Amos Oz en este libro. Puedo enviárselo por meil a quien le interese conocerlo.


En Madrid, a 9-3-2019
Francisco




Poema

¿Qué ocurre con la maternidad?

¿Estamos en peligro de no nacer
porque nuestras madres se dedican más bien
a enarbolar banderas sensacionalistas
dando gritos por las calles
en vez de dar un paso
hacia el embarazo
y la procreación de un nuevo ser?

En Madrid, a 11-3-2019
Francisco






XL Neruda

Inconsciencia

Era verde el silencio, mojada era la luz. Neruda
Los campos estaban llenos de maleza
Turbia y sangrienta era la belleza
Y Jesús seguía clavado en la Cruz.

Elevando su cuello cual simple avestruz
El hombre alejado de la naturaleza
Engordaba su angustia y su tibieza
Ajeno al salvador mensaje de Jesús.

Y ciego de remate ante la aurora
Entregado a vacuos juegos peligrosos
a ceremonias absurdas, sin sentido,

servidor de la guerra destructora,
encerrado en las torres y los fosos
yacía, prisionero, muerto, herido.

                                                        ------------------------

 Nota.- Soneto a partir del primer verso del poema del libro de Neruda CIEN SONETOS DE AMOR  Año 2010

En Madrid, a 10-3-2019

Francisco







UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 16º.-

Hemos avanzado bastante por la orilla del torrente que, ahora convertido en suave arrollo de aguas claras, discurre en terreno horizontal por un precioso valle. No lo se, ni me importa si es el mismo arroyo Hazor por el que avanzábamos descendiendo, pero lo cierto es y Jesús me confirma que, este espléndido valle está situado en la llanura de Jule. Ambos, después de larga caminata bordeando el torrente, al divisar una gran losa de basalto lamida por las aguas, nos tendemos boca abajo sobre ella y bebemos con fruición hasta calmar completamente nuestra sed. El paisaje que se extiende alrededor es espléndido:
  
Está claro; hemos desembocado al río Jordan, a la salida del lago de Jule. Poseído por una gran dosis de entusiasmo, me lanzo a recitar a voz en grito asustando a las aves que revolotean alrededor nuestro:

¡Altísimo Señor, Omnipotente!
Sean tuyos la gloria, los loores
y toda bendición.
sólo a ti corresponden y hombre alguno
es digno de nombrarte.

Loado, mi Señor, seas por todas
las criaturas; sobre todas ellas
por mi señor hermano Sol.
Con su lumbre y su luz nos da el día.
¡Cuán bello es y esplendoroso! El lleva
tu representación, ¡oh Dios Altísimo!

Por el hermano Viento;
por el Aire, ls Nube y las Estrellas
y por la hermana Luna
seas loado, mi Señor, que bellas
y claras cosas en el cielo hiciste.

Loado seas siempre, mi señor,
por el hermano Viento y por el Aire,
y el Sereno y el Nublado y todo tiempo.
Con ellos sostenéis a las criaturas.

Loado seas por la hermana Agua,
tan útil, tan humilde,
tan preciosa, tan casta…

Al llegar aquí, lleno de fervor y sin miedo a mojarme las piernas me introduzco dentro del río y me pongo a acariciar aquellas aguas. Jesús estático en la orilla, exclama:
-¡Qué gran poeta eres Pascasio!
-Nada de eso –exclamo-,  que estos preciosos versos se los debo a San Francisco de Asís, el más glorioso de tus seguidores, a quien también debo mi nombre de pila.  
-Anda, sal del agua, que tenemos mucho camino que recorrer. –Me dice
Y cargando con sus bolsas sobre la espalda, empieza a trepar ladera arriba. Va andando con paso bastante rápido y me cuesta gran trabajo seguirle. Tengo que poner gran atención en donde piso porque puedo resbalar con mis botas llenas de agua. Pero el niño, no está dispuesto a pararse. Llega un momento, que le veo perderse de mi vista  y siente una enorme desazón. ¡qué será de mi si me pierdo por estos parajes desconocidos! Acelero cuanto puedo y finalmente le veo por un sendero donde el río ha tomado gran extensión. ¡Es el lago por el lado del Este! Y allá arriba por encima de él, altísimas montañas, preciosos desfiladeros surcados por bellas cascadas de agua. Nunca vi espectáculo más maravilloso.

Es curioso el efecto que la belleza ejerce sobre el organismo humano. Jesús sigue andando a paso acelerado delante de mi y tengo que correr para alcanzarle; pero mis fuerzas se han centuplicado. Mi yo fundido con el entorno divino de los Altos del Golán en cuyas estribaciones estamos, ha operado ese milagro… ¡Lástima –pienso-, que este paraíso terrestre, sea profanado por el odio y la insensatez del hombre!  Es lo que le digo al niño nada más alcanzarle en su carrera. Entonces él se para y me dice:
-Olvida esos pensamientos negativos que a nada conducen. Disfruta del esplendor de esta naturaleza que se nos muestra con todo su encanto, con su poderoso influjo; y reza conmigo:
-¡Oh, Padre mío, Creador y Señor nuestro!
Rey de los Cielos y de la Tierra, de este paraíso que partiendo del Monte Hermón cuyas cumbres divisamos allá arriba, da vida a este río que baña a este pueblo digno de tu Gloria. Benditas sean estas agua caudalosas procedentes de los ríos Dan y Banias y las fuentes Iyon y Hasbani madres amantísimas de esta feraz naturaleza cuya vida depende de ellas. Bendita esta tierra donde reina Filipo, el mejor de los hijos del Idumeo Herodes. A Ti, oh Padre mío, encomiendo mi espíritu. A Ti, cuya Obra Infinita abarca toda la Creación, me entrego en cuerpo y alma con la firme promesa de estar a tu santo servicio por los siglos de los siglos. Amén
Cuando ha terminado su oración, a la que yo he seguido con gran devoción palabra por palabra, le pregunto:
-Niño mío, ¿porqué has elegido este lado del lago para caminar y no el otro de la derecha?
-Paquirrín, -me contesta-, ¿no estás viendo que por ese lado está la Via Maris que comunica la Cesárea de Filipo con la otra Cesárea mediterránea donde los romanos tienen su campamento militar que domina toda la Judea? Por ahí podemos tener encuentros desagradables con destacamentos de soldados que circulan en uno y otro sentido. Ya has cruzado esa vía conmigo un par de veces y ni siquiera te has dado cuenta.
-¿Cuándo la he cruzado?
-Cuando estuvimos en Magdala y algo más tarde para cruzar al cauce del río Ammund.
Y contesto:
-No te extrañe, niño querido, posiblemente creí que estaba cruzando la M-30 cosa que hago todos los días y, debido a la rutina no me percaté de ese detalle.
A nuestro paso, huyen de nosotros multitud de cabras monteses y algún que otro jabalí que han bajado al lago para beber agua. Ha empezado a llover y corremos ambos a guarecernos bajo un dolmen de los varios que aparecen a nuestra vista allí cerca:


Jesús me detiene cariñosamente antes de entrar, porque acostumbrado que está a recorrer esos parajes, teme que nos encontremos con alguna víbora o escorpión que tenga allí su casa y, que yo inexperto sufra un accidente mortal. Pero no hay nada de eso. El suelo está limpio y suficientemente allanado y hay un banco de piedra a cada lado donde nos podemos sentar frente a frente. Mientras él, abre su saco y va sacando objetos de los muchos que lleva junto a las bolsas de semillas, yo procedo a quitarme las botas y a secar mis pies con unos matojos recogidos allí cerca. Él me ofrece un limpísimo paño de lino fabricado por su madre.  Mientras tanto conversamos.
El tema que elijo es la ciudad de Hazor sobre la que habíamos estado poco antes al pie del monte Tell siguiendo el torrente del mismo nombre. Tengo curiosidad por conocer la historia de Israel tan viva en esa ciudad ahora no existente. Y me dice:
-Hace tres mil años que fue fundada. (Tres mil años de su tiempo que del mío, serían cinco mil). Según los datos recientes que hemos leído hay mucho que discutir sobre ellos, pero hay uno con el que estoy de acuerdo y es, que  fue destruida por el rey asirio Tiglat-Pileser III hace 732 años y han trascurrido dos siglos que desapareció.
Ha parado un momento para registrar algo que lleva dentro de la bolsa de donde sacó la piqueta y continúa:
-Te habrá extrañado el trabajo que realizo con mi piqueta, cada vez que atravieso esos terrenos. Es un trabajo puramente espiritual, carente del que ejecutan tus arqueólogos revolviendo la tierra, el cual, aprecio en lo que vale, pero ello debería ser, como bien te expliqué antes,  sólo un principio, de una larga carrera a través del tiempo intentado aprehender ese espíritu que está escondido entre esas columnas de basalto, en esas tabletas de arcilla con caracteres cuneiformes, esas estatuas de dioses y gobernantes, esas tiendas y cabañas típicas de pobladores seminómadas. Ahí entraría EL TRABAJO EN EQUIPO, algo que tú conoces mejor que yo, porque es algo inherente a vuestra cultura. Todavía no estáis seguros, de lo beneficioso que esta manera de trabajar sería para vosotros. Es raro que entre vuestros arqueólogos, haya alguno  que sea a la vez poeta o ensayista y que maneje la piqueta intelectual  como tú o los que has mencionado, pues lógicamente, su quehacer diario consiste en excavar he ir descubriendo dentro de las distintas capas del terreno lo que contienen; trabajo loable, por supuesto. Pero él otro, el tuyo y el de esos investigadores del espíritu no se realiza en equipo junto a esos arqueólogos.
Dicho esto, hace otra parada en su disertación y simula estás buscando algo en sus bolsas, cosa que me hace pensar, que está ganando tiempo para que yo lo emplee en reflexionar sobre lo que ha dicho. También se ha puesto de pie y se ha dedicado a observar las paredes del dolmen bajo el que estamos cobijados, esperando quizás que alguna de esas paredes le hable. ¡Es un niño tan adorable! Y prosigue dentro de un rato:
-El espíritu, Paconcio, el espíritu, del cual proceden todas las cosas materiales, incluyendo esos astros que vemos por las noches en el cielo, esos mundos semejantes al nuestro. Mi piqueta cuando resuena sobre esos terrenos que cubren la ciudad, me trae resonancias no sólo de ese pasado nuestro, cosa muy importante, sino de esos otros mundos que por lejanos, sólo podemos ver con la imaginación. Y son resonancias celestiales, donde se aparecen toda clase de gentes, distintas a nosotros, pero igualmente parecidas en cuanto a su alma inmortal. Y veo distintas y variadas clases de animales racionales que habitan por ellos, muchos de ellos distintos a los que pueblan nuestros campos, bosques y montañas, que me dicen cosas interesantísimas. 
-¿Qué cosas, Jesús mío?
-Me hablan por ejemplo del trabajo que realizan, actividades parecidas a las nuestras, fabricando utensilios, herramientas, cosas como las que nosotros fabricamos. Y, en el terreno espiritual, escriben, leen, sienten y piensan como nosotros pensamos. Y, más aún, mejor que nosotros pensamos, pues elevan su espíritu con ímprobos esfuerzos y sacrificios, para obtener unas mejoras de sus formas de vida. Mejoras de vida, Francisco, mejoras, siempre mejoras. Porque siempre hay algo que mejorar.
-¿Y son contradictorios como nosotros?
-Puede ser que si, pero basan su trabajo en ir superando esas contradicciones. No me cabe duda volviendo a eso que ya hemos comentado anteriormente, que muchos de estos pueblos celestiales, de estas urbes de espíritu preclaro, ya habrán resuelto el problema del yo social, contrario al individual y, habrán unido en feliz matrimonio esos dos conceptos…   
Se detiene un momento en su disertación porque ha sentido cierta sequedad en la boca.
-Tengo la boca seca, -dice. Y levantándose de su asiento, saca un pequeño cuenco de la bolsa que estuvo removiendo antes, lo aplica a unos de los chorros de agua que resbalan del techo de nuestro refugio, pues la lluvia persiste, y bebe despaciosamente del mismo. Vuelve a aplicarlo al chorro y tira el agua para que quede limpio y, me pregunta:  
-¿Quieres agua?
- Sí, Jesús mío. Quiero esa agua física. Pero también la otra espiritual que me estás ofreciendo con tus palabras.  
Una vez que hemos bebido y saciada nuestra sed material, proseguimos con la otra que Jesús me está suministrando a cántaros llenos, sin tasa ni medida. Y prosigue:
-Existen cantidad de personas cuyos pensamientos, emociones y acciones, son la expresión de su yo y no la de un autómata. De ellas tengo mucho que aprender porque su actividad espontánea constituye la solución al problema de la libertad. Lo mismo el desamparo que la duda, son factores que paralizan la vida, de tal manera que nuestros paisanos, entran en una libertad negativa al no ahondar con su (imaginación), y se dejan arrastrar por ciertos vínculos que no son los primarios. La duda es necesaria, pero no hay que dejarse llevar por ella. En ello consiste el trabajo espontáneo.
-Dame un abrazo, Jesús mío. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo tengo un sistema que consiste en sentarme delante de una hoja de papel en blanco y cuantos pensamientos van llegando a mi mente, los voy plasmando en ella…

En Madrid, a 3-3-2019


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Ángeles Martínez Pomata
Mirífica estrella de la mañana
Bendita seas por siempre y alabada
Junto a Jon tu compañero y camarada
Hija mía, y de la pureza que te acompaña
Cantando cual el ruiseñor en la enramada
Con tus pinturas, que cada día que pasa
Resplandecen más, acaban
Siendo trozos, pedazos de tu Alma
Santa.

                                                          ------------
Pintura de Ángeles Martínez Pomata en Fine Art América a disposición del público desde el día 26-2-2019.

                                                                Fear No Evil
                                         No temas ningún mal
Descripción.-
Sin embargo, puede ser que la luz haya desaparecido por algún tiempo, y que las tierras baldías parezcan finalmente arruinadas, no importa cuán  rudamente hayan plagado los campos sin importar cuánto dure el viaje para cruzar valles oscuros y barrancos empinados; no hay maldad que temer. Sólo hay que seguir recordando las razones por las que uno hace lo que hace y seguir adelante porque todo tiene un final.
Fine Art América    Ángeles Martinez Pomata painting






76.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
490 páginas

TITULO: MUERTE DE UNA HEROÍNA ROJA

Autor.- Qiu Xiaolong

Recogido en la BIB el 11-2-2019  para leer y comentar.

El autor nació en Shanghai en 1953. En 1976 se especializó en la Universidad en literatura americana y tradujo a Joice, Faulkner, Conrad, T.S. Elliot y WS Yeats. El 1989 los acontecimientos de la Plaza de Tiananmén, estaba e USA y no pudo volver a China. Escribió en inglés. Es profesor de Chino en la Universidad de Washington.
COMENTARIOS.- Es un lenguaje brillante y sencillo el que utiliza este escritor, mezclando varios planos con simples chispazos de palabras donde queda reflejado cada tema. Nada más que en las cuatro primeras páginas, ya ha mezclado, presente y pasado, política, contaminación de los ríos, amor, gastronomía, geografía, pesca, literatura crimen, el problema de la vivienda, cocina, etc. todo en relación con un asesinato. El diálogo entre los distintos personajes que van apareciendo con profusión, siempre toca algún asunto importante, descubriendo facetas de la vida y de la evolución. En ellos no hay palabras vacías. Todas ellas van siempre encaminadas a fijar en la memoria algo importante. Este autor, como en el caso de la escritora vietnamita Kim Thúy, que hemos leído en enero, hace poesía dentro de la prosa, lo cual es de agradecer y admirar. La poesía es el alimento del alma y allí donde aparece hay que captarla y consumirla. Curiosamente, Qui Xiaolang, se vale de la novela negra como plato insípido, que al añadirle el condimento de la poesía, se convierte en un plato exquisito. Esta nueva forma literaria merece buenos elogios, y anima o debe animar a otros escritores a practicar ese ejercicio, condimentando otras antiguas formas literarias con el elixir de la poesía. Posee una imaginación exuberante donde no solo emplea este condimento, que también hay varios planos de la novela que se van desarrollando a retazos, cual el plano de las familias de los protagonistas. El otro plano de la política de China bajo el poder de Mao, donde tras la miseria, iba en aumento el afán de dinero y el materialismo. El del amor en los casos de Chen y en el de Yu como parejas románticas con sus respectivas mujeres, aderezado con diálogos de gran gusto. Otro de la vida ciudadana, con detalles sutiles sobre el tráfago urbano. Otro de la cocina y alimentación con sabrosos platos que planean desde el principio al final del libro. Otro la inmensa galería de poetas con sus nombres y retazos de sus poemas; la poesía china con todo su esplendor. Todo ello en conjunto, convierte esta novela del género policíaco, novela negra, en una obra exquisita. Si queremos ponerle alguna pega, es que hay cierta repetición de algunos temas que se podría haber simplificado. También el final con la resolución del caso, es un tanto incongruente. Pero, todo esto se perdona, ante la hermosa luz que baña a todo aquél que se mete en ella a fondo.
La perfecta descripción de los personajes a través de sus propias palabras.
La descripción de las distintas situaciones, como esa de los hijos sin trabajo amparados por el dinero del padre jubilado. O la de los hijos de papá, los HCS.
La sencillez de los nombres de los personajes para que el lector los recuerde de inmediato.
Al final deja abierto el tema de Wang, dando la impresión que piensa seguir escribiendo novelas con este personaje y el inspector Chen  como figura central.
El tema de la comida al final se hace empalagoso, porque la mete demasiado. Y también empacha el de las citas poéticas que no vienen a cuento. Podía haber ido directamente al grano.

En Madrid, a  25-2-2019

Francisco




                                                         
El criadero de plata.

En Madrid, donde resido,
tengo un criadero de plata
donde vienen a posarse
unas palomas muy blancas
que me cuentan susurrando
la blancura de sus almas.
Tienen el pico de oro
con el que tiernas me hablan
diciéndome tales cosas,
unas cosas tan sagradas,
que abandonando mi pico,
mi pobre labor de zapa,
me tiendo sobre el criadero,
atento a sus miradas,
las miradas de sus ojos,
dos preciosas esmeraldas,
que tienen gratos fulgores,
que me elevan, me arrebatan,
me llevan hacia el Eterno,
no el de la barbita cana,
sino el otro, el que penetra,
en la más humilde casa,
amparando con su genio,
al niño que fiel le abraza,
y al que también como niño,
yo bendigo y doy las gracias,
las gracias de haber nacido,
las de encontrarme con ganas,
de proseguir mis labores,
mientras mi vida se acaba.

En Madrid, a 18-2-2019
Francisco



13-2-2019


UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 15º.-

¡Alto ahí, Paco! –me dice Jesús muy serio-, Vives como todos los de tu tiempo dentro una terrible confusión y te voy a decir por qué.
-¿Qué dices, niño mío?
-Digo, que sepas de una vez, si es que ya no lo sabes, que tú, yo, y cuantos seres somos nacidos de madre humana, hubimos, hay, y habrá en este mundo, somos seres contradictorios, por mucho que nos empeñemos en lo contrario.
-Tu no, Jesús mío.
-Yo también, con la diferencia que lo reconozco y es una de mis mayores tareas y la más importante, la de no caer en contradicciones. Pero vosotros, dada la ligereza de la época en que os desarrolláis, los tres personajes que acabas de nombrar, tu mismo.  Si, están o estaban muy equivocados, si piensan o pensaban que el hombre puede ser una especie de semidiós. El hombre tiene bastante con ser hombre y no necesita de ese remoquete de hombre-dios, que le desprestigia y le aleja de su verdadero centro.
Esto me lo está diciendo desde lo alto de una higuera que se ha cruzado en nuestro camino, de cuyas ramas penden sabrosas brevas y veo cómo va abriendo una al tiempo que me tira los pellejos, con tal habilidad, que se posan sobre mi cabeza tapándome la cara, los ojos y las orejas. Comprendo que me está aplicando una especie de castigo por mi atrevimiento de haber nombrado a hombres grandes de mi época por los cuales siento una especie de admiración. Mientras me despojo de las pieles que cubren mis orejas, empiezo a oír lo que vuelve a decirme.
-La sociedad, Paquito, debe ser un ente sagrado respetado y adorado con todos los honores, y, para ello, se hace totalmente imprescindible, que nosotros, los humanos que la componemos, seamos totalmente libres, educados desde la infancia en el DOBLE AMOR: El que debemos al prójimo y el que nos debemos a nosotros mismos. Para ello, es necesario que sea instaurado entre nosotros, una nueva ley de vida, que yo denomino, -y se que tú también-, la DE LAS GUERRAS INTERIORES. Y esta ley debe estar conformada bajo el signo de la ESPONTANEIDAD.  El hombre desde que nace siente un ansía tremenda, espontánea, por encontrar la verdad, cosa que vosotros, los de la sociedad actual os empeñáis en ocultar, si es que algún chispazo de ella se produce. No conviene al hombre autoritario que se ha hecho dueño del poder, bien sea como dirigente de la nación o simplemente como padre o madre de familia. No le conviene porque se lo impiden –su debilidad o su masoquismo- que el niño tenga ideas originales nacidas de su propia razón. Tú mismo, Paco, aunque no te des cuenta de ello, has obrado así con tus hijos y estás obrando así con tus nietos. Paco, eres un fascista asqueroso…
-¿Qué estás diciendo, niño mío?  ¿por qué me insultas de esta manera? ¿merezco yo estos calificativos?
-No te das cuenta, Paco, porque no es ese el deseo de tu voluntad, pero como todos los de tu tiempo, eres víctima de esas ideas contradictorias que no nacen espontáneamente de ti, sino que apenas empezaste a mamar, fueron entrado en tu mente, incluso, parte de ellas ya estaban presentes en tu alma pugnando por salir a la luz apenas salieras del claustro materno.
-Y tu, Jesús, ¿no eres también una víctima dentro del Imperio Romano y de una raza de hipócritas, ladrones y asesinos?
-¡Tú, que sabes de mi y de mi raza! Ya verás cuando conozcas a mis padres y parientes, lo equivocados que estáis respecto a nosotros cuando pensáis sobre nuestra civilización.
Allá arriba donde se encuentra, hace una larga pausa y yo respetando el silencio que se ha producido después de estas palabras, me acerco a tronco de la higuera esperando que sin tener que subirme a ella, que pueda dar alcance a alguna de las sabrosas brevas. Y ahí están; no hay más de media docena, pero están esperándome para ser devoradas, pues tengo un hambre espantosa que no pude calmar debido a mi acceso de ira con Sara, cuando trajeron las viandas y la insulté diciéndole que ni siquiera había conocido la gloria del sexo. Si no recuerdo mal, yo no había comido nada desde hacía tres jornadas, cuando apenas nos encontramos, me arrojó aquellos frutos del árbol conocido bajo el nombre de sicomoro, especie de higos, pero menos sabrosos que estas brevas que en abundancia se ofrecen a nuestros sentidos. Y pensando las cosas bien, al coger la primera de ellas para comérmela, entro en consideración, que podría resultarme fatal su ingestión, estando vacío como está mi estómago. Jesús en estos momentos, está haciendo lo mismo que yo con la breva que peló y que tiene en la mano sin atreverse a comérsela. Están ahí como una tentación. Después de tanto tiempo de ayuno, si las devorásemos cual es nuestro primer impulso, pueden producirnos una gran descomposición de vientre, la cual acabaría con el plácido estado que están disfrutando nuestras dos almas. Los dos coincidimos en la misma idea. He aquí la espontaneidad. El la posee en grado sumo y sus ideas son propias y originales. Yo la estoy recuperando si es que alguna vez la tuve. Según ha dicho el niño, todos al nacer la poseemos. Hacía muchos años que yo no practicaba un ayuno. Este que estoy disfrutando con Jesús, permite que mi mente se esté limpiando de toda la suciedad acumulada, y surjan ideas positivas. Me vienen algunos recuerdos de cuando siendo más joven ayunaba, cómo entonces logré sacar de mi caletre ideas poco comunes que, no había leído en ningún libro, que no se las había oído decir a nadie. ¡Ah, la gloriosa acción del ayuno! ¡Qué inmensa cantidad de beneficios aporta al alma humana! Claro está que no un ayuno endemoniado como el que en estos días realizan unos catalanes independentistas, para conseguir sus fines siniestros, sino el que Jesús y yo estamos realizando, como aquel que yo practicaba en mi juventud y que gracias a él, estoy ágil a mis casi noventa años de edad. Ágil de cuerpo, ágil de alma, intentado salvarla dentro de la asquerosa cloaca en la que estoy metido dentro de esta sociedad endemoniada y, de la que apenas puedo salir, aunque este sea mi ardiente deseo. Jesús, mientras reza contemplando aquella breva que no se decide a devorar, en su meditación entra el alma de la criatura que está situada al pie de la higuera, y de manera espontánea, impulsada por su espíritu juguetón, la lanza sobre mi cabeza, con tal acierto, que me da de pleno situándose allí, como un rojo sombrerito, muy gracioso por cierto. ¡Qué maravilla ésta de estar jugando con Jesús! Yo desisto de responderle de la misma manera, pues mis brazos están débiles y quizás, si lo intentara, alguno de aquellos proyectiles volvería a caer sobre mi.
¡El ayuno! Hace tres días que lo estamos disfrutando y la clarividencia que este proporciona entra barriendo nuestras almas con tal intensidad, que nos sentimos unidos de manera que parecemos uno solo, no él subido en la higuera y yo abajo, sino la substancia etérea de nuestras almas que entremezclada de momento, nos produce estoy seguro, una deliciosa ola de frescor. Y no estoy desacertado al recibir esta sensación, porque el niño, bajándose del árbol, una vez junto a mi, me dice:
-Vamos, Paco, sentémonos al sol sobre aquella losa de basalto que nos está invitando a que tomemos posesión de ella.
Y yo, ceremoniosamente, sin decir esta boca es mía, le acompaño esperando oír cosas prodigiosas de su divina boca. Pero no dice nada. El muy cuco, está esperando sonriente que sea yo quien tome la iniciativa. Al ir a sentarme, noto una molestia en la ingle producida por el teléfono móvil que llevo en el bolsillo del pantalón y lo saco, esperando encontrar algo que me sirva de inspiración y, he aquí lo que aparece nada más teclear la palabra Hazor:

DATOS HISTÓRICOS

Hazor, cuando la Biblia es Historia Las excavaciones que ha llevado a cabo la Universidad Hebrea de Jerusalén en Hazor parecen confirmar el relato bíblico. ARQUEOLOGíA AUTOR Francisco Bernal 01 DE DICIEMBRE DE 2013 La ciudad de Hazor fue la llave principal para el establecimiento de Israel en Canaán. La Biblia narra el enfrentamiento entre el rey de Hazor, Jabín y el líder israelita Josué. Señala que este reino era el centro de una coalición de pequeños estados y que la ciudad fue conquistada e incendiada (Josué 11:10). Las excavaciones que lleva a cabo la Universidad Hebrea de Jerusalén en Hazor parecen confirmar estos hechos. Los estudios muestran una ciudad fundada en el tercer milenio aC, que llegó a tener una superficie de unas 80 hectáreas y una población alrededor de 20.000 personas. Al final de la Edad del Bronce la ciudad estaba distribuida entre la zona alta o acrópolis y la ciudad baja a los pies del Tell. Se hallaba situada al norte de Galilea, en la ruta natural desde Egipto a Siria y Babilonia. Era el principal centro de la región, únicamente nombrado con la entidad de reino en Canaán, en las cartas de Tell El-Amarna (Egipto, EA#228). Entre los edificios monumentales de la acrópolis de Hazor destaca el Palacio Ceremonial, llamado así por el arqueólogo Amnón Ben-Tor, que dirige las excavaciones desde 1990 (*). El palacio tenía a su entrada un patio de unos 1000 metros cuadrados con una plataforma o bamá para ceremonias culturales. Desde el patio, a través de tres escalones, se accede al pórtico con dos grandes columnas de basalto y desde aquí al salón principal. El edificio estaba revestido de ortostatos (placas) de basalto y el suelo cubierto de madera. Entre otras cosas se hallaron en su interior las figuras de bronce de una deidad y de un rey. También tabletas de arcilla con inscripciones cuneiformes, una caja de marfil con imagen de la diosa Hathor, sellos cilíndricos, diferentes tipos de cerámicas, varias armas rituales. Los trabajos realizados en Hazor por Yigael Yadin y Yohanan Aharoni en 1955-58 y 1968, así como los actuales por Amnón Ben-Tor y Sharon Zuckerman constatan la destrucción de la ciudad en la segunda mitad del siglo XIII a C. En ella se aprecia una capa de ceniza que en algunos edificios como el palacio ceremonial, delata un voraz incendio que llegó incluso a cristalizar vasijas de arcillas. En el caso del palacio el fuego se vio favorecido por la abundante madera de las vigas del techo y del piso del edificio, junto con el aceite almacenado en grandes pithoi (vasijas de almacenamiento). Aún se hallaron algunos pithoi con cereales carbonizados. Para fijar la datación de esta destrucción ayudó un descubrimiento en la ladera norte de Hazor. Se trata de un lugar de culto egipcio donde se halló una inscripción jeroglífica con el nombre del sumo sacerdote Rahotep, que sirvió bajo el faraón Ramsés II, en la primera parte del siglo XIII aC, por lo que la destrucción e incendio de la ciudad aconteció en la segunda mitad de este siglo, coincidiendo con el periodo del establecimiento de Israel en Canaán. En el estrato de la destrucción se aprecia un gran número de estatuas de dioses y gobernantes que fueron intencionadamente mutilados cortándoles las manos y la cabeza. Por lo que se descarta un incendio accidental o una catástrofe natural. Curiosamente se ha encontrado una tableta de arcilla con caracteres cuneiforme del periodo babilónico antiguo con el nombre “Ibni”, variante lingüística de Jabín, el rey cananeo de Hazor, mencionado en la Biblia (Josué 11:1). Y además coincide con el nombre Ibni-Addu, rey de Hazor, descubierto en los archivos reales de la ciudad de Mari. Pero aunque estos dos nombres pudieran referirse a la misma persona son 600 años anteriores al Jabín de la Biblia. Durante los doscientos años que siguieron a la destrucción de la ciudad, no se apreciaron edificaciones estables, salvo tiendas y cabañas típicas de pobladores seminómadas, junto a una cerámica pobre, características comunes de muchos otros asentamientos que se han identificados con los inicios de Israel en Canaán. Es a partir del siglo X aC cuando Hazor es reconstruida con edificaciones sólidas y ordenada planificación urbanística. Destacando la muralla de casamatas y la puerta de 6 cámaras, similares a las de Gezer y Meguido, todo ello coincidiendo con las construcciones de Salomón según refiere el texto bíblico de 1Reyes 9:15. La ciudad creció con la dinastía Omrita durante el siglo IX aC, con nuevas murallas, y edificios gubernamentales, como el llamado edificio tripartito de pilares, un sistema de suministro de agua mediante un túnel de 40 metros para acceder a una fuente sin salir de las murallas e incluso una ciudadela. Por último, esta gran ciudad fue destruida en el año 732 aC por el rey asirio Tiglat-Pileser III, y nunca recuperó su importancia, hasta desaparecer en el siglo II aC. (*) Durante más de 10 años el proyecto contó con la colaboración de la arqueóloga española,Mª Teresa Rubiato, de la Universidad Complutense de Madrid. (**) Más información en recientes publicaciones de ASOR (The American Schools of Oriental Research) y BAR (Biblical Archaeology Review), Web oficial de la excavación (http://hazor.huji.ac.il/).
Leer más: 
http://protestantedigital.com/magacin/14083/Hazor_cuando_la_Biblia_es_Historia

Jesús tendido boca arriba a pleno sol, ha escuchado atentamente cuanto he ido leyendo   letra a letra, sin dejar suelta ni una coma, y una vez he terminado  exclama:
-Esto es lo bueno de la inmortalidad de la cual disfrutamos en nuestros sueños. Ahora, gracias a ti, a esta mezcla que estamos disfrutando de pasado, presente y futuro, cosa que sólo en un sueño se hace posible, todo cuanto yo, niño de diez años estoy soñando, se hace realidad después de dos milenios. Y la prueba es este texto que acabamos de saborear. En cuanto al futuro, otros textos parecidos a este, mejorados, más profundos, irán surgiendo producto de la piqueta. Nuevas excavaciones, nuevas e infinitas reflexiones sobre nuestra cultura, irán apareciendo en los próximos milenios, siguientes al tuyo, en que a pesar de la confusión que padecéis, de las corrupciones, estamos los hombres de la piqueta espiritual: los poetas…
Ha interrumpido por un momento su disertación, no se si por alguna idea que, a manera de  insecto, ha volado alrededor de su cabeza, y prosigue:
-Y hay algo más, algo que tu no debes haber pensado y que te voy a decir, que pertenece al terreno de la POESÍA, hablo de la poesía verdadera, esa que tú como poeta comprendes, que  tiene como base una fe pura y no una credulidad inicua que a nada conduce. Tu, Paco, eres minero, tú también manejaste físicamente la piqueta y al tiempo que lo hacías allá en las minas, reflexionabas a cientos de metros bajo la corteza terrestre, en estas cosas, no a pleno sol como lo estamos haciendo ahora, sino en plena oscuridad, con el carburador apagado para que ella, extremo opuesto a la luz, también te ayudara de manera espontánea a descubrir los arcanos del Universo. 
-¡Ay, Jesús,! –exclamo lleno de gozo. –que bien me haces al recordar mi pasado.
-Y tu presente, Paco, que también sigues manejando la piqueta de una manera intelectual, la piqueta gloriosa de la imaginación apoyada en una buena intención. Tu tienes la obligación cuando dispongas de tiempo para ello, y visitando estas excavaciones que te entregues a profundas reflexiones sobre ello. Te pido que no dejes de hacerlo. Lo que me acabas de leer, me satisface en la medida que veo realizados uno de mis sueños, pero esto no es suficiente, porque ello es solamente un punto de partida. Hace falta que tú, tan amigo de reflexionar y contemplar, y otros varios como tú, visitéis esas ruinas y permanezcáis días y días reflexionando, intentando captar ese espíritu que existe dentro y detrás de esas piedras. Ello es importante, El espíritu, Paco, el espíritu. Esa esencia inmortal que han ido dejando todos las civilizaciones antes de desaparecer. La voz de la sangre de esos hombres de bien que moraron allí, deseando siempre una sociedad mejor, un mundo mejor. Sólo el Bien cuenta y, hay que rescatarlo.
-¡Ay, Jesús mío! Me estás recordando al insigne conde Volney que hizo esto que tu dices visitando las ruinas de Palmira. Escribió uno de los libros más verídicos y admirables que conozco, el cual he leído infinidad de veces para impregnarme de su esencia.
- ¿Ves Paco, cómo tengo razón? Cuando varios entre vosotros, como ese conde a quien te refieres, os dediquéis a visitar ruinas como estas y a profundizar en ellas con vuestra piqueta intelectual, veréis qué fuente más caudalosa sobre la Verdad habréis descubierto, y, ello será una preciosa herramienta para luchar contra la mentira y el engaño.
Ante estas palabras, de mi glorioso acompañante, viene a mi mente varios nombres de escritores actuales, cuyas figuras aparecen al mismo tiempo desnudas, especie de hombres primitivos que sobre sus manos llevan una piqueta parecida a la que Jesús maneja ahora. Es una visión resplandeciente. Recito a Jesús varios de esos nombres de mi tiempo sin entrar en los del mundo antiguo que estoy seguro, dada su erudición, él debe conocer: Erich Fromm, Johan Huicinga, Dalmacio Negro, Peter Kolosimo, Wilhelm Reich, Julián Marías…
-¡Para, para, Paco! No digas más, veo que has comprendido mi idea. Quizá estos hombres de la piqueta que acabas de mencionar, y que estoy seguro tú lees sus ideas con fruición, no han realizado ese ejercicio que realizó el conde que has citado. Tú tampoco lo has hecho con tu piqueta intelectual, pues te has limitado simplemente a sacar información de Internet, un medio, que dentro de la falsedad terrible que azota vuestro tiempo, debe ser más falso que…
-Que Judas, -le digo yo humorísticamente, haciendo en este caso de profeta, pues estoy casi seguro que el niño no conoce todavía el nombre del miserable discípulo que dentro de 23 años ha de llevarle a la cruz.


 CONTINUARÁ






COMENTARIOS, al libro COLEGIALA del autor japonés Osamu Dazai

 A mi modo de ver este autor, es un genio, maestro indiscutible del relato. Aunque todos ellos son en 1ª persona, siendo la narradora una mujer, esta no es siempre la misma y todos son distintos. Cada una tiene historia distinta que contar en diferentes circunstancias. Dentro de cada relato o narración, siempre hay un mensaje diferente. Destaca sobre todo, el sentido del humor, en algunos casos, hilarante, como el relato de PIEL Y CORAZÓN. El fantasma de la guerra se pasea por dentro de todos ellos. Y también las miserias que ella arrastra. 
Según su biografía, Osamu Dazai se suicidó junto con su joven amante Tomie en 13 de junio de 1948 en el canal de Tamagawa. No me sorprende que se suicidara, cosa frecuente entre los mejores escritores, sino que su amante lo hiciera junto a él. ¿Tanto le admiraba y le quería, que no podía vivir sin él? ¿Tal era la fuerza de persuasión de Osamu? ¿Y tal su machismo? ¿No bastaba con suicidarse él solo?
Hay algo más. En el relato “Osan”, el protagonista, Masako, se suicida en el lago Suwa, junto con su compañera también periodista con la que había tenido un hijo. O sea, que en 1947 cuando publicó este relato, estaba preparando su suicidio junto a Tomie. Esto es algo extraño. Me viene a la memoria el caso de Yukio Mishima que también programó su muerte suicida junto a otro compañero. 

En Madrid, a 8-2-2019








Poema
Mis besos son castos
Suaves mis abrazos.
¿Qué más
se puede esperar
de un viejo de noventa años?
Soy como un niño que duerme en un regazo
Mis sueños son dulces, acaramelados,
de azúcar eterno que está gravitando
sobre el tiempo y el espacio.

En Madrid, a 2-2-2019
Francisco





UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 14º.-

Ahora, voy caminando de la mano de Jesús por la orilla de un torrente. Ni una sola de aquellas aves, aparece ya ante nuestra vista. Hemos avanzado bastante alejándonos de aquellas montañas. Me confirma que, estamos pisando sobre la ruinas de la antigua ciudad de Hazor y, sacando un piolet de una de las bolsas que lleva siempre consigo, para sus pasos y empieza a excavar bajo una rocas. Le oigo murmurar en voz baja:

Hazor será morada de chacales, soledad para siempre. Ninguno morará allí, ni la habitará hijo de hombre. (Jeremías 49:33)

-¿Que haces, niño? –le pregunto-, aunque ya se la respuesta. ¿Jesús arqueólogo? Ya veo que si. Tenia que haberlo supuesto.
-Estoy hurgando en el pasado. Todo ser humano que trabaja en busca de su identidad, debe profundizar en sus raíces, buscar de donde procede, conocer los motivos por los cuales está participando de la vida.
-Y ¿no te es suficiente con las enseñanzas de los maestros, como es el caso de este que acabamos de abandonar?
-No. Nada es suficiente en el terreno del Conocimiento. Siempre hay hallazgos que surgen de cualquier parte, lo mismo de la boca de un maestro, que del pico de un ave, que del cacho de tierra que levanta la piqueta. La más noble y benéfica labor que nos cabe realizar en este mundo, es la de la creatividad, y, siempre que haya ocasión, hay que estar atentos a emprenderla. Es nuestro mayor acto de amor al prójimo.
-¿Y qué esperas encontrar aquí?
-Aquí está enterrada parte de la historia verdadera del pueblo judío y otros pueblos que le precedieron.
-¡Pero sólo es tierra lo que levantas con el piolet!
-No lo creas. A cada golpe que doy, vienen a mi mente palabras olvidadas, que ayudan a comprender que las necesidades de los otros hermanos son tan importantes como las propias. El bien colectivo es el objetivo que me une y responsabiliza, primero hacia mi entorno, familia, amigos, luego hacia la comunidad y el mundo todo. Y esta responsabilidad, me impulsa a trabajar en la cantera de mi alma, la cual la compone la tierra toda, y en particular, estos trozos de ella donde la vida ha fluido con ímpetu extraordinario. De ella, como cuando estoy contemplando el cielo en una noche estrellada, me llegan (lo mismo que aquí), por diversos conductos, las ideas, los mensajes de paz y concordia, que deben ser difundidos, una vez, que hayan pasado debidamente por el tamiz de mi razón.  
-Niño mío, -exclamo yo-, el bien colectivo es una entelequia, no existe, pues lo está impidiendo desde siempre el espíritu del mal. 
Jesús ha dejado clavada su herramienta en una beta del terreno, y se ha dirigido a la orilla del torrente, para beber de aquellas aguas cristalinas, que brillan bajo el sol de la mañana. Y como ya le he visto hacer muchas veces, lo hace tendiéndose boca abajo sobre el suelo, todo lo largo que es, y metiendo la cabeza en el líquido elemento para absorber todos sus fluidos. Al verle así, recibo la preciosa sensación, de que el río entero, entra por su boca y toma posesión de su alma. Es como si fuera un gigantesco ser vivo de miles de kilómetros, cuyos secretos, se complace en confiarle. Una vez ha terminado la ceremonia y puesto de pie vuelve a estar a mi lado, se lo digo, y sonriendo cariñosamente, me dice:
-Así es en efecto, Paquirrrín. El hermano río, la hermana agua.
-¡Qué inmensa suerte la tuya, que puedas disfrutar de estos simples placeres!, 
-Tu también puedes, Pacorro; así que a la faena. –Me dice empujándome hacia la orilla. Me tiendo boca abajo, como he visto que él hacía momentos antes y meto la cabeza en el líquido elemento empezando a trasegar esa agua clara, fresca, que viene de las montañas vecinas sin que nada ni nadie haya venido a interferir su curso. Y, ¡oh prodigio!, la veo entrar en mi mente que se envuelve en celestial sensación de limpieza. Y de allí, todos los músculos, todas las venas, todos y cada uno de los órganos de mi cuerpo se ven penetrados por esa ola de frescor. Y mi suposición de momentos antes, de que el niño recibía dentro de su ser al río entero, se confirma dentro de mi ser, pareciéndome un prodigioso ser vivo, que viene a fortalecer todos mis sentimientos de gloria, de plenitud, de agradable vivir en compañía de los mejores elementos que en cantidad infinita nos vienen del cielo y de la tierra. Es algo, sublime, indescriptible, una sensación de grandeza inconmensurable. Reflexiono: Algo tan simple como el acto de ponerse a beber directamente el agua de un río, resulta increíble que sea algo tan grande. Y me incorporo diciendo a Jesús:
-¡Dichosos los tiempos, en que las aguas de los ríos no estaban contaminadas, donde la atmósfera no estaba invadida por gases perniciosos y el oxigeno y el ozono eran bálsamo propicio para el pulmón, donde los seres humanos, con su fino oído podían percibir los sonidos de la flora y la fauna, de los elementos naturales, sin artificios, directamente de las manos del creador!
Y Jesús, remacha:
-Recibir todos los fluidos vitales sobre tu cuerpo, los efluvios de la naturaleza, esa canción armoniosa de todas las criaturas que, prestando debida atención, profundizando en su empuje, nos eleva, nos convierte en una parte de la Gloria universal, del sacrosanto cuerpo de Dios. Él es nuestro Padre.
-¡Dame un beso, niño amado! –Exclamo lleno de entusiasmo.
Y Jesús, se acerca graciosamente a mi y me lo estampa en toda la coronilla al tiempo que me dice:
-Pascasio, eres más tonto que una locomotora de carbón.
Me quedo alelado pensando en esta frase, porque los trenes no existían en aquellos tiempos, y además el chiste es bastante malo, impropio de un niño que está destinado a ser redentor de la humanidad. Para más INRI, hace un par de días que también lo escuché de su preciosa boca. Al verme en este estado, soltando una carcajada dice:
-Ya se lo que estás pensando: que el chiste es malo y que además no se me puede ocurrir por varias razones; la primera por ahora todavía no existen las vías férreas y es fenómeno que tardará varios siglos en realizarse, y la otra, que es un chiste tonto y sin sentido, máxime que pronunciado por mi, me desviste de mi condición divina y me convierte en personaje ridículo.
-Algo así, -digo.
-Pues con eso, entramos en el terreno de la libertad de expresión, cosa que en tu tiempo es la más cacareada de todas las cuestiones, y llegáis hasta el punto de colocaros alguno de vosotros sobre la frente, para imitarme burlonamente, una corona de espinas que he de lucir dentro de veintitrés años. No te culpo de ello porque se que no participas de este jolgorio, pero me extraña que no te levantes del sillón desde el que contemplas estas barbaridades y permanezcas insensible al caso.
-Si, Jesús mío, me indigna profundamente el crimen que cometen mis paisanos en nombre de la libertad de expresión trascendiendo ciertos límites. Los muy sinvergüenzas, afirman que esta es sagrada y la defienden incluso dentro de esa Iglesia que dicen ser tuya.
-Si, -contesta dulcemente con algo de amargura en la voz-, produce enorme tristeza este giro que está tomando la humanidad en esos tiempos tuyos, y que retrasa una vez más el progreso espiritual del ser humano. Seguís estando durante siglos, sin salir del marasmo producido por esta palabra funesta, la cual habéis tomado en serio sin considerar que se presta a miles de interpretaciones. Cada uno la interpretáis de una manera distinta y será muy difícil que al fin logréis darle un significado único y verdadero. 
Estamos sentados en la losa a las orillas de río y el niño con su piolet ha vuelto a escarbar la tierra de una orilla de ella.
-¿Porqué haces esto?, -le pregunto.
-Ya te lo he dicho antes. Porque en el suelo que pisamos está contenida la historia pasada y futura del ser humano sobre la tierra.
-¿La historia futura también?
-Si.
-¿Y cómo la ves?
-Turbia aún durante algunos milenios, pero se irá aclarando a medida que lo maldito que arrastramos vaya desapareciendo.
-¿Tu lo crees así?
-Así lo creo. Y estoy dispuesto a dar mi vida por ello. Todo ello vendrá en función del verbo.
-¿Cómo del verbo?
-Sí, del verbo, de nuestra buena forma de expresión. Cuando seamos capaces de expresar libremente nuestros sentimientos. Cada día que pase, este simple ejercicio que hago con el piolet, -al piolet mental me refiero-, se irá incrementado como quehacer ineludible del ser humano, y se irá profundizando más y más en el pasado hasta llegar a los primeros cimientos sobre los cuales este ha sido edificado. Esa libertad de expresión tan cacareada en los medios de tu época, será orientada hacia lo sagrado, y dentro de ella se producirán hechos extraordinarios, desapareciendo ese día, la ordinariez e inutilidad que en este tiempo y en el tuyo, la caracteriza. Hasta entonces perdurará el crimen que comenten las mentes al ser ignorantes de su propia y divina esencia. En verdad en verdad te digo, que esta ciudad que permanece enterrada bajo nuestros pies, a medida que las excavaciones vayan prosperando y el espíritu humano, se vuelque lleno de curiosidad sobre su historia, ella, que fue ruta natural desde Egipto a Siria y Babilonia, irá descubriendo el espíritu del pueblo judío, y esa cuestión que nunca se ha podido resolver, del individualismo frente al altruismo, quedará resuelta, siendo esto un gran paso dentro del progreso de la humanidad. 
-Si niño mío, Ese día Goethe, Rousseau, Hordelin, y muchos poetas que soñaron con el hombre-dios, verán recompensados sus esfuerzos y descansarán felices en sus tumbas.

CONTINUARÁ







440.- COMENTARIOS LIBROS SUELTOS LEÍDOS (3)
127 páginas

TITULO: DE REPENTE EN LO PROFUNDO DEL BOSQUE

Autor.- Amos Oz

Recogido el 16-1-2019  en la BBB Miguel Delibes para documentarme sobre este escritor cuyo libro, EL MISMO MAR daremos en la biblioteca BIB, dentro de este primer trimestre del año.

COMENTARIOS.- Otro libro como el anterior de Kim Thúy, que merece la pena leerse y, que además de deleitar está escrito de forma tan sencilla, que sin dificultad se lee en media mañana. Sin embargo el sabor que deja en el paladar puede durar años. Es una parábola admirable sobre las circunstancias de la vida. Ese pueblo triste del que desaparecieron todos los seres vivos menos los seres humanos, sugiere infinidad de ideas, una de ellas muy importante, la de que vamos en el mismo barco que los demás seres vivos, y si prescindimos de ellos, aún del más simple insecto, vamos al desastre, pues, como bien se dice: no tenemos otro barco. Otra idea importante, es el desprecio que se hace a los que piensan por sí solos, sin dejarse influenciar por las ideas de los demás, a los cuales, en lugar de agradecerles este esfuerzo, los demás, se burlan de ellos y rechazan el bien que aportan las ideas originales, esas  nuevas ideas que conducen a una posible salvación.

En Madrid, a 22-1-2019
Francisc







Sunday promenade
Paseo del domingo

                                               Pintura de Ángeles Martínez Pomata en Fine Art América


TALLER DE ESCRITURA BIBLIOTECA BIB DE MORATALAZ C/ Alonso de Tobar,5
Comentarios al libro RU de la escritora vietnamita Kim Thúy. 

Tiene una gran fuerza dramática, es un relato épico, la nana terrible de la guerra que se vive en retaguardia, fuera del frente de combate, más atroz quizá que la que sufren los soldados. Y la otra guerra también de la Paz de la que nadie habla. El libro es un poema donde cada página es un verso de varias líneas. Son pocas las secuencias que ocupan más de una página. Me encanta el lenguaje de esta mujer que por su edad, podría ser hija mía. Hay una nueva generación de escritores en todos los países, que merece la pena leerlos y retener su mensaje. Ellos te hacen ver la realidad como si la estuvieras viviendo. Esto es una nueva forma de poesía, que debemos agradecer, pues ella, la buena poesía, es la auténtica manera de ver la realidad, y la que nos aleja del engaño y la desidia. Como siempre, el Espíritu del Bien se reencarna en personas y, a pesar de la torpeza de los políticos,  gracias a ellas, el progreso continúa su avance que, aunque lento, nos va acercando al estado de gracia y justicia que todos anhelamos y, que en nuestra confusión mental, no acertamos a establecer. Esta es la gracia y la gran fuerza  de la buena literatura.

En Madrid, a 18-1-2019
Francisco






UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 13º.-

Y prosigo:
-Aquí no hay nada de carne, ni de pescado. Veo solamente semillas, raíces y sustancias vegetales. ¿Es que sois vegetarianos?
-Lo somos.
Es Sara quien ha respondido, y añade:
-Somos enemigos de consumir carne y pescado. Nuestro régimen es totalmente a base de vegetales, los cuales, afortunadamente abundan en nuestro suelo. Ello favorece nuestros pasos hacia la libertad, pues no necesitamos nada de nadie para abastecemos. Y unido esto a la oración y al ayuno, prolonga nuestras vidas introduciéndonos en el delicioso campo del amor verdadero.
-¿Qué dices?  -le digo saltando como un basilisco. –Por lo que veo, permaneces soltera y ni siquiera has conocido el amor de hombre…
Ante mi acceso de ira, noto que la tierra empieza a temblar bajo mis pies mientras gran estruendo invade mi cabeza, y sin saber cómo ni porqué, me encuentro lejos de allí en un nuevo humedal, como aquellos que atravesamos Jesús y yo y donde estaban aquellos toros. Pero esta vez…


(…) el estruendo es producido por miles de grullas que nos envuelven y vuelan sobre nuestras cabezas. Y yo, junto al niño, en el suelo estoy efectuando maravillosa danza, bailarín en mi juventud, que desde veinte años acá, no había bailado ni jota.
Allí estamos formando un todo con aquel inmenso grupo de aves acuáticas, que nos trasmiten multitud de sensaciones, la mayoría de ellas sorprendentes…
Jesús es estos momentos, maestro de ceremonias, con sus manos, lanza oleadas de aves en diversas direcciones, que consumadas actrices de ballet, vuelven a caer a nuestro lado apoyadas en una sola pierna. Y sus gritos de gozo, sus movimientos, nos envuelven, nos arrastran en deliciosa complacencia.
El rapto de ira que me acometió ha quedado diluido, borrado, y mi alma exulta a la vez que mi cuerpo. ¿Cómo es posible tanta belleza?  En todo esto, estoy contemplando el alma de este niño prodigioso, diluida, impregnada por todas y cuantas criaturas componen el infinito grupo, formando una especie de tul que le envuelve fluctuando en medio del espacio. Ninguna grulla es igual a la otra. Siempre están diferenciadas por alguna característica especial que las distingue de sus compañeras. Lo noto en sus graznidos, en sus graciosos giros y movimientos. Sus aleteos. Esto da carácter de sublime al espectáculo. ¡El alma de Jesús!. Siempre había yo estado pensando sobre ello. Un alma capaz de albergar el cielo todo, con su infinita cantidad de cuerpos, de fuerzas, de potencias, de sensaciones. Un universo vibrante e infinito lleno de encanto. Jamás en mi larga vida, siempre pendiente de su figura gloriosa, había sido capaz de imaginar tan inmenso tesoro de belleza y armonía. Ahora, aquí, dentro de este grandioso torbellino que la invade, lo estoy disfrutando. Él también se complace. Enemigo total de todo acto de violencia,  ante mi rapto de ira, por simple y poderoso efecto de su voluntad, me ha arrancado del medio, y sin despedirse de su amado maestro y la joven Sara, sin esperarse a comer siquiera de las viandas que nos estaban ofreciendo, me ha traído aquí, -parece ser su costumbre, pues también me alejó sin darme lugar a despedirme de sus amigos de Magdala-, y, aquí estoy dentro de esta danza  Veo y comprendo en todo su extensión, este inmenso gesto de ternura. Cómo ante el primer conato de violencia, renuncia al placer de la comida que se le está ofreciendo, a la agradable compañía de estos dos seres para él entrañables, al cansancio de la larga caminata que habíamos hecho, y su merecido descanso, y, sin pensarlo un solo momento, ¡zas!, rompe con todo esto y se levanta. Hay que seguir nuevamente el camino. Ni un átomo de violencia debe contaminar su alma pura, ni la mía que ha tomado bajo su custodia. ¡Qué buena lección, Jesús, que buena!
Seguimos danzando. Su atlética figura destaca como centro de fuerza de este torbellino, haciendo filigranas en el espacio. Le veo, o creo verle, flotar, girar, crecerse, rodeado por estos miles de seres; y yo, mientras danzo intentando seguir el vertiginoso ritmo, veo, picos, alas, que se me acercan, que me tocan suavemente provocando sensaciones que intentan aparecer en mi mente en forma de palabras. 
-Paco, -me dice una de aquellas aves más atrevida que las demás que se ha plantado delante de mi interrumpiendo uno de mis pasos de tres por cuatro que estaba dando-, -¿Te quieres dar cuenta de una vez y para siempre, de lo poco que necesita un ser humano para subsistir? 
-¿Quién eres tu, -le pregunto-,  que te atreves a interrumpir mis pasos de baile?
-Soy una imagen de tu alma.
-¡Ah, si! ¿Esa imagen soy yo? No me lo creo. Es muy triste. Yo tengo dos robustas piernas y esto que me muestras es una sola, que además es muy larga y delgada.
-Pues así soy aunque no te guste serlo. Así eres por dentro.



 -¡Toma! Y además me lo dices en verso… Y, ¿esas plumas blancas que aparecen manchadas?
-Son la imagen de tu inocencia.
-Y las negras?
-Son la imagen de tus pobres poemas.
-Las rojas de la cola?
-la imagen de tu vida sangrienta.
-¿Y esa frente negra bajo la blanca cresta?
-La imagen de tus propias ideas. Todo eso eres tú aunque no te lo creas.
La danza continúa. Muchas voces nacen de ella. En mi penetran. Me traen mensajes, curiosidades de otras épocas, substancias etéreas. Varias aves se me acercan: quieren saber de mí, de mi existencia…
             
Todas parecen iguales, pero se diferencian. Unas son más grandes, otras más pequeñas.
Pero todas dicen palabras muy ciertas. Nadie desentona, porque si lo hiciera, no sería digna de la vida eterna.
No sé qué decirles, no tengo respuestas, soy un ser tan pobre al lado de ellas…
Mis ojos anegados en un mar de lágrimas, enturbian el paisaje de tal manera, que dejo de verlas, aunque claramente escucho sus quejas. Ya no danzo. He quedado sentado sobre una peña.

CONTINUARÁ






AÑO NUEVO, VIDA NUEVA


Estoy sentado en mi balcón mirando al cielo y me
siento viajero del espacio a una velocidad
de unos 1600 kilómetros por hora. Ello
me hace pensar en la inutilidad de mi pobre
automóvil con el que solo alcanzo unos
doscientos, exponiéndome, a una multa de
tráfico o a trágico accidente de carretera.
Así es que desde mi balcón, donde estoy
más seguro y, con enorme tranquilidad, 
al contrario de lo que se suele ver desde
el automóvil, en este caso estoy descansando
y recreándome en él cuanto tiempo me plazca.

Veo moverse por las calles entre los árboles,
a multitud de hombres, mujeres, perros y gatos,
y, si me fijo bastante, en sus andares, veo que
algunos cojean aunque no se dan cuenta de ello.
Otros van muy rápidos como si algún policía
fuera detrás con  intención de darles alcance.
Año nuevo, vida nueva, van diciendo; y yo
me río al escuchar esta tontería agitada
por el viento de la calle, porque la vida está
siempre quietecita  y sin moverse, sin nada
nuevo que ofrecernos bajo la clara luz del sol.
Así las cosas, prefiero seguir aquí sentado.

En Madrid, a uno de enero del 2019
Francisco





UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 12º.-

Sara es una mujer deliciosa. Nada más ser presentados, me creo estar hablando con mi hija Florentina de cosas importantes del alma, cosa que por circunstancias de la vida no puedo hacer.
Aquí nos enzarzamos en una discusión apasionante, mientras el niño se ha marchado a conversar con su maestro. Nada menos que el tema del altruismo. Ella es defensora a ultranza de éste.  Le cito a la más gloriosa santa Teresita de Lisieux, vencedora total de su propio egoísmo, caso extremo de altruismo, a quien admiro fervorosamente y a Ayn Rand, su contraria, a quien también admiro, abogada del individualismo.
-No me cuadra, –me dice, esto de que admires a la vez a dos personas de ideas contrarias.
-Pues si, las admiro por separado.
-Eso no es posible. No se pueden hacer dos cosas contrarias al mismo tiempo. No conozco a esa santa, ni a esa otra al parecer atea, cosa natural porque pertenecen al futuro donde según tu estás según nos ha dicho el niño al presentarnos, pero o se está con el individualismo, o se está con el altruismo.
-Pues yo no pienso así y voy a intentar demostrártelo. Hay algo que he convenido hace un momento con el maestro Hillel y que también estoy de acuerdo con Jesús. Es sobre la volubilidad de la palabra, cosa que no se si estás tu de acuerdo. Pero sentémonos y no permanezcamos aquí de pie porque esto puede ser largo y mis viejas piernas, no resistirían el plantón.
-Sí, sentémonos.
-A mi modo de ver, -comienzo a decirle-, dentro de todo altruismo, por muy fuerte y profundo que este sea, hay siempre cierta parte de egoísmo, un cierto deseo de salir airoso, de que se nos reconozca nuestra virtud. Creo que hasta el mismísimo Jesús, siendo quien es, al defender su doctrina, ya está cayendo en esa trampa. Amo a Santa Teresita, porque no defendió ninguna doctrina, porque secó dentro de su alma hasta la última gota de egoísmo, realizando el más poderoso ejercicio de humildad de su santa vida que haya realizado cualquier ser humano... 
Sara me interrumpe:
-No sigas por ahí, que estás empezando a perderte en circunloquios.
-Tienes razón.
-Dime porqué no estas de acuerdo con el altruismo.
-No he dicho que no esté de acuerdo con el altruismo, pues los dones que hemos recibido cada ser humano por el hecho de haber nacido, deben ser utilizados al máximo puestos al servicio del prójimo, pero para mi, el ser humano, el individuo, la persona, es una unidad indivisible, lo mismo que es Dios, que le creó a su imagen y semejanza.
Ante estas palabras, la joven responde:
-Hay en el Talmud un salmo de David sobre Dios y el alma que dice, que así como el Señor llena todo el universo, el alma debe llenar todo el cuerpo. El Señor es puro y el alma también.
-En este caso, estarás de acuerdo conmigo que a la par de amar al prójimo como a uno mismo, y servirle hasta el límite de nuestras fuerzas, también tenemos derecho a defender nuestra individualidad. ¿Qué hace Jesús en estos momentos? ¿Qué hace el maestro Hillel, sino esto que estoy diciendo?  Esto es el individualismo, la doctrina que defiende mi admirada Ayn Rand bajo el nombre de absolutismo.
-Por favor, no me hables de cosas de tu tiempo que me es imposible conocer. Dime hasta qué punto, debe una persona defender su individualismo.
-En el término medio está la virtud. Debemos servir a los demás en denodado esfuerzo a medida de nuestras fuerzas, pero sin perder jamás un ápice de nuestra esencia como seres humanos, de nuestra integridad como personas. Hay que aprender a conjugar el yo social con el yo individual, sin que ninguno de los dos pierda su esencia. No he hablado de esto todavía con Jesús, pero creo que él estará de acuerdo con esto que digo. 
-Lo estoy, -dice el niño interrumpiéndome y sentándose en el duro suelo con nosotros, y prosigue: -Estoy de acuerdo, y es una de las cosas que me gustaría que fuese bien interpretada por mis seguidores en un futuro. Cada ser humano, es un individuo puro e irrepetible y, esa pureza no debe ser contaminada jamás por falsas interpretaciones. Es algo muy fácil pero de muy difícil consecución.
¿Cuál es la causa? –le pregunto intentando escucharlo de su propia boca, ya que estoy disfrutando del privilegio de tenerlo delante.
-La causa, es la demagogia, la confusión que se produce por el uso exagerado de tanto concepto inútil, de tanta palabrería. Si en lugar, de estar aquí hablando e intentando aclarar conceptos, estuviéramos orando o meditando, es cuando conseguiríamos algo más positivo. Es lo que he estado haciendo hasta hace un momento con el maestro y sólo con mirarnos, hemos convenido en miles de cosas que traducidas a palabras, habría para llenar diez libros. Si esto que acabamos de hacer los dos, se convirtiera en práctica habitual en el futuro, daría como resultado un mundo mejor que este donde estamos.
-Los beneficios de la oración son inmensos, -interviene Sara.
-Estoy de acuerdo, -digo yo-, pero cuando esta está bien dirigida y no está subvencionada por el egoísmo.
Jesús repite un versículo del Talmud:
-Sólo la intención cuenta. Por grande que sea el trabajo que realicemos, quedará reducido a nada, si no ofrecemos a Dios nuestro esfuerzo.
Intervengo:
-Yo añado, que cuando estemos hablando de la “intención” le antepongamos siempre la palabra “buena” para que no se `produzca nunca confusión. Por lo que este versículo debería ser modificado.
-Estoy de acuerdo, dice el niño.
Sara prosigue con este otro versículo:
-Temamos siempre al Señor; respondamos con dulzura; seamos sufridos; amemos al prójimo a fin de que seamos tan amados en el cielo como agradables en este mundo y bien acogidos por los hombres.  Que jamás se adelante nadie a saludarnos, siempre que no lo hagamos nosotros primero.
-No, no y no. –grito encolerizado. –no estoy de acuerdo
-Yo tampoco. –Dice Jesús dulcemente. –No siempre somos bien acogidos por los hombres aunque nos acerquemos a ellos con la más buena intención del mundo. Yo borraría estas palabras en este versículo. 
-Estoy de acuerdo. –Les digo ya más calmado.
-Y yo también. -Dice el maestro Hillel, interviniendo. Y añade:
-El egoísmo, la imagen superficial y lo perecedero absorben la gran parte de las energías humanas. La realidad material-sensorial acapara la existencia haciendo que el hombre olvide su verdadera identidad y el objetivo de su existencia. Cuando esto sucede la conciencia comienza a recorrer un laberinto en torno a lo inmediato, a la apariencia, olvidando quién es y el por qué de su vida. La vida se transforma en un permanente reaccionar ante lo superfluo y así se crea una sociedad en la cual  sus integrantes no se conocen y no conocen a su prójimo ya que toda relación se basa en la imagen y en estímulos exteriores. Los verdaderos objetivos quedan opacados y la fuerza interior se diluye perdiendo el hombre la conciencia de su identidad y propósito.
-Y yo, -añado parodiando a un famoso psicólogo de mi tiempo: -La relación entre el yo de una persona y ella misma suele ser compleja y de enorme interés.
Jesús al oír esto se pone a palmotear graciosamente. Los cuatro estamos en vena. Estamos hablando de algo importante, de la esencia del ser humano. Los cuatro somos eso, seres humanos aunque con distinto grado de divinidad, según nuestra esencia. Insisto en el tema:
-La persona es lo que es: un conjunto de sus conocimientos, de sus sentimientos,  acuciados por una buena intención acompañada de una buena y gran curiosidad, regadas por inmensas dosis de entusiasmo.
Jesús intervine:
-Te estás pasando, Pacomio; estás describiendo al hombre de un futuro muy lejano.
Hillel:
-Es muy interesante esto que dices. Vamos a tomar algo, que después de vuestra larga caminata, debéis estar hambrientos.
Y entrando en la cueva seguido de Sara vuelven a aparecer con una bandeja llena de viandas.
-¿Pero esto que es? –pegunto yo extrañado.


CONTINUARÁ

20-12-2018



Poema

Cuando calla el redentor
la tierra se queda muda
y se queda sin ayuda
el pobre trabajador;
muere en un pozo el candor
y la inocencia prístina
en cloaca libertina
pierde su íntima fragancia,
y vienen la extravagancia,
el desorden y la ruina.
----------------------------------
El mundo, el demonio y la carne.
Jesús desapareció del contacto directo con los demás seres humanos tras ser crucificado, aunque alguno de sus discípulos dijo haberle visto.  El caso es que sigue viviendo entre nosotros de una manera virtual gracias al esfuerzo de la Iglesia que dice ser suya, manteniendo viva su presencia y su palabra a través de la ceremonia de la misa. Es algo que tenemos que agradecer a ésta. Pero la Iglesia ha enflaquecido y la palabra de Jesús ya no resuena con la energía de antes, ocurriendo que miles, millones de seres, la desconocen. Y no sólo la palabra de Jesús, sino las claras consignas del Evangelio, tales como aquella de los enemigos del alma: “el mundo el demonio y la carne”.
Cuando de niños recibíamos esta enseñanza, debido a esa clarividencia que todo niño posee, la entendíamos bastante bien, aunque teníamos cierta dificultad a expresarla con palabras. Al abandonar la niñez,  estas palabras todos o casi todos las olvidamos y, si las recordamos alguna vez, consideramos que la Iglesia no estuvo muy acertada al incluirlas en el Evangelio. Pero ya que han sido evocadas, reflexionemos sobre ellas, aunque sólo sea un momento:
“El mundo, enemigo del alma” Ese infierno de mentiras que no envuelve y cuyas llamas frías como la nieve, nos mantienen ateridos, temblando; esa ocultación de la verdad, ese tópico tan terrible sobre ella, de que no estamos habilitados para poseerla. La traición, la corrupción, la bala o la navaja enemiga que puede atravesar nuestro cuerpo. La muerte girando a nuestro alrededor con su danza macabra, llevándose a este o aquel y, la certeza de que también te llevará a ti. ¿Cómo olvidarnos del mundo, que nos envuelve, y que a la vez está dentro de uno mismo?
“La carne, enemiga del alma”. Sí, la carne nuestra enemiga: los apetitos sexuales, tan potentes, que es imposible resistirse a ellos. Gracias a ella, a que vivimos, podemos también, por el contrario, tener altos pensamientos espirituales, gracias a ella, podemos sentir otras clases de amor distintos al sexual, pero éste, mientras estamos vivos, nos atosiga a viejos y jóvenes y una vez que iniciamos nuestras relaciones sexuales cada vez nos exige nuevas apetencias, nuevas experiencias distintas a la normal. Confesemos que esto es así. Que el deseo sexual es insaciable, y que solamente puede ser contenido con una gran dosis de espiritualidad. Pero esta, la espiritualidad, al igual que la Iglesia, está decadencia, sobre todo, desde ese día que alguien afirmó “que Dios no existe”. 
“El demonio, enemigo del alma”. ¿Existe el demonio? ¿Si Dios no existe, existe el demonio? ¡Ah!, se me ocurre una idea, ¿no somos nosotros mismos el demonio?  ¿No es él estos deseos sexuales incontrolados, que nos llevan al masoquismo, al sadomasoquismo, a la lujuria en general? ¿No es él, ese mundo que nos envuelve lleno de maldades y mentiras, de iniquidades… ¿ese miedo, a morir, a perder el empleo, a enloquecer, a desaparecer sin dejar rastro?
En conclusión: para soportar todo esto, inventamos mecanismos de evasión, tales como viajar, llamar al amigo, visitar, salir de casa y no aparecer por ella en todo el día, emborracharnos, drogarnos, dejar de pensar… Aunque esto, este demonio del “pensamiento”, es imposible vencerle, porque forma parte de nuestra naturaleza. ¡Si nos hubiéramos quedado en ese estado que permanecen los animales…! Ellos no piensan. ¿O sí?

En Madrid, a 16-12-2018
Francisco.




Out of the blue
Inesperadamente
Pintura de Ángeles Martínez Pomata
en Fine Art América
Soflama
a los dirigentes de VOX  en particular
Entre una España que reza
y otra España que bosteza
está la mística y santa
del sudor en la garganta
y su grito se levanta
con energía suprema
intentando que el sistema
peligrosamente malo
reciba un buen varapalo
que le haga reconocer
cosas que no puede hacer
dentro del pueblo español
y que nazca un nuevo sol
que a todos nos alumbre
situados en alta cumbre
de la espiritualidad
para aquella bestialidad
que nos viene azotando
se nos vaya alejando
de todos los corazones
y nuevamente infanzones
como los que hubo antaño
volvamos al sucio engaño
que nos tiene aniquilados
en algo que fue soñado
y que aún tiene vigencia
cual es la Clarividencia
que trajo el Renacimiento
en feliz alumbramiento
algo así como un residuo
que dotará al individuo
de la esplendorosa luz
que el buen pueblo andaluz
señaló a los dirigentes
para que ellos conscientes
dejen las cosas pequeñas
dedicados por más señas
 a resolver las mayores
prestando gran atención
a la de la Educación
junto a la de la Unidad
dando a la humanidad
una lección de altruismo
donde el individualismo
presente en últimos siglos
acabe con los vestiglos
que se quieren apropiar
y pueda este al fin brillar
líquido e incandescente
dentro de la honrada mente
de todo buen ser humano
para que unidas las manos
nos dejemos de humillar
y donde todos hermanos
sea nuestra consigna amar
desapareciendo el podio
donde ha crecido el odio.


En Madrid, a 10-12-2018

Francisco






Poema
¡Que viene el bubo!

¡Niños, tapaos, que viene el bubo!  Como seáis malos el bubo os va a llevar. Y os va a meter en un saco. Tiene unos cuernos así de grandes. Y lleva en las manos un tenedor y un cuchillo para pincharos y haceros cortes. ¡Cuidado, niños que os va a pinchar, que os va a hacer unos cortes así de grandes!
Y los niños, se tapan o se meten debajo de la cama
¡ui, ui, qué miedo, que viene el bubo!
Tú, Manolín, ¿qué haces aún levantado? ¿no ves que el bubo te va a llevar?

8-12-2018



En homenaje a los votantes de VOX

Día 3 de diciembre del 2018

España, la patria mía,
En este día glorioso
Tú que estabas en reposo
Y que parecías muerta
Al fin se abre una puerta
Saliendo de tu agonía,
Pues allá, en Andalucía
Unos cuatrocientos mil
Votan de forma sutil
Por crear un nuevo estado
Porque el viejo, fracasado
No puede ya levantarse
Y es preciso airearse
Con otras miles de ideas
Combatiendo las ateas
Que desde cuarenta años
Ocuparon los escaños
Con una falsa política
Que te dejó parálítica
A punto de fenecer
Mas hoy en tu renacer
Crearás nuevas nociones
Para que aquellas naciones
Que aún no hayan muerto
Entren en vital concierto
De un mundo que renacido
Aboga por el partido
De la buena convivencia
Creando la nueva ciencia
De la Responsabilidad
Para que esa verdad
Que llevamos en el pecho
Lata en perfecto derecho
En todos los corazones
Y habrá miles de canciones
Vibrando por el planeta
Señalando nueva meta
Que tenemos merecida
De una nueva ley de vida
Que todos nos merecemos.

¡Españoles, empecemos
En nuestra Patria querida!







Fatal aniversario

Cuando yo militaba en el frente de Gandesa bajo el mando del valiente Durruti, apareció en  el boletín de noticias, una, que llamó mi atención y que me produjo tan brutal herida, que aún hoy, pasados que son ochenta años, todavía sigue viva y sangrando. La noticia era, que allá en Burgos había sido tiroteado un joven falangista por uno de los nuestros, como castigo, según se decía, por sus actividades en contra del Frente Popular. Aquel joven era sangre de mi sangre, con mi mismo nombre y primer apellido. No cabía duda de quién se trataba.
Mi corazón partido en mil pedazos, reclamaba a mi mente medidas de urgencia. Nadie puede imaginarse jamás, si no ha vivido mi propia experiencia, el dolor tan profundo que me causó tan sensible pérdida; ni tampoco podrá comprender el conflicto tan grande que se generó dentro de mis ideas.
Otilia, mi mujer, me escribió desde allí contándome quien era el asesino… ¡mi propio hermano! Antonio, mi propio hermano. Dos días después de aquello, vino destinado a mi  regimiento. Me abrazó calurosamente como si nada hubiese pasado entre los dos. Nada de explicaciones. Los dos éramos militantes de la misma ideología. Los dos, acérrimos anarquistas. Por la noche mientras dormía, atravesé su pecho varias veces con mi bayoneta. Mi propio hermano, ¡sangre de mi sangre!...
A menudo he reflexionado sobre aquello hechos que marcaron mi vida y, que son fantasmas que me perseguirán hasta el último momento de mi existencia. ¿Cómo pude llegar a ser el asesino de mi propio hermano? 
Debe existir una respuesta a esto, pero es muy difícil de encontrar. Al menos para mi. Esta pregunta es como un acerado puñal que se clava todas las noches en mis entrañas sin dejarme dormir.

En Madrid, a 4-12-2018
Francisco.



Datos históricos:

El frente de Aragón debía romperse el 9-3-1938. Antes de iniciar la ofensiva, Franco consolida el Nuevo Estado, nombrando siete ministros, siendo el de Asuntos Exteriores, su cuñado Serrano Suñer. Se instala en su Cuartel General en el palacio del duque de Vistahermosa, cerca de Zaragoza. No será una batalla, si no una “maniobra”. Tiene 26 Divisiones a las órdenes del general Dávila. El enemigo está a las órdenes del general Vicente Rojo, el cual confía en los accidentes del terreno. Tendrán que cruzar cinco ríos antes de llegar a Barcelona. 573.- Empieza la ofensiva y se rompe el frente. Sólo en Belchite los nacionales encuentran cierta resistencia. 574.- Los rojos tienen cuatro gobiernos y no se sabe a cual obedecer. Franco avanza con fuerzas motorizadas y caballería. Al pisar la frontera catalana, la Compañía de esquiadores de Huesca entra en acción. 580.- El tres de abril el general Yagüe ocupa Lérida, pero no cruzan el Segre, último de los cinco ríos. El Ejército de Galicia que dirige el general Aranda, se desvía hacia Castellón. La estrategia de Franco es aislar Cataluña de Valencia y Madrid. El quince de abril llegan al Mediterráneo ocupando Vinaroz. Franco decide fortificarse en Lérida. Con ello los comunistas respiran aliviados y piensan, formar un ejército de 400,000 hombres…






EL SEÑOR PRESIDENTE

“Mi abuela me contó, que nada más nacer yo, obligó a mi madre a subir un tramo de escaleras conmigo entre sus brazos. Dicen que si se suben unas escaleras con un recién nacido, de mayor alcanzará una buena posición social.”

Y aquí estoy, como Presidente de la nación. No os lo podéis creer. Ni yo tampoco me lo creo. No me explico la falta de inteligencia de los mementinos, que me han elevado al más alto puesto de MEMENCIA.  Cuenta la historia, que cierta vez hace ya muchos años,  ante el asedio de Roma, los mementinos se suicidaron. Pero que se suiciden ahora por esa torpeza de nombrarme Presidente, es algo que no me explico. 
Es cierto que mi madre nada más parirme, siguiendo los deseos de la suya y con la placenta aun colgando, me cogió en brazos y subió hasta el cuarto piso sin ascensor, a riesgo de dar un resbalón y matarse, matándome a mi también. Pero no pasó nada. Y aquí, estoy, gracias a mi abuela y a la madre que me parió.
Tengo grandes poderes para hacer el bien por mi nación y, lo voy a hacer pese a todo. Al menos, voy a intentarlo. Aunque tengo mis dudas al respecto, porque ya ha empezado a cacarear la gallina que he nombrado Ministra de Hacienda. No deja de cantar a mi oído que no va a haber bastante dinero para hacer frente a los gastos y, en particular, los que tenemos que hacer para que los votantes de nuestro partido, no nos abandonen y se afilien a otro. Por otro lado, Narciso, el Ministro de Asuntos Exteriores, no hace más que prepararme viajes al extranjero, y, empiezo a sospechar que lo hace para que me distraiga de los deberes que debo cumplir aquí, que son muchos y variados; todos muy importantes, cual corresponden a un buen Presidente, que sólo ansía el bien de su nación.   
Me ha surgido un gran problema que no quiero decir a nadie y, ni siquiera a mi mujer, aunque pronto lo descubrirá porque es muy lista. Menos mal que duerme todas las noches a pierna suelta y no se da cuenta que soy otro desde que fui nombrado para tan alto cargo. El problema es que no duermo y se me está empezando a notar.  Apenas me acuesto y me entrego al sueño, no pasa ni media hora que una terrible pesadilla me despierta. Y ya no logro pegar ojo en toda la noche. Me veo convertido en una especie de animal antidiluviano de color verde, al que sigue otro de color anaranjado que una veces es Narciso, otras, Amalia, la Ministra de Hacienda, otras Juana, mi propia mujer y, a todos nos crecen manos encima del lomo, lo cual me pregunto, en todo momento qué puede significar esto.
He creído  hallar una respuesta al significado de esta pesadilla, en la siguiente viñeta que ha publicado un medio de comunicación y que me ha mostrado Juana en el día de ayer cuando al fin le conté lo que no me deja dormir por las noches:  


Caligrama de José Ortega
Según ella opina, las tijeras que cortan la palabra “censura”, corresponden a las nacientes dictaduras que están surgiendo en todo el planeta. La palabra engorrosa que aparece arriba, si nos fijamos es “corrupción”, y debe referirse a las democracias existentes. Son un símbolo de lo que “hay” y de lo que no podemos escaparnos.
Las pesadillas continúan. El diplodocus anaranjado que me sigue, se transforma todas las noches en distintos personajes de mi gobierno. A todos les nacen manos en el lomo. Todos aparecen sonrientes, felices, campechanos. A nadie le duele que le crezcan manos por todo el cuerpo. Lo consideran una cosa natural. Juana opina al respecto y yo también, que estas manos –que además, tienen un agujero en el centro-, significan que nadie se abstiene de robar si la ocasión se le presenta, y que lo que roba, en vez de aprovecharlo, se pierde por ese agujero…
Esto no casa conmigo, pues yo no pienso robar ni un céntimo al Estado. Yo no pienso dejarme llevar por la corrupción. Es más: yo pienso combatirla.  Se lo digo a Juana:
¿Por qué yo aparezco en el sueño con las manos agujereadas?  Ella no sabe qué decirme al respecto y yo sigo sin encontrar el significado.
Pienso a menudo en mi abuela. Si ella estuviese aquí, seguro que me resolvería este enigma. ¿Porqué aparezco yo con las manos agujereadas si no pienso robar ni voy a consentir que alguien me venga con regalos?
De tanto insistir con esta pregunta, se ve que mi abuela, compadecida de mi sufrimiento, se me ha aparecido esta noche pasada, lamentándose de haber obligado a mi madre a subir por aquella escalera. Y me ha explicado lo siguiente:
-Aunque tú no robes, si estás ahí y consientes que los demás lo hagan, estás cometiendo la misma falta que ellos.
-Pero, abuela, ¿qué puedo hacer yo?
-Dimitir.
-¿Y dejar que otro me suceda con menos escrúpulos que yo?
-Allá él. Ha dicho mi abuela.
-Ay, esto es una terrible pesadilla. He dicho yo.

 
En Madrid, a 27-11-2018
Francisco




RECREO


Llegó a mi corazón, ¡bendita sea!
una nube de rosa que bajó del Cielo
nube de esperanza y de consuelo
de donde descendió la bella Idea.

Desde entonces mi alma se recrea
cruzando los espacios con anhelo
y me trae al volver de cada vuelo
bellezas del Cielo para que las vea.

Tengo en fanal de vidrio transparente
colocadas mis más divinas arras
a la vista del hombre inteligente.

Con él me corro deliciosas farras
a todo lo demás indiferente.
¿No oís sonar laúdes y guitarras?

Del libro “Cascada de sonetos” año 2000
Francisco






Pascualín, o el derecho a estar despierto

Días pasados, yendo yo en un autobús en el asiento de atrás, pude observar que la mayoría de los pasajeros dormían plácidamente, menos un niño  de unos seis años, que incorporado sobre el regazo de su madre, que también dormía, intentaba tocar la oreja derecha del viajero que iba durmiendo en el asiento delantero.
No hace mucho que vine del planeta Marte, mi lugar de residencia, y estoy asombrado al ver y observar las cosas tan raras que ocurren en este mundo de Dios. Debido a esta sensibilidad especial que poseemos los marcianos, pude ir descubriendo lo que soñaba cada uno de los pasajeros, lo cual me pareció más raro y absurdo todavía.
Empecemos por el de camisa roja al que tocaba Pascualín. El hombre, creía estar en un gran banquete de boda comiendo centollos y otras delicias del mar y, cada vez que sentía el contacto de la manecita sobre su oreja, creía que era una mosca, y lanzaba un tremendo manotazo. El niño, cada vez más divertido, volvía al cabo de un tiempo a realizar la misma operación, y la oreja volvía a recibir otro terrible golpe, debido a lo cual, acabó poniéndose tan colorada como un tomate. Dentro de su mente infantil, Pascualín sentía una delicia tan grande ante este juego, que pataleaba sobre los muslos de su madre; pero esta, entregada a sus sueños agradables, seguía durmiendo como si tal. Tampoco el hombre del centollo y las gambas quería salirquel espacio donde se encontraba tan a gusto, pues una vez retirados los restos de mariscos, estaba dispuesto a devorar un hermoso plato de cordero asado que había aparecido de repente  delante de sus narices.  
No vayáis a creer que el sueño de la madre de Pascualín era menos hermoso que el que acabo de relatar. Estaba nada más y nada menos que actuando de soprano en la Escala de Milán, junto a los mejores cantantes del momento, y lanzaba tales gorgoritos, que un público entusiasmado se había levantado de sus asientos y aplaudía durante media hora su última aria. El tango chino de madame Butterflay. Creo que era esta, aunque no estoy muy seguro, porque una de las cosas buenas de este planeta que aún no he podido saborear debidamente, es la Ópera; pero todo se andará.
El pasajero de la gorra y camiseta negra, sentado al lado derecho del anterior, tenía un sueño erótico, que no voy a describir dado el pudor del que hacemos gala los marcianos, pero puedo decir, que estaba a punto de despertarse porque eyaculaba precisamente en esos momentos en contacto con la imagen de una mujer, tan bella, que ya quisiéramos muchos marcianos tener allí. Ellas son la mejor cosa que tenéis los terrícolas y a la que no prestáis el más debido aprecio.
Quiero dejar bien patente, otra clase de sueños que descubrí entre los pasajeros que iban despiertos y de pie mirando hacia un punto lejano, los cuales, no dejan de ser tan interesantes como los de aquellos que iban sentados y dormían de verdad. En la mayoría de estos, el tema era el dinero y los parcos placeres que proporciona. También los deseos eróticos brillaban en algunas mentes. Destacaban sobre todo, los deseos de viajar por todos los rincones del planeta, cosa que debe ser de importancia, pero que yo no logro entender, dado que nunca salí del pequeño pueblo donde vivía con mi familia en Marte. Ahora que estoy en Madrid, tampoco deseo viajar ni conocer algo más que esto. Hay tanto que aprender aquí si uno lo desea… Y tanto que ver y oír. La Ópera por ejemplo, que me he prometido a mí mismo comprar un asiento permanente en el Teatro Real. Luego están las representaciones teatrales, que pienso vérmelas todas una por una. Los paseos por las calles, por los parques, admirando esas cabezas llenas de sueños, tan distintas de la mía y la de mi gente… Mi curiosidad es infinita.
Pascualín tendría que haber seguido jugando con la oreja de aquel señor, pero entre tirón y tirón que daba a esta, también soñaba despierto. En este caso con una gallina dentro de una pocilga donde había unos cerdos gruñendo.  Hay que decir que su madre es dueña de una granja donde cuida de esta clase de animales, y el niño, claro, con ese gran poder de imitación que tenéis los humanos, quería ser como uno de ellos. De vez en cuando cacareaba o lanzaba dulces gruñidos, pero nadie le oía, todos allí, entregados en brazos de Morfeo, como soléis decir.
No quiero hacerme pesado con la descripción de  los sueños del resto de los pasajeros de este vehículo en el que me tocó viajar. Y lo dejo aquí.
Y no quiero despedirme, sin antes hablar de mi y de lo que ocurre en mi planeta respecto a este tema. Allí, como en el caso de Pascualín, todos tenemos derecho a estar despiertos; y usamos fielmente de tal derecho hasta el punto, que consideramos un deber olvidarnos de los sueños. Marte es el planeta de la realidad. Allí, ninguno caemos en el horror de ponernos a soñar; llegando en esto hasta el punto que ni siquiera soñamos cuando estamos durmiendo. Dormimos con la mente en blanco y el estómago vacío, siendo de esta manera, que el descanso que disfrutamos, es pleno. Una vez que nos ponemos en pie para empezar el nuevo día, no nos vemos asediados por esos fantasmas que tanto perturban vuestras mentes, y tanto tiempo perdéis en ese menester,
En vez de soñar, reflexionamos; y eso, es más productivo que estar pensando siempre en las musarañas. Reflexionamos por las noches antes de acostarnos, ante la luz de las estrellas, admirando el esplendor de esa naturaleza que nos envuelve y de la que formamos parte, tan llena de misterios. Y durante el día, ya despiertos, descansados, seguimos reflexionando sobre lo descubierto esa misma noche y todo lo anterior. Y sobre todo, lo que nos queda por descubrir. Este magno ejercicio es para nosotros, la razón de nuestra existencia, tanto es así, que lo realizamos de noche y de día de forma permanente, tal y como he dicho.
Para poner un ejemplo –un tanto pobre-, de cómo somos mentalmente, puedo citaros a esos filósofos y místicos de vuestra raza de los que vuestra historia está llena. Ellos también –como bien sabéis-, se dedicaban y se dedican a reflexionar de forma permanente, incluso –en el caso de los místicos-, a adorar, cosa que admiro.
En cuanto a nuestro cuerpo, -igual al vuestro-, hay una diferencia esencial, consistente en que, carecemos de sexo. Y por lo tanto, la belleza del sexo no existe para nosotros, aunque tenemos a cambio la otra belleza infinita de la Creación. Hace miles de años, que nuestra civilización evolucionó de tal manera, que el demonio de la carne desapareció de entre nosotros, y, debido a la evolución natural de la que tanto habló vuestro Darwin, nuestros órganos sexuales fueron desapareciendo, estando ahora, –y lo pongo como ejemplo- más lisos, que Basilisa la que vivía en Castellón de la Plana…



En Madrid, a 20-11-2018
Francisco




XI

Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo

Pero no esa hambre material e intrascendente
sino el hambre celestial de hombre vehemente
que al perderte, mi bien, perdió su cielo.

Te envolví en el más suave terciopelo
orgulloso de ser  deudor de tan divino ente
y tú, no sabiendo apreciar esto, e indiferente
hiciste un gran desprecio a todo mi celo.

Hoy llorando ante el recuerdo de tu presencia
me repudro por dentro por no haber sabido
conservar tan grande y celestial tesoro.

Y me lamento de mi falta de experiencia
de no haber adivinado que un perdido
te habría de robar, lo que llorando deploro.

De los cien sonetos de Neruda



Viviendo y aprendiendo

Mi marido se marchó de casa de repente, poniéndome unos cuernos más grandes que los de la abundancia en países ricos. Fue aquella misma mañana cuando me enteré de que llevaba dos años liado con su secretaria y que nuestro hijo, Antoñito, tenía una hermana bastarda que había engendrado con ella. Sentí de todo al conocer todo aquello. La primera noticia que me llegó fue cuando mi vecina Catalina me dijo, en el mercado, que lo había visto coger el tren acompañado de una mujer joven, más o menos de mi edad, y una niñita de apenas un año.   
-No puede ser, Catalina, -le dije-, debes estar engañada. Florencio está ahora mismo en mi casa leyendo LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ porque allí le he dejado hace apenas una hora. Hoy no tenía que ir a trabajar porque le correspondía disfrutar un moscoso.
-No, Gertrudis, -me contestó con retintín-, acabo de verlo con estos ojos que se ha de comer la tierra hace apenas media hora cogiendo el tren. Y si no, ya lo verás. Si no te entretuvieras tanto por las calles dándote el pico con las vecinas, y hubieras vuelto pronto a casa habrías visto que ya no está allí. Llevaba además esa maleta que conozco muy bien porque fui contigo a comprarla para regalársela en su cumpleaños.   
Corrí inmediatamente a casa, o mejor dicho, corrimos las dos porque Catalina no quería perderse el espectáculo y, efectivamente, el Florencio Florenciano ese, había volado con la maleta donde había metido toda su ropa, cepillo de dientes y demás.    
Aquello me causó un trauma de padre y muy señor mío, mejor dicho, una depresión de caballo. Durante meses no quería salir de casa y, tendida en mi cama, que era mi única compañera, en ella desahogaba todos mis humores. Menos mal que mi hermana Obdulia, se vino a vivir conmigo en los primeros tiempos, y ella se encargaba de cuidar a Antoñito de apenas tres años de edad por aquel entonces. Fue ella quien hizo las indagaciones necesarias sobre Florencio, de las que me fuí enterando poco a poco. Ella también, puso un muro delante de las curiosas vecinas que venían a verme, en particular a la morbosa Catalina a la que no dejaba entrar. 
Pasado un  tiempo, mis heridas fueron cicatrizando y empecé salir a la calle a tomar contacto con las gentes. Pero no era la misma. Se había operado un gran cambio en mí debido a mi tragedia. Ya no me gustaba entretenerme con esta o aquella para enterarme de todos los chismes del barrio. Ello no era óbice, para conocer las actividades de mi ex.
La primer cosa que negoció con Obdulia, fue nuestro divorcio, cosa que yo no tuve reparos en concederle; eso si cargando él con los gastos de educación de Antoñito. Para más INRI, fue destinado poco más tarde como profesor a la Escuela del barrio, y con él aprendió las primeras letras nuestro hijo. No sólo eso, que a medida que se ha ido haciendo mayor, ha sido bajo su protección y ayuda. Y tampoco es eso sólo, que ha crecido rodeado de sus hermanitos y hermanitas; la primera, Juanita, aquella niña, casi un bebé que vio Catalina cuando él con Ofelia, cogía el tren aquel día nefasto…
Bueno, no tan nefasto, porque desde entonces yo he vivido como una gran señora. Florencio no es sólo un buen profesor, sino que escribe libros, que están en primera línea de publicación y gana el dinero a espuertas. Es además un buen padre, pues con Ofelia ha engendrado cinco hijos, todos hermanos de Antoñito; todos han crecido y convivido con mi hijo, que son su verdadera familia. Ofelia es una gran mujer. Y tengo que reconocer que ha sabido hacer de mi marido el gran personaje que es. Yo no hubiera conseguido tanto.
A través de los años, he podido reflexionar seriamente sobre la vida y las cosas que ocurren en ella. En particular, mi casamiento. Ya me advirtieron mis padres que me conocían muy bien, que no debí casarme si no estaba segura de amar a ese hombre que les había parecido muy bueno y honrado. Yo, como suele ocurrir hoy en día y también entonces, me casé con él por el interés, sin quererle y pensando que a su lado, me aseguraba un porvenir. Era además, una mujer sin cabeza, o mejor dicho, con la cabeza llena de pájaros. No supe ponerme a su altura.
Aprendí mucho más después de dejarme él, que durante el tiempo que estuvimos juntos haciendo uso del matrimonio. Quizá el contacto de la carne, y el disfrutar de los placeres corrientes de la vida matrimonial, enturbiaban mi mente. Y me fueron muy beneficiosos, el dolor de la separación y, la soledad, mi dulce compañera. Son infinitas las cosas que he ido aprendido.
Al principio de aquella terrible depresión, de día y de noche se me aparecía él, cual fantasma de carne y hueso, que me atosigaba. En una segunda etapa y cuando mi depresión iba desapareciendo, también me atacaba el recuerdo de su conducta que había sido ejemplar. El odio que sentí los primeros momentos, dio paso a un remordimiento profundo, lacerante. Veía la enorme paciencia que había tenido conmigo, mujer casquivana, cuya mayor diversión era salir a la calle a contar chismes, y mi deprecio a sus palabras, cuando me nombraba a Hobbes, a Rousseau, a Kant; cuando me hablaba del mundo mejor por él soñado; cuando me daba sabios consejos sobre alimentación, sobre cómo bañar a Antoñito y cuidar de él. Y todo con palabras llenas de dulzura, sin un reproche. ¡Ay, esa dulzura, se cernía sobre mi mente convertida en negros nubarrones que calaban mis huesos y me hacían dar vueltas en la cama sin poder encontrar un momento de reposo!
Durante gran parte de mi vida, estos pensamientos fueron la causa de mi insomnio.
Al final descubrí un truco para poder dormir un poco. Duermo en la cama de mi marido. De esa manera, la cama vacía que miro es la mía”.
Esta cama, todas las noches desde que me cambié a la suya, es una buena metáfora de lo que ha sido mi vida. Ahora, al contemplarla desde su cama, veo  en ella el vacío de mis existencia y, cómo gracias a él, a mi querido y admirado profesor,  lo fui llenando con algo que al principio emprendí como una especie de revancha.
Soy otra persona, repito, asisto a los talleres  de literatura, estoy empezando a escribir el libro de mi vida, no cómo esos personajes célebres de la tele cuyas vidas están más huecas que un cántaro sin fondo, sino mezclando lo que he aprendido gracias al dolor sufrido, a mi sacrificio, a mi dedicación.
Me gusta leer novelas y escribir relatos, pero más aún leer libros de ensayo. Me empeño en conocer y comprender a Hobbes, a Rousseau, a Kant, a Tocqueville, y muchos más. Así tomo contacto con la realidad, con lo que está sucediendo, consecuencia de lo que sucedió a partir de las ideas de estos filósofos. No hay otra manera de comprender a estos hombres y mujeres de hoy, que reniegan de la idea de Dios, y que desprecian a los hombres y mujeres que seguimos creyendo en Él.
Entre las sábanas de la cama de mi ex marido, que no he lavado desde entonces, intento que se me pegue algo de su glorioso espíritu. ¡Bendita sea la hora en que le conocí!


En Madrid, a 13-11-2018
Francisco






LXXII


Amor mío, el invierno regresa a sus cuarteles.
Y nosotros debemos volver a nuestro refugio
Usando de un perfecto criterio o artilugio
Para allí degustar  las tan sabrosas mieles.

Esas que ayer libaron nuestros amigos fieles
Que no traicionan y son siempre los mismos
Y nos alejan de abulias y de pesimismos
Y que a montones llenan nuestros anaqueles.

Ah, los libros, ¡cuántos felices ratos nos dais!
¿Verdad amor mío, que son fieles amigos?
Ay, amor mío, ¡qué sería de nosotros sin ellos!

¡Cuántos y cuántos momentos puros y bellos!
¡Cómo nos ayudáis a vencer a los enemigos!
¡qué información tan preciosa proporcionáis!


De mi libro “Los cien sonetos de Neruda” donde cada soneto lo encabezo con el verso suyo correspondiente.

En Madrid, a 8-11-2018
Francisco 








UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 11º.-

Las montañas lejanas ya no lo son, pues estamos al pie de ellas. Y según me explica Jesús, el pico más alto, el Meron, está a más de mil metros sobre el nivel del mar. Éste y el Hermon al este, en los altos del Golán, pronto se cubrirán de nieve y se mantendrán así, hasta la próxima primavera en que empezando a derretirse encharcarán estos terrenos, y serán fuente de riqueza, incrementando el cauce del río Ammónd que hemos dejado atrás. En el caso del Hermón a cuyo pie está la ciudad de Cesárea donde reina Filipo, otro hijo de Herodes, allí nace el río Jordán, que discurre formando varios lagos, destacando entre ellos como el más grande, el Jule, en cuyo valle estamos. Y a una distancia de éste, de catorce kilómetros más o menos, igual a la que hemos recorrido, el Jordán vierte sus agua en el gran lago de Genesaret, conocido por el Mar de Galilea, en cuya orilla aunque brevemente, ya hemos estado.
Estamos en presencia del rabino Hillel que a sus ochenta años de edad, se ha recluido al pie de esta montaña donde tiene una cueva para resguardarse y, de la cual nos dirá después que cuando muera ha de ser su tumba.


Según me ha explicado Jesús antes de llegar ante él, se trata del primer erudito que ha sistematizado la interpretación de la Torah escrita. Es natural de Babilonia, pero su formación religiosa fue en Jerusalén, donde llegó a convertirse en una autoridad sobre la ley judía, y elegido como jefe  del Consejo religioso.
Jesús bendice la hora en que tuvo su primer encuentro con este ser providencial del que aprende grandes cosas. Tiene grabada en su mente su famoso hagadá: "No hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti; todo lo demás es comentario".
-Ven, Paco, te presento a mi gran maestro Hillel.
-Mucho gusto en conocerle, señor.
-Y yo a ti.
-Me encanta mucho eso que usted pide que no debemos hacer a nuestro prójimo, eso que no queremos que nos hagan a nosotros, lo cual enlaza con lo de nuestro buen amigo Jesús, que dice que hay que amar al prójimo como a uno mismo.
-Si, hijo mío, así es. Pero no me hables de usted, porque tengo sólo ochenta años y tú ochenta y nueve, a punto de cumplir los noventa.
-Así es amigo Hillel, pero tu dignidad, es cien veces más grande que la mía, y me causa un gran respeto.
-De acuerdo, Paco, es gran cosa esa de admirar a las personas por su grado de dignidad alcanzado, pero hay algo más, que consiste, en la admiración que debemos al Ser Supremo, a Dios.
-Si, lo se, Dios debe ser querido y admirado, pero a veces lo vemos tan lejos…
-Ese fenómeno solamente se produce cuando el materialismo impera y se ha dejado en el olvida el saludable ejercicio de la oración. La primera enseñanza del Talmud dice así:
“Habiendo salido el maestro José de viaje, entró en una casa en que apareció el profeta Elías y le dijo: Hijo mío, debías de haber rezado por el camino y si temías que alguien te interrumpiera, con una plegaria corta basta.”
-Si maestro, nunca debemos olvidar la oración, y no es necesario esperar a ir al templo, que en cualquier momento y lugar, se puede realizar este ejercicio. Y además, con pocas palabras basta, como bien dice esta primera enseñanza de la ley judía. Me encanta la sentencia del profeta Elías. No era necesario esperar a llegar a la casa, que ya en el camino, en cualquier momento podía José haberse dirigido a Dios.
-Hay una segunda enseñanza, la del Rey David que tenía un arpa que a media noche la oía sonar cuyas cuerdas eran pulsadas por el viento. Entonces se levantaba y se ponía a estudiar la ley hasta el amanecer, con lo cual, a requerimiento de los sabios, salía a proveer las necesidades de su pueblo.
-Sí es una preciosa parábola; el viento, la vida desde que abrimos los ojos y salimos a la calle, nos proporciona cantidad enorme de elementos, que si estamos atentos, contienen un mensaje oculto que nos es dado interpretar. Y ello nos induce a seguir un comportamiento acertado.
-Así es en realidad. La tercera ley es la de Moisés en el Sinaí. A ella le siguen las del Pentateuco y el estudio de las vidas de los santos.
-A este respecto, puedo decirte, amado maestro Hillel, que estando yo bastante alejado de las prácticas religiosas, comportándome como un ateo, aunque creo en Dios y hasta me gusta rezar, si me ha gustado siempre leer historias sobre la vida de los santos, ejercicio que me ha producido pingües beneficios en el terreno espiritual. He aprendido mucho de Flaubert o de Maxence van der Meersch y otros por el estilo que han escrito sobre ellos y sus vidas.
-No se quienes son esos tipos ni me interesa, pero alabo ese gusto tuyo por conocer al ser humano bajo el concepto de la santidad. Es un concepto poco conocido y, puedo decirte, ya que estás interesado en el tema, que es uno de los más jugosos placeres que podemos permitirnos los seres humanos. ¡Ah, si todos cuantos disfrutamos de la existencia en este mundo, comprendiéramos, que la santidad, es la cosa más simple y sencilla, y que cualquiera puede practicarla limpiamente y sin ningún esfuerzo! Los padres de Jesús a quienes conozco y admiro, y otras muchas personas de Galilea son así y ya lo verás cuando las conozcas.  De hecho, muchos practicamos la santidad, aunque no nos percatamos de ello, ni lo valoramos, cuando de hecho, estamos dentro de los terrenos del Orden y del Trabajo. José, por ejemplo, es un santo padre de familia. Y no digamos de María, una santa madre. Ya verás. 
Aquí, ante estas palabras que he oído, de los “terrenos del Orden y el Trabajo”, ha tocado uno de los puntos sensibles de mi ser, he saltado yo como un ciquitraque y he exclamado lleno de entusiasmo:
-¡Ah, las nunca bien ponderadas, esa Patria del Orden y esa otra del Trabajo. Ellas son la clave, el punto de apoyo de la palanca que puede elevar al hombre a su condición divina!
-¿Qué dices, qué estás diciendo, amigo Francisco? ¿Qué es eso de las Patrias?
-No es nada, es una de mis manías.
-Explícamelo.
-Pues dentro de mi paranoia o locura, hay ciertas palabras, a las que yo he dado el nombre de Patrias, cuales son, Inocencia, Libertad, Humildad, Orden, Organización, Trabajo…  Y sobre algunas de ellas me he volcado profundizando con multitud de criterios para darles consistencia y conseguir, si es que puedo, que mis congéneres les presten la misma atención que yo; porque las palabras, y en eso Jesús aquí presente y yo, estamos de acuerdo, son la más nefasta herramienta que han inventado los seres humanos, y es preciso clarificarlas y hacerlas útiles dentro de lo posible. 
-Yo también participo del criterio que son funestas, pero ya ves: no hay otro remedio que utilizarlas si queremos entendernos.
El niño, que hasta este momento había permanecido callado contemplando el vuelo de una callalba, se vuelve hacia nosotros exclamando:
-Así es, en efecto, yo la odio, pero no tengo más remedio que hacer uso de ella. Pero ya está bien de cháchara; y permíteme querido maestro, que enseñe a nuestro amigo Paco la cueva donde vives y que ha de ser tu tumba en breve.


Ante estas palabras del niño, me escandalizo, porque eso de hablar de la muerte con tanta tranquilidad, no me cuadra, y elevando la mirada sobre la falda del monte, diviso la boca de la cueva y a una mujer junto a ella. Va vestida con la clásica túnica de los judíos y bajo su cara se divisa una bufanda negra.
-¿Quién es ella? –Pregunto.
-Es Sara, una samaritana.
-¿Y qué hace aquí, en la Alta Galilea, una mujer sola tan lejos de Samaria que debe estar a más de cincuenta kilómetros?
-Pues ha venido en peregrinación, para seguir las enseñanzas del maestro, igual que estamos haciendo tú y yo. Al mismo tiempo, aprovecha para poner en orden la cueva, ya que éste, como todos los sabios, se enfrasca en sus libros y sus pensamientos y se olvida  a veces hasta de comer.
-A propósito de la comida, ¿Cómo se alimentan?
-¿Y tu me lo preguntas? ¿No has visto, la cantidad de frutos tan variados que hay por estos bosques?
-Es verdad. Bueno preséntame a la hembra.
Dejando al sabio con sus libros, subimos la pequeña cuesta que lleva hasta la cueva. Jesús dice:
-Aquí te presento a Sara.
-Tanto gusto.
-El gusto es mío. –Responde. Y añade: ¿Quién eres tú que apareces con esos ropajes tan extraños?
Jesús interviene:
-Es mi amigo Paco que viene del futuro.
-Estás de broma, niño, -exclama ella.
-No es broma, no, que está aquí en carne y hueso. Tócalo.
Al tocarme, doy un respingo sobre la cama despertando a Benita, que pregunta:
-¿Qué te pasa?
-Doy un pequeño gruñido que le indica que estoy decidido a seguir durmiendo, y ella que no es tonta, lo comprende, por lo que dándose la vuelta, también se decide a dormir.
Ignora que estoy de viaje en TIERRA SANTA y que estoy nada menos que mano a mano con Jesús de Nazaret. Es un dulce sueño, que me gustaría prolongar no un día o dos, sino miles de años. ¡Es tan interesante el poder entrar en el conocimiento de estas gentes, conocer de primera mano, cómo y de qué manera se efectuó el maravilloso caso de la redención!  La redención, el cambio del ser humano ante el fenómeno de la vida. El conocimiento de lo que somos, del camino que debemos seguir hacia la perfección. Obtener el privilegio de una forma de vida distinta a la seguida por el ser humano hasta el momento presente, que da vergüenza confesarlo, esa forma terriblemente absurda, llena de crímenes y calamidades.
No sucedió aquel fenómeno tan glorioso, simplemente por el arte de birli birloque, Hubo allí una base sólida sobre la cual pudo perfeccionarse esta criatura, Jesús, hasta llegar a ser el hombre más grande de todos los tiempos dentro de este mundo. 
Estoy deseando llegar a Nazaret para conocer personalmente a María y José. Pero el niño de diez años, mi maestro, no tiene prisa. Yo tampoco debo tenerla. ¡Si este sueño pudiera ser eterno!...

CONTINUARÁ.






LA INTENCIÓN

Como sencilla paloma
es del hombre la Intención 
que vuela hacia la Creación 
buscando un sutil aroma.
Cuando a los cielos se asoma,  
el alma sufre un espasmo, 
desaparece el sarcasmo 
y acude la gracia plena 
que sutilmente encadena 
el alma en divino pasmo.







71.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015248 páginas.

TÍTULO: LA HABITACIÓN OSCURA

Autor.- Isaac Rosa

Recogido en la BIB el 22-10-2018 para leer en quince días y comentar en clase el 5-11-2018.

COMENTARIOS.- Isaac Rosa es un continuador de aquello que ya Henry Miller hace cuarenta años escribía desafiante. Es un género de literatura que se basa en el escándalo, despreciando el pudor e incluso exagerando en cuanto a la pornografía se refiere. Es una manera de provocar. Casi nadie se acuerda de Henry Miller y sus seguidores, en la novela escandalosa. Esto es una señal del buen gusto de las gentes. Es más elegante, a mi modo de ver, leer a Dalmacio Negro en su libro EL MITO DEL HOMBRE NUEVO, que denuncia las mismas cosas que estos escritores, sin escándalo, pero con mayor energía, sabiduría y erudición que ellos. Lo malo es que nadie se ocupa de establecer una buena orientación en el mundo de la lectura y tenemos que tragarnos esta bazofia intelectual. El futuro lo creamos nosotros con nuestra conducta y, nada hacemos en su favor, si esta es desordenada. Reconozco que la triste realidad de estos tiempos que vivimos, no es la misma que la de los años setenta, y a ello ha contribuido el uso de las nuevas herramientas. Ellas, bien utilizadas hubieran dado paso a un futuro espléndido, pero hoy por hoy y debido a nuestra falta de imaginación, son utilizadas al servicio del mal. Es bueno que se denuncien los hechos de la actualidad que superan a las predicciones de Henry Miller, incluso las anulan, pues él abogaba por un mundo mejor, y ya vemos en lo que este ha quedado. Isaac Rosa, denuncia la actualidad minuciosamente, como narrador cámara, levantando capa tras capa con fino escalpelo, lo cual debe ser agradecido en lo que vale. Es muy conveniente que alguien nos muestre con claridad, esa realidad, oscura, monstruosa en la que estamos viviendo y esto se agradece. Pero en mi opinión, como ya he dicho, hay otras formas de denunciarla, como hace Dalmacio Negro, estudiando las causas, y sobre todo, abriendo nuevas perspectivas. Isaac Rosa, no abre ninguna.   


En Madrid, a 26-10-2018
Francisco









AZUQUIQUI.

Bastián Martínez Serrano, es un niño que tiene un corazón de oro y que, a pesar de ello, sigue un camino equivocado. Desde muy pequeño los padres en la víspera de Reyes, le llevaban a ver la cabalgata, desde la que otros niños y personas mayores montados en ella, tiran a las gentes gran cantidad de caramelos, que caen al suelo y hay que agacharse a recogerlos.  Esa misma noche, ya de madrugada, como sabemos, los Reyes traen regalos, y Bastián empezó a recibir multitud de juguetes electrónicos con los que empezó a jugar. Y lo hacía con tal habilidad, que era la delicia de los padres, cuando observaban su gran inteligencia y con qué facilidad manejaba esos aparatitos tan deliciosos. En el parque, nada más cumplidos los dos añitos, ligaba con toda clase de niñas y niños, lo cual era también la delicia de sus padres y de los otros que concurrían con sus hijitos.
Algunos de los padres ajenos, cuyos niños habían nacido remolones, felicitaban a los padres propios, y más que a ellos, al abuelo Francisco, que era quien más aparecía con el nieto por el parque, porque padre y madre tenían muchos deberes sociales que cumplir y, ya se sabe, en estos tiempos, generalmente, los abuelos son los educadores de los niños.
Si los padres se quedaban con la boca abierta ante las especiales cualidades del niño, no vean cómo se quedaban las bocas de Francisca, la abuela, y de  Francisco, que si alguien las veía, les cruzaba de oreja a oreja. Francisca, era una excelente repostera, que tenía localizados, en diferentes supermercados, todos los ingredientes de fabricación de golosinas. No sólo de golosinas, que también solía preparar unos pasteles de carne o de verduras, con los que propios y extraños se relamían cuando eran invitados a los diferentes banquetes que solían celebrar. En el barrio eran la envidia de los vecinos, pues unos que más y otros que menos, habían sido agasajados con pasteles por tan dulce dama. El abuelo, era vegetariano, y sólo comía de su esposa, los pasteles de verduras, pero hay que decirlo: estos eran los que menos les gustaba a ella confeccionar, porque le daban más trabajo que los otros. Para ella, los niños eran lo primero en el orden jerárquico de la familia, y el patriarca o se sometía a ese orden, o era condenado a un ostracismo más terrible que el de aquellas checas de las que tanto se oía hablar en la Guerra Civil Española.  
Pero estábamos hablando de Bastián y debemos seguir con el hilo de la narración. El caso es que a medida que fue creciendo, no se sabe si por causa de la dulzura de los padres o la de los abuelos, él también rodeado de tanta dulzura, fue acumulando grasas en su organismo y aunque le gustaban los deportes, se puede decir de él que era un niño gordezuelo. Cuando tenía nueve y diez años, jugaba con el equipo de balonmano del colegio, y lo hacía bastante bien. También en los estudios iba sacando buenas notas y no era de temer que se desviase y dejase estudiar, como ya lo venían haciendo otros niños de los vecinos. Pero el caso es que a partir de los doce años, sí se desvió; y vamos a contarlo:
Se había vuelto glotón y no tenía hartura cuando se ponía a comer en familia. Y no sólo eso, que estando a solas en la casa de la abuela o en la de sus padres, hurgaba en la despensa, o más aún en el frigorífico por si había alguna tarta y, allá que se zapaba una buena parte de ella. La abuela pasaba por alto estos hurtos, y los padres, debido a obsesiones por el trabajo y otros, ni se daban cuenta. Pero no era sólo ese su desvío, que habiendo empezado a eyacular, las niñas, que ya de pequeño le gustaban un montón, ahora le despertaban mayores deseos, los cuales le distraían de sus obligaciones. Y no solo eso, que debido a ese fenómeno reciente de la humanidad del uso del teléfono móvil, debido también a su simpatía y extrovertismo, se comunicaba con cientos de niños y niñas, que le invitaban a sus cumpleaños y demás fiestas. Es fácil de entender, que su tiempo empleado en tan diversas actividades, le hicieran perder el que debemos dedicar a nuestras obligaciones y, la suya de estudiar, la había abandonado por completo. Máxime que la conducta de los profesores, tampoco le estimulaba para ello, puesto que casi todos ellos, participantes en partidos políticos en sectas religiosas, o también en satisfacciones de la libido y otras varias, no se cuidaban de enseñarles debidamente.
Por eso es que lo vemos sentado en unos escalones, abrazado a su mochila llena de libros y pensando en las musarañas. Es cosa digna de admirar que le hallamos sorprendido en esta postura, pues no tardará en sonar el teléfono móvil y soltando la mochila tendrá que atender a la llamada. Y aunque no le llamen, sintiendo ese dulce regusto de la amistad, llamará a este o aquel, o mejor aún, a esta o aquella, y entablará dulce conversación que durará largo rato. Hay algo más: Sabemos, se de buena tinta, que por las noches, recibe llamadas de sus amistades o sintiendo necesidad de llamarles por esto o aquello que se le ocurre, apenas duerme una horas a partir de las tres de la madrugada. Eso los días llamados laborables, que los sábados y domingos, puentes y días festivos, con permiso de sus dulces padres, empieza a salir de fiesta dándose dulces besos y demás con las amiguitas, siendo el regreso a casa cuando ya está saliendo el sol o cuando ya hace bastante rato que ha salido. Así las cosas… ¿Qué queréis que más cuente?

Azuquiqui…        

                                  azuquiqui…      



                                                           azuquiqui…         


                                               Y…      olé



En Madrid, a 23-10-2018
Francisco





EL DESPRECIO


Creo que lo leí de Gironella, escritor poco recomendado en la actualidad, que la indiferencia, es el signo de nuestros tiempos, más aún ésta, que el racismo o cualquier otra cosa. Y yo que he pensado mucho en ello, creo que se quedó algo corto porque más que la indiferencia, el signo de estos tiempos es el DESPRECIO. Ya dentro de ese campo, el mayor de los desprecios es el que se hace a los ancianos, muchos de los cuales tienen cosas importantes que decir. 
No les vendría mal a muchos que siguen un camino equivocado, que se parasen un poco a reflexionar, sobre dónde están escondidos los valores verdaderos que dan paz y felicidad a la existencia, y que buscasen esos valores sin emplear la terrible excusa, de que “están muy ocupados” y, no pueden pararse un solo momento porque los que vienen detrás, pueden perjudicarles.
Pero es el caso que nadie viene detrás, de aquellas personas que siguen el camino verdadero. ¡Y no valen excusas!

En Madrid, a 18-10-2018.
Francisco





DOÑA MARCIANA


Siendo muy joven Doña Marciana, se casó con un hombre de su mismo pueblo, un tanto miedoso. Ella también lo era y los hijos que tuvieron también adolecieron del mismo mal. 
El miedo, cual una serpiente poderosa de mil colores, se filtraba en las mentes de aquellas criaturas flácidas y endebles haciéndoles enflaquecer más y más, hasta el punto, que el carácter de Doña Marciana se fue agriando de tal manera, que creó un gran problema dentro de la familia. 
No podía estar sola ni un solo momento de su vida. Siempre tenía que estar rodeada de alguien cuya presencia le hiciera olvidar sus temores, que eran muchos y variados. En un principio, le bastaba con la compañía de sus hijos y esposo, pero pasado el tiempo, las cosas fueron cambiando: su esposo se fue alejando de ella poco a poco buscando otros ambientes dentro de los cuales podía ir creciendo en sabiduría, al tiempo que su miedo se iba calmado a medida que crecía su imaginación y podía por medio de ella, encontrar elementos que combatieran el miedo. También los hijos a medida que crecían y entraban en el mundo, encontraban nuevos elementos para curar su miedo, y si no curarle, por lo menos disimularle. 
A medida que la buena mujer se iba quedando sola, debido al abandono de su marido e hijos, para combatir su mal, se fue acercando a sus padres y hermanos, primos, parientes lejanos, vecinos, y cuantas personas encontraba a su alcance, para tener siempre alguna compañía que la distrajera.
Le gustaba viajar y mezclarse con nuevas gentes de su país y también de países lejanos. Era insaciable en ese aspecto y siempre conseguía hacerlo en grupo, lo cual era más divertido que hacerlo sólo en compañía de Pablo, su marido.  Su poder de convocatoria era infinito. Es curioso observar, como el cerebro del ser humano, esa máquina poderosísima, es capaz de desarrollar ciertas capacidades cuando hay carencia de otras, con lo cual, el cerebro va buscando un punto de equilibrio para que no nos volvamos locos del todo y nos tengan que llevar al manicomio. Y en ella ese poder de convocatoria, era una prueba de ello. Yo, que la conocía muy bien, quedaba asombrado de esa capacidad suya para atraer a la gente, siendo persona bastante inculta y de poca imaginación. Pero así son las cosas. 
Pablo también era un espécimen raro, pues podía hablársele de todo y todo lo comprendía bastante bien, pero cuando tocabas el tema de los hospitales, de los accidentes, de la muerte en general, notabas cómo su cara se transmutaba, y si le mirabas las manos, un cierto temblor las sacudía. Pero en lo normal, era persona bastante más estable que su mujer.
Teresa, una de las hijas, poseía un talento excepcional. También era causa de mi asombro, el verla estudiar varias carreras y aprender varios idiomas con toda facilidad. Una demostración más de lo admirable que es esa máquina que llamamos cerebro y, que en la mayoría de los casos no apreciamos lo suficiente su valor. Pero yo si.
Los otros seis hijos del matrimonio también poseían dones especiales que les hacían destacar en los oficios o profesiones que fueron eligiendo para resolver su modus vivendi. Ello compensaba o neutralizaba el miedo que como un ave de rapiña o como la citada serpiente, se cernía inmisericorde sobre sus cabezas.
En aquella familia, no había problemas de dinero, si bien los problemas psíquicos estaban a la orden del día. Sobre todo el problema de la madre. Siempre esclava del teléfono, cuando la invención del móvil, este aparatito acabó encalleciéndole la oreja derecha de tenerlo siempre pegado a ella. Llamaba a todas horas a sus hijos, para hacerles observar cualquier descuido que podían tener, lo mismo en el control de sus hijos, sus nietos, a los que también llamaba a horas intempestivas. Esto era motivo para que ellos, molestos por estas llamadas, se fueran alejando de ella, psíquica y físicamente, lo cual despertaba su furia contra ellos y aunque les amaba, en momentos que no podía controlar, les decía palabras hirientes, las cuales obraban en contra de sus propósitos de tenerlos más cerca. En cambio con los vecinos y amigos, numerosos, su comportamiento era distinto. A todos atraía con zalemas, con regalos, con acertadas palabras de elogio o conmiseración. Siempre alegre con ellos, sin hacerles el más mínimo reproche, les atraía y ello era la causa de verse siempre acompañada, bien a la hora del desayuno, que muchos días se iba a tomar en una cafetería, o a la de la comida, que si Pablo, debido a su mucho trabajo no podía asistir, también antes de quedarse sola en casa, lo hacía en algún restaurante, donde siempre había algún camarero amigo con el que poder cruzar palabras entre bocado y bocado.
La casa le daba horror, no sólo a ella, que Pablo también huía de ella cuando podía. Por lo demás, este hombre siempre estaba pendiente de su mujer, sobre todo en los momentos que ella estaba libre dentro del día, que eran muy pocos.
Sobre él descargaba ella su mal humor, que había sido provocado por alguno de los hijos o los nietos. Se suele decir, creo haberlo oído en alguna parte, que los padres amargados por la irregular conducta de los hijos, desean a veces la muerte, para escapar así de este infierno mental que ello crea.  Este deseo dentro de la mente y el corazón de Doña Marciana fue creciendo noche y día, hasta el punto que, cierto día nefasto para mí porque era tía mía, se suicidó.

En Madrid, a 16-10-2018
Francisco.







Me permito copiar
textualmente, este fragmento del libro MUSA DÉCIMA en la página 269, donde José María Merino, dice algo con lo que estoy totalmente de acuerdo y que demuestra la actual decadencia de nuestro  Estado.

En aquellos años de la República sí que había interés por nuestro pasado más creativo, seguramente porque la dictadura de Primo de Rivera no había sido tan dañina como lo sería luego el franquismo, que fue culturalmente demoledor. Y la pena es que no hemos logrado salir de ello. El gran fracaso de la Transición estuvo en no devolvernos el interés por nuestra cultura. Y las autonomías han sido en eso muy destructivas.

Y sigue diciendo en la misma página, que poco antes de la Guerra Civil, La Biblioteca de la Cultura Española por medio de la Editorial Aguilar, empezó a editar más de ciento treinta monografías y antologías serias que recuperaban a autores españoles, principalmente, filósofos, médicos, eruditos, matemáticos, geógrafos… prácticamente olvidados desde el siglo primero al diecinueve.

En Madrid, a 13-10-2018





¿Hasta cuando se debe permitir esta situación bochornosa? 


 Felipe Iniesta arrodillado ante la pequeña insumisa 







430.- COMENTARIOS LIBROS SUELTOS LEIDOS (3).
196 páginas

TÍTULO: EL CALDERO DE ORO

Autor.- José Mª Merino


COMENTARIOS.- Este libro fue publicado en 1980. Merino haciendo poesía de la prosa, intenta que sea un largo poema al igual que Joyce hizo de su Ulises. Su lenguaje  como he podido apreciar, es el mismo que en MUSA DÉCIMA, publicado en el 2016; o sea, 36 años después; es un lenguaje alquímico, donde mete en su horno o atanor, todas las secuencias reales o soñadas, bien sea durmiendo, bien sea despierto. Mezcladas todas y empleando distinta maneras de narrar, con dos o tres narradores a la vez, con voces en 1ª, 2ª y 3ª persona, que despistan a veces y hay que volver a leer. El final como bien se ocupa de manifestar, es la representación del caos; el del Universo y el del cerebro humano que es una imagen del mismo.
En los dos libros hay similitud en cuanto al vuelo. Igual que dice en éste libro antiguo, en el más actual, vuela a través de un cómic y también dentro de un avión. Este vuelo es el de la imaginación, el cual deberíamos realizar todos y cada uno de nosotros, porque es muy delicioso y no cuesta ni un centavo. Sólo se paga con monedas negras, constantes y sonantes de dolor; pero ello, resulta placentero al final.
Hay que respetar el dolor de un poeta. El buen poeta es un ser enfermizo que intenta captar los infinitos efluvios del Universo y darles forma, para que otras personas disfruten de esa visión. Sacrifica su vida dedicado a esa labor, mientras los otros, los que se niegan a ser poetas, le desprecian y no quieren conocer las maravillas que va descubriendo.
Copio, el fragmento que da fin a este libro:
Alguien me empuja, alguien me da en la espalda unos suaves, afectuosos golpecitos, y vuelo, estoy volando, caigo al agua, o no es el agua, sino el espacio helado, infinito, oscuro, floto en el agua, en el espacio. Y veo por fin, tan cercanos, infundiendo en mi una serenidad sin límites, los resplandores dorados del caldero…
Ese caldero es nuestra alma, cuya sustancia es sabrosísima y, que deberíamos esforzarnos en saborearla, pues ahí la tenemos mientras vivimos, a nuestra disposición. Lástima que estemos siempre ignorándola y en algunos casos hasta negando que exista.

En Madrid, a 11 de octubre del 2018







De vuelta al cole

En Madrid, a cinco de octubre del 2018.
Francisco


70.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
410 páginas.

TÍTULO: MUSA DÉCIMA

Autor.- José María Merino

Recogido el día 27 de septiembre para leer y comentar en la sesión del día 8 de octubre. Solamente hay que leer la mitad, y la otra se reserva para la sesión del día 22.
Con ello se inicia el cuarto trimestre del 2018. El libro está lleno de ilustraciones y dibujos, lo cual le hace más ameno.

COMENTARIOS:

A mi modo de ver, Merino es un brillante paranoico (dicho sea con todo cariño y admiración), que como otros muchos escritores, intenta curar su locura escribiendo. Debido a lo mucho que ha leído desde su tierna infancia, posee una gran erudición que pone a la disposición de su público para que este se pique e intente entrar en ese espacio sublime de lo intangible, lo que tiene mil colores y a la vez no tiene ningún color; lo real y lo irreal al mismo tiempo.
Merino es un gran poeta que establece su juego entre la luz y la oscuridad, Plasma el alma del hombre dentro de un universo oscuro alumbrado tenuemente por la luz de las estrellas, el mismo que todos contemplamos durante la noche. Considera al hombre como un microcosmos, dentro del macrocosmos infinito. Un simple y brevísimo chispazo dentro de la eternidad.
Lo mismo en este libro, que en otro suyo que leí hace tiempo, EL CALDERO DE ORO, se recrea en la contemplación de sí mismo. Dentro de su peculiar lenguaje alquímico, mezcla en su retorta literaria, todas las sensaciones, todos los sabores, lo ficticio con lo real. Y para colmo, en este libro recurre al cómic para dar más fuerza a su relato.

  



22-9-2018




 LO MÍO CON LA INFORMÁTICA
                       

Lo mío con la Informática es cosa de risa. Al menos así debo tomármelo, para no volverme más loco todavía de lo que ya estoy.
Tengo tres ordenadores en uso y que responden a distintas edades. El primero es un HP del año 2003 que dejó de funcionar siete u ocho años después, y, en vez de tirarlo a la basura, como padezco el síndrome de Diógenes, lo dejé aparcado en un rincón.
Tengo que decir, que no se porqué arte de magia, quince días antes de salir este año de veraneo, me puse a manipular en él, y, cosa que no sucedía en años de varios intentos, de pronto se encendieron unas luces verdes preciosas, que más tarde se convirtieron en azules. ¡Vive Dios, que funciona! En él se puede escribir perfectamente e incluso se puede utilizar Internet. ¡Y yo, que iba a tirarlo a la basura! Con él me he estado auxiliando en la playa y ha respondido como si fuera nuevo.

Me trajeron aquel mismo año por Reyes, uno nuevo en el que estoy escribiendo en este momento. Es un ASUS que viene dándome serios disgustos. Hace cuatro días, recién llegado a Madrid de las vacaciones de verano, lo pongo en marcha y accedo a mi blog con la intención de trabajar en él. Resulta que al poner la contraseña, la rechaza y aparece un letrero que dice que tengo que abrir una cuenta nueva… Eso de meter cuentas en el ordenador, es algo que me aterroriza. No puedo remediarlo, pues ya me robaron de la cuenta del banco. En todo el tiempo que tengo el blog, esto jamás había ocurrido.

El tercer ordenador es más reciente, pues apenas tiene cinco años. Es un TOSHIBA de gran capacidad, pero lo desgracié con mi manía de pasar libros gratis a mi kindle. El caso es que este ordenador hace un par de años se puso a pantallear de repente, de manera que cuando está en lo más interesante de algo, la pantalla se pone negra y deja de funcionar. Lo llevé a reparar a dos talleres, y en ambos me dijeron lo mismo: que debía tirarlo a la basura porque, se había estropeado la pantalla y, poner una nueva, cuesta tanto como comprar un ordenador nuevo. No lo tiré, porque aunque me juega de vez en cuando la trastada del pantalleo, está conectado a una impresora fotocopiadora HP en color en la que puedo imprimir pinturas además de hacer fotocopias. Si tirara el ordenador, también tendría que tirar esta, o dejarla solamente como fotocopiadora, pues no puedo acoplarla a otro ordenador, porque se ha perdido el CD de puesta en marcha que suelen suministrar con ella.  

Ayer, cansado de manipular en el ASUS, para trabajar en mi blog sin conseguirlo, me dediqué a manipular en el TOSHIBA, y, caso curioso, que de pronto me anuncian en el móvil de mi mujer, que me envían un código de seis cifras de Google, y, a partir de ahí, se abre el blog y puedo trabajar en él como de costumbre. Mejor aún, que nada más pinchar el Blogger se inicia la sesión sin necesidad de poner mi cuenta ni la contraseña.
 ¡Toma castañas!. Lo que no conseguía con el ASUS, mira por donde lo consigo con este inválido.
Ilusionado, convencido que se ha solucionado mi problema con el blog, y ya puedo trabajar con él en todos los ordenadores, lo intento nuevamente con el ASUS, pero sigue con el mismo problema.
Tengo por tanto, que conformarme con el TOSHIBA a pesar de su molesto e impertinente pantalleo. Pero algo he avanzado.

Ahora viene el problema de los ratones. Tengo tres, uno  para cada ordenador. Pero o ellos están defectuosos, o los que están así son los tres ordenadores, porque cuando estoy usando uno, en cualquiera de sus múltiples funciones, falla. Y al cambiarlo por otro, la función que estaba pendiente, se efectúa sin dificultad. Uno de los problemas es el de copiar algunos de los mensajes que me envían, o cualquier otra cosa. Muchas veces me falla lo de “pegar”. Quizá esto sea defecto del ASUS. Es el más nuevo en uso, ya que no me puedo fiar del que pantallea. Pero debe tener otros defectos, porque cuando estoy en Internet accediendo a mi correo, o realizando cualquier otra operación, de pronto deja de funcionar. En estos casos que se repiten a menudo, tengo que apagar el ordenador, y al volverlo a encender, vuelve a funcionar el Google. Otro problema en el que pierdo mucho tiempo, es que van muy lentos los tres.
En resumen:
Los tres ordenadores son para mí como tres hijos díscolos a los que no es posible enderezar, pero los quiero mucho y son mi vida.
En otro momento hablaré del kindle, lo cual es también cosa a tomar de risa. Al menos así debo tomármelo, para no volverme más loco todavía de lo que ya estoy.






4-9-2018
UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 10º.-

Hemos cruzado este paraje y estamos ahora en una zona de monte bajo que a diferencia del que disfruto en las dunas de la Mata, cuando voy allí de vacaciones de verano, aquí está compuesto de plantas para mi desconocidas. Y es el caso que en vez de dunas de arena donde allí crecen las fragantes azucenas, estos terrenos un tanto en pendiente están surcados por deliciosos arroyuelos.
-Ven Paco, haz como yo.
-¿Qué haces?
Jesús se ha tendido boca abajo todo lo largo que es, sobre una losa de basalto sobre la que discurre un hilillo de agua y está bebiendo a placer. Y yo, entusiasmado, también me tiendo y empiezo a saborear esta agua dulce, incontaminada, nacida en las altas cumbres del Monte Meron.
-¡Ay, Jesús, qué suerte más grande la tuya! ¡Cuánto disfrutas de la vida! Nadie cómo tú, ha sido capaz de amar tanto esta bendita tierra, madre amorosa de la que hemos nacido y que nos ofrece generosa los más dulces placeres. ¡Qué delicia tan grande saborear esta agua virgen, pura, incontaminada, agua que nos pone en contacto, con la otra agua divina de la redención! ¡Si, Jesús, si, te amo apasionadamente, cuán grande eres como ser humano! ¡Sigue así y que nadie contamine jamás tu figura celestial!
-¡Para, para, Paconcio!, no pierdas el tiempo alabándome a mi. Alaba al Padre que está en los cielos, a quien todos debemos amor y pleitesía.
-Si, lo se, Él está presente en esta agua puras, en estos animales que hemos dejado atrás, en estas plantas, en todo cuanto nos rodea con su belleza exquisita. A través de todo esto yo le amo. Y se, que tú también. Tu, también eres un fervoroso admirador de la naturaleza. Y no sólo eso, que te integras a ella y la hermoseas con tu inalcanzable espiritualidad. ¡Bendito seas, niño mío!
-Venga, prosigamos.
Y al decir esto Jesús, entramos en un territorio todo cubierto de matorrales donde se combinan las plantas de anchas hojas con las espinosas.


Jesús olvidándose un tanto de mi compañía, ha sacado una de las bolsas de lino, tejida por su madre, según me cuenta después, y se ha dedicado a llenarla con unas bayas de color azulado que según me explica son del enebro.
-¿Son comestibles?, -le pregunto.
-No, por su sabor amargo, pero tienen multitud de propiedades beneficiosas que mi madre se encarga de aprovechar.
-¿Por ejemplo?
-Cociéndolas prepara infusiones, y machacándolas, obtiene un aceite, que después reparte entre las vecinas para curar distintas enfermedades.
-¿Qué enfermedades?
-De todo tipo, empezando por las de estómago y siguiendo por las del riñón para expulsar piedras, para la piel, para la caída del cabello, dolores musculares, bronquitis, para la próstata en el caso de los hombres, para estimular la menstruación en el caso de las mujeres.


-Dame unas cuantas Jesús.
-No seas tonto, Pacorto, como diría tu hija Florentina. Olvidas que estás dentro de un sueño y que al despertar, te encontrarás con las manos vacías.
-Es verdad. ¡Qué tonto soy! Pero algo quedará de este sueño, tus palabras, tu divina presencia, tus conocimientos de botánica como estos que estás demostrando.
Nuevamente se aleja de mi ante un nuevo tipo de arbustos de los que empieza a coger sus bayas e introducir en otra bolsa.


En este caso las hojas son anchas y las bayas parecidas en color a las anteriores, pero su textura es suave y da la sensación que se pueden comer directamente. Creo saber de que se trata y pregunto:
-Son arándanos, ¿verdad Jesús?
-Efectivamente, -me responde-, medicina muy importante en tu caso.
-¿Cómo lo sabes?
-Sabiéndolo. Toma, come.               


-Ya lo hago. No sólo en este momento, que llevo años comprándolos en el mercadona y tomándolos como medida prescrita por mi urólogo.
-Mira que bien. –Dice el niño. 
Y separándose nuevamente de mi, se pone a recolectar toda clase de hierbas en distintas bolsas. Entre ellas distingo la flor del romero. Y me viene a la cabeza el siguiente villancico, que lleno de alegría me pongo a cantar con mi voz cascada:

Ángeles bajar y ver,
los campos llenos de flores,
y entre divinos clamores
 el romero florecer.

El niño, al oír esto, responde con su voz dulcísima de terciopelo;

Todo el campo está florido,
el alma exulta de gozo,
en mi corazón de niño,
                                                    late el momento glorioso.

-¡Ay, Jesús, que bien me encuentro!
-Y más que te sentirás cuando lleguemos a donde vamos.
-¿ A donde?
-Ya te lo he dicho. A esas montañas cercanas.


CONTINUARÁ






EL BICHO


 Al ir a recoger las sandalias de baño, salta de dentro de una de ellas, una cosa negra, que se pone a correr por el suelo. No es una cucaracha, ni tampoco un ratón. ¡No, no lo es! Pero asusta. Mientras lo observo largo  rato, allí, en silencio, permanece inmóvil como provocándome, y me pongo a pensar en la forma de acabar con el. Se por experiencia vivida con las cucarachas, que si le ataco con la sandalia, escapará como ocurre casi siempre. Al final me decido y le doy un zapatichazo, pero salta algo más lejos. No puedo asegurar si le he dado. Vuelvo con la sandalia a darle, no una, sino varias veces, y, esta vez si que estoy seguro que lo alcancé, por lo que debe estar muerto; pero al último y definitivo golpe, sale corriendo nuevamente y se sitúa junto a la pared. Estoy horrorizado. Llega mi mujer ante el escándalo que he armado y lo alumbra con su linterna. Se trata del tapón del bidet

En la Mata, a 28-8-2018








25-6-2018


UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 9º.-

Hemos dejado atrás Magdala y nos encontramos en campo yermo caminando tierra adentro por la orilla del torrente Ammúnd. Jesús no ha querido llegar hasta Genesaret que, desde la orilla del lago que hemos ido bordeando, se divisa bastante cerca. Tampoco ha aceptado mi deseo de seguir hasta Cafarnaún, también cercana. 
-¿Porqué no quieres que nos acerquemos a Cafarnaún? –le he preguntado. Y me ha respondido que allí hay cientos de soldados romanos concentrados y ese no es plato de su gusto.
-Pero, antes me has dicho que te gusta hablar con ellos.
-Si, cuando van solos por los montes o descampados, o cuando hay alguna turma de ellos en un mesón. Entonces están más relajados y quizá el contacto con la naturaleza, o con la gente del pueblo llano, rebaja su orgullo de ser la clase dominante. En esos momentos es cuando dejan sus almas un tanto al descubierto y yo aprovecho para sondear en ellas. Ya sabes que ese es uno de los placeres que me más me gusta disfrutar. Sondear el alma humana; comprobar que dentro de ella existen multitud de joyas, tesoros escondidos que deberían ser expuestos a la luz.  
-Jesús, le digo-, eres un niño especial. 
-No creas, -me responde-, hay muchos como yo en estos momentos en Galilea. Esos que has visto en la playa, mis hermanos, muchos de mis amigos. ¿Tú que te crees?
-No me digas. Yo no veo correteando por estos caminos a muchos niños, que digamos como lo haces tu.
-Bueno, en eso tienes razón. No todos los padres son como los míos que dejan a sus hijos, disfrutar de la libertad que yo disfruto; en eso soy especial. Gozo de ese privilegio que, no le conceden ni a mis otros hermanos. Y eso es porque me consideran algo especial. Pero yo no me considero distinto a ellos.
-¿Ves como tengo razón?
-No, no la tienes, aunque somos los menos, hay muchos que gozan de la misma libertad que yo y que deambulan libremente por los desiertos y montes. Un ejemplo es Simón, que acabas de conocer, otro es el de mi primo o pariente Juan, hijo de Isabel y Zacarías, nacido pocos meses antes que yo, que según noticias que me llegan, vive más tiempo en el desierto que en el pueblo de Ain  donde residen sus padres. Puedo ponerte multitud de ejemplos como estos. Todos porfiamos hacia la perfección, no ya en la forma de pensar, sino en la de actuar y comportarnos. Y no estamos solamente en Galilea, aunque quizás estemos aquí la mayor parte. Que personas como yo nacen en todas partes del mundo.
-¿Y a que atribuyes esta concentración en Galilea precisamente?
-Ya te lo he dicho varias veces. Al excesivo rigor con que somos tratados. Cuanto mayor es el grado de injusticia dentro de una etnia o nación, surge el ansia de redención
Somos la voz del pueblo. Y esta voz es sagrada. Hay muchas ocasiones en que esta voz tarda bastante tiempo en sonar. Es como una olla con agua hirviendo a presión, que termina estallando. Así estalla la voz del profeta.
-Si, Jesús, si. El profeta es esa flor divina que nace dentro de la ciénaga. Ello es así. Cuanto más cieno hay, cuanto mayor es la podredumbre que asola un país o nación, cuando el materialismo ha arrasado todas las patrias, todos los campos del alma, y ya la luz que pudo merecer el ser humano bien pensante, se ha extinguido o queda tan poca, que no se ve, es cuando esa flor salta de manera sorprendente, aparece ante la vista, ante el oído, ante el olfato, el gusto, el tacto, y el ser humano asombrado de su celestial presencia, la acoge amorosamente entre sus manos y la acaricia.
- Lo malo, -es ahora Jesús el que habla-, es que hoy por hoy y durante milenios, como ya hemos convenido, esa flor acaba siempre pisoteada y se repiten los ciclos históricos sin llegar a una solución.
-Tu lo has dicho. Pero hay que tener cuidado. No todos los que se presentan como tales, son profetas.
-Si estoy de acuerdo. La intención puede ser buena en principio y todo el que elige este camino, deber tener bien presente dos cosas muy importantes: Vencer su propio egoísmo, y aniquilar totalmente todo germen de violencia. Hasta que no haya conseguido estas dos cosas, no debe mostrarse al mundo como tal, no debe empezar su apostolado.
-Ocurre además, -me atrevo a decir yo-, que debido a esa gran capacidad d imitación que poseemos los seres humanos, hay muchos seres malvados que se visten con el traje del profeta y cuya predicación es nefanda, hasta el punto que la confusión que siembran es tan grande y de tal dimensión, que la rueda del progreso, en vez de avanzar, se atasca, y si avanza lo es en sentido contrario.
-De acuerdo, Paquete, carapuchete. –Me dice Jesús dando un salto en el aire, de tal magnitud, que le veo durante una fracción de segundo, con la cabeza abajo casi tocando el suelo y los pies apuntando al cielo; y una vez que se endereza, cae finalmente de pie mientras su túnica flotando vuelve a posicionarse debidamente, auraleando su exquisita figura de niño-hombre bien nacido.
Pero estoy con ganas de crear polémica y no hago caso a esta pirueta que el niño hace para demostrarme que entre sus dotes, está también la de un buen atleta. Y la realiza además, para distraer mi imaginación y que no siga perorando sobre los efectos del mal.
Insisto:
-No me negarás, que las gentes de tu pueblo se critican unas a otras, sobre todo las comadres que no tienen otra cosa que hacer que contarse los chismes de sus vecinos; también los niños son malos. ¿No has tenido tú ningún encuentro desagradable con alguno de ellos?
-Si, no sólo los niños, que uno de quince años, me pegó una paliza.
-¿Porqué?
-Porque su hermano menor, sacaba notas más bajas que yo en la escuela y el maestro le había tratado de burro.
-¿Lo ves? ¿Y no hay otros niños también que te hacen daño porque sacas esas buenas notas?
-Si, los hay. Pero les perdono porque se que lo hacen por ignorancia.
-¿Y los mayores? ¿No me decías que el saduceo que dirige la sinagoga, te castiga y te trata mal?
-Si, el saduceo es mala persona. Y hay otras personas mayores que también me miran con malos ojos, porque les molesta lo que digo.
-¿Entonces qué?
-Eso no altera en nada mi criterio. Hay otras personas, una multitud silenciosa, que son como mis padres, por ejemplo, que no critican a nadie y que se dedican a su trabajo y sus obligaciones domésticas. Personas calladas que sólo ansían el bien de los demás; que piensan como yo. Estas personas revoltosas y con mala intención, son así porque se aburren y, para matar el aburrimiento, buscan esta clase de diversiones. Todo está fundado en la vida interior que cada uno disfrutamos. Quien tiene poca vida interior, intenta buscarla fuera.
Y al decir “fuera” y mirar alrededor, quedo asombrado del paisaje que se presenta a la vista.
¿Qué esto?
Ya lo ves. Es el valle de Jule. 


-¿Y esos animales que están pastando en los humedales?
-Se trata del magnífico behemoth, nuestro animal sagrado gran devorador de hierba. Tenemos que cruzar por aquí hasta llegar al Merón que es la montaña que aparece allá lejos.
-Perdona, pero yo no paso por ahí para verme ensartado por los cuernos de alguno de ellos. Por su aspecto, son toros de lidia aunque reciban ese nombre tan raro que tu les das.
-No temas que son inofensivos. A través de su mirada, cuando contemplas sus grandes ojos, disfrutas mucho más que de otra manera, del esplendor del espíritu. En ellos, ves reflejada esa inocencia que tanto amo, experiencia suprema donde ella aparece vestida con hermosos ropajes, cubierta de flores y exuberancias infinitas.
-Veo que eres más poeta que yo, incluso el poeta más grande que ha existido en este mundo, pero no me convencen tus palabras. Este menda, no está dispuesto a cruzar por ahí, y menos, a pararse delante de un bicho de esos poniéndome a mirarle los ojos.
-Pues tenemos que cruzar.
-¿Cómo? ¿Andando sobre las aguas?  Yo no se hacer eso.
-No andaremos sobre las aguas, sino pisando en el fondo.
-¡Pero nos hundiremos en el fango!
-No hay fango. ¿No ves que esos animales veinte veces más pesados que tu no se hunden? Estos terrenos se asientan sobre lechos de basalto y él único cuidado al atravesarlos es no resbalar sobre algunas de las losas del fondo. Además, el agua no cubre más allá de las rodillas.
Estas últimas palabras me deciden a seguirle y, al momento me alegro mucho de ello, porque es una delicia el contacto con estas aguas puras y cristalinas. El niño, adelantándose a mi, se ha situado, junto a uno de esos animales, cuyo peso no debe ser menos de una tonelada, y después de acariciarle el lomo, ha seguido hasta la cabeza, realizando un ejercicio, que yo, solamente he visto hacer dentro de la extensa historia de la tauromaquia, precisamente, al Cordobés padre, que en aquella memorable ocasión, se colocó de rodillas ante el toro apoyando su frente sobre uno de sus cuernos. Así está Jesús niño, Jesús héroe, de pie ante el animal acariciándole las grandes orejas, mirándole directamente a los ojos, y yo, afortunado espectador de esta escena, lleno de regocijo, empiezo a batir palmas lleno de entusiasmo…
 ¡He metido la pata! He roto el encanto de este paraje donde quizá durante miles de años, no se ha producido este sonido, siendo el caso, que Jesús ha corrido hacia mi para imponerme silencio y aquellos animales han levantado la cabeza y se han puesto a mugir estrepitosamente. 
-¿No ves, desgraciado, que has roto el encanto de este paraje?  Algo de esto, dentro del espíritu de estos animales, se ha roto ante este sonido extraño para ellos. Hay cosas que nunca se deben romper alterando el orden natural. 
-Perdona Jesús mío, lo tendré muy en cuenta de ahora en adelante.

CONTINUARÁ







Recuerdos del futuro

The-broad-ahead 

Disolución de los mapas.-
A qué tanta brújula, tanto bosque, si nada va a salvarse, ni siquiera él.

                                                Inés Mendoza


Según los geólogos modernos, dentro de doscientos cincuenta millones de años, el continente africano se habrá fusionado con Europa desapareciendo el mar Mediterráneo, noticia que me parece excelente pues así todos los plásticos acumulados desaparecerán bajo la corteza terrestre, y si otros pobladores más sabios que nosotros aparecen en esta nueva Pangea, cuando llenos de curiosidad, encuentren esos depósitos de basura, lo más probable, es que reconstruyendo la historia de nuestro tiempo en un eminente ejercicio arqueológico, harán películas al estilo de Hollywood deduciendo por estos fósiles, la basura intelectual de nuestra especie, cosa que para ellos, será un buen ejemplo a no repetir jamás. Parece ser, que el Atlántico también desaparecerá en la fusión de América con África y Europa; y que las islas actuales serán las cumbres de las nuevas cadenas de montañas que se formarán debido a esta fusión. ¡Qué alegría más grande, que podamos ir a pie a América y que África, con todas sus riquezas mineralógicas pueda ser explotada debidamente con nuestras manos! ¿Pero qué digo? ¿Qué locura es esta? Pues los futuros pobladores, según deduzco, no tendrán el más mínimo parentesco con nosotros. Serán descendientes del elefante, de la ballena, ¡qué se yo!, animales mucho más nobles que esos monos de los que descendemos para desgracia nuestra y, cuya astucia, hemos heredado para maltratarnos y hacernos la puñeta.
También el suelo del Atlántico desaparecerá bajo la corteza terrestre y, con ello la basura que también hemos depositado durante siglos… Basura de todas clases, incluida la intelectual; esta, que solamente ha creado armas de guerra para exterminarnos, libros afrentosos para destruir nuestra mente, imágenes apocalípticas para aterrorizarnos y destruir las arcangélicas que, venían de antiguo cuando aún éramos criaturas inocentes desprovistas de todo mal.
El Océano Pacífico que es el más grande, se habrá agrandado mucho más pues Australia se habrá fusionado con China. Y será una gran suerte de los futuros pobladores, el no tener que navegar tanto por mares que se cobran millares de víctimas, y poder navegar con la mente pisando tierra firme.
Volviendo a lo del Mediterráneo, el horrible espectáculo de las pateras zozobrando o de los guardias civiles exponiendo sus vidas para salvar otras, también habrá desaparecido, por eso que decía antes de poder ir directamente a pie desde Ceuta y Melilla hasta Cádiz o Almería.  
En fin, no quiero cansarme más, pensando en estas cosas del Futuro.

En Madrid, a 19-6-2018
Francisco





PELOTEO
Lo que no se dice pero me lo creo






LA CITA

Tengo una cita con un desconocido que va a venir a buscarme a las siete pero, a menos que no me crezca el pelo dos centímetros, no voy a abrir la puerta.

Se trata de un vendedor de MOVISTAR, que nada más llegar, le digo groseramente que se vaya con viento fresco, pero me insiste una y otra vez, elevando la voz de manera que empieza a molestar al vecindario. No se porque motivo acepté que viniera a estas horas de la tarde en que todos los vecinos están pendientes de la telenovela. Y oigo a través de la puerta algunas voces de protesta por lo que está sucediendo. Al verle a través de la mirilla, observo que es un joven apuesto y con unas facciones angelicales que, no están en relación con las palabras que pronuncia, cada vez más provocativas. Me dice que me va a denunciar porque tiene grabada la conversación en que accedí a citarme con él y, que si no estaba dispuesta a abrir y conversar, tenía que haberle llamado previamente anulando la cita. Tiene muchísima razón con lo que me está diciendo, lo que me hace poco a poco cambiar de criterio y finalmente decido abrirle la puerta.    

Es como si el apóstol Santiago entrara en mi casa montado en su caballo, arrasándolo todo. Ante la presencia del joven agraciado, perdí la cabeza y otras partes de mi cuerpo que no quiero nombrar porque el pudor me lo impide. ¡La cantidad tan enorme de años que había perdido debido a mis ideas puritanas! No sólo firmé la póliza de MoviStar, bastante subidita por cierto, que hizo temblar mi economía, que temblando de gozo me entregué a él y le hice partícipe de mi cuenta bancaria.  

¿Resultado de todo esto? Que me encuentro mendigando por las oficinas del PSOE para que me den un empleo aunque sea de fregona en algún hospital y, menos mal que soy militante del partido y me han prometido que me lo darán y no voy a pasar hambre.


En Madrid, a 15-6-2018
Francisco








Nuevas contestaciones al libro HABLANDO DEL ASUNTO. 18-6-2018

171. Stuart.- Yo la quería. Mi amor la hizo más adorable. Él lo vio. Él había estropeado su propia vida, así que me robó la mía. Ese edificio quedó totalmente destruido por un BOMBARDEO DE ZEPELINES.
Sí, Stuart, estoy de acuerdo con esto que dices. Veo claramente ese edificio al que te refieres. El edificio de la AMISTAD y del AMOR. De la amistad entre tú y él; del amor entre tú y ella. Dos palabras que deben ser respetadas y que nunca debieran ser traicionadas. El bombardeo de zeppelines… ¿A qué te refieres al citar estos aparatos?  Se necesitarían muchas páginas para desarrollar este concepto: La falta de valores de la Sociedad actual, esos seres que al no tener existencia propia, o que tienen una existencia negativa, perturban la tranquila existencia de los demás. Y roban siempre algo: dinero, poder, la mujer del amigo. Tu amor hizo adorable a Gillian. ¡Sí! Es uno de los misterios del amor. El veros Oliver, felices, resplandecientes, fue la causa de que se despertara su apetito y obrara así. 
171. Gillian.- Yo quería a Stuart. Ahora quiero a Oliver. Todo el mundo ha sufrido. Por supuesto que me siento culpable. ¿Qué hubiera hecho usted?
-Ya que me lo preguntas, querida Gillian, voy a contestarte. Probablemente hubiera caído en la misma trampa que tú. Stuart, cometió la gran torpeza de confiar en la amistad, y metió en casa nada menos que al agente perturbador, al parásito dentro de la madriguera. Esto no es nada nuevo en la historia de la humanidad, tema frecuente dentro de la literatura. Los parásitos suelen ser insectos simpáticos, inofensivos, pero si se les deja dentro de un lugar donde hay comida, comen hasta saciarse. No debes culparte. Tu eres una víctima de las circunstancias. Es posible, que en otras circunstancias, amparada por una familia más sólida que la tuya, por consejo de un padre, que hubiera visto con malos ojos la intrusión de Oliver, no hubieras permitido desde un principio, que entrara en tu casa y menos aún en hacerte la corte. 
171. Oliver.- Oh, Dios, pobre Ollie, sumergido hasta la membrana mucosa en un baño de merde, qué crepuscular, qué espeso, qué triste…
-Querido Oliver: Las fuerzas del mercado. ¡Con qué claridad no exenta de cinismo ha puesto en tu boca, el autor este concepto!  En un alarde de sinceridad intentaste hacérselo comprender a tu amigo. ¡Qué triste eso de que la felicidad de una persona se construye a menudo sobre la desdicha de otra. Parece en este pasaje con lo que estás diciendo, aquello del Tenorio: Llamé al cielo y no me oyó…, Creo entender cuando dices eso de crepuscular, creo que te refieres a la paradoja de Zenón con Aquiles, la liebre, corriendo detrás de la tortuga, en la cual todos simpatizamos con esta segunda.
173- Stuart.- Si pudiésemos  aprender a sentir el dolor de otra persona…
-Querido Stuart; estas palabras tuyas me han llegado al fondo del alma y han hecho explosión en mi subconsciente. Ahí está la clave de todas nuestras desdichas. Nuestra sensibilidad no llega a tanto. Sólo se me ocurren algunas excepciones, algún que otro santo; y no siempre, sólo a ratos. Así somos, de esta pasta estamos hechos, y, como bien dices, este es todo el problema del mundo.
236.- Mme Rives.- Esta intervención es a manera de EPÍLOGO. El perro, nosotros, sordos a lo que nos conviene, al dejarnos en libertad, estamos condenados a desaparecer. Es una metáfora terrible. Lagisquet, el Estado, es un viejo idiota. Le dijimos que debería atar al perro. Contestó que no quería limitar su libertad y su felicidad. En mi concepto, la libertad debe estar condicionada, dentro de unas reglas flexibles pero firmes, ya que somos incapaces de interpretarla debidamente. Y no sólo depende nuestra felicidad del uso que hagamos de ella, sino nuestra supervivencia.







owning the dru
Vamos todos en peregrinación hacia un lugar donde se baila.
Es una verbena llena de farolillos en el techo que flotan allí como si alguien los sujetara.
El lugar está más allá de las montañas.

Voy del brazo de mi buena amiga Carolina por el camino que atraviesa multitud de parcelas con distintas clases vegetales. Vamos muy contentos aunque el camino es largo y sinuoso. Y muchos hombres y mujeres cruzan ante nosotros con sus pertrechos, sus aderezos, arrastrando sus carromatos llenos de enseres inservibles. Las gentes de mi pueblo, de muy pocos habitantes, caminan en nutrido grupo entre el gentío, y ahí les distinto: Mi prima Paca. (¡Pero, ¿no se había muerto?!). Mi primo Juan, el de los tirantes, Casimiro, Casinoveo, Cuasimodo. Todos muy unidos y bien apretaditos, (parecen uno solo). La Arcadia Feliz, nos han dicho. La ciudad del sol de Campanella. La Utopía de Tomás Moro. Otras ciudades como esas y otros cuentos.
Puestos a bailar, bailemos:
Cha, cha chá, todos los aquí reunidos vamos juntos a bailar, a bailar el cha, cha chá, cogiditos de las manos, moviéndonos al pasar, volviendo atrás la cabeza, las piernas al buen compás. Meneando las caderas. Siempre ayudando al de atrás. Que nadie se quede cojo, que nadie quiera mandar, todos a una bailando llenos de ardor especial; todos mirando a la luna porque el sol se ha puesto ya, cha,cha, cha.  
Bailemos el vals, ¡Carolina, a bailar! …
-No, no bailo, Rigoberto, me paro aquí a descansar, no participo en tus fiestas, que no me suelen gustar. Tengo una pierna quebrada de tanto aquí caminar. El camino se hace largo y lejos está el lugar. Sigue sólo tu camino que yo ya no puedo más.
-Carolina, Carolina, fiel doncella mi de amor, si me dejas yo me mato. ¡No me dejes, te suplico, no me dejes por favor, por los manes de tus padres, en el nombre de tu dios. Si yo parto, voy sin rumbo, lejos de toda ilusión, y este camino florido que transitamos los dos, se me cubrirá de abrojos, de lo duro, lo punzante, algo atroz; que no podré soportarlo. No me dejes, no, no, no!
Carolina se ha quedado y voy caminando yo. Sudo, lloro, regurgito, me mareo, tropiezo y vuelvo a tropezar, caigo, me arrastro, ¿Qué más?  ¡Nadie tiene compasión! Todos siguen su camino, el camino del amor… ¿El camino del Amor? ¿Qué es el Amor, (me pregunto a estas alturas yo)?  

NOTA DE PRENSA.- Ayer en el País se publicó la noticia que Rigoberto Martínez, un pobre vagabundo fue encontrado muerto en la marquesina del autobús 30 en la plaza del Encuentro de Moratalaz. No habiendo acudido ningún pariente, fue enterrado en la parte pobre del cementerio del Este. RIP.




Francisco, 12-6-2018






Te amo

Nada más subir a la habitación del hotel en la playa de Acapulco, Gertrudis y yo, nos colocamos los bañadores y, como locos, salimos dando saltos de gozo a sumergirnos en el mar.
Nuestro primer encuentro, lo tenemos dentro del agua al subirnos a una boya. Un joven rubio, guapísimo de unos veinte años, ha venido nadando hasta nosotros y sin más, se ha encaramado allí alegremente entablando agradable conversación de la que no hemos podido substraernos. Nos dice ser español, de Albacete y que se llama Froilán.
Nuestros deseos previos de estar solos disfrutando de aquellas bien merecidas vacaciones, se ven truncados porque de nuevo en la arena un hombre joven que dice llamarse Ernesto y su pareja, Emilia,  más o menos de nuestra edad, tienden sus toallas junto a las nuestras y también entran en animada conversación, explicándonos que ya llevan allí diez días y que aquello es un encanto. 
Han transcurrido dos largas horas sin que podamos disfrutar de un solo momento de intimidad y decidimos subir a nuestra habitación, a ver si así podemos disfrutarla. En recepción somos interpelados por un señor de luenga barba que asegura conocernos pero no sabe dónde y en que circunstancias. Nosotros tampoco. Ya son tres los encuentros en el poco tiempo que llevamos allí, sin contar con el del empleado que nos inscribió y dio habitación y el botones que nos subió las maletas.
Mientras este señor nos habla, vemos sentado al piano a un joven rubio parecido al de la boya que está interpretando la Patética, y allá sentado en una butaca, otro hombre que parece estar atento a la música, no podemos distinguir sus facciones pues permanecen tras un periódico desplegado.
Digo esto, y lo detallo minuciosamente, porque tiene amplia relación con lo que va a suceder de inmediato una vez que subimos a nuestra habitación…
En la puerta de entrada hay algo extraño que se distingue a medida que nos acercamos por el pasillo, lo cual se transforma en un grito de horror que lanzamos al ver un
“Te amo”
escrito con letras de sangre, la cual todavía está fresca, pues chorrea en  lentas gotas por la madera.
Acuden rápidamente varias personas, entre ellas el botones que nos subió las maletas y dos viejas, que salen de la habitación de al lado. Entramos temiéndonos lo peor y vemos que allí no ha pasado nada. Las maletas permanecen abiertas tal como las dejamos y no hay la más mínima señal de que alguien haya penetrado allí. La llave la habíamos dejado en recepción y también nos confirma el empleado que ha subido con el director, que allí ha permanecido en el casillero todo el tiempo que hemos faltado, hasta el momento que nos ha sido entregada para subir.
El director, nada más tomar contacto con la situación, hace una llamada urgente a la policía. No tarda en llegar el que dice llamarse inspector García, acompañado de otros dos. Y empieza el interrogatorio. Tienen que esperar a que nos vistamos y, todo cuanto se ha dicho con anterioridad, es puesto en su conocimiento. También tenemos que sufrir la llegada de un juez con dos números de la policía judicial, pues aunque no hay cadáver a la vista, si hay sangre que debe ser estudiada con todo lujo de detalles. En primer lugar, para conocer el ADN por medio del cual se puede dar con el autor del hecho. Este no parece que sea ninguna de las personas mencionadas, las cuales también han ido siendo localizadas y todas han tenido una perfecta coartada. Debe ser alguien ajeno al hotel, alguien que puede haber viajado con nosotros desde Madrid, cuando tomamos el avión, o en el traslado del aeropuerto al hotel. Nunca habíamos estado en Acapulco y nadie de allí, debido a esta circunstancia, podría conocernos. Y menos aún, proceder de esta manera extrayéndose sangre para realizar este siniestro letrero. Pues ha tenido que abrirse alguna vena dada la abundancia de la contenida en la puerta. Lo raro, es que no haya goteado en su huída por los pasillos…
Ante esto, el sagaz inspector, ha pensado que el suicida, puede estar escondido, desangrándose, en alguna habitación del hotel y se ha procedido de inmediato a registrar todas las habitaciones empezando por las más cercanas.
Ni rastro de sangre por ninguna parte. La policía se pone en funcionamiento y extiende su radio de acción fuera del hotel, siendo secundada por una multitud de voluntarios que también sienten curiosidad por encontrar al hombre o la mujer que ha hecho esto.
¿Hombre o mujer? Pensamos algunos. Pues ese te amo lo mismo puede ir dirigido a mi, que a Gertrudis. Y lo más natural es que si es a mi, sea de alguna de mis admiradoras; y si es ella, de alguno de sus admiradores.
Cuando yo, que permanezco en el salón de mandos al lado del inspector que se encarga de la operación, le hago estas aseveraciones, se echa a reír, diciendo que eso era antes, pues ahora las cosas han cambiado. Y tiene razón, por eso de la atracción entre personas del mismo sexo,  tan en boga.
Me ordena que me aleje pues no está dispuesto a oír mis tonterías, y me uno a Gertrudis que está deshecha. ¡Menuda luna de miel nos espera!  De momento nos han obligado a cambiar de habitación, al ser clausurada y puesta a disposición judicial la primera.
Dentro de ella nos dedicamos a hacer nuestras propias deducciones. Puede tratarse del joven Froilán, que nada más abandonar nosotros la boya, también lo hizo y se perdió andando por la playa. También puede ser el barbudo que nos atajó en recepción y que decía conocernos de antes. Quizá fuera el autor del hecho y nos parara para disimular. O el joven del piano, o el que se tapaba la cara con el periódico. Pero no puede ser porque no estaban heridos. Menos probable aún es que fuera Ernesto o Emilia, que subieron de la playa con nosotros e inmediatamente se fueron a su habitación. En cuanto al personal del hotel, imposible. Cansados de hacer conjeturas y habiéndose hecho la hora de comer, bajamos al comedor, donde coincidimos con todos ellos y no podemos evitar que se sienten a nuestra mesa Ernesto y Emilia. Ellos tampoco se explican quién puede haber sido el siniestro bromista. Bueno, ese TE AMO escrito con sangre, indica que no hay nada de broma en el hecho. Y que el individuo en cuestión, debe estar desangrándose escondido en algún lugar, pues no hay constancia de que haya ido a curarse a ningún hospital de la zona.
Al subir de nuevo a nuestra habitación que nos la dieron en distinta planta, veo que Gertrudis empieza a temblar al divisar la puerta desde el pasillo como la vez anterior, y yo corro con ella para contemplar ambos, ¡el mismo letrero chorreando sangre!
TE AMO
¡Qué horror! Y esta vez la puerta está descerrajada y tras ella, tendido en el suelo, todo lo largo que es, en medio de un charco de sangre, el joven Froilán.
Nuevamente es requerida la policía y el Juez, con más razón todavía, y empiezan a realizarse nuevos interrogatorios. El asesino, -ahora si que se trata de un asesino-, no debe estar lejos, aunque si ha escapado en automóvil puede estar a cien kilómetros pues hace una hora según los cálculos policiales que se cometió el crimen…
¿Crimen o suicidio? Pues el puñal que tiene hundido en el corazón, puede habérselo clavado él mismo. Lo malo es que no hay ningún papel a la vista…

CONTINUARÁ

En Madrid, a 9-6-2018 Francisco.




8-6-2018








Algunas contestaciones a las preguntas que hace al lector Julián Barnes a través de sus personajes, en esta novela inolvidable “HABLANDO DEL ASUNTO” que nos ha tocado leer y comentar en la biblioteca BIB del barrio.

Página 215. Gillian).- El perro sordo de Monsieur Lagisquer, que se negaba a ser amarrado. Y algún día le atropellará un coche. ¿Ve lo que quiero decir?
Sí querida Gillian.- Ese perro sordo somos todos nosotros uno a uno. Comprendo lo que has querido decir. Todos estamos sordos a muchas cosas claras que vienen de fuera, los buenos consejos, las consignas divinas, los efluvios de la naturaleza, todo aquello que el verdadero amor fabrica, y que nosotros despreciamos, esclavos que estamos de la incomprensión. ¿Estás de acuerdo, querida? –Si Francisco.

Página 210. Gillian). Ahora escúcheme a mi… (Hace aquí una larga descripción del pueblo donde viven, de sus gentes y costumbres.) Los economistas nos pondrán en el subsidio europeo. Nos pagarán por producir un vino que nadie quiere, por hacerlo para luego convertirlo en vinagre o simplemente tirarlo. Y eso supondrá el segundo empobrecimiento, ¿comprende?, eso será triste.
Si querida Gillian, te escucho. Comprendo. No sólo ocurre esta metáfora que dices del vino. Los tejidos del Corte Inglés por ejemplo: En vez de montar fábricas de hilaturas y de confección, nos vamos al Vietnam y otros países asiáticos donde la mano de obra es más barata. Hay muchos ejemplos como este: Los parques científicos: El I+D+I, donde el presupuesto para la investigación e innovación, lo tienen que asignar las empobrecidas universidades y la Comunidad y Ayuntamiento que, metidos en otras gastos, se olvidan de estos.  ¡La de empleos que se podrían dar en ellos, la de talentos que en vez de irse al extranjero podrían quedarse aquí. La de ayudas que se podrían dar a los spin-pff para montar fábricas en España, en competencia con todas las empresas de base tecnológica extranjeras!  Otro ejemplo: Las empresas tecnológicas pequeñas PYMES, tan faltas de recursos que se podrían expansionar creando también mano de obra y trabajo para nuestros talentos. Otro ejemplo: La investigación dentro de los hospitales, las fábricas, etc.
En fin…

Página 230. Oliver).- Los calabacines se están dando muy bien en estos momentos. Los celos de G: Tratando de quitar hierro murmuré: “Querida, no es ni la mitad de guapa de lo necesario…” Una alusión clara, como usted habrá podido apreciar, a una de las agudas réplicas de Oscar en su juicio. ¡Imprudente, imprudente! Porque a Ollie, como a Oscar, el ingenio sólo le sirvió para acabar en chirona. Y, al final de la noche, la cárcel de Reading me habría parecido el George V. ¿Qué le pasa a Gill estos días? ¿Puede usted decírmelo?
Si, querido Oliver. Gillian, dice muchas cosas importantes que no debemos pasar por alto, puesto que se dirige a cada uno de los lectores esperando una réplica, una contestación.   A dos de ellas, ya he contestado arriba. Quizá podría haber hablado mucho más, pero no he querido cansarla. Bastante trabajo tiene en la lucha que mantiene contigo, que has llegado al punto de abofetearla por las calles. Me gustaría dar réplica a todas las preguntas que me hace este libro. Y quizá lo haga. En cierto modo, aunque de manera indirecta ya lo voy haciendo en muchos de mis relatos protesta que coinciden con la mentalidad de este magnífico autor.

En Madrid, a 6-6-2018
Francisco






¡Estoy solo!




¡Estoy solo! ¡Me encuentro solo¡ Aislado sobre este ínfimo islote lleno de flores. Me rodea el vacío por todas partes. No puedo ni sentarme sobre la hierba. Pero eso si. Me mantengo firme. Todavía puedo andar, correr… aunque el medio en el cual estoy me lo impide. ¡Si alguien viniera en mi ayuda…!  Pero esto es imposible. Quise estar aquí. Quise probar la esencia de la soledad. Y me remonté lo más alto posible, queriendo alcanzar el cielo con mis manos. ¡Pobre de mi!  Tampoco puedo volar. Yo mismo me corté las alas para siempre. Quise ser poeta, escritor, padre y esposo. Y me he quedado en lo que soy: Un niño descalzo y con camisa de manga corta. Me casé por segunda vez y al poco tiempo mi esposa me dijo: ¡Eres un niño! Lo mismo que me había dicho la primera cuando optó por abandonarme. Mis hijos, ah, mis hijos me han abandonado. Se consideran superiores a mi y quizá lo sean. No quieren saber nada de un padre irresponsable. Mis posibles amigos, ah, mis posibles amigos nunca lo fueron en realidad, o peor aún: nunca fui para ellos el amigo fiel que ellos esperaban. Mis manos están vacías. No tengo papel ni pluma ni sitio para apoyarme y así poder escribir lo que me apetezca. Tampoco tengo un libro siquiera para poder distraerme. Menos mal que tengo la voz y todavía puedo cantar…
¡Cantar!, cantemos. Canto al vacío de mi existencia, a mi falta de conciencia, a mi inexperiencia, a mi obsolescencia, a todo lo que termina en encia. Canto porque se cantar, mi mansión de porcelana y porque me da la gana, dentro de mi negro mar. Y puesto a considerar que mi canto, solo mío, se extiende de parte a parte, voy fiel servidor del arte a cantar mi serenata, que debe sonar muy grata a los fecundos oídos de aquellos que andan perdidos, sin nada donde apoyarse, porque fueron a quedarse como yo en lugar vacío. Y también al señorío, esclavo de la falacia de una falsa aristocracia que aumenta su poderío, haciendo del tuyo el mío; y para mayor vergüenza, van sin que nadie les venza a producir sinsabores en este mundo de flores crecidas bajo la lluvia para el sayón de la gubia y la afilada navaja, que prepara la mortaja con que te piensa enterrar; lo repito en mi cantar, lejos de la fea política, miserable, paralítica, tumefacta y sifilítica, que afecta al mundo del sida, y va cerrando salidas que te podrían salvar; y tu ego singular que nunca ha sido pisado, salga a pastar en el prado de las fecundas ideas, probando dulces jaleas y acaramelada miel donde Jesús, Hijo Fiel de la Consigna Divina, está con voz cantarina, diciendo cosas sublimes, a las que pronto te arrimes si quieres sacar partido, ese que nadie ha tenido la suerte de disfrutar, perdido en el negro mar, queda dicho: del olvido. 


En Madrid, a 5-6-2018
Francisco








UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 8º.-

La imagen de un hombre de barba blanca que yo tengo en mi memoria de Judas el Galileo, o el Gaulonita, no corresponde a la que estoy viendo a medida que nos vamos acercando al grupo. Este es mucho más joven y tiene la barba negra.
Jesús, que una vez más está adivinando lo que yo pienso, me dice por bajines:
-Ten en cuenta que a ti te ha llegado esa imagen a través de Internet y no debes fiarte mucho de la tecnología de tus tiempos, que a mi modo de ver es poco fiable. Hay mucha, muchísima volubilidad y falta de precisión en tus paisanos, podridos todos por el afán de dinero y fama.
-Paco, te presento a Judas el Galileo, mi jefe. –Dice Simón llevándome directamente ante su presencia por detrás de la tienda.
-Tanto gusto, -le digo.
Está solo y eso me extraña, porque momentos antes me había dicho que estaba amenazando a unos publicanos con la guadaña.
-Míralos como corren, me dice Jesús que viene detrás.
Y efectivamente, mirando al campo llano, veo a tres individuos que corren que se las pelan, alejándose de nosotros con sus túnicas al viento.
-Así deberían correr todos esos alcahuetes del demonio. -Dice Simón riendo.
A todo esto Judas que no ha contestado a mi saludo, se aleja para unirse a los pescadores en su faena. Pienso que es un grosero y Jesús me dice conciliador:
-Debes perdonarle, tiene muchas cosas importantes en las que ocuparse.
No estoy de acuerdo con el niño, porque lo cortés no quita lo valiente, pero no es momento de discutir. Me acerco al grupo a saludarles y a mis “Buenos días señores” nadie contesta, siguiendo todos en lo suyo, como si yo fuera un ser invisible, o algo peor aún, un ser inexistente. No es momento de ponerme a gritar para reprocharles su falta de urbanidad, e intentando sofocar mi ira, me pongo a reflexionar, llegando a la conclusión, que yo no soy de aquella época, y que en realidad, estoy siendo personaje central de un sueño, cosa que debería consolarme. Mientras Jesús y Simón se mezclan al grupo y se ponen a hablar de sus cosas, yo me distraigo pensando en esta secta religiosa amiga de la violencia nacida en el seno de los fariseos, que tiene su sede en el eremitorio de Qumrán a orillas del Mar Muerto.
-Me gustaría que supieras, tu amigo de los libros, ferviente lector, que en este lugar en que estás pensando, los monjes han llevado días pasados los dos libros de los Macabeos que tenían escondidos en una cueva.
Esto me lo ha trasmitido Jesús con una sonrisa dirigida desde el grupo donde está. Y sigue informándome de que, en varias cuevas entre Keriot y Masada y el monte Hebron, tienen escondidos muchos libros, valiosos incunables, que irán llevando poco a poco para formar allí una biblioteca que será famosa.
Estoy en ascuas esperando que Jesús vuelva conmigo y dejemos  a aquellas gentes con las que no me une ninguna amistad y que a la vez, pasan de mi. Parece ser que ha comprendido mi deseo, por lo que se une a mi y cogiéndome de la mano como si fuera un niño pequeño y no él, nos vamos alejando del grupo, siendo esta vez yo el mal educado, porque no me he despedido. Se lo digo, y me dice que no me preocupe.
-Pero es que yo, al menos, me hubiera gustado decirle algo a Simón como despedida, -le
digo, y él me contesta:        
-No importa. Simón y yo somos uña y carne y cuando menos te lo esperes volverás a verle. Y tendrás ocasión de hablar con él.
-No me explico Jesús, que te consideres uña y carne de este individuo, que según veo camina hacia su perdición.
-No desconfíes. Siempre hay un punto de constricción para el ser humano. Simón algún día acatará mi doctrina de la no violencia y será uno de mis más fieles seguidores. Hoy por hoy, todavía es muy corta mi elocuencia para convencerle. Pero día llegará que mis palabras convenzan, no a él solo, sino a muchos más. A multitudes quizá. Pero mientras tanto, tengo que perfeccionarlas. Por ahora estamos a orilla del lago, aquí y ahora, que es lo que cuenta. Ni el pasado ni el futuro, deben importar demasiado, porque la vida es lo que importa, y ella sólo está en el presente.
Estoy asombrado por estas palabras impropias en él y le suelto:
-¡Eso me lo está diciendo tu, que todo lo haces pensando en un futuro mejor, por el que darás tu vida y en el que basas tu obra!?
-¡Calla, Paco!. No digas eso. Que si esto que acabas de decir es bien oído e interpretado, se va a producir un conflicto mundial. Mi Doctrina y mi Obra no serán completas, efectivamente, hasta que un ser humano más perfecto reine sobre el planeta. Y para eso, tienen que pasar, no sólo siglos, sino milenios, bastantes miles de años. Y eso, tu lo sabes, porque ya lo has dicho muchas veces en tus escritos.
-Y eso, Jesús mío, ¿No te hace desesperar?
-No, porque eso, es mi única esperanza. Pero dejémonos de pensamientos tristes y pensemos en positivo. Estamos disfrutando de una mañana gloriosa y tenemos la playa a escasos metros. Vamos a acercarnos. Esa niña que ves dándonos la espalda es mi amiga María y esos niños tendidos sobre la arena son mis amigos Jan y Jen.  


-¿No será esa la Maria Magdalena de las Escrituras?
-Adivínalo.
-Mira Jesús. No estoy de bromas. Si no estoy equivocado, este es un cuadro que pintó  el valenciano Sorolla en 1916.
-Bueno, ¿y qué?
Ha dicho que Jan es uno de esos dos niños, y esto me hace acordarme de aquel Jan que dijo que era el artífice de la piedra sagrada, por lo que pregunto:
-¿No será este Jan el maestro escultor que me nombraste?
-Claro que no, este es hijo suyo.
La niña está mirando descaradamente a los dos niños que están completamente desnudos y tiene a alguien delante del que asoma un sombrero, que al parecer también lo está. No se en qué pensar. ¿Es que en tiempos de Jesús se practicaba el desnudismo? Parece ser que sí. Entonces, ¿porqué aparecen todos esos personajes vestidos de cabeza a pies, incluso cubriendo sus cabezas con velos las mujeres, y con gorros o sombreros los hombres?  Veo que Jesús está sonriendo a punto de soltar una carcajada y le pregunto?  
-¿Porqué te ríes?
Me responde complacido.
-Me río por lo simple que eres y la simpleza que poseéis muchos de vosotros, los de la civilización del consumo y de las prisas. No tenéis, no tienes la más mínima idea de cuales son nuestras formas de vida, de cómo nos comportamos,  de cómo somos en realidad. Aquí, en la baja Galilea practicamos el desnudismo, lo mismo que cuidamos nuestra alimentación, sabiendo que ambas cosas son fuentes de salud. Los baños de sol, de agua, de aire, la frugalidad en las comidas, el ayuno, todo ello contribuye a la conservación de la salud, y…
Hace una pausa para que comprenda que algo importante va a decir como consecuencia, y añade:
-La salud mental.
-¿La salud mental? –le pregunto.
-Si, la mente sana reside generalmente en un cuerpo sano.
-Alto ahí, Jesusito de mi vida; esa es una máxima de Juvenal que nació en Roma sesenta años después que tu, y pertenece a una de sus sátiras cuya cita completa es:
Orandum est ut sit mens sāna in corpore sānō (Sátira X, 356).
-¿Y quién te dice a ti, viejo tonto y descarriado que este romano, y otros como él, no están inspirados en lo que pensamos nosotros? ¿No sabes que los romanos son los bárbaros, y que nosotros somos el pueblo sabio, aunque estemos sometidos a ellos por la fuerza?
Una vez más me siento indefenso para contestar a este niño que, teniendo solamente diez años de edad, es mucho más sabio que yo a mis ochenta y ocho.
-Anda, preséntame a esos niños. –Le digo.
-¿Para que? ¿qué vas a aprender de ellos que no aprendas de mi?


CONTINUARÁ






LAS TRES VÍRGENES

Sor Angélica.- Nací en la provincia de Almería, de esto hace solamente veinte años. Soy hija menor de una familia de siete hermanos, todos varones menos yo. Todos me mimaban desde que nací por ser la única mujer de la familia aparte de mi madre. Mi padre también me había tratado con cariño, pero cuando a partir de los doce años empecé a ser mujer, empezó a hacerme unos toqueteos que no eran de mi agrado. Y no solo él, que mi hermano Andrés diez años mayor que yo, también se dedicaba a ello, e incluso, un día se quedó desnudo delante de mi para que le viera la cosa. Me volví muy arisca a partir de entonces y cada vez que se acercaban huía de ellos. Y les amenazaba diciéndoles que si seguían en el empeño, se lo diría a mi madre. Le conté el secreto a mi hermano Paco, que me quería mucho y me respetaba, el cual nada más cumplir los dieciocho años se marchó a Francia a buscar trabajo y nunca más supimos de él. Yo también al cumplir los dieciocho años, ingresé en este convento donde soy feliz entre todos mis hermanas que aunque no son de sangre, si lo son de espíritu que es lo que cuenta. Pero…

Aquí, con este “pero” se interrumpe la novicia y no queriendo cansarla más, dejo para más adelante, el seguir averiguando qué ha querido decir con eso.  

Sor Esmeralda.- Cuando entré a trabajar con la familia de  Marcia, la señora había parido a su tercer hijo Antonio y los otros dos se diferenciaban sólo en un año, lo cual significaba que a partir de su boda, cada año había ido pariendo uno y además varones. Yo tenía entonces veinticinco años y disfrutaba de buena salud, por lo que el trabajo de cuidar a estas tres criaturas, era para mi cosa leve y hasta me gustaba. Todos los días salía con ellos a la Castellana, y allí me juntaba con otras niñeras que servían en casas de bien, todas muy contentas con el trato de los señores, que les daban buenas propinas, aparte de comida y habitación. El señor Jesús Marcia, no practicaba con la señora el método ogino, motivo por el cual, en los quince años siguientes que trabajé con ellos, fueron naciendo otros diez; tres niñas y siete niños. No se puede imaginar por mucho que uno imagine, como aquel trabajo que para mí era grato en un principio, se convirtió en una carga abrumadora, que acabó con mi resistencia. Y aquí estoy. Pero…

Este segundo “pero” de la segunda hermana, me está dando mala espina. Espero que la tercera en cuestión, me cuente algo más agradable. Por cierto, que no me ha contado cómo a sus buenos cuarenta años sigue siendo virgen.

Sor Amancia de la Cruz.- Yo en cambio, -dice la tercera virgen-, hija de padres sumamente religiosos, de comunión diaria, aprendí desde pequeña mi amor a Cristo y a la Santísima Virgen, y apenas cumplí los doce años ingresé en este convento donde permanezco, habiendo cumplido ya los ochenta al servicio del Altísimo. Pero… 

Este tercer “pero”, me sorprende sobremanera. ¿Qué estará ocurriendo en este convento donde estas tres monjas a quien acabo de confesar me han soltado la misma palabra seguida de puntos suspensivos? Tendré que seguir llamando a confesión al resto de ellas que no siendo vírgenes, quizá me resuelvan el enigma. Es probable que haya una guerra entre las de una y otra clase. Lo primero es hablar con Sor Águeda, la Madre Superiora.
-Sor Águeda: ¿Qué me puede contar respecto a estas tres hermanas a quienes he confesado y que da la casualidad que las tres permanecen incólumes al contacto con varón?
-Pues verá su Eminencia Serenísima.  Tenemos un jardinero joven y atlético que voy a tener que despedir, aún siendo criatura inocente, porque cuando se pone a trabajar, se desnuda de cintura para arriba a pleno sol, cosa que vengo consintiendo al considerar que lo hace por necesidad, pues ya sabe su Eminencia que este verano, las calores aumentan de tal manera que no sólo él, nosotras bajo nuestros hábitos sudamos copiosamente.
-No siga, Madre, que yo también empiezo a sudar por dentro. Pero…, -ahora soy yo, quien pronuncia esa palabra-, en el caso de Sor Amancia a sus ochenta años…
-No tiene nada que ver con la edad. El conflicto es más profundo. Todas están enamoradas del jardinero, incluso esa vieja. Ella más que ninguna porque le gustaría aprovechar los pocos años que le quedan. No quiere morirse sin haber sabido nunca lo que es un orgasmo. 
-Madre, ¿Qué lenguaje es ese?
-Ya lo ve su Eminencia, yo también estoy contagiada. Las otras dos vírgenes que ha confesado, al ser testigo del ardor las demás hermanas, también se han contagiado.
-¡Pero Madre! ¿Tan hermoso es el doncel? Me gustaría verlo.
-Es un adonis, un prodigio de belleza.
-¡Sí, sí, quiero verlo enseguida!

En Madrid, a 29-5-2018
Francisco.







EL PLACER DE LA CARNE.

“Los había recibido una mujer de unos treinta años, dueña de carnes precisas y en su mejor estado de esplendor, ojos rasgados con asiática perversión y olorosa a Chanel nº5 rociado con generosidad.”
Eran cinco tíos como cinco templos, aunque su estado espiritual no casaba con este apelativo, porque si pervertida era la tal dama, más perversión había dentro de aquellos cuerpos serranos.
Nunca la carne tuvo escenario mejor para mostrarse e incluso para solazarse libremente y con todo lujo de detalles, aunque por ese pudor que corresponde a un escritor honesto no los voy a describir. Pero hay que decir, que en aquella orgía, hubo de todo y para todos los gustos. El Decamerón se queda en ridículo ante lo que allí, en aquella estancia lujosa tuvimos la ocasión de ver mi mujer y yo. 
Gertrudis, mi mujer, estaba escandalizada y se tapaba los ojos llena de horror. El marqués de Sade con toda su elocuencia y su esmerado ingenio, habría sido incapaz de describir aquellos episodios de alta miseria humana.
El perfume a Chanel de aquella dama, pronto quedó sepultado en un mar de pestilencias que, si yo fuera un buen novelista de estos que hay a la moda y que no tienen pelos en la lengua para describirlas, las iría exponiendo minuciosamente. Pero es el caso que no me atrevo, y las dejo ahí, sueltas entre el tiempo y el espacio para que otro con menos escrúpulos que yo realice este ejercicio.
Sonaron tales palabras, hubo tales ruidos, gritos, gemidos, vibraciones, que aquella habitación parecía que se iba a derrumbar sepultando a aquellos pervertidos ancestros. ¡Cuánto sentíamos Gertrudis y yo no habernos traído unas máscaras de gas, para evitar aquellos terribles olores!  Y no digamos las visiones.
He dicho ancestros, porque aquellos cinco tíos, no parecían seres de este mundo, sino cadáveres resucitados que se divertían con la propia Muerte. La propia Muerte, sí, porque la dama, echaba fuego por los ojos, hacia tales cosas, proponía tales ejercicios, que los mejores gimnastas, serían incapaces de realizar. Sacaba de los cajones de un armario, tales herramientas, tales elementos de tortura, que fue llegado un momento, que aquellos cinco hombres, ya no se reían, sino que se alejaban de ella e intentaban escapar a través de las paredes…  
Digo esto, porque la puerta de la habitación había sido cerrada en principio con gruesa llave que la buena señora, en los preliminares, había tirado por el estrecho ventanuco que servía de respiradero, diciendo graciosamente  a sus invitados, que de allí no saldría nadie vivo. Este detalle, apenas fue tenido en cuenta por ninguno de ellos, pensando en el festín que les esperaba y creyendo que era una broma. Ahora se daban cuenta que no era tal, que aquella al parecer divina mujer, les había embaucado. Que no era tan divina, sino un monstruoso engendro del infierno. 
Gestrudis y yo, detrás del ventanuco, nos compadecíamos a pesar del horror que nos hacía temblar, viendo como uno a uno, iban cayendo al suelo, ¡muertos!, ora por acerado puñal con el que la dama les tanteaba todo el cuerpo, o por las propias manos del compañero contagiado por los horribles deseos de ella.
En nuestras manos estaba la solución a este conflicto, echándoles a los que quedaban, la llave que estaba al pie de la escalera que habíamos colocado para subir hasta el ventanuco, pero no lo hicimos.  Bajamos cuidadosamente de allí, y nos alejamos en silencio llorando a más no poder.

En Madrid, a 22-5-2018
Francisco




EL HOMBRE DEL JIPIJAPA

El automóvil que ha ido bordeando los acantilados junto al mar, sube la empinada carretera que lleva a la factoría minera cuyas instalaciones se divisan allá en lo alto, al pie del desfiladero entre dos montañas.
Al llegar a la zona del estacionamiento, situada unos metros por debajo de las instalaciones, una vez el automóvil queda aparcado, se baja su conductor, un hombre con sombrero de paja y chaqueta de alpaca plateada, con unos elegantes pantalones negros a rayas. Mirando hacia arriba, ve brillar al sol el castillete de extracción de minerales y el chigre del plano inclinado que sube las tierras desde una tolva que está situada a pocos pasos de él donde termina la carretera que le ha llevado hasta allí. Los raíles del plano inclinado también brillan al sol en la espléndida mañana. Elevando más la vista, hasta la cumbre de las dos montañas, puede divisar entre ellas, la terrera de color ocre residuo de antiguas explotación mineras.
Girando la vista hacia la derecha, ve una tercera montaña formando una especie de anfiteatro con ellas, donde se distingue partiendo de la cima, otra terrera, donde unos hombres empequeñecidos por la distancia que existe, arrastran el mineral a unas canales que lo depositan  a una tolva bajo la cual está cargando un camión volquete allá abajo. Y ve, cómo éste una vez que se ha puesto en marcha, se viene acercando hasta llagar allí donde él está. Y cómo efectúa los giros correspondientes para situarse ante la tolva en posición de descarga.
Una vez descargado el mineral, sobre ella y vuelto el volquete a su sitio, el conductor se baja a orinar sobre la hierba situándose a un lado del camión, y desde allí, dice descaradamente al visitante, que no tenga prisa en llegar a las oficinas porque el señor director, (a quien supone que va a visitar), no ha llegado todavía; y la prueba es que su lujoso coche no está allí, pues sólo están aparcados algunas motocicletas y los humildes coches de los empleados.
El hombre se decide a subir por la empinada senda entre matorrales que conduce a la factoría cuyas naves grises se distinguen del edificio de oficinas de la compañía, situado aparte a la derecha, todo él de color azul claro con amplios ventanales que también brillan al sol.
 El camión se ha marchado a efectuar nueva carga en la tolva de la terrera, y el hombre ante el calor asfixiante, parándose en medio de la senda, se desprende del sombrero, con el cual empieza a abanicarse, no sin cierto temor de que algún bicho aparezca.
Y, esto se confirma, cuando al emprender la ascensión nuevamente, se levanta entre las matas, una enorme serpiente de cascabel, que también, allí empinada delante de él, le mira con descaro. Un sudor frío brota de su frente y empieza a bajar por su cuello y no se atreve a realizar el más mínimo movimiento. Si elegante y de buen ver es él, más bella, aunque siniestra, es aquella serpiente multicolor, cuyo silbido hiere los tranquilos aires de la mañana. Finalmente se repliega, ante la inmovilidad del hombre y empieza a alejarse.
El silencio del campo que se había producido ante este hecho, vuelve a ser roto por el piar de algún que otro pajarillo que había asistido a la escena y la vida vuelve a recuperar su ritmo. El hombre, saca un pañuelo de su pantalón, que como se puede observar, se ha humedecido por el lado de la pernera, y se limpia el sudor, al tiempo, que da unos pasos hacia atrás en intento de volver a su automóvil para emprender la retirada. El pantalón mojado le preocupa y puede ser un grave inconveniente para la entrevista, aunque como es negro, si toma las debidas precauciones, puede pasar inadvertido el caso, y así evitar el ridículo de dar explicaciones. Además, la mancha, debido al calor existente va desapareciendo rápidamente. En cuanto al olor, es cuestión de mantenerse a cierta distancia de las personas para que no sea percibido.
Una vez junto al coche, contempla pensativo el espléndido paisaje durante un largo rato, pues no sabe si subir a las oficinas o regresar a casa, puesto que el director, la persona que ha ido a ver, no ha llegado todavía y puede ser, que  no venga esta mañana. Decide sentarse en el coche a esperarle.
Desde allí observa el movimiento de la factoría: En primer lugar, fija su mirada en la vagoneta que sube por el plano inclinado, la cual al llegar al nivel del chigre cuyo maquinista se ve sentado allá arriba, es desenganchada por otro hombre, que inmediatamente la hace volcar sobre la tolva correspondiente. Y ya vacía, la vuelve a enganchar para que sea bajada.   
De pronto, es sorprendido por la dulce voz de una mujer o chiquillo que sale de debajo de tierra entonando unas tarantas. ¿Pero donde está ésta o éste?  ¡Ah, está en la parte inferior de la tolva que tiene al lado! Era lo natural y no se había dado cuenta. La vagoneta no tiene la facultad de cargarse sola; y alguien tiene que haber allá abajo, para accionar sobre la puerta de salida de las tierras y cargarla.


CONTINUARÁ

En Madrid, a 22-5-2018
Francisco.





LOS FERMENTOS

El general se entretuvo casi toda la mañana en la bodega del lagar. Había salido al viñedo de madrugada, junto con el vinatero, para ver que se podía hacer con dos barriles de vino que habían empezado a fermentar Eran las once pasadas cuando terminaron de embotellar el vino.
No sólo fermentaba el vino de su bodega, que también lo hacía el ánimo de algunas de las gentes de su reino. No sabía como atajar este mal, mucho más grande que el de sus vinos que, junto con el vinatero había resuelto tranquilamente.  Por la tarde, en su despacho, reflexionaba sobre el verdadero problema de la nación.
Habían transcurrido ochenta años de paz después de aquella guerra entre hermanos, que habiendo arruinado vidas y haciendas, hubo de iniciarse un grandioso programa de reconstrucción. Y no fue fácil, pero el inusitado ardor de sus súbditos, y ciertas reglas, simples, pero eficaces, implantadas por el mismo general, dieron como resultado una clase media robusta, y una nación próspera envidiada por muchas de las naciones del entorno. Era un filósofo. Y su filosofía contagió a muchos de los ciudadanos que, puestos a la exquisita tarea de filosofar, imaginaron que el Paraíso Terrenal, ese del que se viene hablando desde el principio de los siglos, podría llegar a tener efecto sobre el planeta, ya que en menos de un siglo, se había conseguido allí aquel cambio de convivencia tan espléndido.  
El caso es, que siempre que nos ponemos a soñar con el paraíso, nos salimos del reino de la Realidad, que no es otro que un reino natural y grosero donde los fermentos del odio que permanecen quietos y como muertos durante un tiempo, reanudan su actividad funesta y toman tal cuerpo y consistencia que, aquello que era un emporio de paz y armonía, se convierte en un páramo viscoso donde se enredan los pies y se atan las manos, donde la vista, el gusto, el olfato, el tacto y el oído, se pierden paulatinamente sustituidos por esa masa viscosa, que no es otra cosa que este odio maldito.
El filósofo se preguntaba: ¿Cómo es que el amor, esa esencia divina, que todo lo armoniza, cuando ha tomado posesión de un cuerpo, de pronto, dentro del mismo empiezan a surgir esos fermentos del odio que todo lo destruyen.? ¡Ah,! -clama, ¡Cuan fácil sería, resolver el asunto, si como el vinatero y yo, esta mañana, se procediera con esa masa de gentes, fraccionándola en botellas que, colocadas en el lagar un tiempo después dieran como producto espirituoso vino!    
El chambelán del reino que permanecía callado en una de las esquinas de la habitación esperando órdenes, ante estas palabras, se coloca ante él en posición de firme y le dice que, “eso es cosa fácil de hacer”.
-¿Cómo? -exclama el viejo general.
-Pues comiendo. Verá su Excelencia, lo mismo los afectos al régimen que los de la oposición, serían enviados a vivir con sus familias a nuevas ciudades de cristal que, valga el símil, serían esa especie de botellas donde unos y otros, estarían encantados de la vida y cesando entre ellos las rencillas, acabarían viviendo en paz y concordia.
-¡Ah, Francisco! ¡Qué buena idea se te acaba de ocurrir! Ciudades modernas con todos los adelantos tecnológicos, donde se pudiera disfrutar de toda clase de comodidades, donde  la vocación de cada uno de los ciudadanos pudiera tener un espacio para su desarrollo, donde no habría que preocuparse por el fastidioso caso del transporte; con duchas, con piscinas, con fabulosas cocinas donde se confeccionaran toda clase de productos gratos al paladar, en un ambiente perfumado falto de gases contaminantes, que tanto irritan; donde toda la sabiduría desarrollada durante milenios, estuviese a disposición de las gentes y desde el niño más pequeño hasta el hombre más sabio, tuviese acceso a ella, para por ese medio, no caer en el error…

En Madrid, a 22-5-2018. 
Francisco






Pintura de Ángeles Martínez Pomata
Todavía en pie
 
                             Un paisaje de pintura al óleo hecho con espátula.
                                                          Still standing A landscape of oil paint made with spatula.




Sólo al inclinar la copa (por Stefan Zweig)

Leve se mueve el baile de las horas
sobre los cabellos ya plateados,
porque sólo al inclinar la copa
se ve con claridad el fondo.
Presentir cerca la noche
no produce confusión, sino calma.
El puro contemplar el mundo
es sólo del que no desea nada.
Ya no pregunta lo que alcanzó,
ya no lamenta lo que perdió.
Para el viejo es sólo el leve
inicio de su despedida.
La mirada nunca brilla más
que cuando la encienden las últimas luces.
Nunca se ama más la vida
que a la sombra de tener que abandonarla.






68.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
190 páginas

TÍTULO: EL ÚLTIMO ENCUENTRO

Autor.- Sándor Márai

Libro recogido en la BIB, el 7-5-2018 para ser entregado a los quince días.
Sándor Márai nació en 1900 en Hungría. Como todos los escritores víctimas de la desaparición del Imperio Austrohúngaro y de los tremendos cambios sociales que ha sufrido la humanidad desde entonces, siente un desencanto ante la vida, que se trasluce en todas sus novelas. Casi todos los escritores nacidos alrededor de 1900, han acabado, suicidándose por eso que Gilles Lipovetski denomina “El vacío de la existencia”

COMENTARIOS.-  La trama de esta novela es preciosa; los diálogos plenos y precisos; es una maravilla de lenguaje; se cuida hasta el más mínimo detalle, en los movimientos de los personajes, las minuciosas descripciones, las frases, los fragmentos. Es una reflexión profunda sobre las dos cosas más importantes de la vida: el amor y la amistad. Y por encima de ambas, la pasión; ese algo que marca nuestra vida y que es de una manera u otra, el motor principal que nos ha ayudado a sobrevivir. Un estudio preciso de los comportamientos de los seres humanos que refleja perfectamente las circunstancias de la vida. Y muchas más cosas; por ejemplo, la soledad, las enfermedades en el exilio. Un libro que se presta a profundas reflexiones, dejando en el aire muchas preguntas difíciles de contestar. Una joya literaria. En 190 páginas dice más que otro en mil. Lleva el suspense hasta el final. Va soltando datos poco a poco, sin prisa, algo así cómo el lento discurrir de un río que observamos desde la orilla. Y va construyendo un mallazo de gran belleza con esa especie de puntada que es cada dato. Se recrea en la muerte y la vejez, reflejando el vacío de la existencia. Nini es un canto a la inocencia. La figura de Niní me enterneció desde el primer momento. Aunque es el personaje que pasa desapercibido, es el más importante de la novela. La impregna de un perfume exquisito. Es el complemento del alma de Henrik. Los dos primeros capítulos dedicados a ella son conmovedores. Y ese beso final entre los dos que remata con esta frase, lo dice todo:
Este es una respuesta a una pregunta que no se puede expresar con palabras.
 ¿Qué es aquello que no se puede expresar con palabras, sino lo sublime, eso que se tantea y nos acerca a ello por medio del arte?
Son muchos los temas tocados en este libro: El de la diferencia entre los seres humanos pura acción y violencia, y los de alma sensible, cuyo placer es el arte en general, música, pintura, literatura, etc. Necesitamos unos de otros y lo expresa claramente en la página 156 con el símil de la “corriente alterna”  Lo del instinto de matar de las páginas 112 y siguientes, es algo que invita a profunda reflexión. La raíz de las palabras “matanza y beso”: olés y olelés
No sigo.


En Madrid, a 19-5-2018
Francisco






UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 7º.-

Ya reconfortados por el ejercicio y el contacto de nuestros cuerpos con el agua, emprendemos en silencio una larga caminata. Ambos vamos reflexionando sobre lo que hemos dicho y ninguno tenemos ganas de volver a liarnos con palabras. Llegamos a la orilla del lago sin tropezarnos a nadie en nuestro camino. Aunque pienso que alguien tendría que haber porque estamos en una ciudad populosa, pero puede ser que nuestro grado de ensimismamiento sea tan grande, que solo nos estemos viendo a nosotros mismos. Me suele ocurrir muchas veces al deambular por las calles de Madrid. Ante mis ojos aparece este precioso cuadro:


-Son pescadores que están trabajando en la salazón del pescado. –exclamo gozosamente.
-Así es efectivamente. Uno de ellos es Simón. Vamos a verle.
Simón, al vernos avanzar hacia el taller improvisado sobre la arena, se viene hacia nosotros. Es un muchacho que semeja unos veinte años, con espesa barba negra, y se mueve con enorme agilidad, cual si en vez de andar, fuera un ave que ha llegado volando. 
-Simón, te presento a mi amigo Paco, que viene a visitarnos desde el futuro.
-Mira que bien. –Dice estrechando la mano que le tiendo.
-Estoy encantado de conocerte. –Le digo.
A pesar de mis muchos años de edad y de haberme enfrentado a difíciles situaciones, siento cierta timidez al tratar con este hombre que si no recuerdo mal sólo tiene dieciséis o diecisiete años según me ha dicho Jesús. También a él empieza a apuntarle la barba y sólo tiene once años escasos. Son dos casos de madurez, que no deben ser únicos por aquellos lares. Y no se me ocurre otra cosa que preguntarle:
-¿Qué clase de pescado es ese que está colgando de un gancho aquella mujer de la blusa amarilla?
-Es un musht.
Me quedo esperando que diga algo más, después de esta lacónica respuesta, pero el mozo tiene pocas ganas de hablar y me veo obligado a preguntarle nuevamente:
-Y ¿qué clase de pez es?
Es Jesús quien entonces toma la palabra, probablemente temiéndose que su amigo no conteste y pase de mi olímpicamente. Esto que le ha dicho de que yo era un hombre del futuro, parece que no ha suscitado su curiosidad y no le intereso poco ni mucho. Y dice Jesús:
-Es un pez tropical que se congrega en la parte norte del lago atraído por el agua tibia de los manantiales que desembocan en él. Esto ofrece a los pescadores, la oportunidad de realizar capturas abundantes en ciertas épocas del año.
De pronto, sin que nadie se lo diga, es Simón quien toma la palabra, y dirigiéndose a mi afectuosamente, me dice mostrando una moneda un tanto corroída:
-¿Ves este sestercio?
-Si le veo, aunque no se bien lo que es un sestercio.
-Pues se lo he sacado de la boca a uno de los peces que hay colgados ahí.
-¿Como es eso?  ¿Es que también bajo las aguas del lago existe la transacción comercial entre los peces y circula el dinero como Perico por su calle?
Ambos amigos se ríen estrepitosamente ante mis palabras y es Jesús quien recuperando la calma, me  dice que, en la primavera, los musht se aparean  y los padres llevan los huevos en la boca durante un  tiempo hasta que maduran. Y para prevenir que se metan después una vez convertidos en peces vivos, ingieren piedras y guijarros del fondo que mantienen dentro de ella. Esa es la causa de que el pez llevara una moneda en la boca junto a otros guijarros. Simón después de su ataque de risa, se ha vuelto más jovial, y se decide a hablarme. Pienso que su cortedad del principio, debió ser, al verme tan viejo, y Jesús,  adivinando lo que estoy pensando, se adelanta diciendo:
-En la Galilea baja, en la que estamos, profesamos culto a la ancianidad, y el respeto que sentimos ante un anciano, es tal que a veces nos quedamos mudos.
-Bueno. Yo tendré el aspecto y los años de un anciano, -contesto un tanto molesto-, pero mi espíritu es tan joven o más que el vuestro.
-¡Eso es lo que queríamos oírte! –Salta Simón de improviso. Y prosigue: El espíritu no tiene edad.
No me encuentro con ganas de entablar larga conversación sobre el tema del espíritu y me temo que Jesús en su obsesión, pronuncie la palabra “alma” una vez y otra como lo viene haciendo, lo cual empieza a cansarme; así es, que cambio de tema astutamente haciendo una pregunta tonta sobre los dos hombres que están metiendo en unas botas o medios barriles, unos peces más pequeño que supongo deben ser sardinas. Y pregunto:
-¿Qué está haciendo ese hombre del blusón amarillo y el otro del blusón encarnado inclinados sobre esas orzas de madera?
-Están apilando sardinas. -Dice Simón. Y Jesús añade:
-Las van depositando por capas. Una vez tienen una capa de sardinas lista, la cubren con una capa de sal y a continuación, depositan sobre ella otra capa de sardinas.
-Mira que bien. –Digo. Y prosigo:
-¿Y de donde viene tanta sal cómo se necesita en esta ciudad para la salazón de pescado, que según la fama es la industria principal de este pueblo o ciudad?  Porque el Mediterráneo está lejos de aquí y si hay alguna salina allí, el transporte debe resultar bastante caro.
-La traemos del Mar Muerto. –Dice Simón. Y Jesús:
-Te equivocas, Paquete, que el Mediterráneo está más cerca.
Miro nuevamente al grupo de pescadores, y al ver al que está de espaldas a la mujer que cuelga el pescado, que maneja un hacha para descuartizar uno, aunque se lo que está haciendo y no necesitaría preguntarlo, pregunto:
-¿Qué hace ese hombre del jersey rojo que tiene en la mano un hacha?
Contestación:
-Está descuartizando el pescado que echa en trozos a la artesa, de donde lo recogen después para venderlo o llevarlo a cocinar. El de la túnica roja y el otro de amarillo con un sombrero se ocupan de ello.
-¿Y ese último de azul que enarbola una guadaña detrás de ellos? 
Simón que ha visto que hago preguntas tontas sin interés alguno en la respuesta, y para pasar el tiempo, me dice desabrido:
-Adivínalo.
No le he caído bien y el a mi tampoco. No me gustan sus modales. Va vestido como el de la túnica roja que maneja su tridente sobre el pescado de la artesa, y lleva también un gorro parecido. He distinguido dos bultos sospechosos bajo la ropa en su cintura, lo que me hace pensar que deben ser un par de puñales. Su respuesta me ha molestado y me he quedado mirándole fijamente intentando trasmitirle que no le tengo miedo. Jesús interviene intentando quitar leña al fuego:
-Simón pertenece al movimiento de los zelotes, que dirige Judas el Galileo, el cual ofrece resistencia armada al censo que, con propósitos fiscales fue decretado por el legado romano Quirino que reside en Siria, donde Roma tiene establecido su cuartel general.  Es una injusticia que no debemos tolerar, y si yo no fuera enemigo total de la violencia, también me sumaría a esta causa que considero totalmente justa. Lo mismo en Judea que en Samaria y Galilea, sufrimos un feroz régimen de impuestos, y vivimos la miseria más espantosa. 
-Pero la violencia, es algo inútil y reprobable, porque engendra más violencia y se acaba en guerras y matanzas impropias de seres civilizados.
Simón interviene al decir yo esto.
-¿Vienes a darnos tu lecciones de civilización? Nosotros somos el pueblo elegido por Dios y siempre lucharemos por la Libertad, somos descendientes de los macabeos, devotos del Dios único y verdadero. No aceptamos los dioses falsos de esos paganos, ni estamos de acuerdo con los asquerosos publicanos, que siendo de nuestro pueblo se unen a ellos para cobrar los impuestos, ni los partidarios de Herodes que vilmente se someten a todos sus caprichos y soportan todas sus indignidades.
Habla Jesús:
-Yo odio la violencia y seguiré luchando contra ella mientras viva. Intento convencer a Simón, de que este camino que sigue no es el indicado, porque no conduce a ninguna parte, pero ello no quita para deje de comprender su nobleza y considerarle uno de mis mejores amigos.
Nos quedamos los tres callados durante bastante rato, mientras nos dedicamos a observar el trabajo de los pescadores. Simón, viendo que miro insistentemente al hombre de la guadaña, me pregunta:
-¿Todavía no has adivinado quién es ese hombre?
-Pues no.
-Pues es Judas el gaulonita, mi jefe, que acaba de llegar procedente de nuestra fortaleza de Masada.
-¿Y que está haciendo? –le pregunto.
-Está amenazando precisamente a unos publicanos que hay detrás y que no vemos desde aquí, los cuales han venido a importunar a estos pobre pescadores.
-¿Tu no estabas con ellos?
-Si, lo estaba –contesta Jesús en su lugar-, Simón les estaba ayudando en su faena y también lo hacía Judas antes de llegar esos tíos.
-Me gustaría verlos.
-Pues vamos allá.


CONTINUARÁ











ADIÓS A LA VIDA.

Tienes en tus manos el ser feliz y estás indeciso pensando qué procede hacer en primer lugar si preparar las maletas mientras Helena está comprando en el mercado y salir corriendo de estampía a la estación más cercana montarte en el primer tren que pase aún sin haberte entretenido en sacar billete a riesgo de que el revisor te haga pagar el doble has pasado una noche de perros en la cama oyéndola roncar sin atreverte a despertarla por los bufidos que te ha soltado en las dos veces que lo intentaste te es infiel con Ernesto y estaba cansada cuando volvió por la tarde a casa. no quieres pensar lo que estarían haciendo después de la comida en el lujoso restaurante donde estuvieron mientras tu comías solo en casa el plato de puré que siempre deja preparado para que lo calientes en el microondas sin otro aditamento que un mendrugo de pan del día anterior vida perra que te toca vivir por no seguir los buenos consejos de mamá que esta mujer no era buena para ti. ¡Ah, la traición de los sentidos! Ese perfume que usa para las axilas y otras partes íntimas te tiene loco. Esa voz tan dulce que te enamoró aquel día que fuiste a ver Tosca en el teatro Real donde ella era Floria. Tú te sentiste Mario. Tu, que desde niño cantabas aquello de E lucevan le stelle, 
Ed olezzava la terra  Stridea l'uscio dell'orto 
E un passo sfiorava la rena…,
te desmembraste cuando entonó el Vissi d’arte, vissi d’amore,/ non feci mai male ad anima viva!/ /Con man furtiva /quante miserie conobbi aiutai. (Vivì de arte, vivì de amor /nunca hice daño ni siquiera a un alma./ Con mano furtiva,/ ¡cuantas miserias conocì y ayudè!
¡Ay, Paco! ¡Cómo caíste en la trampa! Esa trampa que pone la Belleza al ser ignorante que se deja atrapar por ella. ¡cuantas miserias conocì y ayudè! ¡Mentira! ¡Que mentira más espantosa! No ha sido capaz de remediar su propia miseria. ¿Y tú, poco hombre, gusano vil y asqueroso… qué has hecho de tu vida? Te las prometía muy felices cuando cantabas a pleno pulmón el ADIOS A LA VIDA. Soñabas que darías tu vida por los demás, para así recuperarla más tarde. ¿Qué has hecho de ella? ¿Dónde está ese romanticismo del que hacías gala tan a menudo? Te considerabas religioso, practicabas o creías practicar la religión del amor;  tu amor al hombre, el amor a la Patria, tu amor a Dios. De ahí caíste en el amor a la naturaleza. Para ti las flores, con sus variados perfumes eran la presencia de Dios en la tierra; las cogías en tus manos y las acariciabas dulcemente, impregnándote de su fragancia, diferenciándolas, soñando que venían de otros planetas donde ese era el perfume general de cada uno. Y te complacías mirándolas, estudiando sus figuras, siguiendo las líneas sinuosas de sus perfectas estructuras. Las sentías bullir entre las estrellas que contemplabas por las noches. Tu amor metafísico, nació al mismo tiempo que eyaculabas por primera vez. El olor a semen, te recordaba el dulce y cálido de la noche. Tus orgasmos, acababan siempre en  fusión con el infinito. Soñabas con la mujer ideal y creíste encontrarla, ese día en que fuíste a vez Tosca en el palacio Real. Entraba ella fragante, te caía en los brazos. Y te cayó. Eras entonces un guapo mozo. Le hacía mucha gracia oírte cantar aunque desentonabas. Siempre estuviste falto de oído. Tampoco la vista te acompañó lo suficiente para que vieras las cosas como son en realidad. En cuanto al tacto, lo mismo el de los dedos que el de la mente siempre te han fallado. Eres un paranoico, un ser imperfecto al que nadie puede amar. Por eso Helena te aborrece, por eso se ampara con Ernesto que es más hombre que tu. O dolci baci, o languide carezze, L´ora é fuguita E muoio disperato! E non ho amato mai tanto la vita!

En Madrid, a 8-5-2018. 
Francisco.













LA TRAICIÓN DE PEPE.

No se que hacer. Pepe me ha dejado. Cuando he llegado esta mañana a casa después del turno de noche, me ha dicho abiertamente que me dejaba porque se iba a vivir con Narciso.  Así de claro. No sé que les pasa hoy en día a los hombres que los prefieren a las mujeres. Hacía tiempo que no hacíamos el amor. Siempre me decía que estaba cansado. ¿Cómo no lo iba a estar si venía de acostarse con ese mal nacido que le acompaña en las guardias por las noches?. ¡Menudas guardias!  Pero se va a enterar, se van a enterar los dos, porque se lo pienso decir a Don Florencio, su jefe de personal. Seguro que les despiden y entonces se les va a quitar las ganas de… 
¿Y yo que hago aquí sentada?. ¿Porqué me he apresurado a hacer las maletas y venir a tomar el tren? ¿Estaré loca? ¿No hubiera sido mejor quedarme en casa y reflexionar sobre mi nueva situación?. Pensándolo bien, me está haciendo un favor con haberse marchado. Ahora soy libre y puedo hacer lo que me venga en gana. Realizar mis sueños. Hombres no me van a faltar, pues estoy de buen ver. No me explico cómo ese maldito prefiere al esquelético compañero de trabajo. No tenía que haberme apresurado a llamar a mamá que, al enterarse, me ha dicho que me vaya con ella al pueblo. Aquí en la ciudad tengo más posibilidades de superarme y ser feliz. Dispongo de la casa para vivir y trabajo no me falta. ¿Qué estoy haciendo aquí?. Bueno, por un día que falte en el ministerio nadie se va a preocupar. Puedo decir que me tomo uno de los moscosos. Esta vía que tengo delante, me sugiere muchas cosas. ¡La vía! ¡Qué interesante la historia del ferrocarril en comparación con la del ser humano en general. Las vías muertas. Las vías útiles como esta que tengo delante, por las que pasan trenes. La Universidad, mi licenciatura en filosofía y letras. ¿Porqué siendo una mujer culta me dejé engañar por este desgraciado? Es inferior a mi en todo. Apenas sabe escribir y sumar. No ha leído un libro jamás. No piensa nada más que en comer y dormir. Bueno, también en lo otro, aunque prefiere hacerlo con hombres. ¡Será cochino!... ¿Y si cogiera el primer tren que pasa en lugar de esperar este que me lleva al pueblo? Seguro que me canso al tercer día de estar allí, con esos paletos que no saben ni la o y que se las dan de machotes. Bueno, alguno debe haber allí que no sea como Pepe. Pero no me interesa, tanto tiempo sin practicar el sexo que ya no me interesa. Se puede vivir sin él. ¡Si hubiera podido tener un hijo! Al menos esto me hubiera consolado. ¡Pero no! Que ahora los críos son muy descreídos y te dan muchos quebraderos de cabeza. Mejor como estoy. Lo que si voy a hacer en este momento, es recoger la maleta y el neceser y regresar a casa. No voy a ver a mamá. Definitivamente me quedo aquí, en la ciudad, a emprender una nueva vida. Soy funcionaria. Tengo trabajo estable. Un ser privilegiado.
                                                                                 
En Madrid, a 8-5-2018.
Francisco





CONSAGRACIÓN Y DESENCANTO
DEMOCRÁTICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Los comportamientos consumistas han
alcanzado la esfera política. Al mismo
tiempo, el éxito de la democracia liberal
ha menguado el entusiasmo por
ella. De ahí una pregunta insólita: ¿no
será la democracia un bien de consumo
como cualquier otro? Gilles Lipovetsky
sondea a la ciudadanía hipermoderna,
que es capaz de combinar el abstencionismo
más veleidoso con la indignación
más sincera ante la sospecha de
que se atacan los principios del derecho
y la libertad.

LA LIGEREZA COMO MUNDO Y COMO CULTURA
La ligereza no se limita ya a ser una dulce divagación poéti­ca. Describe nuestra cotidianidad tecnológica, un universo transistorizado y nómada. Small is better: nuestro cosmos técni­co se miniaturiza de manera incontenible, se aligera, se desma­terializa. Escuchamos toda la música del mundo en aparatos li­geros como el aire. Vemos películas en tabletas táctiles que caben en el bolsillo. Microelectrónica, microrrobótica, microci­rugía, nanotecnología..., lo infinitamente pequeño se impone como nueva frontera de la innovación y el progreso. La ligereza ya no se ve tanto en el estilo como en los nuevos materiales, en las redes sociales, en la miniaturización llevada al extremo. He­mos pasado de la ligereza imaginaria a la ligereza-mundo.
La miniaturización y la conquista de lo minúsculo se hallan embarcadas en una carrera hiperbólica. Nuestra época es testigo de la aparición de la «ingeniería liliputiense» que manipula áto­mos a voluntad, transforma las propiedades de la materia, crea materiales nuevos, manipula los genes, fusiona materia viva, materia inerte a escala nanométrica. La revolución de la ligereza no pertenece al imaginario ficticio: Al invertir en la esfera submicroscópica, inventa un mundo que afecta a todos los sectores de la vida. Comienza una nueva era de la ligereza que coincide con un momento de tecnología avanzada.


6-5-2018





67.- LIBROS LEIDOS BIBLIOTECA BIB DEL BARRIO a partir de enero 2015
177 páginas

TÍTULO: PAÍS DE NIEVE

Autor.- Yasunari Kawabata

Recogido en la BIB el 23-4-2018 para ser leído y comentado en quince días. La profesora sigue siendo Inés Mendoza.

COMENTARIOS.-  Como novela no tiene el más mínimo atractivo; sin embargo, es un canto sublime, un poema especial dedicado al mundo de la nieve, impregnado por la presencia exquisita de dos figuras de mujer, musicales, etéreas. Komako es la diosa de la música; Yoko es la música misma.
El poema está diluido entre la masa de letras y palabras intranscendentes, con multitud de fragmentos deliciosos que se extienden desde el principio al final; y sobre ellos surge como figura hermosísima el espíritu femenino, la belleza del alma de la mujer. Es difícil creer que cualquier mujer al leer este libro, no se estremezca ante su poderoso encanto.
PAÍS DE NIEVE representa, como si de una bella pintura se tratara, el estado del alma de Yasunari Kawabata que, terminó suicidándose falto de estímulos para seguir viviendo. Refleja la tristeza del alma de todo poeta, alma sensible, que tiene que soportar día a día el suplicio de contemplar una humanidad que camina derecha a su destrucción y la de la vida en el planeta que habita. Un año antes se suicidaba Yukio Mishima por la misma razón.

ALGUNOS FRAGMENTOS DE LOS MUCHOS DEL LIBRO

Pág 16.-
Había belleza en aquella voz clara y vibrante que rodaba como un eco por la nieve y la noche, y poseía un acento tan conmovedor, que llenaba el corazón de tristeza.

Pág 21.-
En el cielo nocturno, por encima de las montañas, el crepúsculo había dejado unas pinceladas purpúreas…

Pág. 22.-
De pronto, en aquel momento, una lucecita lejana resplandeció en medio del rostro. En el juego de los reflejos, al fondo del espejo, la imagen no se imponía con la consistencia suficiente para eclipsar el resplandor de la luz, pero tampoco era tan vaga como para ser borrada por ella. Y Shimamura pudo seguir el movimiento de aquella luz que recorría lentamente el rostro sin deformarlo ni borrarlo. Un frío destello perdido en la distancia. Y cuando su diminuto fulgor prendió en la misma pupila de la muchacha, cuando se sobrepusieron y se confundieron el resplandor de la mirada y el de la luz clavada en la lejanía, se produjo un verdadero milagro de hermosura, abierto en flor en un reino imaginario, con aquel ojo iluminado que parecía navegar sobre el océano de la noche y las rápidas olas de las montañas.
  
Pág. 23.-
La noche y todo el paisaje de la noche habían tomado posesión de la ventanilla, que, al detenerse el tren, había perdido todo el hechizo de espejo improvisado.

Pág. 41.- El cielo permanecía invisible, oculto por la pantalla casi negra de los cedros, que crecían muy densos en aquel punto, entremezclando sus ramas y extendiendo sus verdes agujas. El silencio y la paz ascendían como un cántico.

Pág. 55.-
La noche permanecía inmóvil, petrificada, sin la menor sospecha de brisa, y el paisaje se revestía de una austera severidad. Daba la impresión de que, en el suelo, un gruñido sordo respondía al crujido del hielo que aplastaba la nieve por todas partes, en el llano. No había luna. Las estrellas, en cambio, parecían casi demasiado numerosas para ser reales, tan brillantes y tan cercanas que uno esperaba verlas caer y precipitarse en el vacío. El cielo permanecía refugiado detrás de ellas, cada vez más profundo y remoto, tendente a las fuentes entenebrecidas de la noche. Las cumbres de la alta cordillera, confundidas en una sola línea de crestas, alzaban hacia el cielo estrellado su masa imponente, recortando en él un horizonte inquietante, enorme y negro. Sin embargo, sobre el conjunto del paisaje reinaba una sola armonía, hecha de pura serenidad y de grandiosa tranquilidad.

Pág. 80.-
Komako había clavado los ojos en el cielo purísimo que se extendía sobre la nieve. “Con un tiempo como este, la resonancia cambia mucho”  La riqueza de la sonoridad y su poder armónico eran, en efecto, tal como ella lo había sugerido. ¡Y qué diferencia, por otra parte la del ambiente! Aquella soledad íntima, lejos del ajetreo de la ciudad, lejos del artificio de la escena, sin los muros del teatro, sin el público, en el corazón de aquella mañana clara de invierno, en aquella transparencia de cristal en que el cristal de la música parecía levantar su canto vibrante y puro hasta las cumbres nevadas de las montañas, a lo lejos, en el horizonte…
Entregada a ella misma, estudiando a solas su música en aquel rincón perdido de sus montañas, tal vez Komako habría penetrado en los recursos mágicos, en los poderes secretos y en las virtudes de aquella naturaleza con la que, quizá sin saberlo, comulgaba hondamente.









UN VIAJE A TIERRA SANTA

Capítulo 6º.-

-Tampoco te has dado cuenta de que estamos sudando debido a la larga caminata, así es que te propongo que nos demos un baño.
-¿Donde? Pues el lago está algo lejos y yo estoy cansado.
-¿Dónde va a ser sino aquí?
-Cómo que aquí?
-Sí, aquí.
Veo que el niño se ha despojado de sus ropas y empieza a descender por los siete escalones de lo que dijo antes ser una balsa de pescado.
-¡Estás loco! –exclamo-, ¿no dijiste que esa balsa estaba llena de pescados vivos recién cogidos en el lago?
-No dije eso. Dije que este era un silo para la conservación de pescado y me expresé mal. Como este hay muchos silos estancos para tal fin. Pero este en el que estamos, forma parte de una red de alcantarillas, tan perfecta, que ya quisieran para si muchos de tus paisanos urbanistas. A este viene agua pura del lago y es un placer darse un baño aquí. Verás como salimos renovados y dispuestos a ver cosas de esta ciudad hoy por hoy la más importante de Galilea. 
-Eso no me lo dijiste antes.
-Es que no ha habido ocasión. Anda ¡decídete!
Ante estas palabras, no lo dudo más y también me desnudo y desciendo por los escalones metiéndome en el agua. 
 

Pero el niño que estaba allí abajo, ya no está. Puedo divisar una luz a lo lejos dentro de una bóveda no cubierta del todo por el agua. A través de ella llega a mi su voz: 
-No te asustes y avanza sin miedo. Puedes hacerlo a pie si no tienes ánimos de nadar. El agua no cubre más allá de los hombres y en tu caso, te llega por la cintura y un poco más.
Veo que así es efectivamente; y animado por sus palabras procede a darme el primer chapuzón. ¡Qué sensación tan agradable!  Me atrevo incluso a dar las primeras brazadas en dirección al lugar de donde procede la voz. Hacía tiempo que no nadaba tan a gusto. El niño, unos cincuenta metros delante de mí, empieza a cantar. Y si dulce es su voz, más dulce que almíbar es lo que dice: Habla de un mundo donde no existen los soldados, donde ha desaparecido la tiranía, donde no existen las armas y si solamente las herramientas para el uso normal y corriente. Donde nadie hiere a nadie, con armas y menos aún con palabras. Le oigo decir:

…no me gustan las palabras,
ni sus efectos dañinos,
me gusta que el pecho abras
andando por los caminos,
siendo tus pasos divinos
al tiempo que tu alma labras.

-¡Ay, Jesús –exclamo-, si esto dices con sólo diez de edad, que no dirás cuando llegues a los treinta!
Al llegarme hasta él, situado en una rampa igual a aquella por la que entramos, veo que corren por sus manos varias serpientes de agua, las cuales se enroscan suavemente alrededor de su cuerpo, acariciándole. No le dan miedo, sino al contrario; su roce le produce placer y una sonrisa beatífica se extiende sobre su rostro. El cuadro que presenta es bellísimo. Las culebritas de apenas un metro, son de de distintos colores y sus pieles brillan al sol, espléndido en esta mañana, lanzando destellos deliciosos en su movimiento. Ante mi asombro, me dice que todas ellas acuden desde distintos lugares del lago a celebrar allí bajo el subsuelo, una especie de fiesta o convención. 
-Y a ella me sumo. –acaba explicando.
-¿Y no te dan asco o miedo?
-¡Qué va! Ya ves que me producen placer.
-¿Quién te ha enseñado esto? ¿Acaso tu amigo Simón?
-No. Fue mi padre quien me trajo aquí por primera vez para curarme del miedo. Él también cuando viene a Magdala le gusta bañarse conmigo. Una de las principales tareas de los padres en estos tiempos, es conseguir que sus hijos pierdan el miedo y la repugnancia ante los fenómenos de la vida, lo cual cuando se consigue, conforma uno de los pilares que sostienen, el glorioso edificio de la libertad, dentro del campo de nuestra alma. Pero vamos a seguir, que nos estamos enfriando y no es bueno que nos acatarremos.
Y diciendo esto, se desprende suavemente de los dulces ofidios y vuelve a sumergirse introduciéndose a continuación por otra bóveda que se abre ante nosotros. Vuelvo a darme un segundo chapuzón y me pongo a nadar detrás de él, pero lo hace con tanta rapidez que pronto se pierde de mi vista. Desde la rampa lejana cuya luz diviso, me llega la siguiente canción que ahora emite con voz sonora:

Es mi alma una alcancía
cuyas paredes de barro
brillan con la luz del día,
luz que ferviente agarro
para vencer la falsía
con la que el César guarro
mantiene su tiranía.
Al llegar ante él, le digo:
-Veo por estas letras, -que no me han parecido tan buenas como las anteriores-, que estás obsesionado contra Augusto, a quien consideras tu enemigo.
-Estoy obsesionado contra el poder. Lo mismo el de Augusto que el de Antipas, que no deberían existir; y me produce inmensa tristeza la ignorancia de mis gentes que no se dan cuenta de qué manera tan sutil son manejadas por ese par de tiranos. 
-En eso te equivocas, La tiranía no es fenómeno que se produce en los que ostentan el poder, que es más bien una de las taras del alma humana.
-Sí, lo se. Se que dentro de cada persona hay un virus de tiranía, que una vez has llegado al podio del poder, se desarrolla, siendo el caso, que muy pocos, -a ninguno conozco-, que se haya librado de tan perniciosa enfermedad.  En cuanto a lo que dices sobre esta segunda canción, cuya letra no te ha parecido tan buena, tienes mucha razón y estoy arrepentido de haberla improvisado, pero ya ves, es el problema de tener que utilizar las palabras para expresar lo que sentimos. Y yo siento asco contra estos dos personajes que son dueños de nuestras vidas y haciendas.
-¿Qué solución propones? Ellos son los defensores de la Ley. Bajo su mandato existe el orden. ¿Quieres acaso volver a los tiempos de Moisés antes de establecer las tablas de la Ley o a los de Sodoma y Gomorra?
Ante estas palabras, el rostro del niño se cubre de un negro velo de tristeza y sus mejillas se enrojecen al tiempo que dos gruesos lagrimones ruedan sobre ellas. Permanecemos en silencio largo rato sentados sobre los escalones de la rampa mientras el sol empieza a dorar nuestra piel. Le he herido con mis palabras y ello me pesa. No debía haberlas pronunciado. Me responde:
-Se que la condición humana, poco ha variado a través del tiempo. Que somos cual aquellos hombres primitivos que vivían subidos a los árboles. Nos consideramos animales racionales, pero la irracionalidad forma gran parte de nuestras almas y aparece cuando más descuidados estamos en nuestro orgullo al creernos seres superiores. 
-Entonces, ¿qué?
-No debemos desesperar. La desesperación es una nube que ensombrece el alma. La condición del hombre es la causa que impide disfrutar de la libertad verdadera, donde reinando ella, cada hombre sería dueño de su vida. Esto sería en un mundo donde este estaría regido por su propia conciencia, sin tener que obedecer a tiranos.
-O sea, ¿un mundo sin ley?
-Sin ley no. Pues existiría esta que yo defiendo. La de amar al prójimo. Y realizar este ejercicio con tal intensidad, que ningún mal puedas causarle con tu conducta, amándole cómo te amas a ti mismo.
-¿Y tu crees, mi buen Jesús, que yo me amo a mi mismo debidamente y con todo el rigor?  ¿No ves que una parte de mi condición como ser humano, me impulsa a mi propia destrucción y que en la mayoría de los casos no practico amor sino odio a mi mismo? Cada día que aumenta nuestra situación de seres civilizados, más odiosos nos volvemos contra nosotros mismos, con la dificultad que esta engendra. ¿Crees que puede llegar un momento en que existan seres humanos libres de taras?
Otros dos gruesos lagrimones saltan de los ojos de Jesús y caen directamente al agua de los canales, lo que hacen que me haga esta terrible pregunta:
-¿De que servirán estas lagrimas?
Nuevamente su cara se transfigura, y poniéndose rápidamente de pie, vuelve a sumergirse al tiempo que me dice que le siga. Nos hemos acalorado con nuestra conversación y comprendo que es bueno que volvamos a enfriarnos. El agua es germen de vida y tenemos el privilegio a nuestro alcance de poder disfrutarla. Jesús me está esperando al pie de esta tercera rampa ya en la calle y completamente vestido.
-¿Qué es esto? –le pregunto completamente asombrado.
-¿No ves, pedazo de animal, que esta es la misma rampa por la que penetramos?
-O sea que hemos hecho un viaje bajo las alcantarillas en forma de triángulo.
-Así es.
-Bueno, ¿Cuando nos vamos a ver con ese Simón amigo tuyo?
-Vístete y vamos a buscarle.

CONTINUARÁ.




                                               En honor a mi antigua amiga Cristina Chimeno

Y puesto de rodillas me dispongo
A entonar la canción de las criaturas
Suplicando al buen Dios en las alturas
Que me ayude en lo que me propongo.

Antes que la noche cierre mi camino
Quiero terminar todas esas  cosas
Gráciles, sutiles, maravillosas
Que pretendí forjaran mi destino.

Quiero ser duro cual los duros guijos
Con cuantos avatares se me oponen
Esperando que un día me perdonen
Mi mujer, mis amigos, y mis hijos.






EL ÚLTIMO DESBORDAMIENTO
Una aventura extraordinaria

El dinero de España se desbordaba por multitud de canales impropios, que se habían construido de manera irracional, por unos seres carentes de imaginación, llenos no obstante, de una ambición tonta y sin sentido.  
El partido político PODEMOS había llegado finalmente al poder después de muchos años de fracasos y vejaciones. Precisamente ese mismo año, se había desbordado el río Ebro, produciendo catástrofes de gran envergadura que, el gobierno saliente, hubo de remediar utilizando uno de esos canales impropios de dinero, haciendo los pagos correspondientes a los damnificados, al ser declarada zona catastrófica toda la afectada por la inundación. 
La nueva ministra de FOMENTO, había gritado enardecida:
-Esto no va a ocurrir nunca más, porque yo me ospongo a que esto excurra.
Los políticos de la oposición, gentes de gran cultura, se reían a carcajada limpia, de las raras palabras de la ministra, que intentaba crear un nuevo idioma, o al menos –si esto no podía ser-, si hacer grandes cambios en el castellano. Como ministra de cultura, no creemos que hubiera tenido gran porvenir, pero como Ministra de Fomento era un encanto.
Y llena de ese ardor que nace de la inconsciencia, emprendió la gran aventura gloriosamente recordada por los españoles de pro durante siglos.
Vestida con un traje caqui que recordaba a los antiguos requetés de la época de Franco, se presentó en Tudela, acompañada por el director de una de las más grandes empresas constructoras del país, y situándose en la ribera del río, dictó:
-Arreglartelas como puerdas, Pascasio, pero tienes que contruir un canal a partir de aquí para que nunca más la ciudad de Tudela y sus campos se vean en la setuación en que se han visto este año. Y empierza a limpiar los fondos de los pantanos que ahora están secos, empermearbilizándolos, para que el agua de lluvia en las CRECIDAS vaya a ellos y no se pierda ni gota.
Nada más volver a su despacho, dictó una proclama a su secretaria particular donde quedaban citados todos los Ingenieros de Caminos del país, y junto a ellos -cualquier ciudadano con buenas ideas al respecto-, para un concurso donde sería creada la mejor red de túneles y canales, para que nunca jamás, se produjera ni un solo desbordamiento de cualquiera de los ríos o ramblas de España por muy insignificante y de poco caudal que estos o estas fueran. Así, las fábricas de cemento volverían a prosperar con esta obra ciclópea, y con ello la nación, disminuyendo el paro obrero en gran medida. La prosperidad del país estaba asegurada.
Al ser dados a conocer los premios al mejor o mejores proyectos, muy pingues y sustanciosos, multitud de gentes, ingenieros o no, atraídos por el afán de dinero y fama, se pusieron al día siguiente a realizar la singular tarea. Podemos decir, lo que PODEMOS, que un tema casi perdido en la mente de los españoles, cual es el de conocer las cotas de altura sobre el nivel del mar, a partir de ese momento tomó vital importancia, y hasta los niños en las escuelas conocían al dedillo cuales eran las altitudes de pueblos y ciudades de España.
Por votación popular, la ministra Claudia Pacheco, que así se llamaba la gran dama, fue elevada a presidenta del gobierno, y se la cubrió de tales honores, alcanzó tal fama, que ministros de todos las naciones, visitaban España, nada más que por el gusto de conocerla; y, en los tórridos veranos donde no suele caer ni una gota de agua, acudían gentes de todos los países, no ya a estudiar la extensa y preciosa a la vez  red fluvial, sino a participar de las fiestas que dentro de ella se celebraban…
Aquellos anchos canales, todos desembocando en inmensos pantanos llenos de agua incluso en verano, los asentamientos de aves acuáticas, los deportes que se practicaban, las lujosas urbanizaciones que iban naciendo alrededor, la riqueza que empezaban a disfrutar cuantos afortunados hijos vivían en esta nación, era algo envidiable. 
Hay que tener en cuenta la jocosa imaginación de nuestra especie, que apenas las últimas gotas de la primavera dejaban de caer, instalaban allí sus mercadillos, sus salas de fiestas dentro de los túneles, sus verbenas al aire libre dentro de los anchos canales. Todo era alegría y jolgorio, no sólo en verano dentro de ellos, que en invierno, con las lluvias y las nieves, al producirse  las CRECIDAS, multitud de propios y extraños acudían a la orilla, a disfrutar viendo el curso de las aguas, esta vez, sin tragedias, lejos de los fatídicos tiempos de los desbordamientos; pues por aquellos canales discurría un agua pura y cristalina, no aquellas aguas fangosas que arrastraban tierras de cultivos, cosechas en sazón y animales, que eran la ruina de agricultores, granjeros y ganaderos;  y, no solo eso, que en los barrios anegados por esas aguas, también había ruina y desolación. Algo terrorífico que los sucesivos gobiernos anteriores, intentaban paliar, prohibiendo la publicidad sobre el asunto, y para calmar los ánimos, creando una serie de ayudas bajo el simple nombre de zona catastrófica.
Ahora, como decimos, aquella había cambiado y es curioso citar cómo, en estas CRECIDAS, ocurrían algunos acontecimientos muy divertidos cual era, el de contemplar enorme multitud de bañistas, piragüistas, surfistas, lanzados a esos canales solos o con sus aparatos, viajando en delicioso discurrir a merced de la corriente hasta ir a desembocar en los pantanos de limpio suelo que todos celebraban disfrutando enorme placer.  Por otro lado, aquellos afortunados agricultores, granjeros o ganaderos, que no veían en peligro sus negocios, si no querían tirarse al río o canal y participar de la fiesta desde la orilla, sin temor a que ella se inundara, también, ahora, se acercaban allí a disfrutar formando parte del espectáculo.
Se cuenta, que hasta cuando estaba lloviendo o nevando, desaparecido el temor, las gentes acudían provistas de los correspondientes paraguas, impermeables o trajes de agua, a participar, y era divertidísimo ver, las multitudes asistiendo en las orillas al magnífico discurrir de aquellos aluviones de agua perfectamente dominados, dentro de los canales como cosa normal y corriente sin peligro alguno.
Sucede que, cuando lo que en tiempos pasados había sido tragedia por falta de control e inteligencia, una vez subsanado, nos convierte en seres humanos más conscientes. Y nace de ahí una nueva filosofía y una manera más clara de ver las cosas.
La presidenta Claudia Pacheco, agraciada por esa clarividencia, una vez resuelto el tema del desbordamiento de las aguas, la emprendió con el desbordamiento del dinero, del cual también hablábamos momentos antes, y, y lo mismo que con el tema de las aguas se puso el traje caqui y se llevó al director de aquella empresa a Tudela, ahora se llevó al presidente del banco de España a su despacho, a quien dictó órdenes severísimas sobre dicho control, y, también, como en la ocasión anterior, hizo una proclama a través de su secretaria, invitando a los mejores economistas del país a que diseñaran un severo sistema de canales propios donde ni un solo céntimo de euro se desperdiciara. Y no sólo los economistas, que también los ciudadanos de a pie con sano criterio podían participar
en el concurso con  sus acertadas ideas. 

Las cosas así en aquella nación ejemplar, envidiada por las demás naciones, que se apresuraron en copiar muchas de sus acertadas realizaciones, ocurrió un caso desafortunado que vamos a relatar de inmediato, debido a sus consecuencias funestas, las cuales, deben servir de escarmiento a las generaciones futuras. Y fue precisamente que aquel verano, por uno de esos casos imprevistos de la naturaleza, se produjo un huracán en España tan fuerte como los que venían ocurriendo en otras partes del mundo.  Caso insólito que nadie se esperaba, y que más tarde se atribuyó al Cambio Climático. Lo cierto es que los confiados españoles y en particular la Presidenta del Gobierno, se vieron envueltos en la catástrofe, de la manera que vamos a explicar con todo lujo de detalles, pues la cosa se lo merece y nosotros no queremos ser tan lerdos que nos quedemos a medias en la narración…
Era el vigésimo segundo año de la Presidencia de PODEMOS en el poder y se estaba celebrando la efemérides con gran brillantez sin reparar en gastos.
¿Dónde celebrar la fiesta nacional con más pompa y consideración que en el anchuroso canal de Tudela donde se habían montado a lo largo de dos kilómetros varios catafalcos para el acto del desfile militar?
Los militares, aunque no habíamos hablado de ellos, hay que decir que, debido a que se disfrutaba en la nación de un buen saneado presupuesto, eran muy respetados y agasajados, con muy buenas pagas y lujosos uniformes, para así figurar esta ante el mundo, como una de las más grandes potencias.
Un segundo tramo de dos kilómetros a continuación, había sido previsto para la Gran Verbena que, debido al maravilloso estado de libertad que se disfrutaba, no iba a desmerecer del oficio militar, y, los españoles que no quisieran sufrir el cansancio o la pesadez del desfile, pudieran disfrutar a su manera de la música y algazara de esta segunda fiesta.
Un tercer tramo de otros dos kilómetros o más, estaba ocupado por la Feria propiamente dicha y dentro de ella el mercadillo. La Feria, había sido prevista para toda clase de diversiones y habían dentro de ellos los consabidos elementos mecánicos, ruedas de caballitos, norias, pistas de cochecitos eléctricos y demás. No es necesario describir la gran cantidad de juegos que había en aquella Feria.
 Su excelencia sacratísima doña Claudia Pacheco, estaba en el catafalco construido al efecto, rodeada de todos sus ministros, altas Jefaturas del Ejército y la Finanzas, e incluso los Altos Próceres de la Oposición, todos juntos y hermanados, cuando estaba a punto de empezar el glorioso desfile militar.
Y fue en ese momento sublime, cuando apareció la primera nube en el cielo, cosa que a nadie preocupaba, pues todo lo más en esta nación, en pleno mes de agosto pueden aparecer “las cabañuelas”, ligeras rachas de lluvia, que si venían, bien venidas fueran, porque iban a refrescar el caldeado ambiente. 
Pero, ya, ya…
Las tres secciones, Feria, Verbena y Desfile, estaban en su gran apogeo, mientras el cielo se ensombrecía más y más también en apoteosis macabra, que los ilusionados celebrantes del suelo se negaban a reconocer, todo empeñados en el disfrute de la vida, que allí se les ofrecía sin tasa ni medida. Así es que las primeras gotas, fueron aceptadas con grandes gritos de júbilo.
Pero, ya, ya…        
Estas primeras gotas eran gordas cual huevos de paloma, y una sola que caía sobre la cabeza, bastante molesta por cierto, era aceptada con bastante recelo. No digamos las que empezaban a caer sobre los trajes dejándolos calados en breves momentos y las que empezaron a acumularse sobre el piso de cemento. Por los altavoces, para evitar alteraciones, se empezó a arengar a las gentes para que no tuvieran prisas, en salir de allí. Era la Presidenta que decía:
-No hay que precipotarse, esto es una ligera nuba de verana que no tiene la menor importencia.
Pero, ya, ya…
Las escaleras de subida a partir del piso del canal, todas de siete metros de altura como mínimo, eran pocas e insuficientes para la evacuación de aquella masa informe de personas.  El agua en el suelo empezaba a crecer de manera escandalosa. Los militares, gente aguerrida en general y acostumbrados a las grandes campañas, arengaban a la multitud junto a políticos y periodistas, e incluso comentaban riendo que aquello era una aventura más como aquella de las CRECIDAS de invierno.
-Desnudáos, -decían-, desnudémonos y dejémonos llevar por la corriente. Las gentes de la Verbena, y de la Feria, empezaron a seguir los ejemplos de los voceadores; y sus ropas, empezaron a flotar sobre las aguas que ya les estaban cubriendo hasta las rodillas.
Hay que decir, que el agua estaba templada y su efecto sobre los cuerpos desnudos, era bastante agradable. También era sumamente agradable la aventura que estaban viviendo, todos o casi todos, allí en pelota picada, chapoteando en aquellas aguas puras  que bajaban del cielo. Una experiencia única e irrepetible.
-No tangáis miedo, -se oía por los altavoces-, todo lo más que puede pasarnos es que vayamos derechos a un pentano después de este ramojón.
Pero, ya, ya…
Las aguas llegaban ya hasta el cuello, y se empezaban a oír gritos de agonía, glus, glus espantosos que ponían los pelos de punta, a pasar de que estos pelos estaban a remojo.
Las gentes que intentaban subir por las escaleras, se amontonaban al pie de ellas de tal manera, que era imposible alcanzar los últimos escalones y ponerse a salvo.
¡Sálvese quien pueda!, -era el grito general-,  aunque por los altavoces seguía oyéndose lo contrario.  Por ellos, los militares y políticos en general cantaban el himno nacional:

Arriba los de la cochara,
abajo los del tanedor,
nosotros somos camunistas
con el martillo y la hoz.

Algunos borrachos de la Feria y la Verbena, les imitaban y sus voces destempladas se mezclaban con los glus, glus, que cada vez aumentaban en intensidad haciendo correr por la médula de las personas conscientes un relámpago de miedo. Pero todos se afanaban por sobrevivir y los que sabían nadar, se dejaban deslizar por la corriente de las aguas sin pensar en lo desagradable de la situación. Era imposible salir del canal por las escaleras de los costados, pues en ellas se amontonaban multitud de cadáveres de aquellos que habían intentado escapar.
El agua ya había alcanzado la altura de tres metros, y empezaba a fluir hacia los pantanos arrastrando aquella masa humana revuelta con toda clase de elementos. Se  mezclaban con la masa, los caballos de los militares algunos de ellos ahogándose bajo el peso de sus cabalgaduras.  
El sólido catafalco de la Presidencia, flotaba tranquilamente al final de toda aquella baraúnda y sobre el mismo, permanecía ella acompañada de sus ministros y algún que otro extraño, en particular los de la prensa, que ya no sabían qué decir a través de los altavoces. Tumbados en el suelo de aquella especie de navío no temían por sus vidas, e incluso se atrevían a seguir entonando el himno nacional.  
Pero, ya, ya…
Ignoraban que iban derechos a estrellarse contra la masa informe de gentes, aparatos, y demás utensilios, que en infernal montón se encontraban taponando la boca del primer túnel a partir del canal.


En Madrid, a 24-4-2018. 
Francisco








TESTIMONIOS

Lunes, 23-4-2018.- Me levanto a las cinco y media acuciado por dos testimonios que oí anoche en televisión y que considero importante dejarlos plasmados en mi blog. Uno sobre la situación religiosa en la India y otro sobre Perón entre Argentina y España.



Testimonio 1


En la cadena INTERECONOMIA de televisión, es entrevistado el padre de la Compañía de Jesús Joaquín Castiella, que a mi entender ha hablado sin pelos en la lengua, con una claridad meriadiana sobre las misiones en la India y la situación religiosa en general. Es un hombre de unos setenta años cuya sonrisa le define como persona buena y sencilla. Y sin embargo ha hecho en primera persona una semblanza de si mismo, cosa que siempre es señal de vanidad, pero que en este caso, era necesaria para darnos a entender, cual es su posición como cristiano dentro de aquel mundo heterogéneo. En ella dice, que se dedica solamente a enseñar a los niños, sin intentar en absoluto evangelizarlos. Y en una doble misión también, construye casas para la gente pobre a medida que recibe dinero. 
Ha explicado que es el menor en edad de los veinte o veinticinco misioneros cristianos que quedan en la India, lo que indica que están próximos a la extinción, si bien se ve secundado por sacerdotes cristianos de esa raza, cuyas vocaciones van siendo despertadas por su influjo. Dentro de la comunidad, india hay un veinte por ciento de comunidad árabe, la cual es menos violenta contra ellos, que la autóctona. Ellos se dedican a su religión y no se ocupan de lo que hacen los misioneros cristianos. Los autóctonos si les ponen grandes pegas.
Castiella tiene bajo su jurisdicción  unos cincuenta pueblos y dice misa en ellos día a día una vez que ha tomado contacto con sus gentes, en particular los niños. En ellos tiene personas que le secundan dedicados a la enseñanza y cuidado de estos.
Dentro de la religión india, hay una rama de cristianos que viene de antiguo y que compite con los jesuitas. De cada cien personas en esta gran nación, noventa y nueve viven bajo el temor de Dios y creen en el paraíso celestial y la reencarnación. Ello les hace pacíficos y buena gente en general. Son los caciques los que no aceptan la presencia de extraños que les pueden perjudicar. Ha habido grandes matanzas de árabes por la policía. y también el terrorismo de estos ante la población va aumentando.
Este es un fenómeno que se va extendiendo en el mundo entero y que contrarresta los deseos de aquellos que, equivocadamente, soñamos que este milenio que empieza iba a ser mejor que los anteriores. Está claro que la utopía de un mundo mejor, cada vez va siendo más difícil que se convierta en realidad. La realidad que vivimos es así de triste, y así hay que aceptarla, aunque no estemos conformes con ella. Lo mismo en la India, que en la China, que en Japón, que en África, no digamos en Occidente, la especie tecnológica va convirtiendo este mundo tan hermoso en un inmenso basurero, y nadie quiere pensar seriamente en el problema.
Pero no nos derivemos del testimonio de Castiella. En la India, más que en otras partes, hay tres castas bien diferenciadas. La más alta, tiene magnates tan inmensamente ricos, que destacan entre los más grandes del planeta. Luego hay una clase media, tecnológica, que vive medianamente bien, con sueldos apropiados, casas con agua y luz y otras comodidades. La clase pobre a la que el padre se dedica con toda devoción, es la de los jornaleros en el campo, que tienen que alejarse de su casa para realizar sus necesidades, porque carecen de aseos en ella. El agua tienen que acarrearla del grifo que una hora al día abren en determinado sitio. Y la energía eléctrica, en muchos casos la roban, enganchándose a la red general. Un detalle curioso es que todos tienen televisión y teléfonos móviles. Lo cual hace suponer que es por deseo de los caciques que les conviene tener al pueblo dormido por medio de esta clase de opio. Ellos si viven bien dentro de sus mansiones rodeados de riqueza.    
No quiero extenderme más, pues como recuerdo con esto tengo bastante. Ello me permite tener un cuadro bastante fehaciente de la realidad, lo que me hace caer en la desesperanza, pero que es necesario no olvidar, pues la verdad, es el único alimento y medicina que nos hace sentirnos vivos.





Testimonio 2

Fue en el programa CUARTO MILENIO, donde empiezan hablando de Eva Perón que murió muy joven víctima de cáncer de útero y por efecto de una lobotomía que le practicaron con idea de calmar sus dolores e incluso de salvarla. Poco a poco he ido entrando en esta historia, contada aquí a trazos y cuyos detalles ignoraba. En 1955 cuando Perón fue derrocado, el veinticuatro de noviembre el cadáver de Evita fue sustraído del Edificio de la CGT donde permanecía, ignorándose su paradero, si bien se dice en el programa, que fue a parar finalmente al chalet de Puerta de Hierro en Madrid donde este fijó su residencia en 1960 cuando llega a España. Es entonces que se casa con Isabelita a quien había conocido en 1956. 
El cadáver de Eva perfectamente embalsamado daba la impresión de ser el de una persona viva, que además olía bien hasta el punto, que Juan José López Rega, uno de sus ministros que le acompañó a España, personaje siniestro, realizaba prácticas obscenas con él.









EL CENSOR

Cuando nació el Censor, el mundo quedó asombrado ante su presencia. Era una criatura sumamente extraña, jamás  nacida de madre humana. Ni la imaginación más calenturienta había sido nunca capaz de imaginársela. Y sin embargo, el parto de Alicia, su madre negra, fue completamente normal, pues el Censor  no pesó más allá de tres kilos, según datos de los especialistas que la asistieron en el hospital.
La criatura había nacido con cuatro cabezas, cuatro pares de brazos y cuatro pares de piernas, aunque estas, no sabemos si llamarlas así, porque carecían de pies y remataba cada una en un muñón, cual si estos hubieran sido cercenados por los tobillos.
En cuanto al cuerpo, estaba compuesto por cuatro troncos bien diferenciados, unidos en un centro común por fuertes membranas que, los médicos, maravillados ante el prodigio, no se atrevieron a separar. Tal criatura, puesto que así había nacido por orden de la Providencia, era necesario que así viviera, pues no cabía duda que era un ser especial venido al mundo con alguna misión de vital importancia.
Sus rostros eran bellísimos y no digamos sus órganos sexuales: dos de mujer y dos de hombre. Tenía también sus cuatro culitos, preciosos.
Las enfermeras, no supieron en principio cómo colocar a la criatura en la cuna, y dada la dificultad,  optaron por sentarla verticalmente en una cama apoyada en los cuatro culos, y flexionándole las piernas; que quedaron situadas en círculo apuntando a los cuatro puntos cardinales e incluso a los trópicos, pues como se sabe, eran ocho.
Una de las enfermeras que era poeta, además de adivina, ante este espectáculo, proclamó que aquellas piernas colocadas en tal posición, eran todo un símbolo, y vaticinó que la tal criatura, iba a dar mucha guerra apenas entrara en uso de razón.
Mas por ahora, se comportaba como una criatura normal, con la diferencia, que la madre, no teniendo más que dos pechos, para alimentar aquellas cuatro boquitas, dos de ellas, estaban condenadas al biberón; pero se acordó, y Alicia estuvo de acuerdo, que les iría turnando por orden riguroso y no habría discriminación entre unas y otras.

En aquellos tiempos, los hospitales de la Seguridad Social habían quebrado y aquella nación en ruinas, agonizaba socialmente, pero de otras naciones, un tanto más sanas donde el dinero tenía vigencia aún, podían acudir en plan turístico, muchos hombres y mujeres ricos a contemplar el prodigio. El dueño del hospital,  hombre de negocios donde los haya, se dio cuenta de inmediato que esta podía ser su salvación, y preparó la cosa de tal forma, que reservó la mejor de las habitaciones para aquella madre afortunada a quien rodeó de toda clase de comodidades. Médicos y enfermeras estaban como esclavos a su servicio, para procurarle cualquier cosa que se le ofreciese.
A través de Internet, se difundió la noticia en menos de veinticuatro horas por el mundo entero, y fue tal la sensación producida, al contemplar a aquella criatura extraña, sentada así entre lujosos almohadones, que el nacimiento del Censor, pasó a ser la primera noticia extraordinaria en todos los medios de comunicación.
Las gentes religiosas de todas las naciones, empezaron a decir que aquello era un milagro. Que Dios, compadecido de este mundo en agonía, lo hacía, creando una criatura múltiple, un nuevo ser humano más perfecto, que esta vez no iba a fallar. Emulando a aquella enfermera que predijo hechos extraordinarios con el advenimiento de tal ser, hubo multitud de vaticinios, cuales que se unificarían todas las religiones en una, que desaparecerían las castas y clases sociales, y que el mundo sería un paraíso.

CONTINUARÁ

En Madrid, a 17-4-2018. Francisco.






Los tres yos




Don Ernesto Fernández Martín, hombre que en la presente fotografía aparece de espaldas, es un individuo que posee varias personalidades, aunque en el Ministerio de Justicia donde ejerce como ministro, se le considera un personaje único debido a sus acertadas decisiones. Siempre tiene la palabra justa ante las situaciones más enrevesadas, y siempre actúa de manera justa y cabal. Nadie puede sospechar que es un pedófilo y que se entiende de manera oscura y solapada con cuantos representantes del género masculino, caen sus manos. Desnudo y de espaldas permanece también en la parte izquierda dentro del armario, del que no se atreve a salir, ante el temor de perder su puesto en la sociedad.
La foto, si nos fijamos bien, presenta un cúmulo de metáforas que sería muy interesante ir describiendo.
La primera, es su figura dentro del armario donde se distingue su desnuda espalda y parte del trasero. Es todo un símbolo, que el avispado fotógrafo, ha querido dejar ahí, a merced de la buena vista del espectador.
Si prestamos la debida atención a la foto, la puerta derecha del misterioso armario, está tapada por la figura del personaje, lo que puede interpretarse como su lado oscuro, su parte irracional que nadie conoce, excepto su esposa, la cual tiene que aparecer siempre sonriente ante el público, como la mujer más dichosa del mundo, nada menos que esposa de un ministro, una grande España, o de cualquier otro país, en que podamos situar la acción. Y sin embargo, es la mujer más desgraciada del orbe, porque el prócer, la trata a patadas y sólo se vale de ella, para aparecer ante las gentes del país, como los esposos más felices y bien avenidos.
Otra metáfora, es su posición de espaldas, sin que se puedan distinguir sus facciones. Podemos interpretarlo como su renuncia a la vida verdadera, la de que procediendo de una familia, pobre pero honrada, ha renunciado a defender –incluso con la muerte- como los primeros cristianos, los valores heredados, valores eternos que algunas familias, muy pocas ya en la actualidad, se empeñan en conservar. Podemos interpretar, que debido a su ambición, el hombre se afilió a un partido político, al haber entrado en conocimiento, que esta es una de las maneras más fáciles de prosperar, hacerse rico y famoso.
Una tercera interpretación sobre el personaje, es la de su vida interior, sus alucinaciones, cuando sale a la calle, o se mira a los espejos y ve su doble, un personaje horrible, un monstruo cuya cara es a veces de lobo, otras de orangután, y en algunos casos (esto le hace temblar, aunque lo disimula muy bien, la de un crótalo de doble lengua que le mira a los ojos y le reprocha su conducta execrable).

En Madrid, a 10-4-2018
Francisco






Poema

El barco se hunde y las ratas
salen gritando

con intención de mantenerse a flote.